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El futuro inimaginado del libro electrónico

Hace ya unos meses que Amazon, la librería más importante de Internet, presentó su propio libro electrónico bautizado como Kindle, que provocó mucho revuelo junto a cierto éxito y que derivó en el inevitable  debate sobre el futuro del libro. A pesar del entusiasmo de los medios de comunicación, los amantes de la tecnología no lo tienen del todo claro y las críticas sobre el nuevo aparato no han sido indulgentes, más bien crudas. Si tenemos presente que desde mediados de la década de los noventa se vienen presentando aparatos para tal fin, incluyendo a la multinacional Sony con su Reader, y su éxito y penetración han sido escasos o nulos; lo que debería debatirse no es el futuro del libro como soporte, sino más bien el futuro del libro electrónico como está concebido actualmente.

Obviamente, no voy a ser yo el que niegue que el futuro del libro pueda llegar a ser digital (que lo será), pero no parece que estemos en la antesala de su agonía, fundamentalmente porque hay un error en su concepción y en su diseño. Echemos un vistazo a Kindle lleno de botones, aparatoso, con una política DRM demasiado agresiva y caro (400 $), aunque tenga un catálogo impresionante de 90.000 títulos en sus inicios, desde luego que no parece ofrecer algo novedoso respecto a lo ya visto salvo estar respaldado por una gran empresa dedicada a la comercialización del libro.

Pero el propio lanzamiento del aparato parte de una base errónea, puesto que se nos vende este e-book como el iPod de los libros, olvidando que el iPod fue en su momento revolucionario respecto a su capacidad de almacenamiento y un diseño innovador. Una concepción nueva de algo que ya existía y que ha favorecido un efecto Halo sobre el resto de productos de Apple impulsando las ventas de sus otros productos junto al refuerzo de su tienda en línea iTunes Store. Pero establecer comparaciones es una política errónea de marketing porque se plantean expectativas que no se cumplen. Consideremos el último producto estrella de la compañía de la manzana: El iPhone. El terminal móvil no se vendió como un iPod con teléfono; no, se comercializó como un nuevo  concepto de teléfono móvil, revolucionario desde sus principios y único en su diseño. Es por esto por lo que es deseado. Tener un iPhone para un consumidor es marcar una diferencia y lo mejor de todo es que su producto derivado, el iPod Touch, es percibido como un iPhone capado en sus funcionalidades, más que como un producto de la familia iPod.

Pero es significativo que Apple no esté interesada (todavía) en el mundo del libro. Steve Jobs no teme a Kindle como competencia, supuesta, qued éste pueda ofrecer a sus productos. Según su criterio, el Kindle reproduce textos en cuatro animados tonos de gris, y lo hace bien. Sin embargo, cuando se pregunta a Jobs qué opina del dispositivo, deja claro su menosprecio por el sector de los libros. "No importa lo bueno o malo que sea el producto; el hecho es que la gente ya no lee", espeta. "Un 40% de los estadounidenses leyeron un libro o menos el año pasado".

El fondo de esta aseveración es que los geeks y los early-adopters no están interesados en los libros electrónicos, no quieren un aparato en blanco y negro que sólo sirva para leer. El libro electrónico, para ser adoptado de forma masiva, tendrá que ser un punto de acceso a Internet como lo está comenzando a ser el iPhone. No es suficiente una pantalla en blanco y negro, deberá permitir leer blogs y navegar por ellos, periódicos, wikipedias, etcétera sin tener que pagar por ello. Deberá ser un punto de acceso a la biblioteca universal que además permita leer libros, ver vídeos, contestar al correo electrónico, bloguear, chatear, etc. No podemos olvidar que las compañías tecnológicas están escaneando y poniendo a disposición de los internautas de forma masiva libros de distintas bibliotecas. ¿Quién podría en un futuro obviar esa fuente de información?

El debate subyacente es quién compraría un e-book. El mundo del libro siempre ha contado con una ventaja que compensa la carencia de unos ingresos y unos beneficios enormes: la apasionada adhesión que sienten autores, editores y clientes habituales por los propios libros. Por ello, el futuro del libro no está imaginado aún, no son los aparatos que se nos presentan, no son innovadores en su concepción. Tratan de llevar la idea de un libro analógico al digital sin considerar que tal vez ese no sea el camino correcto para crear un modelo de negocio válido que se ve lastrada por la idea misma del producto.

Publicado en Libros

9 comentarios

  1. Yo creo que el futuro del libro (libro como concepto) terminara reuniendo las ventajas del libro en papel y las del libro electronico.

  2. Una pequeña disgresion: Sobre esto de hablar del futuro. En este enlace de Nuevo Mundo de 15 de 11 de 1929 podemos leer un articulo que se titula ¿Que prefiere usted el cine mudo o sonoro? Todavia en aquella epoca habia cierto desprecio por lo que llamaban cine parlante. Algo asi como lo que pasa ahora con el libro electronico y el de papel. Un libro, libro debe ser de papel y ademas estar bien encuadernado.

    http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/paginas/internet/Madrid/Nuevo%20Mundo%20(Madrid)/1929/192911/19291115/19291115.pdf#search=%22cine%20parlante%22&page=44

  3. Bueno, cómo leeremos es todavía una incógnita. Pero desde luego que el e-book tal como está hoy en día, no va a ser ni revolucionario ni interesante.

    En fin, que nos vamos a quedar como estamos.

    🙂

  4. Mon Mon

    Como aficionado lector… creo que el libro tiene para mi un valor físico irrenunciable, pero tambien soy consciente que esto no pasará con las nuevas generacions creo que estamos lejos de conseguir un producto que pueda dar al traste con la lectura de un libro. Pero tal y como comenta el artículo una mejora en las prestaciones puede dar lugar a cobrir parte de la demanda, precios mas baratos, acceso a prensa diaria por subscripción, libros descatalogados, mejoras visuales cercanas al descanso de la vista en papel… etc

    Al final llegará pero que nadie me quite mi hermosa biblioteca !!!!

    Saludos.

  5. Lo que parece poco probable es que desaparezca la lectura.

  6. […] ¿Pero realmente existe tal debate? Personalmente, no lo creo. Por lo menos, no aún. No creo que haga que la gente que no lee, empiece a leer ya que cualquiera de estos aparatitos cuestan un buen dinero, y desde un punto de vista tecnológico todavía no son lo que deberían llegar a ser para competir seriamente con el libro impreso. Más información sobre el tema aquí. […]

  7. CMorales CMorales

    Bueno, ahora que estamos en 2011 (un poco en el futuro de tu artículo) ya no se ven tan mal los Kindle, ¿no? 😉

Los comentarios están cerrados.