Saltar al contenido →

El Documentalista Enredado Entradas

La muerte de los libros ¿o la del pensamiento?

Mirando noticias sobre el mundo de las bibliotecas y la documentación, he encontrado una sobre la publicación en México del libro «Historia universal de la destrucción de los libros» de Fernando Báez, y que fue editado en España recientemente, como ya se informó en El Documentalista Enredado.

La noticia comienza con la siguiente reflexión:

De las formas diversas que puede adoptar la muerte, la destrucción de los libros es una de las más constantes en la historia universal.

Y justo hoy, he terminado de releer por enésima vez una de mis novelas favoritas, «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury. En ella se refleja un sobrio futuro, donde los bomberos, en vez de apagar fuegos, los provocan para quemar libros, porque en ese país está prohibido leer, porque leer obliga a pensar, porque leer impide ser ingenuamente feliz…

Al ver esta noticia sobre la destrucción de libros a lo largo de la historia, como la “puntilla” para la completa aniquilación de un pueblo, de su memoria, de su pensamiento, de su cultura…, veo que, tristemente, la novela de Ray Bradbury, a pesar de ser de ciencia-ficción, tiene menos de ficción de lo que me gustaría.

En ella, Ray Bradbury refleja la importancia de los libros, su fuerza… Y yo no puedo expresar tan bien como él por qué son temidos, por qué se destruyen…, por lo que permitidme utilizar sus palabras para expresar algunas de las ideas que han pasado por mi cabeza al leer esta noticia y que Bradbury puso en boca de sus personajes:

¿Sabe por qué los libros como éste son tan importantes? Porque tienen calidad. Y, ¿qué significa la palabra calidad? Para mí significa textura. Este libro tiene poros, tiene facciones. Este libro puede colocarse bajo el microscopio. A través de la lente, encontraría vida, huellas del pasado en infinita profusión. Cuantos más poros, más detalles de la vida verídicamente registrados puede obtener de cada hoja de papel, cuanto más “literario” se sea. En todo caso, esa es mi definición. […] ¿Se da cuenta, ahora, de por qué los libros son odiados y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida. La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas.

Faber, profesor

A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. ¿Alguien escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón? ¿Los fabricantes de tabaco se lamentan? A quemar el libro. […] Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio.

Beatty, capitán de bomberos

5 comentarios

El «Lute» y el bibliotecario carcelario

Eleuterio Sánchez «El Lute» conforma uno de los recuerdos de la transición que más vívido tienen las personas que vivieron aquella época. Sin embargo, para aquellos que no vivimos la transición con la suficiente edad para recordarla, os hago una breve reseña de su vida.

Con 20 años, robó un par de gallinas, por lo que pasó seis meses en prisión. Tres años después participó en un atraco contra una joyería, durante el cual murió el vigilante. Condenado a muerte mediante un consejo de guerra, en el cual no tenía abogado, la pena le fue conmutada finalmente por 30 años de cárcel. Su fama le sobreviene por dos fugas espectaculares, una de ellas saltando de un tren en marcha, en 1966 y 1971. Su personaje, del cual ha tratado de desembarazarse durante toda su vida, fue retratado en dos películas «El Lute, camina o revienta» (1987) de Vicente Aranda y «El Lute II, mañana seré libre» (1988) del mismo director, en ambos casos siendo Imanol Arias el intérpetre. Finalmente, en 1981 se le concedió un indulto general a todos los efectos.

Ayer, en el programa de la Cadena Ser, Hoy por hoy, de Iñaki Gabilondo, Eleuterio Sánchez presentó su libro «El Lute camina o revienta», donde además de recordar sus vivencias, sus fugas y su lucha para la reinserción, tiene recuerdos muy gratos hacia una persona muy especial para él.

Simón Sánchez Montero que coincidió en el penal del Dueso precisamente a donde me llevaron a mí. Este hombre estaba en la biblioteca, era bibliotecario. Estaba por allí, el hombre me aconsejó y me asesoró bien. Porque estaba… estaba… vamos me veía que era un chico barbilampiño, ignorante, analfabeto perdido y me asesoró, sí, sí.

Éste comentario se puede oír en el audio (Windows Media Player) de la entrevista en el minuto 8:00 sobre 22:00. Con este comentario, se refrenda mi opinión de que a veces se nos olvida que los bibliotecarios de las prisiones también hacen una labor muy interesante, y muy importante para la reinserción de los presos, que a veces es pasada por alto por la Sociedad.

5 comentarios

Gmail me?

Ya han pasado más de un mes desde que recogimos en el Documentalista Enredado la noticia de que Google iba a lanzar su propio servicio de correo electrónico gratuito. En aquel momento, 1 de abril, se afirmaba que tan sólo 1000 personas tendrían acceso al servicio de correo mientras se iban perfilando las aristas de un nuevo servicio, que se encontraba, y se encuentra, en fase beta.

Sencillamente, la comunidad internauta se entusiasmó con un servicio lanzado desde el buscador de referencia y que proseguía con su filosofía de lo sencillo es bello, a la vez que otorgaba más capacidad de buzón que ninguno de los competidores. La cifra de 1000 Mb que ofrecía Gmail provocó una reacción inmediata en la Red, los competidores de Gmail se vieron obligados a anunciar el aumento de la capacidad de los buzones de sus usuarios para evitar dentro de lo posible una espantada generalizada. Mientras tanto, los internautas se ponían caninos ante sus ansias de probar, curiosear y poseer una cuenta de correo situada en el servidor gmail.com; el espectáculo estaba servido a la vez que se entregaban las primeras invitaciones para acceder a una cuenta. Claro que, en honor a la verdad, no era menos que los demás. Pero, tuve que esperar pacientemente a que las cosas se tranquilizasen. Los rumores de apertura de Gmail a no invitados, se sucedieron erróneamente.

Finalmente, el 21 de septiembre dos personas me invitaron a Gmail, obviamente acepté tan sólo una, pero gracias de todas formas Josep G., para ser completamente sincero era algo que esperaba desde hacía tiempo y la invitación me abrió las puertas del cielo. ¿O no?

En Barrapunto, alguien se preguntaba si realmente Gmail llegaría a derribar a empresas que estaban afianzadas desde hacía largo tiempo en el mercado del correo electrónico gratuito. En realidad, si habíamos sobrevivido con 2, 4 o 6 Mb desde hacía dos años, porqué no nos conformaríamos con “sólo” 100 de Yahoo o 250 de Hotmail, aunque éstos todavía se esperan y parece que llevarán trampa. Además el servicio de Gmail todavía tiene que mejorar bastante para poder ser tenido en consideración a la hora de arrebatar posiciones a los grandes.

Si bien la comunidad internauta se ha puesto a trabajar desarrollando nuevos programas para mejorar la experiencia con el correo de Google, estos desarrollos no muestran nada más que sus carencias que imagino que ya se han aprestado a resolver. Esencialmente, me parecen muy interesantes las facilidades que se han dado para convertir Gmail a Pop3 y SMTP, poder utilizar un cliente de correo; además de la posibilidad de utilizar la cuenta de Gmail como un disco duro virtual. Claro que estos programas están diseñados esencialmente para ser utilizados en Windows y en esto consiste otro de los principales problemas de Gmail.

Gmail necesita para funcionar que Active X sea reconocido y esté activado en el navegador con el cual estemos trabajando. Esto supone una serie de problemas de accesibilidad a la cuenta que todavía no están resueltos. Versiones posteriores a Mac-OS X, sistema operativo de Apple, es un tanto complicado, por no decir imposible, entrar. Hace relativamente poco tiempo que Safari es un navegador aceptado por Gmail.

Por otro lado, y de momento, la interfaz de Gmail está en inglés y aunque posee funcionalidades interesantes, no debemos olvidar que la experiencia que tiene, por ejemplo, Yahoo! en cuanto a la interfaz y servicios de correo electrónico, quita enteros a Gmail. La sencillez, que a veces se nos ha tratado de trasladar a Usabilidad, no es óbice para que algo sea más fácil de utilizar. En general, todos los servicios de correo siguen unas mismas estructuras para facilitar su uso y Gmail no puede ser una excepción.

Claro que los problemas también se han presentado para este servicio de correo, y es que no debemos olvidar que Gmail tiene una vía de financiación muy peculiar. Sencillamente, escanea el contenido de los mensajes que se envían y se reciben para ajustar los contenidos de Adsense para mostrar publicidad. La polémica sobre la privacidad de los usuarios se sirvió rápidamente, sin embargo, no con la suficiente fuerza para frenar el servicio que sigue adelante.

Gmail me

2 comentarios

El Nombre de la Rosa y su título bien valen un libro

El nombre de la rosa es probable que constituya una de las novelas que todo bibliotecario deba haber leído. Primero porque nos hallamos ante una novela estupenda y, en segundo lugar, porque la trama se desarrolla y gira en torno a una abadía y su biblioteca durante la época medieval. Dentro de toda biblioteca, obviamente se hayan almacenados libros; sin embargo, en esta abadía medieval se encuentra un libro que es capaz de matar durante el transcurso de la lectura. El autor juega entonces con las ideas de un libro que se desea encontrar, a pesar de que según afirman sus detractores religiosos puede corromper el espíritu humano, y que es capaz de matar a aquel que lo lee. Y este último es uno de los planteamientos más ingeniosos de la novela.

Entre las discusiones ideológicas que se suceden en un concilio desarrollado en la abadía, la suposición de los monjes de la llegada del Apocalipsis deducible por los mortales hechos acaecidos, la aparición de la Santa Inquisición para el castigo de los incentivadores del culto al diablo que, liberado, prosigue con sus asesinatos. Mientras tanto, Guillermo de Baskerville y su novicio, Adso de Melk, se muestran dispuestos a averiguar de una forma deductiva qué está ocurriendo realmente. Durante el transcurso de sus investigaciones, el bibliotecario y su ayudante parece que tienen mucho que esconder tras sus impenetrables rostros.

En el trasvase de ideas para una trama del cine a la literatura y viceversa, se afirma que un mal libro puede producir una buena película y que una mala película es producto de un buen libro. No es éste el caso de El nombre de la Rosa que fue llevada a la gran pantalla por Jean-Jacques Annaud y cuyo DVD ha sido editado recientemente añadiendo contenidos adicionales.

El libro acaba con el último folio de la narración de Adso de Melk, y creo que no voy a revelar ningún secreto, si os digo que finaliza con la frase latina:

STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS

Que puede ser traducida al castellano por:

  • «Permanece primitiva la rosa de nombre, conservamos nombres desnudos»
  • «De la primitiva rosa sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos [o sin realidad]»
  • «La rosa primigenia existe en cuanto al nombre, sólo poseemos simples nombres»
  • O la más sencilla y simplificada, «De la rosa nos queda únicamente el nombre»

Bajo esta enigmática frase, el libro se cierra. Muchos creen que esconde la razón del título de la novela.

Así pues y para celebrar el usuario número 150 de «El Documentalista Enredado» convocamos un concurso que para ganarlo, tan sólo había que contestar correcta y fundamentadamente a la pregunta:

¿Qué razones aporta Umberto Eco para titular su libro «El nombre de la rosa» de esta forma?

La solución, obviamente, la aporta el propio Umberto Eco.

De las apostillas de «El nombre de la rosa»

[…]

El narrador no debe facilitar interpretaciones de su obra, si no, ¿para qué habría escrito una novela, que es una máquina de generar interpretaciones? Sin embargo, uno de los principales obstáculos para respetar ese sano principio reside en el hecho mismo de que toda novela debe de llevar un título.

Por desgracia, un título ya es una clave interpretativa. Es imposible sustraerse a las sugerencias que generan Blanco y Negro o Guerra y Paz. Los títulos que más respetan al lector son aquellos que se reducen al nombre del héroe epónimo, como David Copperfield o Robinson Crusoe, pero incluso esa mención puede constituir una injerencia indebida por parte del autor. Le Père centra la atención del lector en la figura del viejo padre, mientras que la novela también es la epopeya de Rastignac o de Vautrin, alias Collin. Quizás habría que ser honestamente deshonestos, como Dumas, porque es evidente que Los Tres Mosqueteros es, de hecho, la historia del cuarto. Pero son lujos raros, que quizás el autor sólo puede permitirse por distracción.

Mi novela tenía otro título provisional: La abadía del crimen. La descarté porque fija la atención del lector exclusivamente en la intriga policíaca, y podía engañar al infortunada comprador ávido de historia de acción, induciéndolo a arrojarse sobre un libro que lo hubiera decepcionado. Mi sueño era titularlo Adso de Melk. Un título muy neutro, porque Adso no pasaba de ser el narrador. Pero nuestros editores aborrecen los nombres propios: ni siquiera Fermo e Lucia logró ser admitido tal cual; sólo hay contados ejemplos, como Lemmonio Boreo, Rubé o Metello… Poquísimos, comparados con las legiones de primas Bette, de Barry Lyndon, de Armance y de Tom Jones, que pueblan otras literaturas.

La idea de El nombre de la rosa se me ocurrió casi por casualidad, y me gustó porque la rosa es una figura simbólica tan densa, que por tener tantos significados, ya casi los ha perdido todos: rosa mística, y como rosa ha vivido lo que viven las rosas, la guerra de las dos rosas, una rosa es una rosa es una rosa es una rosa, los rosacruces, gracias por las espléndidas rosa, rosa fresca toda fragancia. Así, el lector quedaba con razón desorientado, no podía escoger tal o cual interpretación; y, aunque hubiese captado las posibles lecturas nominalistas del verso final, sólo sería a último momento, después de haber escogido vaya a saber qué otras posibilidades. El título debe de confundir las ideas, no regimentarlas.

[…]

ECO, Humberto. El nombre de la rosa. Apostillas a El nombre de la rosa. Barcelona: Lumen, 1992. P. 633-634

¿El resultado? En dos horas, teníamos la respuesta correcta publicada en nuestro foro y una ganadora.

103 comentarios

Notas de Clase, enseñando a los nuevos bloggers bibliodocumentales

Gracias a un comentario a través de este blog, descubro de la existencia de TekaTeka, un blog que ya ha adquerido un estilo muy propio y que os recomiendo visitar. Tras éste, gracias al Blogroll, viajo a «Documentación Blog dedicado a la Biblioteconomía y Documentación» y, por allí, me encuentro con Notas de clase.

Este blog, Notas de Clase, se define como:

Cuaderno de bitácoras creado para promover la comunicación entre un grupo de alumnos y alumnas de la licenciatura en Documentación

Y bueno, descubro una nueva forma comunicativa de transmitir información de alumno – profesor, claro que ¿por qué no?.

Para incentivar la comunicación entre el grupo, crearemos varios weblog, uno por cada uno de nosotros (a modo de práctica) y otro general (como este «Notas de clase») al que todos podamos enviar nuestros comentarios.

Veremos si esta nueva experiencia de Maria Antonia Garcia Moreno que imparte Sistemas Avanzados Aplicados a Archivos Bibliotecas y Centros de Documentación, de la Licenciatura de Documentación en la Universidad Complutense de Madrid llega a buen puerto y ayuda a aumentar la blogosfera documentaloide.

Creo que Vanessa pronto tendrá mucho trabajo…

2 comentarios

Servicio de Documentación del Diario «El País», por dentro

Hoy celebra el diario El País su número 10.000 y para celebrarlo ha preparado un extenso Suplemento Especial, además abrir los contenidos de su web de forma gratuita hasta las 0h de hoy.

El objetivo de este post es para recomendaros el extenso artículo descargable 24 horas de vida en papel dentro de la sección El País por dentro en la que aparecen nuestros compañeros Documentalistas del periódico.

Si alguien llega tarde, y no puede descargárselo, que no dude en solicitármelo.

4 comentarios

Cuando la información le desborde… ponga un documentalista en su organización

He de decir que me ha sorprendido gratamente el artículo Cuando la información nos desborda, publicado en el Diario Levante-EMV del 10 de octubre de 2004 (2ª Página), de Santiago Ferris de la empresa Omnia Auditora, puesto que apunta ciertos aspectos de la Gestión de la Información en las Organizaciones que ya apuntó Alfons Cornellá en su libro Infonomía.com y, anteriormente, Los recursos de la información. Teniendo en cuenta que este artículo se publica dentro de un medio de comunicación regional y, a su vez, dentro de una sección que se publica semanalmente, el regocijo debe de ser doble.

En el citado artículo, y no me voy a extender puesto que habla por sí mismo, se señalan varios aspectos clave:

  1. Los directivos, los estrategas del marketing e, incluso, aquellos más ligados a la prestación de servicios o a la producción de bienes, simplemente están desbordados por la cantidad de información disponible.
  • Y no sólo estamos desbordados por la información procedente del exterior. La información interior también ha crecido de forma espectacular, simplemente porque los negocios se han hecho mucho más complejos de gestionar y su operativa involucra a más partes: empresas de externalización de la formación, prevención de riesgos laborales, limpieza de locales y oficinas, transporte y distribución, ciertas partes o piezas en la cadena de montaje… los ejemplos son innumerables.
  • Estos problemas son extensibles tanto para las pymes como para las grandes empresas.
  • Ante esto, las empresas pueden:

    Todas las empresas, sin excepción, deben gestionar de alguna manera esta complejidad. Necesitan de sistemas de información que les faciliten sus flujos de trabajo: la creación, revisión y aprobación de sus procedimientos y el uso de formularios electrónicos y sistemas de mensajería interna y externa que agilicen sus procesos de prestación de servicio a los clientes.

    Y lo mejor de todo:

    Pero no nos engañemos, ninguna herramienta tecnológica, por sofisticada que sea, puede garantizar por sí misma la solución de un problema de gestión. Es preciso tener en cuenta la variable humana: los usuarios. En el éxito de la implantación será clave la realización de los procesos de formación y habituación necesarios para producir un cambio cultural en la organización. Será también necesario realizar un análisis previo crítico por parte de la dirección de la empresa y de los consultores especializados en gestión documental y del conocimiento.

    Lo que surge tras esto es la cuestión: ¿a qué estamos esperando los documentalistas?

    2 comentarios