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Mes: octubre 2005

Santa Lectura

Pues parece ser que Catuxa va a tener razón y los bibliotecarios, o al menos los que estudiamos biblioteconomía, somos los únicos turistas que se dignan a visitar las principales bibliotecas, o al menos las más curiosas, de los lugares que visitan. Tanto es así que nos sentimos un tanto frustrados si el acceso a ellas se encuentra tan sólo está permitido a los investigadores, con lo que sus gestores obvian que puede haber personas que deseen entrar para comprobar lugares que rezuman historia. Es decir, los profesionales de la información no vemos con los mismos ojos que el resto de la gente ese silencioso e incómodo lugar lleno de libros.

De esta forma, cualquier estudiante de Biblioteconomía o profesional de la información por deformación, si visita Madrid, no dudará en programar un breve lapso de tiempo para pasarse por la Biblioteca Nacional aunque ello le suponga tan sólo quedarse en las escaleras admirando a las estatuas de los ilustres escritores que las adornan.

Nuestra buena amiga Àngels no fue a Madrid, sin embargo no pudo dejar de lado su vena bibliotecaria y me pasa algunas fotos más que curiosas. La primera de ellas viene a demostrar la tesis antes descrita de que los bibliotecarios tienen la profesión por dentro y nos muestra la Biblioteca General de Pamplona.

Por otro lado, dentro de esas pequeñas joyas que nos encontramos de vez en cuando, tuvo la fortuna de fotografiar un santo lector con sus gafas (¿Vitrae Oculus?) incluidas.

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El cierre de una biblioteca, la agonía de una institución

La publicidad de la Generalitat Valenciana podría afirmar (¿No lo hace ya?) que Valencia se encamina a ser un referente en el mundo de la cultura con la inauguración el próximo día 8 de octubre del Palau de les Arts Reina Sofía que completará la Ciudad de las Artes y de las Ciencias diseñada y ejecutada por Santiago Calatrava. Pero, el precio ha sido grande, así únicamente las obras para este palacio no han carecido de polémica con retrasos y sobrecostes que algunos afirman que ascienden a 216 millones de euros -Lo escribiré con números 216.000.000 €-. Por otro lado, la Generalitat Valenciana, dentro de su política de cultura bajo grandes obras, baraja la realización de otros proyectos como la Ciudad de la Luz en Alicante o la ampliación del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) con expropiaciones de viviendas colindantes incluidas.

Desde luego que no vamos analizar desde aquí la política que está desarrollando la Generalitat a lo largo de más de diez años, sin embargo sí que debemos señalar que justo una semana antes de la inauguración con grandes fastos del Palau de les Arts, los medios de comunicación nos informan que «La Academia de San Carlos cierra su archivo y la biblioteca por falta de personal y dinero«. Poco podemos añadir a lo que ya se dice en este texto, pero nos parece completamente lamentable que una institución bicentenaria como la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos deba esperar las migas que le ofrece la Generalitat, mientras que recibe ayudas menores de otras instituciones como el Ayuntamiento de Valencia y la Diputación de Valencia.

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