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Etiqueta: Poesía

Qué pena de los libros… Poemas por los libros (y 6)

¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan!

Federico García Lorca

Nosotros
los poetas
caminantes
exploramos
el mundo,
participamos
en la lucha terrestre.
¿Cuál fue nuestra victoria?
Un libro,
sin soledad,
con hombres y herramientas,
es la victoria.

Pablo Neruda

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Todos los libros del mundo… Poemas por los libros (5)

Todos los libros del mundo
no te dan felicidad
pero te conducen en secreto
hacia ti mismo.
Allí encuentras todo lo que necesitas,
el sol, las estrellas y la luna
pues la luz que tú buscas
habita en ti mismo.
La sabiduría que buscaste
en las librerías
reluce en cada página…
Y ahora es tuya.

Herman Hesse

POEMA DE LOS DONES

Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
A unos ojos sin luz, que sólo pueden
Leer en las bibliotecas de los sueños
Los insensatos párrafos que ceden

Las albas a su afán. En vano el día
Les prodiga sus libros infinitos,
Arduos como los arduos manuscritos
Que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
Muere un rey entre fuentes y jardines;
Yo fatigo sin rumbo los confines
De esa alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
Exploro con el báculo indeciso,
Yo, que me figuraba el Paraíso
Bajo la especie de una biblioteca.

Algo, que ciertamente no se nombra
Con la palabra azar, rige estas cosas;
Otro ya recibió en otras borrosas
Tardes los muchos libros y la sombra.

Al errar por las lentas galerías
Suelo sentir con vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá dado
Los mismos pasos en los mismos días.

¿Cuál de los dos escribe este poema
De un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al olvido.

Jorge Luis Borges

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Dios ponga en mi alcance libros… Poemas por los libros (4)

Dios ponga en mi alcance libros
aunque viva prisionero;
asomado a estas ventanas
no me acobardan encierros.

Eduardo Marquina

HUMANA
 
Si la conozco bien: si sé que es ella
frívola y desdeñosa y casquivana;
llena de gracia y como pocas bella,
pero de alma insensible, fría y vana.

Si sé que nunca del amor la estrella
en su camino ha de brillar ufana
porque es su pecho de granito y huela
dejar no puede la presión humana.

Si sé que es tan glacial como la nieve…!
Más, a pesar todo, cierto día
la vi leyendo y prorrumpir en llanto.

Duda extraña de entonces me conmueve:
¿Por qué si esa mujer es tan vacía
pudo ante un libro impresionarse tanto?

José Antonio Domínguez

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Discreto amigo es un libro… Poemas por los libros (2)

Discreto amigo es un libro:
¡qué a propósito habla
siempre en lo que quiero yo,
siempre en lo que yo no quiero…!

Calderón de la Barca

JARDIN DE INVIERNO
   
Llega el invierno. Espléndido dictado 
me dan las lentas hojas 
vestidas de silencio y amarillo. 
 
Soy un libro de nieve, 
una espaciosa mano, una pradera, 
un círculo que espera, 
pertenezco a la tierra y a su invierno. 
 
Creció el rumor del mundo en el follaje, 
ardió después el trigo constelado 
por flores rojas como quemaduras, 
luego llegó el otoño a establecer 
la escritura del vino: 
todo pasó, fue cielo pasajero 
la copa del estío, 
y se apagó la nube navegante. 
 
Yo esperé en el balcón tan enlutado, 
como ayer con las yedras de mi infancia, 
que la tierra extendiera 
sus alas en mi amor deshabitado. 
Yo supe que la rosa caería 
y el hueso del durazno transitorio 
volvería a dormir y a germinar: 
y me embriagué con la copa del aire 
hasta que todo el mar se hizo nocturno 
y el arrebol se convirtió en ceniza. 
 
La tierra vive ahora 
tranquilizando su interrogatorio, 
extendida la piel de su silencio. 
 
Yo vuelvo a ser ahora 
el taciturno que llegó de lejos 
envuelto en lluvia fría y en campanas: 
debo a la muerte pura de la tierra 
la voluntad de mis gerruinaciones
 
Pablo Neruda

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Es cualquier libro discreto… Poemas por los libros

Es cualquier libro discreto
(que si se cansa de hablar deja)
un amigo que aconseja
y que reprende en secreto.

Lope de Vega

¿Cómo compones? Leyendo,
y lo que leo imitando,
y lo que imito escribiendo,
y lo que escribo borrando,
y de lo borrado escogiendo.

Lope de Vega

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Francisco de Quevedo

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