Últimamente, la blogosfera anda un tanto revuelta con la difusión de Friendfeed, un lugar donde aquellos que crean contenidos -Ya se trate de imágenes, texto (Blogs o microblogging), vídeos, marcadores sociales, etc.-, puedan concentrarlos y ofrecerlos a sus amigos en una suerte de Red Social donde más allá de lo que se ha hecho, estudios, trabajos lugares visitados, etc.; se prime lo que una persona está haciendo dentro de la Web 2.0. De esta forma, descubrimos que la idea principal de este nuevo servicio es la centralización de nuestro yo digital o la concentración de nuestros distintas personalidades digitales, para aquellos que puedan mantener varias (Por riqueza personal y disponibilidad de tiempo para poder gestionarlas).
Es cierto que hace tiempo que a la Blogosfera se le quitó el baluarte de principal exponente de la conversación en Internet, heredera del Manifiesto Cluetrain, mientras se desarrollaban y difundían muchas otras aplicaciones y lugares donde poder expresarse de mejor manera, mucho más directa y con menos caracteres. Sin embargo, esa fragmentación de la conversación y de identidades que ahora Friendfeed trata de galvanizar dentro de su campaña de marketing son sentimientos que ya se produjeron mucho antes dentro de los bloguers¹ y que afrontaron con mayor o menor suerte.
Porque tal vez los nuevos nativos digitales que se acojan a Friendfeed desconozcan la iniciativa OpenID. Fundamentalmente, lo que se busca con esta iniciativa es disponer de la posibilidad de no tener que crearse una nueva cuenta de usuario para obtener acceso a un sitio web. En su lugar, solo necesitan disponer de un identificador creado en un servidor que verifique OpenID, llamado proveedor de identidad o IdP si el sitio web lo soporta. De una forma sencilla, es como si se tratase de IraLIS, proponiéndose la identificación única dentro de la Web pudiendo compartir datos entre distintos servicios, mientras se va construyendo una identidad digital, de tal manera que sea posible rastrear los contenidos publicados por una persona. De esta manera, se permite por un lado identificarnos frente a los demás como nosotros mismos, utilizar la Red de una forma mucho más cómoda y, por otro, evitar esa segregación de contenidos propios que nacen por la utilización de la Web 2.0, donde cualquier aportación nos identifica dentro de una comunidad heterogénea y dispar.
Recientemente, dentro de la Biblioblogosfera, me he encontrado con dos ejemplos muy interesantes de ese sentimiento de desagregación que los bloguers tratan de evitar. Por un lado, Catuxa Seoane en su texto La deficiencia consentida y de nuevo el marketing bibliotecario realizaba distintas consideraciones sobre un correo electrónico que Roser Lozano había enviado a la lista de distribución de Iwetel. Dentro de los comentarios en su post, Catuxa recibía distintas puntualizaciones sobre si realmente debía contestar a Roser utilizando su blog y la conveniencia de no utilizar el correo electrónico que era el medio de comunicación que Roser había elegido para difundir sus puntos de vista.
Siguiendo un procedimiento similar, Álvaro Cabezas contestaba un texto de Javier Guallar también publicado dentro de la lista de distribución de Iwetel. En este caso, Álvaro publicaba el mismo texto sirviéndose tanto del correo electrónico como su blog, haciendo notar en ambos casos el origen y las posibilidades que se disponían para comentarlo o puntualizarlo. Para más señas, el texto de Álvaro llevaba como título Sobre el Thinkepi dedicado a los blogs científicos.
El hecho es que me parece curioso ese sentimiento de pérdida, de selección del medio para la difusión del mensaje y su dualidad. Los bloguers consideran que el correo electrónico es un medio de comunicación correcto, aunque parecen considerarlo insuficiente, ya que no le hacen ascos el publicar un artículo fuera del contexto o el ámbito donde nació. Es posible que se trate de una forma de reforzar la autoría de sus consideraciones, o puede que traten de recoger en un único lugar los textos que quieran destacar, o simplemente buscar la ampliación del feedback que para ellos es deseable, o puede ser que ante un contexto de interacción no se encuentren cómodos puesto que no reciben los estímulos a los que están acostumbrados. Sin embargo, lo que parece cierto es que esa desfragmentación supone para ellos una pérdida y tratan de encuadrarla dentro de un ámbito controlado que refuerce su voz y sus puntos de vista profesionales, algo que consideran que el correo electrónico les sustrae.
1. Señalaros que la idea citada de Friendfeed ya fue testeada por Javier Leiva, tal vez el más experimental de todos los bibliobloguers, puesto que desde su blog ofrecía un único canal de sindicación a todos los frentes de la Web 2.0 dentro de los que él se movía. Así, por ejemplo, podíamos tener los vídeos de YouTube producidos y subidos por Javier, así como sus fotografías de Flickr o sus textos de su blog.
En mi caso, el blog es una especie de «friendfeed» donde intento concentrar el rastro que dejo por otros lugares: publicaciones, twitter, etc.
Me pareció que era pertinente también colgar el mensaje en el blog, aunque originariamente se escribió para iwetel, y ahí en el marco del debate es donde tenía más sentido. Además, la naturaleza misma de lo que escribió Guallar; era un correo, que se publica luego en un blog, que luego saldrá en papel, que hablaba de un artículo donde se trataba de blogs,…qué lío, ¿no? y qué chulo que converjan todos estos medios, y todas estas tipologías de lectores; académicos, profesionales, bloggers,…
De todas formas, era mi primer mensaje para iwetel, y no sé qué haré si vuelvo a escribir de nuevo a la lista; dependerá de la pertinencia, supongo.
Otro ejemplo reciente es Álvaro Roldán, que respondiendo a otro Thinkepi ha posteado sus reflexiones a la vez que lo ha mandado a la lista de correo. Yo creo que se trata de darle la máxima difusión a tus escritos, a la vez que llegar a (quizá) dos tipos de público distintos.
Muy interesante el tema, Marcos
un saludo
Experimental, estoy hecho un frankestein 🙂
Lo he dicho en el blog de Álvaro: para mi poder reunir en un sitio todo o casi todo lo que hago es muy importante. De otro modo quizá acabaría olvidando yo mismo dónde he publicado mis tonterías 😛
Es muy interesante el tema que ha sacado a la discusión Marcos. Por mi parte, como miembro de thinkepi, el hecho de que estos tres trabajos del grupo que habéis puesto como ejemplos, se comenten, se discutan y se expandan más allá de la lista de distribución iwetel (que es en su origen el canal que el grupo ha elegido para generar debate), me parece muy interesante. Como bien dice Álvaro, nosotros posteriormente publicamos el conjunto del debate en el blog de ThinkEpi y aun posteriormente en su versión definitiva, en el anuario Thinkepi, con lo cual estamos explorando una multiplicidad de canales de difusión. La actuación de los bloggers, de llevar ese debate hacia sus respectivos blogs es un hecho curioso, interesante y muy propio de los tiempos que estamos viviendo en la distribución (fragmentación) de la información.
[…] La fragmentación de la conversación […]
Obviamente, aquellos que disponemos de un blog, nos gusta tenerlo como concentrador de lo que vamos haciendo. Ya sea a través de Widgets, tal y como Álvaro comenta en su blog, o simplemente mediante la utilización de una página personal dentro del blog.
Creo que el hecho de que un bloguer republique una opinión nacida a partir de un debate dentro de un foro como Iwetel trata de trasladar «la conversación» que era posible mediante los pingbacks o los trackbacks de los blogs pero que un ámbito como la lista de distribución de Iwetel no permite por sus propias características.
Tal vez, esto debería ser un elemento a reconsiderar por los administradores de ThinkEPI. No sé.
Estimado Marcos, es sumamente interesante los puntos que tratas en tu artículo. Cuando expresas «ese sentimiento de pérdida, de selección del medio para la difusión del mensaje y su dualidad», claro, en su momento Roland Barthes ya lo había dejado claro en su obra El grado cero de la Escritura, cuando dice: la lengua del escritor es menos un fondo que un límite extremo; es el lugar geométrico de todo lo que no podría decir sin perder, como Orfeo al volverse, la estable significación de su marcha y el gesto esencial de su sociabilidad.
Me parece que buscamos orificios que nos permitan vernos en el ámbito en el que hemos tejido o seguimos tejiendo -por decirlo de algún modo- nuestro bagaje profesional. Acercanos por medio del estilo que es «propiamente un fenómeno de orden germinativo, la transmutación de un Humor». Me parece que así se encuentra la palabra escrita, en un contexto que signifique «algo» para ella. Asimismo cuando expresas «esa desfragmentación supone para ellos una pérdida y tratan de encuadrarla dentro de un ámbito controlado que refuerce su voz y sus puntos de vista profesionales», todos (me refiero en realidad a los pocos) estamos inmersos en ese «ambito» del que haces referencia, porque la búsqueda es parte sustancial de nuestro quehacer en la blogosfera.