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Etiqueta: Spam

Spammers contra bloguers, la batalla continua

Es posible que si has asistido a un curso de Community Manager/Social Media/Web 2.0 te hayan urgido en la posibilidad de que te abrieses un blog. Ese blog, o tu espacio personal profesional en la web, serviría para ofrecerte visibilidad, interactuar con otros profesionales, demostrar tus conocimientos sobre una manteria de tal manera que pudieses diferenciarte respecto a otros. Seguramente te sugirieron que lo mejor era poseer un dominio propio y un servicio de hosting. Esto sí que reforzaría definitivamente tu “marca personal” en la Red.

Estoy seguro que esto es lo que te contaron, la parte positiva. Probablemente, lo que no te contaron es que después de un año de actividad seguramente tus publicaciones descenderían, que las modas probablemente te harían abandonar el proyecto y que encontrarías otras formas de interactuar con el resto de profesionales sin necesidad de dedicarle un gran esfuerzo a la Red.

Si te lo advirtieron, enhorabuena, fueron sinceros contigo. Sin embargo, hay otra parte que no te contaron, ni que yo pensaba que me ocurriría a mi, pero la Red también tiene sus zonas oscuras. He visto muchísimos blogs simplemente destrozados por los spammers en los comentarios. Imagino que ante tal avalancha de comentarios, el propietario del blog simplemente desistió. Recibir 500 comentarios de spam al día no debe de ser plato de gusto de nadie. Afortunadamente, las herramientas contra estos spammers son actualmente efectivas e incluso una conjunción de ellas. A pesar de el peligro que tienen de saturar nuestros servidores, merece la pena.

Sin embargo, cuando crackean tu sitio web los disgustos crecen de forma exponencial. Hace unas semanas, os relataba mi periplo a la hora de tratar de limpiar completamente este blog de un asalto de estas características. Lo peor fue que a la semana siguiente el problema había cambiado, mutado más bien. Otro de los crackers había conseguido situar backlinks hacia sitios tipo “Viagra & Cialis” en este sitio web. Para enredar más la cosa, estos enlaces sólo se mostraban a los robots de los navegadores, siendo invisible para los usuarios y por ende a mi. El efecto fue un descenso del Pagerank y del tráfico derivado de los buscadores.

Me percaté del problema de forma casual, pero fue realmente descorazonador descubrir que tal vez la base de datos del blog se encontrase comprometida. Tener que buscar una línea en un maremágnum de datos no iba a ser sencillo. En ese momento, pensé realmente en cerrar el blog o migrarlo a otra plataforma. El éxito de un CMS favorece que suframos los ataques de los crackers, no hay vuelta de hoja.

Finalmente, encontré el problema y lo solucioné -En realidad, había que modificar un fichero y borrar otro- no sin antes descubrir que el cracker había señalado que había peligro mortal si borraba su archivo. Por supuesto que tuve la misma clemencia que él a la hora de manipular mi sitio web. Imagino que hasta la próxima.

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Y si el spam se convierte en emocional

Ayer recibí un correo electrónico de Elena desde Rusia. No conozco a nadie que viva en Rusia y no sé qué me impulsó a abrir un email con el asunto «Mensaje de Rusia», pero su contenido me conmovió y mucho. El mensaje – el típico spam para aquellos que consideren que detrás de esta historia hay algo más – te advierte al final del mismo que Elena no sabe español, que ha utilizado Google Translate para hacerte llegar la misiva de forma comprensible, pero que la comunicación, en el caso de querer contestar, se puede realizar en inglés.

Elena me asegura que se encuentra en mi franja de edad y que trabaja en una biblioteca, lo que ya capta irremediablemente mi atención y me obliga a leer todo el texto, a pesar de no contemplar ni acentos ni eñes. El primer párrafo es dice así (respeto las faltas ortográficas):

Mi nombre es Elena, tengo 33 an~os y te escribo desde la provincia rusa. Yo trabajo en la biblioteca y despue’s de mi trabajo me permite el uso del ordenador siempre que sea posible. Me parece mu’ltiples lugares en Internet, y me decidi’ a escribirte esta carta.

Su vida se plantea como un verdadero drama y conmovedor. Elena vive con su madre, tiene un hijo, el padre del mismo lo abandonó, pasa contar la situación dramática del lugar donde vive a 200 kilómetros de Moscú. Sin embargo, todo dispone de un tufo a spam de citas que no se aguanta, además debemos tener presentes las direcciones de correo desde la que se envía y una que se ha colgado en el campo ‘Para’.

Tengo muy presente que las personas, los usuarios somos la parte más débil de los sistemas de seguridad informática. Se han realizado estudios que aseguran que rifaríamos nuestras contraseñas por una chocolatina, aunque personalmente no creo que la inmensa mayoría de los internautas se arriesgasen si les pidiesen la contraseña del Facebook.

Este mensaje de spam, casi personalizado hacia mí puede que por puro azar, podría intercambiar su profesión «bibliotecaria», «profesora», «médica»… dependiendo del destinatario perfilado por una cuenta de correo electrónico. En un mundo en el que se captan cada vez más nuestros datos personales, en el que nuestra información «trackeada» (sic) se vende al mejor postor mientras inconscientemente desarrollamos nuestras actividades en la nube de la Web; es bastante previsible que los mensajes de spam se personalicen cada vez más, como si fuésemos clientes de una tienda on-line. Porque, al fin y al cabo, se trata de un negocio en el que sólo debemos picar.

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Spam “amigo” desde el Social Media

Ahora que cada día los blogs aparentan tener cada vez menos sentido – Desde mi trayectoria personal y profesional no comulgo con esta afirmación -, me gustaría retrotraeros al momento en que las bitácoras comenzaron a llenarse de anuncios, a venderse. En aquel momento, se entendió aquel movimiento como un completo sacrilegio dentro del espíritu bajo el que había nacido y crecido la Blogosfera. Dos grupos diferenciados se establecieron entonces, aquellos que rechazaban la mancha que suponía la publicidad en sus bitácoras personales, mientras que el segundo abogaba por rentabilizar el fenómeno y las pequeñas grandes audiencias que generaban. El resultado de esa confrontación fue la derrota de los idealistas que pudieron seguir su política, aunque por supuesto hubieron deserciones y algunos donde dijeron digo, decían Diego.

La idea subyacente de aquella confrontación entre iguales era el “no te vendas, no me falles” que tan poco duró en la mente de los bloguers y de sus lectores que muy pronto se lanzaron a idear nuevas maneras de lanzar mensajes publicitarios. Cuando los bloques de publicidad contextual y los patrocinios no fueron suficientes, la carga publicitaria se amplió hacia el propio contenido de los blogs hacia las revisiones de productos que las empresas enviaban a los bloguers gratuitamente o incluso a los posts patrocinados. La venta de enlaces también fue una actividad a implementar, hasta que Google trató de mediar en el asunto penalizando aquellos que vendían sus enlaces a otras webs. Se ha llegado a cierto extremo que hasta a los más fieles, aquellos que tienen sindicados los feeds de los blogs y de distintas páginas webs, también sufren la presión publicitaria y contemplan los mensajes que las empresas quieren hacer llegar hasta ellos, aunque esta última fórmula no dispone de excesivo éxito en su monetización (sic).

Pero, como decíamos en nuestra primera frase, actualmente los blogs no tienen sentido y los mensajes comerciales tienen que ser canalizados de otra manera. Si los blogs imprimieron confianza y veracidad a las personas, más allá del paraguas de la cabecera de un medio de comunicación, el fenómeno se ha ido trasladando a los nuevos elementos del Social Media. Allí, donde una identidad digital podía establecerse, allá que los responsables de marketing podían poner sus ojos.

Esto no es baladí. Si los procesos de selección de personal comienzan a tener en cuenta cuántos followers (seguidores) dispone una cuenta Twitter para considerarte un buen candidato (Concretamente 250), ¿por qué no habría posibilidad de comprar seguidores? Si lo que queremos es llegar con nuestro mensaje a las personas, ¿por qué no comprar ese vínculo de amistad en las redes sociales? Claro que éste es un fenómeno incipiente, que todavía se ve con cierto recelo desde las empresas responsables de estos sitios, pero que se convertirá en tendencia. Actualmente, hay empresas que nos pagan por nuestra atención, por sufrir de forma voluntaria sus mensajes publicitarios desde distintos medios y plataforma en forma de regalos o dinero, ¿por qué no lo iban a trasladar al Social Media?

El problema surgirá cuando a las personas se les pague por transmitir ese mensaje a sus contactos, cuando un individuo se convierta en una pequeña plataforma publicitaria y viole la confianza de sus amigos. Bueno, en realidad, el futuro llega demasiado pronto.

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El lado oscuro de la Blogosfera (I) — Spam Blogs: ¿La blogosfera se contrae?

Huelga decir que uno de los mayores problemas ante los que se enfrenta cada bloguer son los spammers y su infinidad de falsos comentarios que nos dejan ya sea manualmente o mediante bots. Más allá de ser un problema constante, según una bitácora se va haciendo veterana, el problema se va acrecentando hasta tal punto que la tarea diaria de ir borrando uno a uno cada falso comentario se hace un tanto tediosa. Desde luego que dejar nuestro blog a la suerte del spamming no es un acierto, ya que estos falsos comentarios lo ensucian la bitácora y, si ya de por sí resultan desagradables para nuestros visitantes, los buscadores bien pueden llegar a penalizarnos en su justo derecho puesto que es nuestra responsabilidad adecentar nuestras bitácoras. Estos falsos comentarios son verdaders quebraderos de cabeza que pueden llegar a extremos insoportables e incluso obligar a los propios bloguers se ven obligados a disculparse ante sus lectores ante tal desaguisado.

Sin embargo, el problema del spam en la blogosfera va mucho más allá de los casos individuales reflejados en los comentarios de cada weblog. Los propios buscadores han desarrollado herramientas en su lucha contra los blogs cuyo objetivo final es el spamming per se. David Sifry, el máximo responsable de Technorati (uno de los más importantes motores de búsqueda en blogs), realizaba la distinción entre dos tipos de falsos blogs: los Spam Blogs (Splogs) y los Fake Blogs (Flogs).

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Blogs & Spam (2)

Que los bloggers tenemos un enemigo común, es algo que vamos descubriendo poco a poco. A pesar de que los spammers han puesto su punto de mira en nuestros modestos blogs, sin tener en cuenta que sus acciones no son siempre fructíferas, aunque irritan bastante, los bloggers estamos comenzando a defendernos.

En nuestro blog, desgraciadamente, los comentarios spam nos están comenzando a desbordar y, por ello, hemos tenido que poner una lista de palabras para filtrarlos. La otra solución hubiese pasado por moderarlos todos, sin embargo, no deseamos llegar a ese extremo. Por ello, si publicas algún comentario en este blog y no se publica, no desesperes, puede que no haya pasado nuestro filtro. Revisaremos tu comentario y lo publicaremos, seguro.

Suerte al resto de los sufridos bloggers. Esperamos que éste sea el último envío que hagamos sobre este tema.

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Blogs & Spam

Ayer nos percatamos de que nuestro blog había sufrido del primer spamming de su breve historia. Alguien había colocado un anuncio publicitario dentro de un comentario de un post.

Desde luego que ni somos los primeros ni los únicos que ya han sufrido de estas acciones tan molestas, y por otro lado inútiles. El escritor del blog MiniD ya denunciaba en un envío que había tenido que borrar 70 comentarios sobre viagra y de similar índole. Por fortuna para él, su blog está moderado, es decir que los comentarios se leen por el administrador antes de ser publicados, y puede arreglar el desaguisado de una forma sencilla aunque tediosa.

En nuestro blog todavía no moderamos los comentarios, pero si el spam se establece dentro de la blogosfera tendremos que comenzar a hacerlo. En cualquier caso, este nuevo truco de los spammers utilizando los weblogs para intentar transmitir su cansino mensaje tiene sólo un camino: El fracaso.

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