Les Corts Valencianes aprobaron hoy, por 75 votos a favor y 6 en contra, el proyecto de ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana, al que deberán adscribirse los diplomados en Biblioteconomía y Documentación y los licenciados en Documentación. […]
La norma también permite que se incorporen al Colegio aquellos profesionales, que sin estar en posesión de las titulaciones citadas, acrediten una experiencia profesional de dos años como bibliotecarios, documentalistas o profesionales de la documentación en bibliotecas, sistemas bibliotecarios o centros de documentación, así como los profesores de biblioteconomía y documentación. […]
Muy divertido, ahora habrá que pagar por trabajar (Siempre que trabajes en la empresa privada puesto que los funcionarios no necesitan adscribirse al colegio, eso es lo que se afirma en el anteproyecto [https://www.documentalistaenredado.net/contenido/colegio.pdf]).
En qué estaremos pensando…
Pero que bién queda de cara a la grada todo esto para los partidos mayoritarios. El tercero en discordia como ya le queda poco por perder en la CV parece que es el único que pone sentido común de vez en cuando.
Esperemos que sirva de algo…
Personalmente, era necesario la creación de un organismo que nos representara, pero la ley está completamente fuera de norma en cuanto a legisla´ción de colegios profesionales, básicamente porque nosotros para ejercer tendremos que estar colegiados, pero los que ya ejercen (enchufados en ayuntamientos y consellerias, básicamente) y no tienen el título se podrán colegiar pero ello no obstacularizará su carrera labora, pero a nosotros nos joderá. A ver, acaso una persona cualquiera puede colegiarse como abogado? No, verdad? Pues nosotros queremos esa igualdad. El colegio de Bib y Doc se convertirá en una especie de burdel donde todos seremos putas que hemos de pagar para poder ejercer nuestra ya maltrecha profesión.
Un ewok solipsista
Bueno, tal vez deberíamos comenzar a aceptar la realidad y ser conscientes de lo que vamos a tener que pedir que el Colegio haga por nosotros. Uno de los puntos débiles es desde luego la distinción entre los que tienen que colegiarse y los que no tienen que hacerlo. Este punto seguramente es el que levanta más ampollas puesto que todos sabemos que el trabajo en la empresa privada suele estar peor remunerado que en el empleo público.
Sin embargo, deberíamos comenzar a pensar ya lo que el colegio nos dará (Esperemos).
1) Visibilidad. Obviamente será un vehículo para la publicidad de nuestra profesión.
2) Formación contínua. Sí, inevitable para los tiempos que corren y necesaria.
3) Derechos. Aunque los funcionarios no se vean obligados a colegiarse, esperemos que los requisitos de las oposiciones que se publiquen con posterioridad a la creación del colegio exijan licenciados o diplomados en Documentación más que «Licenciados» en genérico.
4) Punto de encuentro. Sí, imagino que será un foro interesante para los bibliotecarios y documentalistas de la Comunitat.
Y sobre la cuota, esperemos que no sean los 100 € que cuesta colegiarse en Catalunya.
Un poco de paciencia Solipsista y un consejo, si me lo permites, trata de moderar tu exaltación que, por otro lado, no conduce a ningún sitio.
Ánimo.
Es que me cabrea tio, me cabrea….
Sabes que yo te comprendo, pero es mejor que pensemos en positivo.
😉
Que nadie se lleve a engaño. La creación de este colegio no va a resolver ni uno solo de los problemas de la profesión. Nace de la asociación de bibliotecarios, asociación que ha llevado a cabo diversas actividades todas muy loables («bibliotecarios sin fronteras», «premis samaruc», jornadas, etc.), pero que en 15 años no ha entrado nunca a la defensa de la profesión frente a la soledad de los biblotecari@s frente a ayuntamientos, consellerias, etc. Hace un año que se aprobó el nuevo decreto 119/2005 que afecta a las plazas de personal de bibliotecas; desde luego una ocasión perdida para la Comunidad Valenciana (quien tenga tiempo y ganas que se informe cómo está el tema en Cataluña), pues bien, la asociación de bibliotecarios no se ha pronunciado al respecto, en qué se quedó el proyecto de reglamento de bibliotecas y este decreto rácano, cicatero y tan a la baja que se lo podrían haber ahorrado; o hablando de otros temas, porqué mantuvieron hasta el final la inclusión en el colegio de los archiveros, cuando es una profesión diferente, un debate que no voy a reproducir aquí, o cuándo se ha denunciado la excesiva polítización de nuestras bibliotecas, o el dirigismo en el envío de fondos con notable presencia de editoriales católicas,… y en defintiva, cuáles son las condiciones de trabajo del personal de las bibliotecas y qué se podría haber hecho desde la asociación. En fin, con todo el respeto para la junta de la asociación por la labor que han relizado, en estos años no la he percibido como un punto de encuentro y desde luego al colegio le auguro un negro futuro si no acomete la labor de representar los intereses de los bibliotecarios (y no de las bibliotecas; por éstas ya velan unos señores y señoras a los cuales votamos cada cuatro años). Perdón compañeros de la asociación, pero no está en mi ánimo ofender, sólo exponer mi punto de vista; yo voy a darme de baja de la asociación después del verano, porque con la experiencia de estos años, lo del colegio ya ni lo contemplo.