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Categoría: Personajes

Tim Berners-Lee, el creador de la Red

Un documentalista, y además enredado, no debería dejar de escribir unas líneas como humilde homenaje al creador de la Web: Tim Berners-Lee. Fue suya la primera página web creada y disponible en un servidor web, a la que lentamente se irían añadiendo otras de científicos, claro está, que marcarían la incipencia de la creación de una red que adquirió, y tiene, un crecimiento vertiginoso. Pero, si vamos a hablar de la Web, tampoco podemos dejar de recordar, al igual que se hace en la mayoría de los artículos escritos sobre su invención, la distinción de lo que es Internet de lo que es la Web. Por ello recordaremos que Internet es el soporte físico de la Web (Servidores, cables, enrutadores, DNS, etc.) mientras que la Web sería los ficheros informáticos que la constituyen y que deben ser interpretados por el software que tenemos instalado en nuestros ordenadores, en general, los navegadores. Pero entremos en materia y analicemos brevemente, la creación y concepción de la Web y su rápida evolución.

Tim Berners-Lee, considerado como uno de los 100 personajes del siglo XX por la revista Time, nació en 1955 en Londres (Reino Unido) licenciándose en Física en 1976 en la Universidad de Oxford. La creación de la Red surgió a partir de la idea de crear un sistema de gestión de la información mediante el uso del hipertexto. Su finalidad era  facilitar la transmisión de la información y favorecer así la actualización informativa de los científicos, además de tratar de prevenir la pérdida de información. La propuesta (Information Management: A Proposal) de creación de este sistema lo realizó al Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) de Ginebra donde trabajaba en aquel momento, aunque su idea no tuvo el éxito esperado.

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Daniel Boorstin, historiador, bibliotecario y ganador de un premio Pulitzer

Daniel Boorstin, ganador de un premio Pulitzer e historiador social que fuera bibliotecario de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos durante 12 años, murió en el hospital Sibley Memorial de Washington DC en abril de 2004 a la edad de 89 años.

Boorstin, que era también abogado y fue profesor durante 23 años en la Universidad de Chicago, escribió más de una veintena de libros, entre ellos dos importantes trilogías. La primera sobre la experiencia estadounidense y la otra sobre la historia intelectual del mundo vista a través de los prismas de los descubrimientos científicos y geográficos, la obra de los artistas creativos y las ideas de profetas y filósofos. Como bibliotecario de la Biblioteca del Congreso entre 1975 y 1987, Boorstin aportó literalmente ráfagas de aire fresco a una institución pesada e intimidante cuyos 241 kilómetros de estantes y 19 salas de lectura eran tierra incógnita para la gente de apie e incluso para muchos eruditos. Suya fue la orden de que las majestuosas puertas de bronce de la biblioteca más grande del mundo permanecieran abiertas, instalando a la entrada mesas de pic-nic y bancos. En ella, fundó un centro para estimular la lectura y organizó conciertos y acontecimientos multimedia para el público en general. Rememorando su orden de mantener las puertas abiertas, en cierta ocasión comentó: «Decían que eso podía producir corrientes de aire, y yo contesté: ‘Estupendo, eso es justamente lo que necesitamos».

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