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Categoría: Blogosfera

La fragmentación de la conversación

La conversación entre amigos de Alfonso Vázquez MedinaÚltimamente, la blogosfera anda un tanto revuelta con la difusión de Friendfeed, un lugar donde aquellos que crean contenidos -Ya se trate de imágenes, texto (Blogs o microblogging), vídeos, marcadores sociales, etc.-, puedan concentrarlos y ofrecerlos a sus amigos en una suerte de Red Social donde más allá de lo que se ha hecho, estudios, trabajos lugares visitados, etc.; se prime lo que una persona está haciendo dentro de la Web 2.0. De esta forma, descubrimos que la idea principal de este nuevo servicio es la centralización de nuestro yo digital o la concentración de nuestros distintas personalidades digitales, para aquellos que puedan mantener varias (Por riqueza personal y disponibilidad de tiempo para poder gestionarlas).

Es cierto que hace tiempo que a la Blogosfera se le quitó el baluarte de principal exponente de la conversación en Internet, heredera del Manifiesto Cluetrain, mientras se desarrollaban y difundían muchas otras aplicaciones y lugares donde poder expresarse de mejor manera, mucho más directa y con menos caracteres. Sin embargo, esa fragmentación de la conversación y de identidades que ahora Friendfeed trata de galvanizar dentro de su campaña de marketing son sentimientos que ya se produjeron mucho antes dentro de los bloguers¹ y que afrontaron con mayor o menor suerte.

Porque tal vez los nuevos nativos digitales que se acojan a Friendfeed desconozcan la iniciativa OpenID. Fundamentalmente, lo que se busca con esta iniciativa es disponer de la posibilidad de no tener que crearse una nueva cuenta de usuario para obtener acceso a un sitio web. En su lugar, solo necesitan disponer de un identificador creado en un servidor que verifique OpenID, llamado proveedor de identidad o IdP si el sitio web lo soporta. De una forma sencilla, es como si se tratase de IraLIS, proponiéndose la identificación única dentro de la Web pudiendo compartir datos entre distintos servicios, mientras se va construyendo una identidad digital, de tal manera que sea posible rastrear los contenidos publicados por una persona. De esta manera, se permite por un lado identificarnos frente a los demás como nosotros mismos, utilizar la Red de una forma mucho más cómoda y, por otro, evitar esa segregación de contenidos propios que nacen por la utilización de la Web 2.0, donde cualquier aportación nos identifica dentro de una comunidad heterogénea y dispar.

Recientemente, dentro de la Biblioblogosfera, me he encontrado con dos ejemplos muy interesantes de ese sentimiento de desagregación que los bloguers tratan de evitar. Por un lado, Catuxa Seoane en su texto La deficiencia consentida y de nuevo el marketing bibliotecario realizaba distintas consideraciones sobre un correo electrónico que Roser Lozano había enviado a la lista de distribución de Iwetel. Dentro de los comentarios en su post, Catuxa recibía distintas puntualizaciones sobre si realmente debía contestar a Roser utilizando su blog y la conveniencia de no utilizar el correo electrónico que era el medio de comunicación que Roser había elegido para difundir sus puntos de vista.

Siguiendo un procedimiento similar, Álvaro Cabezas contestaba un texto de Javier Guallar también publicado dentro de la lista de distribución de Iwetel. En este caso, Álvaro publicaba el mismo texto sirviéndose tanto del correo electrónico como su blog, haciendo notar en ambos casos el origen y las posibilidades que se disponían para comentarlo o puntualizarlo. Para más señas, el texto de Álvaro llevaba como título Sobre el Thinkepi dedicado a los blogs científicos.

El hecho es que me parece curioso ese sentimiento de pérdida, de selección del medio para la difusión del mensaje y su dualidad. Los bloguers consideran que el correo electrónico es un medio de comunicación correcto, aunque parecen considerarlo insuficiente, ya que no le hacen ascos el publicar un artículo fuera del contexto o el ámbito donde nació. Es posible que se trate de una forma de reforzar la autoría de sus consideraciones, o puede que traten de recoger en un único lugar los textos que quieran destacar, o simplemente buscar la ampliación del feedback que para ellos es deseable, o puede ser que ante un contexto de interacción no se encuentren cómodos puesto que no reciben los estímulos a los que están acostumbrados. Sin embargo, lo que parece cierto es que esa desfragmentación supone para ellos una pérdida y tratan de encuadrarla dentro de un ámbito controlado que refuerce su voz y sus puntos de vista profesionales, algo que consideran que el correo electrónico les sustrae.


1. Señalaros que la idea citada de Friendfeed ya fue testeada por Javier Leiva, tal vez el más experimental de todos los bibliobloguers, puesto que desde su blog ofrecía un único canal de sindicación a todos los frentes de la Web 2.0 dentro de los que él se movía. Así, por ejemplo, podíamos tener los vídeos de YouTube producidos y subidos por Javier, así como sus fotografías de Flickr o sus textos de su blog.

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Cuando perdemos un suscriptor

Seamos sinceros, lo primero que hace un bloguer cuando enciende su ordenador y abre su navegador es consultar sus estadísticas para empezar el día. Ummm. De acuerdo, puede que me equivoque, puede que lo primero sea mirar el correo, pero entonces estoy seguro que el ego lo deja en un segundo lugar. Sin embargo, las estadísticas de accesos son, en ocasiones, un tanto injustas en cuanto a los seguidores que un sitio web pueda llegar a tener. De hecho, los blogs, que tienen configurados los feeds de una forma correcta (según nuestro punto de vista), disponen de una masa latente de fieles lectores que no caen de forma accidental dentro del saco de resultados que ofrece Google, sino que decidieron en su momento seguir las evoluciones de un sitio y, tal vez, leerlo de vez en cuando.

Feedburner, a la espera de que el futuro lo alcance, nos permite seguir el comportamiento de nuestros lectores y conocer qué textos son los más sugerentes en cada momento. También podemos averiguar cuántos lectores disponemos en cada momento y, al mismo tiempo, cuántos hemos dejado de tener mediante un histórico. En ocasiones, se producen caídas bruscas del número de lectores de feeds y, claro, no podemos achacarlo a las penalizaciones de Google, por lo que encogiéndonos de hombros debemos aceptar la realidad de que hemos dejado de ser interesantes (Esto si es que la caída no se debe a que uno de los agregadores de feeds se encuentra en mantenimiento o inaccesible o ha dejado de mostrar el número de suscriptores durante unas horas). De vez en cuando, Feedburner también hace limpieza ante cifras de acumulados un poco abultados y después de esto te encuentras con que “donde dije digo, dije Diego” y no tienes a tantas personas siguiéndote, sino un número inferior, por lo que una vez más sufres una punzada en el ego al descubrir que en realidad no interesas a mucha gente.

Pero, al fin y al cabo, los bailes de suscriptores son sólo números. Un servicio agregador mediante web informa a Feedburner que dispone de tantos lectores apuntado a nuestro feed y debemos creérnoslo. Sin embargo, al disponer de la opción de la suscripción por correo electrónico, sentimos que los lectores se nos hacen un poco más cercanos, como si un suscriptor por email fuese una persona decidida que nos ofrece una oportunidad cuando publicamos contenidos y no debemos defraudarle.

La pregunta es si lo hacemos. Como das la opción de darte de alta, también debes ofrecerla para darse de baja. Y el hecho es que las bajas se producen con cierta frecuencia. Cuando descubres que un suscriptor por correo se desinscribe piensas que le has fallado a alguien, que realmente lo que escribes, lo que publicas no tiene mayor relevancia para esa persona y huye de la infoxicación como de la peste. Así que andas preguntándote qué es lo que hiciste mal para que esa persona, que te había ofrecido su voto de confianza, se marche para no volver más.

Puede ser que el suscriptor por correo haya, simplemente, descubierto el maravilloso mundo de los feeds y que se dé de baja para no recibir información redundante. Sinceramente puede que esto sea lo mejor que puedas llegar pensar. Pero también puede ser que simplemente ya no esté interesado en los vaivenes normales que sufre un blog, que tu evolución personal e inquietudes ya no le atraigan lo más mínimo, que tu prosa caiga en la reiteración más absoluta o que simplemente le aburras.

Cuando los lectores se marchan, ¿deberíamos volver sobre nuestros pasos? ¿Deberíamos ser los de antes, aunque ya no lo seamos? En definitiva, a final de cuentas, ¿escribimos para nosotros o para vosotros?

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¿El ocaso de la Biblioblogosfera?

Debo reconocer que hace ya un tiempo que perdí las buenas costumbres respecto a lo que es la Biblioblogosfera. Por ejemplo, mi iniciativa de publicar una entrada anual para publicitar las bitácoras que a mi juicio habían sido los mejores biblioblogs (nuevos dicho sea de paso) de cierto año. Me lancé a la tarea en 2005 y 2006 como homenaje y ánimo a aquellos que empezaban en esto de la blogosfera, pero este año, aunque tenía mis elecciones como Documéntame, Documentación Granada o Docu¿qué?; no me lancé a ello tal vez más consciente que nunca que las posibilidades de desarrollo de un blog en nuestro ámbito cada vez son más escasas.

Mi experiencia como observador es que los nuevos blogs comienzan con mucha fuerza, pero en general entran en una larga letanía y cuando uno de ellos se atreve a publicar una entrada anunciando Tengo abandonado el blog pero no os preocupéis… Ya soy consciente de lo que viene después. Otra de las críticas achacables, aunque esto es una tendencia generalizada en la blogosfera, es el abandono de la utilización del blogroll como un elemento de promoción de los demás como de uno mismo. Esto se debe que aun siendo blogs temáticos, muy especializados, en general solemos citarnos los unos a los otros. El abandono de esta práctica deriva en el hecho de que encuentro dificultades para encontrar a nuevos bloguers, aunque de vez en cuando lo haga, además de la tendencia a no comentar. Otra de las buenas costumbres que han caído en el olvido.

Pero hay más, la semana pasada estuve actualizando nuestro listado de biblioblogs que todavía no reflejaban bajas ilustres, así como otros cambios de denominación y alojamiento. Tengo que aclarar que el objetivo de nuestra lista es la recomendación de lecturas, por lo que no podemos mantener dentro de ella blogs cerrados o abandonados, aunque dispongamos un pequeño espacio de blogs que fueron importantes dentro de la biblioblogosfera pero que se encuentran cerrados. ¿Cuál es el criterio para considerar que un blog está abandonado? Está aceptado en la blogosfera que sean tres meses desde la última publicación de una entrada, pero nosotros somos un poco más laxos por lo que consideramos que un blog está abandonado si no se ha actualizado en seis meses.

Pues bien, en el momento de la última actualización, nosotros teníamos activos en la sección Biblioblogosfera a 93 biblioblogs, cantidad que se ha quedado reducida tras la revisión a 65 bitácoras (Una reducción del 30% de bitácoras activas). ¿Cómo se ha llegado a este extremo?

Un análisis simplista podría llegar a concluir que nos encontramos en el momento valle tras la euforia social que se vivió tras la explosión y popularización de la blogosfera. Sin embargo, es bastante probable que la realidad no se encamine hacia esto. Tomemos el ejemplo de uno de los blogs más importantes en el pasado de la Biblioblogosfera: Véase Además.

Dentro de este blog, confluyeron tres personas que se consideraban bibliobloguers y que partían de una experiencia propia previa, hasta que decidieron abandonar el barco y volver a retomar proyectos antiguos o incluso empezar nuevos. Uno de estos blogs, Bárbol, se dedica hoy a la temática SEO, mientras que HCNET se dedica a la Usabilidad. Es decir, se da el caso de superespecialización de temáticas.

Por otro lado, se da la circunstancia que las Bibliotecas están lanzando innumerables blogs. ¿Pueden ser considerados estos como biblioblogs? ¿Deberían serlo? Tal vez debería ser ampliada la definición de esta comunidad, aunque lo que se está produciendo actualmente es la desintegración del sentido de comunidad que se dio en sus inicios cuando los blogs eran pocos y ser bibliotecario o documentalista, era suficiente para acabar integrado dentro de ella.

Este análisis somero de la situación no significa que nos encontremos ante ella. Disponemos de blogs bibliotecarios, de bibliotecas, profesionales, de estudiantes, de investigadores, etcétera, simplemente el sentido de comunidad se diluye ante un aluvión de nuevos proyectos y apuestas. Desde este instante, sólo los análisis webmétricos, o blogométricos si se quiere, serán capaces de realizar un mapa de una biblioblogosfera que ha madurado y diversificado encaminándose hacia la superespecialización de algunos de sus miembros. Tiempo habrá para comprobar si tenemos los días contados.

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La publicidad en los feeds, el turno de Feedburner & Adsense

Un rumor recorre la Web estos días, la blogosfera todavía no se ha teñido de preocupación, puesto que la amenaza no se ha cumplido. Algunos consideran que la controversia está apunto de inundar los foros, se cruzarán enlaces, se rellenarán cajas de comentarios y se alzarán voces en contra y pro del próximo movimiento de Google. Personalmente, todavía estoy a la espera porque no me lo acabo de creer, pero todo parece indicar que Feedburner incluirá enlaces publicitarios vía Adsense le guste al editor del medio o no.

Los feeds son considerados por los románticos de la blogosfera como el último reducto donde no deberían aparecer mensajes publicitarios. Dentro de la controversia de hace unos años, estéril todo sea dicho, de si los blogs debían desarrollar modelos para su rentabilización, se consideró que la sindicación de contenidos era exclusiva de los suscriptores y, la limpieza de contenidos publicitarios. un premio hacia los lectores más fieles. Sí, los feeds eran el último lugar donde la información podía evitar la intoxicación informativa de las campañas de marketing. Huelga decir que los feeds se vieron inundados también por la publicidad al cabo del tiempo. Los post patrocinados, la polémica del mes, son el caso extremo de la contaminación publicitaria, pero también la colocación de publicidad contextual e incluso banners dentro de cada post.

Sin embargo, la aparición de publicidad era una elección soberana del editor del blog. Hace ya unos años se debatió mucho sobre el modelo de negocio de los agregadores de feeds por Web. Algunos de ellos cerraron al no poder capitalizar los esfuerzos técnicos que este esfuerzo merecía y muchos bloguers consideraron que no era procedente que los agregadores utilizasen publicidad contextual para monetizar las visitas de sus usuarios, al fin y al cabo, los contenidos eran suyos, así que se creían con derecho a decidir si colocar publicidad en ellos o no. Ahora Feedburner decide sacar provecho a los feeds que controla, una cifra que no puede dejar indiferente 1,570,012 feeds de 882,989 editores a fecha de hoy, situando publicidad en ellos. Por supuesto que Google deja la puerta abierta a todos aquellos que se quieran marchar, simplemente tienen que dejar de utilizar el servicio.

Don’t be evil pregona la compañía de Mountain View, pero reflexiona sobre el hecho de realizar un movimiento monopolístico, mueve una palanca para comenzar a sacar provecho de un servicio que no dispone de competencia que pueda hacerle sombra y que la inmensa mayoría de aquellos que lo prueban se quedan. No hace falta decir que Feedburner ofrece desde hace tiempo la posibilidad a los editores de situar los códigos javascript publicitarios dentro de los feeds que gestiona para que estos puedan obtener ingresos por su esfuerzo, pero además dispone de una ingente cantidad de servicios, además de posibilidades, muy interesantes para los bloguers:

  • Estadísticas de los feeds. Número de suscriptores, número de lecturas, evolución en el tiempo de éstas, que nos permiten ajustar los contenidos porque nos ofrecen datos de aquellos que tienen mayor impacto en nuestros lectores.
  • Estadísticas de los suscriptores por mail. Para aquellos tradicionalistas, o simplemente desconocedores de las ventajas de los feeds, ofrece un servicio de suscripción a los contenidos de un sitio por correo electrónico, enviando servicios de alertas.
  • Estadísticas para un sitio web. Al igual que Google Analytics o servicios similares, podemos conocer cuántos visitantes tienen nuestros sitios web al día y datos bien conocidos por todos.
  • Centralización. Podemos concentrar todos los feeds que genera automáticamente WordPress hacia un único feed, el que gestiona Feedburner, para evitar la dispersión de nuestros lectores.
  • Control sobre el estado del feed. Si se encuentra caído, tiene errores de codificación.
  • Servicio de Ping a los sitios encargados de seguir la actualización de las bitácoras como Technorati.
  • Servicio de optimización como que el feed sea lo más compatible posible para los distintos navegadores, que añada distintas opciones de interactividad para nuestros lectores o que facilite la suscripción a los distintos agregadores de feeds.
  • Además, permite que el feed no sea indexado por los bots de los buscadores evitando las duplicidades de contenido que posteriormente nos podrían penalizar o la opción de incluir una cláusula de licencia sobre uso de contenidos Creative Commons.

Así pues, el panorama futuro pasa porque todas las cuentas Feedburner sean trasladadas a Google Acounts, un movimiento con vista a aumentar el control de la información que se publica en la Red, para ir localizando a los editores de contenido -¿No les parecía suficiente Analytics?- y a sus lectores. Google tiene muchos tentáculos y la competencia que puede hacerle sombra sólo se dedica a pelearse por sus sobras.

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Los medios contratan, ahora, bloguers

Hace ya un tiempo que escribí un texto en el que detallaba la situación en la que se encontraban los blogs respecto a los medios de comunicación. A pesar de que me hubiese gustado haber realizado un seguimiento sobre cómo se han ido desarrollando los acontecimientos año tras año, el tiempo, otras temáticas y  dedicaciones más urgentes me han impedido poder acercarme a este tema como se merece. Desde luego que se ha tratado de una ocasión perdida, ya que la situación ha variado apasionada y terriblemente; siendo apenas reconocible la confrontación que algunos trataron de transmitir en los inicios de la blogosfera con la etapa que nos encontramos hoy, donde se comprueba que el Periodismo 3.0 no ha arrancado tal y como se predijo.

Actualmente, nos hallamos en una situación de sinergias, en la que la prensa está tratando de asimilar el modelo blog a marchas forzadas y con ciertos éxitos. Así, en un primer momento, los medios de comunicación trasladaron los blogs, o al menos lo etiquetaron con esa denominación, a los espacios donde sus columnistas publicaban sus textos en formato digital. Sin embargo, algunos de ellos se cuidaron de abrir esos espacios a la conversación de la blogosfera, por lo que no se podía realizar comentarios dentro de ellos. Este hecho fue criticado desde distintos ámbitos, puesto que el blog es un lugar donde se permite la participación de los lectores, olvidando (u obviando) quizá que algunos de los blogs más importantes y de mayor éxito cerraron sus comentarios, y no por ello fueron desconsiderados con esta denominación.

Posteriormente, los medios de comunicación prosiguieron con su encaje del modelo blog en sus espacios web, tratando de rentabilizar las nanoaudiencias específicas nacidas a partir de ellos. De esta manera, los propios periodistas encontraron acomodo para sus blogs, aunque posteriormente algunos dieron el salto hacia afuera independizándose, dentro de los sitios web de sus medios detallando tanto eventos especiales, como por ejemplo festivales de música, o como un espacio fijo y con nuevas posibilidades, según su especialización, donde lo que se transmitiese no fuese precisamente ni necesariamente una línea editorial de periódico.

El siguiente avance fue abrir la participación dentro del medio a los lectores, ofrecerles su espacio comunicativo y de participación aumentando el sentimiento de pertenencia al producto informativo. Fue el momento en el que los lectores pudieron abrir sus bitácoras en el medio, lo que significó para este rentabilizar el tráfico que estos generaban en forma de audiencia, así como este aprovechar la rémora que sus lectores le ofrecían con su participación y establecimiento de redes sociales.

Pero hoy se está dando un paso más. En la ronda de preguntas de la conferencia El Web de prensa. Estado actual de los medios actuales en España, le lancé el guante a Javier Guallar refiriéndome al hecho que algunos medios de comunicación impresos regionales españoles anduviesen contratando o estableciendo acuerdos de colaboración con algunos blogs o bloguers bien conocidos. El profesor concretó que se estaba produciendo un paso más dentro de las unión que los medios de comunicación estaban relizando dentro de la aceptación del modelo blog y su explotación.

Mi punto de vista es que los medios están tratando de realizar sus propias redes de blogs profesionales, en las que se invita a expertos en determinados temas, a participar y ampliar la temática que cubren los medios de comunicación. Debo de señalar que este movimiento lo he detectado más allá de los medios de comunicación regionales, por ejemplo el acuerdo de colaboración de La Brújula Verde con El Comercio Digital, y digitales como la reciente oferta de Canarias7.es, pero que esto no es de extrañar puesto que los medios han buscado tradicionalmente colaboraciones externas para la ampliación de una temática que les es desconocida o mediante la creación de espacios fijos para tratar temáticas que sus periodistas, por sus conocimientos, no pueden abarcar.

Una señal más de que los blogs están para quedarse y que los medios los han aceptado como modelos comunicativos aprovechando los beneficios de la Larga Cola. ¿Cuál será el siguiente paso?

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Pero, ¿por qué cambiar la plantilla de un blog? (y 2) – Aspectos internos

Una de las características de los blogs, una de las razones por las que tienen que agradecer su popularización durante los últimos años, es su fácil eidición y publicación, ya que el usuario sólo tiene que darle al botón de PUBLICAR para que sus ideas y opiniones se vean reflejadas en las otrora denominadas Autopistas de la información sin tener la necesidad de saber de HTML. Es cierto, los blogs son terriblemente sencillos de actualizar, si obviamos ciertos fallas psicológicas que pueden acechar al bloguer, sin embargo esto es completamente falso cuando hablamos de gestionar un blog.

Y es que no sólo debemos enfrentarnos a trolls y spammers, es que también debemos lidiar con otros aspectos inherentes al tipo de alojamiento que hemos escogido para nuestro sitio web. Puesto que no es lo mismo utilizar una plataforma de publicación como Blogger o el sistema de alojamiento de WordPress, que uno mismo deba de gestionarse el servidor y los ficheros, así como tener que actualizar a las nuevas versiones del CMS escogido con los riesgos que esto conlleva.

Porque si bien, en general, los desarrolladores de WordPress tratan que la actualización e instalación del sistema sea lo más sencilla posible; esto no quiere decir que en ocasiones no resulte traumática. De hecho, nos sucedió que de un salto de una versión a otra de WordPress, la actualización de la base de datos para el sistema de categorías y de gestión del blogroll no funcionó correctamente y el sistema daba error produciendo un fallo en la base de datos (Nuestro blog dejó de funcionar literalmente). Esto nos obligó a retornar a las copias de seguridad de las que disponíamos, perdón, las copias de seguridad que el servicio de alojamiento automáticamente producía. Este hecho que, más o menos los experimentados solventamos con mayor o menor dificultad, se me antoja imposible para aquellos que simplemente le dan al botón de PUBLICAR y se olvidan del resto, aunque tampoco ellos se aventurarán a autogestionarse sus sitios de publicación web, ni mucho menos a cambiar de plantilla.

Dicho esto, aquellos que nos aventuramos a tener un dominio propio en un servicio de alojamiento web nos enfrentamos frecuentemente a la inseguridad de si todo funcionará como se espera, ya que obviamente no tiene porqué siempre suceder así. Las actualizaciones de versiones del CMS son completamente necesarias, no podemos pasarlo por alto, ya que en las versiones antiguas suelen aparecer agujeros de seguridad que no sólo afectan al blog, sino que incluso pueden llegar a afectar otros sistemas anejos. Así, por ejemplo, Technorati anunciaba recientemente que iba a dejar de actualizar blogs que no hubiesen actualizado a versiones recientes de WordPress, su razón principal eran cuestiones de seguridad por lo que no es algo que deba dejarse aparcado durante mucho tiempo. Otras de las cuestiones que nos obligan a actualizarnos es el desarrollo de nuevos plugins, pequeñas funcionalidades que añadimos a nuestros weblogs según vamos descubriendo nuestras nuevas necesidades, y es que los plugins no se suelen diseñar pensando en versiones antiguas de WordPress.

Por supuesto que hay algunos que defienden a ultranza la no-actualización de los CMS aduciendo la depuración de las nuevas versiones – hasta que no salga la X.X.1 de la versión X.X no actualizo – o simplemente porque WordPress va creciendo y haciéndose más pesado, consumiendo recursos de los servidores, por lo que la decisión de actualizarse se aplaza. Pero, siempre llega, para fortuna o desgracia de los bloguers.

Pero, ¿qué tiene que ver lo anteriormente afirmado con la plantilla de un blog? Fundamentalmente que, al evolucionar el CMS, aparecen nuevas formas de hacer las cosas, nuevos comandos y obviamente una etiqueta que anteriormente nos servía para mostrar el blogroll puede caer en desuso y desaparecer. Por supuesto que esto también es aplicable a otros aspectos del blog como las etiquetas o los códigos en PHP que insertamos cada vez que instalamos un plugin y que dejan de funcionar porque la base de datos interna ha cambiado en su estructura. Sobre esto último señalar que, cuando se va a producir una actualización importante de WordPress, aparecen en distintas webs listas de plugins populares que funcionan y que no funcionan con la nueva versión del sistema. Por un lado, esto sirve para que los autores de los plugins actualicen sus creaciones, pero por otro nos ponen sobreaviso de que una funcionalidad específica que teníamos disponible en nuestro blog va a dejar de funcionar o puede dejar de hacerlo.

Así pues, el cambio de plantilla nos ofrece la posibilidad de limpiar los códigos de nuestros themes y, de esta manera, poder añadirles nuevas funcionalidades que antes no ofrecíamos. Por ejemplo, buscar un plugin que haga mejor las cosas (Esto nos sucedió con el plugin para la muestra de los últimos comentarios), así como rebuscar dentro de nuestro servidor y borrar antiguos plugins que utilizábamos, pero que por distintas circunstancias están obsoletos y ya hemos dejado de usar. En nuestro caso, uno que realizaba un conteo de las visitas que había recibido un post determinado.

Pero, aquí llega la puntualización, al igual que limpiamos nuestro código debemos tener presente que una nueva plantilla puede ensuciar nuestro blog si no somos cautos. Por ejemplo, una plantilla que consideramos gratuita puede llegar a salirnos cara, puesto que puede incluir enlaces que el diseñador ha introducido deliveradamente para mejorar el posicionamiento de otras webs que no tienen ninguna relación con nosotros. Estas son las plantillas denominadas Sponsored Themes que provocaron una honda controversia dentro de la blogosfera cuando Matt Mullenweg decidió eliminarlas del sitio WordPress Theme Viewer. Obviamente, estas plantillas tenían como objetivo que fuesen instaladas en el mayor número de blogs posibles para que, de esta forma, los enlaces incluidos dentro de ellas, señalasen a distintas webs que habían pagado al diseñador por su inclusión y mejorar su posicionamiento dentro de Google. Obviamente, esto puede convertirse en un arma de doble filo porque los buscadores pueden llegar a penalizarnos por ello.

Y es que el blogging nunca fue sencillo en ninguno de sus aspectos.

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La Blogosfera ante la crisis económica (y 4) – Conclusión

El panorama que se abre ante los editores web durante este año no es nada alentador. Tal y como hemos venido describiendo en esta serie de textos, disponemos de una serie de frentes abiertos que van a suponer distintas dificultades para la superación del bache económico que ya tenemos con nosotros. Por un lado, nos hallamos inmersos dentro de una crisis económica que no se sabe a ciencia cierta hacia dónde puede desembocar y que, afirme lo que se afirme, va tener su impacto dentro de la Web. Por otro, los nuevos modelos publicitarios desarrollados al calor de los blogs, ya que la publicidad contextual tipo Adsense se antoja insuficiente para la mayoría de los editores, basados en la compraventa de enlaces y revisiones y promociones, se fundamentan sobre el valor que otorga un único buscador a las distintas páginas webs que lo conforman, el Pagerank; es obvio que Google no va a permitir que el dinero corrompa este valor construido de forma democrática por webs comerciales o no.

Ante esto, lo primero que debemos tener presente es que Google es una empresa sujeta a su balance de situación (Ingresos frente a gastos) y mucho más desde que dejó su estatus de start-up desarrollando un modelo de negocio basado fundamentalmente en la publicidad contextual. Sus accionistas, inversores, socios y propietarios vigilan detalladamente la evolución de las distintas áreas operativas de la organización y ante la situación de incertidumbre que se está abriendo, es posible que la empresa de Mountain View podría no ser un valor seguro a pesar de su carácter de líder imbatible dentro de la Red. De hecho, las bajadas de los ingresos en Adsense para los editores – algunos lo cifran alrededor del 60% – también están repercutiendo en los resultados económicos de Google que a su vez influye en la situación de sus acciones en los mercados de valores, para más inri, el tráfico de Internet que gestionó la compañía disminuyó durante el mes de enero lo que definitivamente está comenzando a poner nerviosos a sus inversores ante la incertidumbre económica.

Es bastante obvio que la negra situación de los próximos meses va a tener cierto impacto en el desarrollo económico del buscador, sin embargo deberíamos considerarlo más bien como un bache más que como una crisis. Google es hoy por hoy un gigante que sigue trabajando y ampliando sus áreas de negocio, por lo que no se trata pues de un gigante con los pies de barro. De esta manera, el siguiente paso de Google hacia el control total de la publicidad en Internet ha sido la presentación de Google AdManager, que no ha sido bien recibida por los editores, ya que supone un paso más hacia el control de la información sobre los ingresos que se realizan en los distintos sitios web, además de que existen aplicaciones gratuitas alternativas, y bastante afianzadas, a la propuesta de AdManager.

Pero, en cualquier caso, las turbulencias económicas, las dificultades dentro del gigante van a trasladarse necesariamente a sus afiliados y que trabajan con él, no puede ser de otra manera. Aquellos bloguers que trabajen para la obtención de réditos económicos deberían comenzar a plantearse de que al menos durante este año, la situación no va a ser todo lo favorable que debería y que pasaremos por un período de vacas flacas. Sólo hay que resguardarse y esperar que el temporal pase pronto.

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