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Los manuscritos del Mar Muerto

Hace ya dos meses que no escribo en El Documentalista Enredado por algunas de las razones que Marcos tan acertadamente ha descrito. Y, aunque no creo que pierda mi estatus de autora de este blog por mi falta de participación, creo que ya es hora de volver “a casa” como buena hija pródiga, aunque en este caso en Semana Santa.

Estas fechas en las que nos encontramos, además de ser las más indicadas (al parecer) para ver en televisión películas bíblicas y de romanos, también lo son para recordar uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX: Los manuscritos del Mar Muerto.

Cuando el pasado verano me encontraba en el Museo Arqueológico de Jordania en la ciudad de Amman, frente a las vitrinas que contenían algunos de los manuscritos encontrados en las cercanías del Mar Muerto, ninguno de mis compañeros de viaje podía comprender mi emoción al contemplar aquellos documentos que, entre tantas maravillas, apenas llamaban la atención.

En aquel momento, yo apenas conocía su importancia religiosa por lo que, aunque intuía que estaba ante algo de gran valor, el contenido de estos manuscritos me interesaba más bien poco y lo mismo me habrían fascinado si se hubiera tratado de recetas de cocina: lo que realmente me emocionaba era contemplar el mismo hecho de la escritura recogida en documentos datados entre los siglos III a. de C. y el siglo I.

Fueron posteriores lecturas las que me llevaron a descubrir la trascendencia de estos documentos y su sorprendente descubrimiento, producido de forma fortuita como tantos otros.

El descubrimiento de estos manuscritos se produjo de manera casual, como ya he dicho, por tres pastores (o sólo por uno, según las fuentes) pertenecientes a la tribu beduina Tàamireh, que a finales de 1946 encontraron una serie de rollos ocultos en la cueva de Qumrán, a orillas del Mar Muerto.

Los beduinos se apoderaron de siete rollos y un par de jarras que contenían los manuscritos, y al año siguiente, los hallazgos se encontraban en manos de dos anticuarios árabes. Cuatro de estos rollos fueron comprados por el archimandrita del Convento de San Marcos en Jerusalén y los tres restantes fueron adquiridos por el profesor Sukenik, de la Universidad Hebrea de Jerusalén que, hasta siete años después, no logró hacerse con la totalidad de los manuscritos debido al elevado precio que alcanzaron.

Cuando trascendió la importancia del hallazgo, una expedición arqueológica de la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa de Jerusalén y el Departamento de Antigüedades de Jordania emprendió las excavaciones de la cueva, y a pesar de que ésta había sido saqueada por los beduinos que intuían el beneficio económico que podía reportarles, la expedición halló unos seiscientos fragmentos procedentes de unos setenta manuscritos, así como los restos de cincuenta jarras y otros materiales.

Las excavaciones prosiguieron entre 1951 y 1965, llegándose a realizar cinco campañas en las ruinas de Qumrán. Durante este periodo, las actividades de los arqueólogos mantuvieron un continuo pulso con los beduinos que descubrieron diversas cuevas, al tiempo que los arqueólogos descubrían otras, hasta localizarse un total de 11.

En estas cuevas se encontraron miles de fragmentos de manuscritos entre los que destacan el centenar que corresponde a reproducciones de los libros de la Biblia hebrea (el Antiguo Testamento) salvo el libro de Esther o los manuales, reglamentos y oraciones de la comunidad que allí habitaba, todos ellos escritos en hebreo y arameo. Su valor es innegable, ya que reflejan el desarrollo del judaísmo y el cristianismo primitivos.

En los diversos textos que he ido consultando sólo he podido hallar datos sobre su valor religioso, y nada que indique si estos rollos estaban organizados con algún sistema, si las jarras que los guardaban tenían indicaciones de su contenido a modo de índices, si seguían algún criterio de ordenación… cualquier cosa que pudiera satisfacer mi alma bibliotecaria. Lo que sí está claro es que este hallazgo realizado en Qumrán correspondía a una biblioteca de contenido teológico que evidenciaba la existencia de una secta judía, la de los Esenios, apenas conocida hasta entonces.

Esta “comunidad de Qumrán”, como se la denominó, habría ocupado durante un par de siglos el enclave formado por las ruinas de una fortaleza construida en los siglos VII o VI a. de C.; ocupación ésta, que se habría realizado durante el periodo 135/4 a. de C. hasta aproximadamente el año 68 d. de C., en que los romanos destruyeron el lugar y la comunidad que lo ocupaba desapareció, guardando sus secretos plasmados en rollos manuscritos.

Publicado en Historia La Imagen

11 comentarios

  1. muleque muleque

    Nunca nadie tuvo una idea tan clara del problema mayor en la documentación. Opiniones de grandes profesionales del campo en

  2. Jejeje, creía que nunca vería este post en este blog… Lo leeré con fruición.

    😛

  3. Lo sé, lo sé. Estaba pendiente desde el verano pasado, pero todo llega.
    Era difícil encontrar un enfoque que no fuera excesivamente religioso, pero en Semana Santa no importa tanto ¿no? 😉

  4. Un artículo interesante, pero te falta una segunda parte sobre el mercadeo posterior que hubo sobre los nuevos textos encontrados.

    jejeje

  5. Ya sabes que a mí el lado comercial de las cosas no me interesa demasiado, por eso no he incidido sobre ello. Pero desde luego que nadie iba a dejar pasar una oportunidad así de lucrarse…

  6. Espero que te gustar la exposición.
    Por aquí por Valencia, no han pasado todavía (si es que pasa).

    Gracias Fernando por tu aportación. Será interesante echarle un vistazo a esos artículos.

  7. Laura Laura

    HOLA es primera vez que entro a esta pagina y vengo en busca de informaciones de algunas preguntas que no encontre, si alguien me puede ayudar la pregunta es :
    1-Que Contienen los Manuscritos?
    si alguien se sabe la respuesta por favor escribame a mi msn lababy2011_7@hotmail.com.

    GRACIAS.

  8. Francisco Ugalde Francisco Ugalde

    Es realmente lamentable que en ningún sitio de Internet,(«el orgullo de la intelectualidad y el modernismo del hombre») se mencione a esa super-inteligente, valerosa escritora Barbara Thiering, autora del libro «Jesús el Hombre». La única mujer que se atrevió a escribir la VERDAD de ese hombre tan polemico, misterioso e incomprendido, en base al estudio minucioso de los documentos encontrados a orillas del mar muerto. El libro lo publicó Editorial Diana en México, pero a los pocos días, de repente desapareció del mercado, aduciendo que se había agotado. De buenas fuentes se supo que fué retirado del mercado por ordenes del Vaticano y las autoridades ecleseasticas de México. Entiendo el descomunal poder del Vaticano por prohibir y desaparecer esta publicación; pero realmente es tan fuerte como para acallar a los «Intelectuales» laicos del planeta, como para permitir esta insensatez, ¿hasta cuando seremos capaces de quitarnos el yugo de la religión más dogmática y más perversa que existe? obviamente es decisión personal… pero que indigno y corrupto se vuelve el hombre cuando es coptado y sometido por un poder eclesiastico totalmente polarizado.

  9. monica monica

    Desapareció «Jesús el Hombre» de Barbara Thiering???, pero alguien lo debe vender!, yo lo quiero leer hace mucho tiempo, pero no lo he encontrado en español. Estuvo en Amazon, pero ahora sólo está en inglés. Si alguien sabe por favor que dé el dato. Gracias.

  10. lucevastey lucevastey

    J’aimrais tellement lire les manuscrits de la mer morte…l’eglise catholique nous a cache tant de chose

Los comentarios están cerrados.