Cómo se han concebido las búsquedas de información en la web no han variado en exceso desde hace años. Ni siquiera Google, que destronó en su momento a Yahoo y Altavista, modificó de forma importante cómo se representaban los resultados de las búsquedas. Es cierto que, al contrario de su competidores de entonces, ofreció una página limpia a la hora de realizar las búsquedas que fue revolucionaria en su época, pero cómo se mostraban los enlaces que daban acceso a las fuentes relevantes a una búsqueda determinada no suponía un gran cambio. Al final, usase un buscador u otro, el usuario siempre se encontraba con un listado de enlaces web que seguían una prioridad determinada por un algoritmo sobre los que el usuario debería ir saltando confiando encontrar la información deseada.
Lo interesante en este punto es que el usuario tendía a conformarse con los primeros resultados que los buscadores mostraban, no tendía a profundizar en las respuesto y esto derivó en dos situaciones: Google comenzó a monetizar ese espacio prioritario (llegando en ocasiones al ridículo) y los generadores de contenido trataban de que el algoritmo les situase en los primeros puestos tratando de entender sus reglas de priorización.
Esta situación derivada desde los años 90 del siglo XX, va a cambiar con la consolidación de la tendencia de la Inteligencia Artificial (IA). Google presentó recientemente su nuevo AI Mode que viene a modificar cómo vamos a interactuar con su buscador. Pero es importante puntualizar que no lo hace por gusto, se ve empujado porque la competencia ha comenzado a robarle protagonismo a la gran G en el sector de las búsquedas de Internet.
Las implicaciones del cambio de la búsqueda hacia un listado de documentos a una conversación es un movimiento de las placas tectónicas de la web tal y como la hemos conocido. Lo primero, Google ve cómo empieza a ser desplazado en este mercado dentro de una competencia liderada por OpenAI con su ya ubicuo ChatGPT principalmente, pero emergiendo otras propuestas muy interesantes como Perplexity o Anthropic. Los modelos de IA generativa comienzan a erosionar la línea de flotación sobre la que se sustenta Google en su página principal, la publicidad contextual.
Esta percepción de cambio también comienza a involucrar a otros actores que tenían acuerdos con Google y que se comienzan a replantear cuál va a ser el futuro de la búsqueda en Internet e incluso en su integración con los dispositivos móviles. Uno de los más relevante es Apple que comienza a valorar el cambio de la opción de búsqueda por defecto de su navegador Safari preponderante en los iPhones hacia otra solución conversacional.
De momento, Google comienza a apalancarse en su liderazgo en Internet con el navegador Chrome para tratar de contener a sus competidores dentro del ámbito de las búsquedas de internet con AI, lo que puede reforzar la percepción de que es un monopolio bajo el que ya está siendo investigado.
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