A partir de mediados de 2006, Google apuesta decididamente en seguir ampliando sus fuentes de información y reforzando su modelo de negocio. El buscador prosigue en su barrera ascendente en la ampliación en las cuota de mercado de los buscadores, mientras que se va fijando otros objetivos en su consecución de “poder organizar la toda la información del mundo y hacerla accesible”. Así, lanza Google Video (2006) con el objetivo primero de permitir la localización de vídeos de distintas temáticas y después permitir que sus usuarios puedan subir sus materiales audiovisuales y puedan compartirlos. En esta ocasión, Google fracasa en su intento de instalar su pica en la Web 2.0, compitiendo con un servicio mucho más popular y atractivo que el suyo, aunque al final acabaría tirando de chequera y adquiriría YouTube, la considerada televisión del siglo XXI.
Por otro lado, apoyándose en su mayor, y más exitosa, fuente de ingresos el programa de referidos de Adsense, el cual constituye el 90% de sus ingresos, Google se dispone a reforzar su batalla contra el gigante de la informática hasta ese momento: Microsoft. El gigante de Redmond no había encontrado un rival tan admirable hasta la fecha, de hecho aquellos que habían tratado hacerle frente habían sucumbido ante sus agresivas políticas comerciales y su control absoluto sobre el mercado del PC de sobremesa.
El ejemplo paradigmático en la Red lo constituye Netscape, lanzadora del Netscape Navigator el primer navegador gráfico para Internet y predecesora de Mozilla Firefox, no pudo hacer frente a la política de Microsoft cuando ésta decidió regalar su navegador, Internet Explorer, frente a la comercialización que hacía Netscape del suyo.
Debemos señalar que Google no disponía de ningún control sobre la forma que sus usuarios acceden a la Web hasta hace bien poco. Sin embargo, era plenamente consciente de que esto era su principal debilidad. De hecho, se dispuso a rebajar este poder omnipresente de Redmond en los Pcs de los internautas de todo el mundo financiado proyecto alternativos. En un primer momento, apoyando económicamente a la Fundación Mozilla para que siguiese con el desarrollo de Firefox frente al Explorer que se quedó atascado durante cinco años sin ninguna mejora y, después, lanzado Chrome su propio navegador web que puede facilitarle su posición en un futuro. De este modo, nos queda claro que Google no parece dispuesta a que Microsoft se disponga a entrar en una guerra abierta contra ella disponiendo de toda la baraja y antes de que los de Redmond se decanten por una estrategia web nueva, en Mountain View ya miran hacia el futuro.
Un futuro que pasa, primero, por el desarrollo de un sistema operativo para dispositivos móviles completamente nuevo: Android. En un mundo, donde la ubicuidad y el acceso a Internet se realizará en cualquier momento y cualquier lugar, Google no parece proclive a dejar en manos de su competencia el nuevo acceso a la Red. Android, un tanto vapuleado tras su comercialización sobre todo en comparación al iPhone de Apple, constituye las esperanzas de un futuro prometedor y lleno de posibilidades, y Google también se encuentra posicionado en el control de esta infraestructura mediante su concurso en licencias de acceso WiFi en Estados Unidos.
Pero el control sobre los contenidos van más allá y Google parece de alguna manera querer posicionarse en todo aquello que pueda ser provechoso en un futuro. Así, por ejemplo, quiso enfrentarse a la Wikipedia con el desarrollo de Knol, otra enciclopedia participativa, pero que al contrario que la primera sí que retribuía a sus editores. Se dispone a ofrecer servicios avanzados a la Pymes mediante la creación de Google Sites (2008) dentro de los cuales las organizaciones dispondrán de sus pequeñas intranets, pero con servicios que bien pueden sobrepasar sus necesidades. Aunque es cierto que toda esta inmensa actividad, está comenzando a levantar muchas suspicacias. Sobremanera tras la adquisición de Doubleclic, una compañía de publicidad on-line, que complementaba perfectamente su programa de publicidad contextual Adsense y que, según algunos, supone un riesgo para el futuro del desarrollo de la actividad publicitaria en la Web. Asimismo, Google también se ha dispuesto a desarrollar herramientas gratuitas para la gestión de la publicidad dentro de los sitios web que no tiene que ser necesariamente gestionada por él (Google Ad Manager), aunque sin embargo puede aportarle datos e información sobre la actividad de sus usuarios, lo que no ha acabado de gustar.
Y qué decir del acuerdo de Yahoo-Microsoft-Google nunca cerrado y convertido en un auténtico culebrón. Tal vez la última oportunidad de la que dispone Microsoft de recuperar el terreno perdido en la Red, comprando e integrando Yahoo!, y la única amenaza que dispone Google a medio plazo de que su reinado en el medio de comunicación por excelencia del siglo XXI se vea amenazado. El cortejo de ambas para que Yahoo se aliase con una u otra ha dejado a este buscador un tanto desamparado en la situación económica actual, sin embargo suceda lo que suceda con Yahoo!, no cabe duda de que el futuro es de Google y nadie parece que esté en condiciones de hacer frente a su rodillo.