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Etiqueta: Web 2.0

La era de la sobreinformación (sobre ti)

Hace ya unos meses, distintos medios de comunicación distribuían un teletipo de la Agencia EFE bajo el titular Miles de jóvenes intentan mostrarse originales en internet cediendo su intimidad. En él, dedicado a la red social española Tuenti, se recogía una nueva tendencia de los más jóvenes a exponer cada vez más su intimidad, mostrando y compartiendo fotografías o comentarios un tanto subidos de tono. Dentro del artículo, Tuenti se defendía asegurando que los niveles de exposición de este tipo de contenidos, se regulaban dentro de la página web y que incluso se disponía de un equipo que monitorizaba las fotografías y comentarios y si se detectaba algo improcedente se eliminaban. Por otro lado, en agosto de este mismo año, el diario Levante-EMV publicaba un reportaje dedicado a este hecho en el que los jóvenes se mostraban en ocasiones semidesnudos en ciertas páginas webs, blogs o fotologs concluyendo que tal vez el daño que estos jóvenes se estaban autoinfligiendo pudiera ser irreparable en un futuro inmediato o, tanto peor, a largo plazo.

Recientemente, Jon Favreau, asesor del reciente presidente electo de los EE.UU. Barack Obama, se tenía que disculpar por la publicación de una fotografía en la que se le veía en una fiesta en pose provocadora con una figura a tamaño real de la rival del senador Obama y, al limón, elegida como Secretaria de Estado de su próximo equipo de Gobierno Hillary Clinton. La fotografía de Favreau había sido recuperada y difundida a través de la red social Facebook, y su caso no se aleja del caso de Kevin Colvin que fue despedido tras el descubrimiento por parte de su jefe de una fotografía suya bastante compremetedora publicada en la misma red social.

Parece seguro, por tanto, que hoy en día, nos encontramos ante un nuevo reto. Un nuevo desafío sobre la nueva definición de lo que debe ser considerada como nuestra privacidad y cómo debemos defendernos ante la socava de nuestro anonimato.Ya no es suficiente con defender la privacidad sobre la información que se publica en la Red desde las Administraciones Públicas o por el hecho de convertirse en un fenómeno mediático dentro de la Red; no, hay que dar un paso más allá y, aparentemente, tomar la consideración de adoptar el anonimato como una actitud frente al control perpetuo que sufrimos en nuestras actividades en la Red.

La red social Facebook o el buscador Google son, por motivos dispares, los máximos exponentes actualmente sobre las implicaciones que sus actuales modelos de negocio tienen sobre la privacidad de los usuarios. Sobre Google, mucho se ha publicado y las propias Administraciones ya han tomado sus cartas sobre el asunto, sin embargo el fenómeno de Facebook es completamente nuevo, ha evolucionado horrendamente rápido y desde las instancias políticas o bien se le utiliza o bien se le tiene miedo. El hecho es que todo lo que Facebook puede aportar al usuario, lo hace intentando encontrar un modelo de negocio viable y por supuesto que tiene su precio. Lo que no cabe duda es que el uso de esta red social puede dejarnos completamente desprotegidos, y lo peor de todo es que Facebook, al modo de los antiguos portales 1.0, quiere que lo hagamos casi todo a través de él. Debemos contemplar que estos dos gigantes van a comenzar a encontrarse, si bien Facebook mantiene sus contenidos cerrados, inaccesibles para los buscadores, y Google se dedica obviamente a lo contrario; debemos ponernos alerta porque ambos están adoptando políticas muy similares de afiliación e incluso sus productos se asemejan en ocasiones. Su objetivo es que el internauta construya su identidad digital a través de ellos y que se identifique inequívocamente mediante sus servicios.

Personalmente, aunque entiendo las virtudes de Facebook, no me acaba de convencer descubrir comentarios personales de personas que conozco a personas que no conozco, curiosear fotos de personas que conozco que han colgado personas que no conozco, que sí que hay un ser un «buenrollista» y aprobar la Amistad de cualquiera que intente acceder a ti, pero el grado de indefensión es tal, el descontrol sobre lo que yo veo y lo que los otros ven de mi es tal, que me abruma y preocupa.

Ante Google, los futuros navegadores ya han dispuestos las armas para hacerle frente y ante sus ansias para seguir recabando datos de sus usuarios mediante el denominado Private Browsing (Firefox) o InPrivate (Explorer), pero ¿qué haremos en un lugar donde su principal finalidad es compartir nuestra vida, nuestros comentarios, nuestros pensamientos con los demás y con el sistema mismo? ¿Debemos de convertirnos en ermitaños digitales, rehuyendo aquello que nos expone, pasando completamente desapercibidos en la época del Personal Branding?

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«El Manifiesto Cluetrain» en castellano

Decíamos ayer que no nos destacábamos precisamente por ser los primeros en publicar con urgencias. Desgraciadamente, por una vez que nos deberíamos haberlo primado, resulta que llegamos demasiado pronto. Porque al igual que en otros blogs, desde la editorial Deusto, nos ponían sobre la pista de la traducción y edición de El Manifiesto Cluetrain en castellano y la posibilidad de obtener una copia completamente gratuita a aquellos que accediesen a la página web de la editorial para solicitarla. E hicimos correr la voz a través del correo electrónico, pero en aquella fecha, martes 2 de diciembre, nos advertían que la página no estaba accesible. Es decir, desde la editorial se habían adelantado a su página web y, al menos, a principios de la tarde del 2 de diciembre, la página no era accesible para solicitar el libro. Así que nos hallamos en la tesitura de publicarlo en el blog o no hacerlo, para finalmente dejarlo estar por el momento hasta el día siguiente.

Pero sucedió que en menos de 24 horas la noticia había corrido como la pólvora dentro de la blogosfera y los 2000 ejemplares gratuitos que la editorial había puesto a disposición de los primeros lectores se agotaron, dejándonos impávidos ante el éxito de la propuesta. Cabe destacar, como no puede ser de otro modo, el seguimiento que se realizó desde la editorial, apagando los fuegos y subsanando los errores que durante esta promoción se habían revelado, acallando las posibles críticas que se hubiesen derivado de ello. Para mi, la campaña fue perfecta y no podría haberse ejecutado de otra forma teniendo en cuenta del libro que estamos tratando. Y es que antes de que la Web 2.0 fuese ni siquiera definida como etiqueta de marketing, ya existía el Manifiesto Cluetrain en 1999.

Y es que dentro de este texto, más allá de las 95 tesis sobre las que se fundamenta el desarrollo de esta teoría, se perfila el cambio de paradigma que nacería tras la difusión de Internet dentro de los consumidores y el seguimiento que las empresas deberían realizar para cimentar y desarrollar su branding dentro de un mercado donde los grandes medios de comunicación son simples actores. Más allá de las nuevas concepciones de la Empresa 2.0 que se fundamentan sobre los desarrollos tecnológicos posteriores (Blogs, wikis o redes sociales) una serie de autores vieron más allá y concibieron el cambio de «La Conversación» antes de que éste se produjese. Es posible que el crash de la Burbuja.com a finales del siglo XX y la decepción que supuso, soterrase una visión que a principios del presente siglo se antojase una quimera, aunque realmente ya estaba ahí y que posteriormente otros retomaron con un nuevo término. Pero lo que no cabe duda es que antes de O’Reilly se editó y difundió El Manifiesto Cluetrain y, por ello, es sumamente acertado e interesante que se edite en castellano en España ampliando la visión de la nueva comunicación dentro de la Red.

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Web 2.0: ¿Crisis? ¿Qué crisis?

«La Web 2.0 es una tendencia muy potente y creo que la recesión le afectará muy poco. Todos queremos estar conectados, tener redes más amplias al margen de lo que ocurra en la economía. Un puñado de empresas saldrá perfectamente adelante, y otras, más obsoletas, van a dejar el negocio.»
Tim O’Reilly sobre la crisis económica y la Web 2.0

Hace unos meses, me aventuraba a realizar una reflexión sobre los efectos que la crisis económica podría llegar a tener sobre la Blogosfera (1234). Aunque en ese momento, dentro del texto, me centraba en los modelos de negocio que se habían ido adoptando dentro del mundo de los blogs y los efectos que la crisis podía y ya se encontraba acarreando, es el momento de ir un poco más allá y contemplar qué esta sucediendo en el resto de la Web 2.0.

Permitidme la irreverencia de que, al menos, me parezca curioso que los gurús de la Web 2.0 consideren que esta crisis económica va a afectar bien poco a la Web 2.0, como si la economía real y la tecnológica dispusiesen de caminos separados y que en ningún momento se encontrasen, como he llegado a leer. No cabe duda de que el concepto de la Web 2.0, social y participativa, permanecerá aunque es bastante obvio que algunos de estos negocios nacidos y crecidos al calor de las inversiones facilitadas por el dinero barato y fácil de obtener van a pasar por serias dificultades. Que Tim O’Reilly considere que ahora se va a demostrar cuáles de estos proyectos son los realmente viables para seguir funcionando, es como afirmar que hay que esperar para descubrir qué bancos están saneados y no infectados por las hipotecas tóxicas o subprime., es decir casi nada Obviamente, las empresas más fuertes y con un modelo de negocio de verdad sobrevivirán, mientras que otras no lo harán. La pregunta es: ¿cuáles?

Pero a pesar de esto, también me parece muy interesante que se afirme que la Web 2.0 se encuentra ante una falta de ideas y de conceptos nuevos, ya que ante la celebración de la Web 2.0 Summit en San Francisco parece ser que las discusiones, los debates y las nuevas ideas van a transcurrir por otros derroteros que no son exactamente la Web Participativa. Claro que hay quien considera que la Web 2.0 nunca llegó a existir, una entelequia fruto del marketing que se empaquetó para la venta de un nuevo producto y el relanzamiento de las empresas un tanto tocadas en su imagen por la burbuja tecnológica. El marketing era sencillo antes de la burbuja tecnológica Web 1.0, después Web 2.0, perfecto para la búsqueda de nueva financiación, negocios y nuevas tecnologías. Sin embargo, las empresas se engrasan con dinero y cuando hay falta de él, no es fácil que los proyectos web se mantengan solos.

Esto nos conduce al listado que se nos ofrece dentro del sitio News.com con 11 compañias bien conocidas de la Web 2.0 que se encuentran en dificultades económicas y que van a tener que buscarse financiación para seguir funcionando. Curiosamente, entre ellas, nos encontramos algunas bien conocidas como Twitter, Second Life, Skype, Netvibes o MySpace y, como si nos encontrásemos en el año 2000 justo al borde de la explosión de la Burbuja.com, se les echa en cara que se hayan preocupado más por la búsqueda de tráfico, puesto que las inversiones dependían de ello, que por la búsqueda de un modelo de negocio viable. Pero la Web 2.0 nos trae un nuevo concepto, maravilloso, de la recapitalización consorciada: «Tú haces todo el trabajo, yo me llevo el dinero… Y si hay pérdidas me ayudas a reflotar el negocio»

Ante, la falta de financiación actual, que tanto está castigando a las empresas no tecnológicas, las tecnológicas se están resintiendo por la falta de caja para seguir funcionando y en la Web Social se puede llegar a echar mano de nuevos modelos de financiación de auxilio solicitando dinero a sus usuarios mediante la modalidad de donaciones. Hoy, podemos encontrarnos con dos ejemplos: Mobuzz y la Wikipedia.

Mobuzz es un ejemplo español, se trata de una empresa que trata de rentabilizar el negocio de los videoblogs y que se encontró recientemente con una falta de financiación que le iba a impedir seguir funcionando. Ante esto, comienza una campaña de marketing viral mediante la cual solicitaba donaciones de 5 euros a sus seguidores hasta alcanzar la cifra de 120.000 € dándose el plazo de una semana para ello. Finalmente, se salva pero no por la generosidad de sus fieles (Consigue un cuarto del dinero solicitado), sino porque consigue una nueva ronda de financiación tras el ruido mediático generado. Por supuesto que esta acción levanta no pocas suspicacias sobre qué se va a hacer con el dinero de los donativos, en qué situación dentro de la empresa quedan los donantes, si se lo reintegrarían una vez mejore la situación de la empresa, si tendrían participaciones dentro de ella, etc.

Pero esta modalidad de financiación ya fue explorada por otros proyectos de la Web 2.0 como la Wikipedia e insisten en él. Así, actualmente, la Wikipedia necesita 6 millones de dólares para seguir funcionando, aunque las críticas no se han hecho esperar y teniendo en cuenta los distintos problemas que el proyecto ha tenido a lo largo de este tiempo a los usuarios no les van a faltar razones para poner en solfa su gestión y dirección. La  pregunta es: ¿veremos muchos más proyectos bajo esta situación?

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Los blogs han muerto, ¡larga vida a los blogs!

No me sorprende que la obsolescencia terminológica planificada haya acabado inundando los propios conceptos de la Web 2.0. Así, si la propia Web 2.0 dispuso de un proceso de ensayo y error hasta la adecuación de su definición y aceptación definitiva, ahora toca destronar de su puesto de privilegio dentro de ella que hasta ahora los blogs disponían. Esos objetos tecnológicos que cambiaron «La Conversación» de las empresas con sus clientes y partners dentro de la web siguiendo el dictado del Manifiesto Cluetrain, aquellos que iban a refundar el periodismo añadiéndole el término descriptivo de número de versión Periodismo 3.0 o Periodismo Ciudadano, aquellos que sirvieron para conducirnos a la idea de Long Tail; se encuentran inútiles frente a su obsolescencia más inmediata, tornándose en herramientas fútiles por ser “tan del 2004”.

El texto Twitter, Flickr, Facebook Make Blogs Look So 2004 (Twitter, Flickr, Facebook hacen a los Blogs parecer tan del 2004) de Paul Boutin ha creado una gran controversia dentro de la Blogosfera sobre el alcance y la certeza que este texto encerraba. En Mangas Verdes, Vida de un Consultor, Enrique Dans o en Error500, lanzaban sus reflexiones a la vez que incluso los medios de comunicación se aventuraban a recoger la controversia junto con reflexiones de expertos del mundo digital. Si a esto añadimos el último informe de Technorati sobre el estado de la Blogosfera correspondiente a 2008, donde se asegura que el 46% de los bloguers ya publican en blogs profesionales, aunque por supuesto que los datos se han puesto en solfa puesto que Technorati ya no es un referente a la hora de medir las métricas de la Blogosfera debido a su obsolescencia y falta de dinamismo.

Pero es posible que Boutin tenga su parte de razón si consideramos los hábitos comunicativos y de uso que los internautas han ido desarrollando gracias a la creación de los servicios de microblogging y de Redes Sociales actualmente disponibles en Internet. De este modo, si los blogs fueron catalizadores de la comunicación y la información durante los hechos del 11-S, actualmente son otras las herramientas web las que se convierten en los conductores de la información. A los hechos podemos remitirnos como bien recoge Juan Varela en su texto, Estudiantes alejados de los medios de comunicación, aportando unos datos muy interesantes sobre el uso que dieron los estudiantes universitarios de la Web 2.0 tras el reciente atentado de ETA en el aparcamiento de la Biblioteca de la Universidad de NavarraAquí también tenéis una recopilación muy útil respecto a esto-. Tal vez las Redes Sociales, su sentido de comunidad, sus posibilidades a la hora de coordinar acciones, junto al microblogging que dispone de elementos y posibilidades más dinámicas que un blog, hayan destronado a las bitácoras de uno de sus objetivos. Puede ser que debido a que simplemente se hayan diseñado herramientas mucho más capaces y dinámicas que disfrutan de una mayor potencialidad otorgando un mayor margen de maniobra a los internautas a la hora de gestionar crisis.

Sin embargo, esto no quiere decir que los blogs deban de ser defenestrados inmediatamente. Aún disponen de una gran potencialidad comunicativa, de creación de nanoaudiencias y de gestión de crisis que no alcanzan (todavía) otras herramientas de la Web 2.0. Puede ser que un internauta, en el sentido estricto del término, no necesite de los blogs para compartir fotografías, vídeos, pensamientos en 144 caracteres o establecer relaciones sociales con amigos y compañeros. Sin embargo, los blogs aún poseen elementos muy interesantes para seguir explorando sus potencialidades y sus posibilidades. Hay blogosfera para rato.

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«Información y Documentación» en la Wikipedia: es hora de ponerse a trabajar

Llevo un tiempo esperando que el equipo que ha venido desarrollando el Wikiproyecto Información y Documentación se lanzase a publicitar su trabajo. Finalmente, la espera ha merecido la pena y a través del blog del SEDIC nos invitan a unirnos a él en la entrada Información y Documentación: nuestro espacio en la Wikipedia.

Lo primero que debemos hacer es aplaudir este tipo de iniciativas, mucho más dentro del marco en el que lo están haciendo, y conscientes del esfuerzo de coordinación y reunión necesarios para llevarlas a cabo. Por otro lado, también tenemos que considerar que en vez de realizar un wiki genérico, mediante las distintas herramientas que se encuentran disponibles, el equipo ha decidido vehicular sus esfuerzos a través del referente del éxito de la Web 2.0, la Wikipedia, y lo hace dentro de un marco inmejorable para comenzar a alentar a los bibliotecarios para comenzar a difundir sus actividades y sus desempeños.

Recientemente, en la lista de distribución Iwetel, se calentaba el eterno debate sobre la necesidad de publicitar nuestras actividades y dejarnos ver por la Sociedad; por otro lado, durante este último año, en el que los bibliotecarios se han esforzado en dar forma a la Biblioteca 2.0, a empaparse de la nueva Web Social. Es por ello que ya va siendo hora de pasar a la acción, que por otro lado ya se está haciendo, y comenzar a ser mucho más participativos en los ámbitos que nos debieran pertenecer por definición.

Pero veamos qué es un Wikiproyecto primero. Según nos cuenta el equipo de Información y Documentación, «un Wikiproyecto no es un lugar para escribir artículos enciclopédicos, sino un recurso para ayudar a coordinar y organizar la escritura de artículos. Las páginas de discusión de cada Wikiproyecto pueden utilizarse como punto de reunión por aquellos interesados en un proyecto particular. Los Wikiproyectos pueden también tener un Portal asociado que exponga su trabajo en Wikipedia».

Así pues, ya disponemos de un equipo dispuesto a coordinar a todos los interesados en escribir artículos sobre la Biblioteconomía y la Documentación dentro de la Wikipedia. Yo mismo inicié una serie de entradas dentro de ella, ya hace mucho tiempo y las cuales no citaré puesto que el trabajo colaborativo dentro de ella no debe de ser reconocido en exclusiva por sus miembros, porque simplemente no existían. ¿Cómo era posible que no existiesen términos y personas que deberían ser un referente de la Biblioteconomía dentro de ella? Así pues, me dispuse a crear los artículos y comenzarlos, dejando el resto del trabajo para aquellos que lo quisieran continuar, aunque los cambios no han sido excesivos ni radicales a lo largo del tiempo.

Por lo tanto, los responsables del Wikiproyecto nos han dispuesto su hoja de ruta, abriendo una ventana hacia la creación de contenido colaborativo, realizando un esquema desde el cual todos aquellos interesados puedan comenzar a aportar contenidos y modificarlos, así como la creación de una TODO list abierta a nuevas adiciones y concreciones. Sólo hacen falta voluntarios dispuestos a crear los contenidos, a aumentar los conocimientos sobre la Biblioteconomía y la Documentación dentro de la Wikipedia como plataforma para dar un paso más en la Web Social. La pregunta es: ¿Te apuntas?

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La Infoxicación 2.0

Hace unas semanas que me llamó poderosamente la atención el Prisma de la Conversación. Se trata de un intento de representar la mayoría de los servicios actualmente disponibles dentro de la Web 2.0 situando cada uno de ellos dentro de una categoría. Su autor, Brian Solis, nos hace un comentario en su blog de cómo llegó a la génesis de su mapa de la conversación 2.0, aunque lo más impactante es cómo se han ido añadiendo nuevos servicios, mediante notas, por parte de los usuarios de Flickr.

Personalmente, este gran abanico de opciones, de aplicaciones tan específicas, de mundos por explorar y descubrir, sólo me pueden producir angustia. Sí, puede que se trate de nuevo de la asimetría digital, aunque creo que se trata más bien de un nuevo tipo de infoxicación. Creo que estoy completamente desesperado por la intoxicación de la información dentro de la Web 2.0, de tantos productos a los que seguir su evolución, de los comportamientos de sus usuarios dentro de ellos, aquellos que son tan específicos -Hay una categoría correspondiente a específico de Twitter– que se me antojan completamente desconocidos hasta este momento.

De este modo, descubrimos que tal es la avalancha de nuevos desarrollos y nuevos conceptos que se presenta como terriblemente complicado evaluarlos todos y, además, desarrollar nuestra actividad digital dentro de ellos. Imagino que al final tendremos que discriminar, utilizar aquellos que realmente nos ofrecen un retorno adecuado en la cimentación de nuestra identidad digital, a pesar de que, en muchas ocasiones, el retorno tarde en llegar. En definitiva, no teníamos suficiente con la Infoxicación de toda la vida, que debemos que vérnosla con las nuevas formas que adopta dentro de la Web 2.0 y «La Conversación».

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Descontextualizados en Menéame

En realidad, aunque podáis creer lo contrario, lo he encontrado divertido. El hecho de que un usuario de Menéame, una web de filtrado social de noticias, recogiese nuestro anterior texto, Catalogar vs. Indexar, y la dispusiese para que fuese votada por su comunidad debería ser un honor para nosotros. Por supuesto que somos conscientes de que nuestros temas no van a resultar excesivamente interesantes para una comunidad de usuarios como la de Menéame, pero bueno ahí queda eso.

En cualquier caso, el objetivo final del texto fue un tanto desvirtuado dentro Menéame puesto que cortaron y pegaron un pedazo en el que, utilizando la ironía, me disponía a criticar la ligereza a la hora de considerar innecesario el trabajo de documentación en medios de comunicación. Concretamente, en la web de Menéame, se extractaba lo siguiente:

(Sobre documentalistas y/o bibliotecarios) C&P: Qué crueldad. En diez años, Google nos ha jubilado. Nos hemos convertido en prescindibles, en una figura cómica al lado de la compleja programación desarrollada desde Mountain View, creo que es el momento de acabar con esta farsa… En realidad, somos unos tecnófobos redomados, realicémonos un harakiri colectivo y entonemos un mea culpa. Somos unos obsoletos digitales… [Pantallazo]

Obviamente, si un documentalista realmente creyese esto, ¿para qué quiere enemigos? En fin, confiemos que sus votantes, 10 usuarios, acabasen por aquí y leyesen realmente de qué trataba exactamente el texto, fuera de la descontextualización que sufrió, y que no votasen al tuntún. Porque creo que Menéame no va precisamente de eso.

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