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Etiqueta: Películas

Asesinatos en la abadía por un libro

Habiendo llegado al final de mi vida de pobre pecador, con el pelo ya canoso, me dispongo a dejar constancia sobre este pergamino de los hechos asombrosos y terribles que me fue dado presenciar en mi juventud hacia finales del año del Señor de 1327.

Que Dios me conceda sabiduría y gracia para ser fiel narrador de los sucesos que tuvieron lugar en una remota abadía en el recóndito norte de Italia. Una abadía cuyo nombre parece más prudente y piadoso omitir.

Adso de Melk

Al inicio de la película El nombre de la rosa, el monje franciscano Adso de Melk se dispone a relatarnos los hechos acaecidos en una desconocida abadía benedictina con una introducción calmada y misteriosa. La imagen pasa del negro a un fundido mostrándonos unos parajes secos y aparentemente baldíos que la rodean aportando un punto de soledad y abandono muy inquietantes.

Debo de señalar, antes de proseguir, que, en este texto, me voy a ceñir a lo que es estrictamente la película El nombre de la rosa rodada en 1986 por Jean-Jacques Annaud y que desde luego no desmerece la sorprendente novela de Umberto Eco sobre la que se basa. Como ya sabéis, en este blog, hemos recogido ya varios textos dedicados a la novela que tratan de acercarnos a su historia y su significado, una historia que a veces esconde lo que realmente quiere transmitir. Esta vez no vamos a entrar en disertaciones sobre los distintos misterios que la rodean, para ello, tenéis a vuestra disposición los textos: ¿Mentiras en ‘El nombre de la rosa’?, ‘El Nombre de la Rosa’ y su título bien valen un libro y Naturalmente, ‘El nombre de la rosa’, así que sólo abordaremos la trama.

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Los cazafantasmas visitan una Biblioteca Pública de Nueva York

La realidad puede superar a la ficción, por supuesto, pero Los Cazafantasmas (Ghostbusters) que todos conocemos aparecen en una película homónima de 1984 que tuvo una secuela mucho más floja en 1989 e incluso una serie infantil de dibujos animados. En esta primera película, los actores Dan Aykroyd y Harold Ramis fueron los artífices del guión a la vez que se encargaron de dar vida a dos de los tres componentes del grupo de científicos: El Dr. Raymond Stantz y el Dr. Egon Spengler respectivamente. En un principio, estos científicos trabajaban en la universidad, aunque una vez expulsados de ella, deciden dedicarse profesionalmente al tratamiento y captura de los fantasmas que van apareciendo en la ciudad de Nueva York.

La película tiene un inicio bastante ingenioso y descreído. Al incluir dentro de los investigadores de lo paranormal al personaje del Dr. Peter Venkman, interpretado por Bill Murray, se otorga un punto cínico y sarcástico a los asuntos de lo paranormal. Sin embargo, la película en su final tiende al pasteleo y a la estridencia, lo que le hace perder interés y fuerza, aunque en su conjunto se trata de una cinta bastante correcta.

Pero, obviamente, no estamos aquí para realizar una crítica de lo que es esta película, si no más bien reseñar el hecho de que aparece una biblioteca en ella, incluyendo a su bibliotecaria. Y es que la película se inicia con un hecho paranormal que se sitúa dentro de la Biblioteca Pública de la Quinta Avenida de Nueva York. Allí, una empleada sufrirá la primera aparición del fantasma cuando baja al depósito a guardar los libros que ha ido recogiendo. En un primer momento, ella no se percata de lo que está sucediendo, libros que sigilosamente cambian de estantería por ejemplo, sin embargo cuando llega a los cajones de las fichas bibliográficas y éstas comienzan a volar por toda la habitación, se asusta y comienza a correr hasta que se encuentra de frente con él.

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Los crímenes de los siete pecados capitales y una biblioteca

Cuando el teniente William Somerset se hastió de permanecer en casa durante una noche de insomnio, decidió abandonarla cogiendo un taxi. En cuanto estuvo a bordo, pausadamente encomió al taxista que se alejase de la ciudad tanto como pudiese. De esta forma, el detective llegó hasta una biblioteca.

Deberíamos perdonarle al director que el lugar más lejano de una ciudad fuese una biblioteca, lo que nos aporta mucha información, puesto que, para qué vivir en un lugar que siempre está lloviendo, del que sus habitantes, asqueados, nunca pronuncian el nombre y se refieren a ella como aquí o maldita ciudad. Sin embargo, como ya se apuntó en La biblioteca en la narrativa y el cine, el papel de la biblioteca en esta película es el del espacio clave de búsqueda de algún dato que ayude a desvelar un misterio o solucionar un problema. El detective estudia en la biblioteca unos libros para comprender el patrón que seguía el asesino de la película Seven. Como curiosidad, que puede considerarse pifia, Somerset llevaba puesta una camisa cuando sube al taxi, mientras que lleva otra distinta cuando llega a la biblioteca, por lo que podemos llegar a la conclusión que se trata de momentos distintos y la biblioteca no está tan lejos de la ciudad.

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Un libro de códigos para pasar «Un día en las carreras»

Un día en las carreras(A day at the races) es una de las películas más famosas de los hermanos Marx. Rodada posteriormente de las también geniales Una noche en la ópera(A night at the Opera) y Sopa de Ganso(Duck Soup) , esta película marcó el momento cumbre de los Marx en el cine tras la cual comenzarían su lento declive en la gran pantalla. Una de las mejores escenas, y más recordadas, de todo este filme es la que se conoce como la del helado de Tutti Frutti en la que también se ven involucrados una serie de libros de códigos.

En esta escena, Chico Marx (Tony) se hace pasar un vendedor de helados justo delante de las taquillas de apuestas del hipódromo para ello se sirve de un carrito de helados, pero realmente es un estafador vendiendo libros que se supone revelan los ganadores de las distintas carreras. Tony sabe que en la siguiente carrera puede ganar 10 – 1 si apuesta por el caballo Sun-Up, pero necesita dinero. Así que prepara su trampa para una torpe víctima, el Doctor Hackenbush (Groucho), que está dispuesto en apostar dos dólares por Sun-Up.

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De bits y átomos

Cuando hace relativamente poco tiempo el líder de Jarabe de Palo, Pau Donés, afirmó que el formato MP3 estaba acabando con el CD, es bastante probable que desconociese que se encontraba corroborando las palabras que ya había transmitido Nicholas Negroponte en su libro de 1995 El Mundo Digital. Según su visión de este nuevo mundo, Negroponte aseguraba que para poder comprender las ventajas que nos aportaría el mundo digital debíamos necesariamente desgajar los átomos de los bits. Sin embargo, me temo que Pau Donés no debió de leer el libro, por lo que debe de desconocer qué quería decir Negroponte con esta separación que actualmente se está produciendo, pero es sencillo de explicar, así que me presto a ello.

Tal y como señalaba el autor, hasta este momento la mayoría de la industria de los medios de comunicación y del entretenimiento se basa en la distribución de átomos. Es decir, su modelo de negocio se fundamenta en la distribución y venta de periódicos, revistas, libros o discos compactos que sirven como soporte para la transmisión de información que consiste, al fin y al cabo, en bits. Cuando compramos un CD o un DVD lo que realmente estamos comprando son bits, puesto que la información contenida en este soporte es digital (unos y ceros), mientras que los átomos sólo nos sirven como envoltorio (El plástico del que está compuesto el CD más el papel del cuadernillo). A modo de apostilla, diré que las interpretaciones de qué es lo que realmente se adquiere cuando se acude a una tienda para comprar un CD, son diversas. Sin embargo, se tiende a afirmar que cuando compramos un CD tan sólo adquirimos el derecho de reproducción, por lo que un CD no es algo completamente nuestro aunque hayamos pagado 16 € por él. Obviamente, es éste otro debate por lo que dejaremos de lado pues no es realmente de nuestro interés en este artículo. En cualquier caso, en el nuevo mundo digital hacia el que nos encaminamos, se comercia principalmente con bits, por lo que el soporte como fuente de comercio tiende a desaparecer o pasa a ser residual como sucedió con el vinilo con la aparición del disco compacto.

Pero esta visión en la que tan sólo es importante el contenido, abandonando el continente, todavía no ha sido aceptada como un modelo de negocio viable, por lo que al nuevo entorno digital en general se lo ha considerado más como una amenaza que como una oportunidad. Así, y desde un primer momento, las discográficas han tratado de atajar las distintas herramientas que los internautas han creado para la difusión de bits entre pares o Peer to Peer (P2P) utilizando Internet como canal. Estos softwares se han convertido en una de las herramientas fundamentales de la Red y son las que poseen una mayor aceptaciónentre los internautas, sin embargo su tecnología es problemática desde la visión de los derechos de autor puesto que tiende a no respetarlos.

Es bien conocido que la primera herramienta que se creó P2P que cosechó cierto éxito fue Napster que permitía en intercambio de ficheros musicales digitales por la Red de una forma gratuita. La persecución judicial de la compañía y su cierre no significó el fin del uso de este tipo de herramientas, sino que más bien alentó el desarrollo y mejora de otras nuevas. Es significativo que previamente al cierre de Napster por las distintas demandas judiciales, los responsables de esta red P2P comenzaron a filtrar los ficheros MP3 que se intercambiaban en sus servidores y que poseían copyright, esto tan sólo provocó un trasvase de usuarios hacia otras herramientas como Audiogalaxy que utilizaban una misma filosofía. Esto venía a demostrar que el uso de las redes P2P se había establecido en la Red y los internautas no deseaban dejar de utilizar herramientas que les permitiesen descargar música de la Red de una forma muy cómoda aunque bordeando la legalidad.

Actualmente hay diversas plataformas de intercambio de bits P2P por lo que la estrategia de las compañías discográficas se centra actualmente en amedentrar a los usuarios de los distintos softwares mediante distintas denuncias. Por supuesto que esta persecución ha dado resultados un tanto dantescos como la denuncia a una persona fallecida que jamás había poseído un ordenador, o distintas denuncias a menores que descargaban la música de la Red.

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Darth Vader, un holocrón y la Biblioteca Jedi de Coruscant

Restando justo dos semanas para el estreno, el 19 de mayo, de la última película que George Lucas rodará sobre Star Wars, no podía dejar pasar la ocasión para escribir un post sobre esta última película, el Episodio III – La Venganza del Sith, y la Biblioteca Jedi de Coruscant. En realidad, no sé absolutamente nada de lo que sucederá, si volverá a aparecer Jocasta Nu, la archivera Jedi, o si simplemente el Templo Jedi será destruido y con eso nos tendremos que conformar. En cualquier caso, sabiendo que la primera misión de Anakin Skywalker, transformado ya Darth Vader, que recibe de su nuevo maestro Palpatine es la recuperación de un Holocron de los Sith que se encuentra custodiado en el Templo de Coruscant, y por ende dentro de la biblioteca, no puedo imaginarme otro final que la completa destrucción de ésta junto con el Templo Jedi.

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