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Eric Schmidt, el hombre que puede reinar

Reclamado hace ocho años por los fundadores de Google, Sergei Brin y Larry Page, la figura de Eric Schmidt se ha ido agrandando con el tiempo según la estrategia global que seguía Google iba variando e insertándose y asentándose en casi todos los sectores de la tecnología. Estos sectores ya exceden los propios terrenos de la Web, como el de la telefonía con el desarrollo de forma abierta sistema operativo Android para móviles o el del sistema operativo Google Chrome para ordenadores. Esta tendencia expansiva de Google ya ha obligado a Schmidt a abandonar el consejo de Apple que ve a Google como un serio competidor para su teléfono iPhone y su estrategia dentro del mundo de la telefonía, así como en propio de los ordenadores debido a Chrome.

En la entrevista El futuro de los negocios según Google de la revista HSM Management (V.3 N.5, sept-oct 2009), Schmidt nos ofrece algunos destellos sobre su visión global de cómo va a funcionar el mundo respecto a su relación con la tecnología, así de cómo él trata de sacar lo mejor de cada uno de su equipo de trabajo.

Lo primero que hace Schmidt es desechar la teoría de la Larga Cola en favor de las más tradicionales Powerlaws (en el texto traducida como Ley de Poder) desde un punto de vista empresarial. Porque, según la visión de Schmidt, las empresas obtienen la mayoría de sus ingresos de unos pocos productos e Internet tenderá a realizar una concentración de marcas. Las marcas, los negocios y las figuras públicas serán cada vez más globales por lo que la tendencia será a rentabilizarla frente al resto.

Otra de sus interesantes reflexiones en el texto es el efecto red provocado por la vida digital que acentuará que todos los procesos vayan más rápido. Para Schmidt, cuando todas las personas estén conectadas y hablando entre sí, el ciclo de vida de los productos, las innovaciones, la información se transmitirán y se desarrollarán a mayor velocidad. Por supuesto que es consciente de que esto para nosotros puede suponer un problema debido al estrés que nos puede provocar, sin embargo actualmente hay toda una generación creciendo a esa velocidad y lo ven como algo completamente normal. Sus futuros líderes comprenderán cómo organizar ese mundo y el resto sólo podremos adaptarnos a él o simplemente sentarnos a contemplarlo.

Uno de los efectos de lo anterior es que las compañías ya no pueden ser controladoras de sus consumidores, deben dejar fluir la información y tratar de hablar con sus clientes. Para Schmidt, los grupos saben tomar mejores decisiones que los individuos, aunque puntualiza que deben estar integrados con las personas más inteligentes e interesantes, de ahí la teoría de la eSabiduría donde una empresa puede operar sobre la base del consenso con sus usuarios. Uno de los puntos fuertes de Google, remacha.

Por otro lado, el objetivo de Google es convertirse en un sistema innovador a escala, pasando a definir qué supone para Google cada una de esas palabras. Así, innovador es hacer cosas que sorprendan a los demás, sistemático es conseguir que se sistematice el enfoque provocando que se innove de verdad y escala a más de uno. De esta manera, Schmidt considera que Google dispone de una cartera suficiente de nuevos proyectos que confía en que alguno tenga éxito.

Sin embargo, el proceso de innovación sólo puede producirse si existe comunicación entre los distintos departamentos involucrados en cada proyecto. Esto se debe a la naturaleza de la tecnología donde la mayoría de las empresas cada vez serán más complejas, tendrán más productos y de mayor variedad. Para mantener la barrera competitiva hacen falta productos más flexibles, escalables, diferenciados y globales; y para ello Google trata de evitar las estructuras divisionales y unidades de negocio. De esta manera, se fomenta los vínculos informales de la cultura abierta y se trata de alentar la colaboración entre departamentos. De esta manera, se busca que los trabajadores se autoorganicen detectando los problemas más importantes.

Publicado en Visto/Leído