El Grupo CDE, organizador de la vigésimo cuarta edición del Curso/Taller de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva en San Sebastián, no es precisamente un recién llegado en la Vigilancia Tecnológica (VT), de hecho, junto a la empresa Iale Tecnología y su principal cabeza visible Enric Pere Escorsa, autor del indispensable “De la Vigilancia tecnológica a la inteligencia competitiva”, son dos de los pilares sobre los que se asienta el desarrollo de esta disciplina en España. Es por esto que las expectativas que tenía entorno a la calidad e interés del taller eran altas y lo cierto es que, a pesar de ciertos aspectos inevitables durante la celebración de este tipo de actividades, se cumplieron.
El curso fue impartido en su práctica totalidad por Juan Carlos Vergara, perteneciente al CDE y asesor del Comité AEN/CTN 166 – Actividades de investigación, desarrollo tecnológico e innovación (I+D+i) de Aenor, con el apoyo de Xabier García de Kortázar, director de la Unidad de TICs de IK4-Tekniker, que además de aportar nociones de la importancia de la Vigilancia Tecnológica para las empresas que se dedican a la investigación y el desarrollo de tecnología, sugieren un método para el desarrollo de esta actividad por parte de ellas sin necesidad de realizar grandes inversiones en equipamiento informático y tecnología.
Para ello, nos invitan a indagar dentro de lo que se conoce como Web 2.0 para sacarle la máxima rentabilidad a la increíble amplitud de herramientas disponibles que, de forma asequible o incluso gratuitas en Internet, se desarrollan actualmente en la Red. El peligro de esto es que los asistentes desconocedores de la realidad de la Red actual, van a sufrir una considerable infoxicación ante la cantidad de nuevos vocablos, conceptos e ideas que se les va a invitar a conocer y, ante ello, puede que se enfrenten a la confusión tecnológica derivada de las expectativas que un software solucione la papeleta de vigilar aquello que sea de nuestro interés.
Así pues queda claro que la Vigilancia no es software, no nos llevemos a engaño; sin método no hay una actividad de rastreo completa ni correcta, por lo que los primeros pasos a la hora de configurar el sistema son los más importantes y críticos. De esta forma, desde mi punto de vista, las primeras etapas deberían llevarse a cabo junto a un documentalista para el establecimiento de fuentes y conceptos, la clarificación de las ideas de hacia dónde queremos movernos, puesto que de lo contrario estaremos errando el tiro desde el principio. Y, recalco, que son los documentalistas los que tendrían que situarse ante esta tarea puesto que nos encontramos completamente familiarizados ante estos aspectos puesto que, tal y como se pudo comprobar durante la impartición del taller, la presencia de otros perfiles más vulnerables al desconocimiento de estos nuevos conceptos, provocaba que la aparición de la palabra wiki o RSS derivase en la concentración de los esfuerzos del orador tratando de apagar fuegos ante el déficit de conocimiento de estas nuevas ideas allá donde no deberían haberlos, suponiendo un entorpecimiento del correcto desarrollo del curso.
Así pues, el regusto final que nos deja esta edición del taller es el del desarrollo de un curso para no iniciados en VT, donde se introducen conceptos e ideas, pero donde faltan ejemplos donde los investigadores y responsables de empresas y organizaciones puedan agarrarse para creerse que es posible y comenzar a vigilar. Debemos recalcar que las experiencias exitosas son necesarias para demostrar que la vigilancia es provechosa y positiva, que puede ser desarrollada perfectamente y en buenas condiciones si sabemos hacia dónde va la empresa en la que trabajamos, a la vez que se invita a que se produzcan los cambios necesarios dentro de la cultura empresarial que, desgraciadamente, todavía se extiende por España. Por supuesto que ante este punto soy consciente de que es precisamente donde este curso ya no puede llegar.