Hay 10 tipos de personas, los que entienden el código binario y los que no.
Entonces consideré que, como conocía los rudimentos del lenguaje binario, debería saber descifrar aquella frase a la que no le veía la gracia. Sin embargo, no lo conseguía a pesar de abordarla en distentas ocasiones. El misterio duró unas semanas, mientras aquellas palabras martilleaban mi cabeza. Pensé que yo debía pertenecer al resto de personas que no entendían el binario, pero no fue fue hasta la lectura de un chiste de Forges, publicado en el diario El País el 24 de agosto, cuando me percaté de mi error. Aquella frase wur me atormentaba no podía ser dicha en voz alta, tan sólo podía ser leída para tener sentido.