Los términos Sociedad del Conocimiento y Gestión del Conocimiento se han convertido en tan habituales que no es infrecuente que nos encontremos incluso con escritores que se atrevan a dar una definición de ellas sin errar el disparo. Por otro lado, los medios de comunicación también han tratado de acercarse a estos conceptos, así, por ejemplo, tenemos que el periódico La Vanguardia ejemplifica el concepto de la gestión del conocimiento con un gráfico.
Por nuestro lado, los profesionales de la información también aportan su granito de arena aportando una visión crítica. De este modo, Daniel Becerra no tenía ningún problema en asegurar en la lista de distribución Iwetel que "la gestión del conocimiento simplemente es organizar la información y moverla. Sólo que esto no queda demasiado esnob y, por lo tanto, tenemos que sustituir ‘organizar la información’ por ‘gestionar la información’, y ‘mover la información’ por ‘gestionar el conocimiento’".
Lo cierto es que la gestión de intangibles, la gestión de saberes, la gestión de conocimiento, todos aquellos sinónimos que queramos aportar; debe abordarse desde cuatro puntos de vista muy distintos: El empresarial, el humano, el tecnológico y el documental. De hecho, si acudimos a cada una de las disciplinas encontraremos una visión distinta, pero lo importante es ser consciente de que si uno de estos fallase, la gestión del conocimiento fallaría estrepitosamente porque no se entiende una gestión documental sin un soporte informático, una visión de utilidad dentro de la organización y un destinatario que es el trabajador o usuario.
Personalmente, considero que el gráfico de La Vanguardia es incorrecto porque olvida uno de los componentes y es que hay que convencer a las personas de que deben realizar una correcta gestión de la información, pero además es completamente necesaria la evaluación continua del sistema para que, cuando las necesidades de información cambien, el sistema de gestión se transforme con ellas y se adapte al nuevo entorno.