Muchos usuarios de biblioteca son tímidos y no se atreven a acercarse al mostrador de la biblioteca y consultar a los bibliotecarios para resolver sus dudas. Algunos de ellos llegan al extremo y sufren el denominado síndrome de la ansiedad en la biblioteca. Esta ansiedad se produce cuando el usuario tiende a ocultar su falta de habilidades a la hora de recuperar información y se lleva estudiando desde la década de los años 80.
La Web y su infinidad de recursos son unos rivales formidables para las bibliotecas, pero esto no quiere decir que las unidades de información no puedan adaptar las nuevas herramientas y sus usos y poder, de esta forma, ayudar a sus usuarios más tímidos y más distantes geográficamente.
Uno de estos ejemplos lo encontramos en el Banco de Inglaterra que, valiéndose de Twitter, ha definido un hashtag (#askBoE) mediante el cual se puede lanzar cualquier cuestión. Señalar que las preguntas que se le hacen no van tan sólo a cuestiones relacionadas con cualquier dato que recoge el Banco y que puede ser fácilmente recuperable a través de la Web, sino que los usuarios van un poco más allá y también se centran en preguntas muy concretas y que se derivan de análisis económicos.
Por ejemplo: