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Barreras en la innovación (2): Tecnología obsoleta

La amortización de un ordenador, siguiendo los criterios contables en España, se puede hacer durante un período máximo de ocho años y/o un máximo del 25% del valor del equipo para cada año. Es decir, siguiendo los principios contables, un ordenador ya puede encontrarse completamente amortizado en cuatro años, aunque en algunas organizaciones parece que los ordenadores comprados seis años antes y sus capacidades pueden estirarse casi indefinidamente.

Es cierto que gracias a la prevalencia de Windows XP en entornos corporativos, y la renuencia justificada de los administradores de sistemas de realizar la migración al fracasado Vista, los viejos ordenadores han soportando con mayor o menor dignidad el paso del tiempo (Salvo cuando alguno de sus componentes se fundía completamente). Sin embargo, no podemos olvidar que el software evoluciona inexorablemente y, en ocasiones, ejecutar nuevas versiones de ciertos programas se realiza de una forma cada vez más dificultosa.

Pero, la obsolescencia de las herramientas informáticas puede convertirse en mucho más dramática en entornos mucho más cerrados que el de los Pcs. Si nos fijamos en entornos donde los Macintosh de Apple son mayoría, la no-renovación de los equipos puede suponer dificultades a los propios trabajadores que ven cómo sus equipos se convierten en máquinas ancladas en el pasado y cómo la realidad les supera completamente. Es cierto que los Mac de Apple fueron sistemáticamente maltratados en el plano software, la prevalencia de Windows y su entorno en casi el 90% de los hogares fomentaba la creación de todo un ecosistema que contemplaba a los usuarios de Apple como algo casi residual, obligando en algunas ocasiones a los maqueros a utilizar el sistema operativo de Microsoft a su pesar.

Sin embargo, gracias a la estupenda política comercial de Apple basada en el efecto halo del iPod, que ha aumentado su base de usuarios, junto al desarrollo de la Web 2.0 y el Cloud Computing, la instalación de software en máquinas puede convertirse en una acción cada vez más residual (véase el ejemplo de los netbooks) y junto al desarrollo de grandes programas Open Source como Firefox o OpenOffice una barrera cada vez más débil a la hora de utilizar este tipo de sistemas operativos.

Sin embargo, el ritmo de actualización del software y los nuevos desarrollos de la Web 2.0 dejan en evidencia en muchas ocasiones las políticas de renovación de las empresas. En los entornos Mac, la falta de renovación del parque informático puede suponer un lastre a la hora de utilizar nuevas versiones de programas informáticos. Mientras que, por ejemplo, en entornos PC la falta de renovación de software puede contemplarse como completa dejadez. De hecho, Internet Explorer 6 es todavía utilizado por muchos usuarios en entornos corporativos, aún tratándose de un navegador obsoleto y completamente prescindible en comparación con las nuevas generaciones de los mismos. Sin embargo, por desidia o comodidad, aún permanece como un navegador de referencia cuando obviamente está completamente superado e incluso la Web 2.0 empieza a darle la espalda.

Algunos aducen que la culpa de esto se fundamenta en las propias intranets corporativas que, al haber sido diseñadas para Explorer 6 (un navegador que no obedecía precisamente los estándares), no se quiere desandar el camino hacia su superación.

Personalmente, he sufrido la experiencia de tener que navegar con un navegador obsoleto, buscar triquiñuelas para poder utilizar ciertas páginas web, descubrir cómo se desmaquetaban dificultando su uso. Trabajar en tales condiciones, donde la principal herramienta que vas a utilizar está completamente desfasada, obviamente repercute en el rendimiento del trabajador y, además, en el nivel competitivo que la organización va a desarrollar en el mercado. ¿Para qué adquieres la última versión de un software que va a limitar la productividad del trabajador porque no tiene unos requisitos de hardware adecuados? Personalmente, lo considero un gran error.

Publicado en Tecnología

2 comentarios

  1. Sira González Rodríguez Sira González Rodríguez

    estoy totalmente de acuerdo con lo comentas Marcos! es una pena que no se apueste por mejorar las condiciones de trabajo, cuando utilizamos el ordenador para casi todo en nuestra jornada.

    un saludo, Sira.

    • Hola Sira!!!

      La verdad es que todavía quedan más o menos de dos a tres posts, pero mi idea es dar un enfoque completamente personal a las barreras de la innovación. Pero por lo visto los textos van gustando (algo que no se puede saber si no te comentan o enlazan), así que muchas gracias!!!!

Los comentarios están cerrados.