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La dicotomía del grupo PRISA: «El Huffington Post» y «El País», dos productos diferenciados para los nuevos tiempos

No son buenos tiempos para los medios de comunicación. En España, la llegada de la crisis económica los ha situado en serios aprietos económicos debido a que durante los años de bonanza muchos de ellos habían apostado por aventuras multimedia de las que algunos han tenido que desinvertir para sobrevivir. Las noticias de Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) en los medios y agencias de comunicación de todo color político y soporte de difusión se suceden mes a mes. Mientras, las perspectivas no mejoran en ningún sentido, indicando las previsiones que se producirá un empeoramiento de la situación de los balances de situación de las empresas editoras al menos hasta que pase el verano.

Sin embargo, a pesar de tratarse de un sector en una reconversión industrial brutal, existen apuestas por la experimentación y los nuevos formatos. Tanto de periodistas muy activos en la Internet española como medios de comunicación que surgen de o bien periodistas afectados por estos EREs o bien de nuevos periodistas recién salidos de las facultades de información tratan de establecerse de forma independiente y con bajas inversiones. Pero también las grandes empresas editoras arriesgan con nuevos formatos, eso sí, extienden cheques y adquieren know-how y marcas. Éste es el caso del grupo PRISA y su El Huffington Post (HuffPo).

El grupo PRISA adquiere a Arianna Huffington no sólo la marca y la plantilla, además del 50% de la sociedad creada para albergar el proyecto empresarial del HuffPo español, si no también su know-how de forma que los periodistas de su versión americana enseñan a sus homólogos españoles cuáles han sido sus casos de éxito.

Desgraciadamente el nacimiento del HuffPo no podría traer sino polémica. Su versión americana nació de la agenda de Arianna Huffington y las redes de contactos que ya tenía establecidos previamente. De esta manera, invitó a personajes populares a abrir su blog dentro de su sitio web, el HuffPo, para posteriormente incorporar a profesionales. El HuffPo americano dispone de una plantilla de 200 personas a los que habría que añadir los miles de colaboradores que no cobran por su trabajo pero que publican sus textos e informaciones dentro del HuffPo y que se sintieron profundamente molestos cuando Arianna vendió su nuevo medio de comunicación a AOL por lo que cobró una buena suma, mientras que sus colaboradores no vieron un dólar.

En el caso español, tras la agitación y propaganda desarrollada por PRISA, para la adquisición de la marca y su puesta en marcha en el ámbito hispano (el HuffPo tiene ediciones en Francia, Gran Bretaña y espera establecerse en breve en Canadá e Italia) del nuevo medio sólo pudo provocar recelos y desconfianzas de un proyecto que bebía de las fuentes de su hermana mayor americana. Una plantilla de ocho periodistas con un buen puñado de colaboradores que no cobrarían por sus trabajos. Algunos consideraron que el HuffPo atacaba a los periodistas y una forma de entender la profesión lo que encendió los ánimos en la Red.

PRISA, editora de uno de los diarios más importantes de España, no quería tirar piedras sobre su propio tejado. El HuffPo era una nueva forma de generar audiencias e información, pero no podía ser competencia directa de El País en cuanto calidad. De hecho, El País dispone de una muy buena red de blogs de expertos y colaboradores. Su primer día en la Red atrajo muchas miradas y también infinidad de críticas empezando por el montaje de la fotografía que abría su portada que algunos consideraron de muy baja calidad. El cineasta Alex de la Iglesia hizo llegar ese malestar que percibía a través de Twitter a Montserrat Domínguez. Muchos profesionales de la comunicación están molestos con este nuevo proyecto que venía a sumarse a un sector enfermo como puntilla. Finalmente, tengo que reseñar aquí las distintas misivas que se entrecruzaron Montserrat Domínguez y el periodista Javier Pérez de Albéniz del medio digital  Cuarto Poder con réplicas y contra réplicas:

Espadas en alto para un sector demasiado vapuleado por demasiados frentes. En cualquier caso, el HuffPo español no sólo tiene que enfrentarse a los recelos de todo un colectivo, si no que hay que tener presente que España como mercado no es Estados Unidos, que el HuffPo nació en 2005 y han pasado siete años desde entonces; y que hacerse un hueco a la sombra de El País va a ser terriblemente complicado aunque se trate de diferenciar productos. Y más teniendo presente el estado de ánimo del sector informativo español, en el que incluso para el Consejero Delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, los medios de comunicación están muertos ya.

Publicado en Internet Prensa

Un comentario

  1. La verdad que la contra ofensiva que le planta Albéñiz a Domínguez es bastantes buena…. (miraré si el año que viene ganan el Ortega y Gasset XD). La verdad que no me extrañaría nada que la idea del «El Huffington» (porque le han puesto «El»???????!!!!!!!) lo hubiera sacado Arianna de «Google Notícias», pero como esta hecho a la sombra de un medio de comunicación entonces se le llama periodísmo….

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