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El valor de la información que aportan los usuarios

En las I Jornadas sobre Gestión del Conocimiento en los Centros de Documentación, recientemente celebradas en Valencia, tuve ocasión de asistir a la ponencia de Eduardo Manchón titulada «El usuario como generador de Arquitecturas de Información».

Manchón proclamaba que, en la actualidad, no existe un sistema de búsqueda capaz de competir con Google en cuanto a la eficacia de sus resultados ya que la estrategia de búsqueda «site«, que restringe la búsqueda al sitio web en cuestión, ofrece mejores resultados que cualquier sistema de búsqueda propio. Para ilustrar este hecho, comentaba el sistema de búsqueda PubMed (proyecto desarrollado por la National Center for Biotechnology Information (NCBI) en la National Library of Medicine (NLM) y que permite el acceso a bases de datos bibliográficas biomédicas compiladas por la NLM), que no era capaz de alcanzar la eficacia de Google en la localización de sus propios documentos.

Durante su presentación, Manchón recalcaba que de momento es inútil competir con el motor de búsqueda de Google y que por ello los sitios web deberían centrar sus esfuerzos en otro terreno: Ya que no son capaces de llevar «toda» la información de su sitio a sus usuarios mediante su sistema de búsqueda, su mejor estrategia es hacer más accesible al usuario los servicios y las operaciones más solicitados por estos mediante un diseño y una arquitectura de información conveniente y «usable». Es decir: Permitir el acceso «a lo más probable» frente «a lo más posible». Y esto puede conseguirse mediante el análisis del comportamiento de los usuarios con el sitio web, información ésta que sólo el propio sitio conoce. Este tipo de información correspondería a la «metadata implícita o indirecta», que Manchón define como la metadata «extraída de información no creada específicamente para clasificar».

El ejemplo más obvio, en cuanto al aprovechamiento de los datos obtenidos del análisis del comportamiento de los usuarios, es el que realiza Amazon.com, la tienda virtual de libros, discos, etc. por antonomasia. Amazon utiliza los datos que obtiene de la interacción de sus clientes con su sitio web, sus gustos, lo que visitan, lo que compran… para sugerir a otros clientes artículos que pueden resultar de su interés. Aunque Amazon hace un uso puramente comercial de esta información, esta idea puede ser fácilmente extrapolable para uso en un servicio de información, como pueden ser los catálogos bibliográficos tanto temáticos como de bibliotecas, y como ya sugirió Pedro Layant en relación a estos últimos. La utilización de esta información crearía una interacción directa entre el catálogo y los usuarios que aportaría un gran valor a la información puramente bibliográfica de los registros de dicho catálogo. Gracias a la actitud y el comportamiento de los usuarios del sistema, sus búsquedas, sus lecturas e incluso sus valoraciones, sería posible «recomendar» las futuras lecturas de otros usuarios, acrecentando así su grado de satisfacción.

Durante el desarrollo de esta ponencia se indicaron otros ejemplos de sitios en que se aprovechaba la metadata implícita: La información obtenida mediante el análisis del comportamiento de los usuarios y también del análisis de su modelo mental, ya en el terreno de las «folksonomías«, de las que también se habló. Pero lo que no se pudo ver fue ninguna aplicación de este tipo de experiencias en un sistema de información documental o bibliotecario. Esto me reafirma en mi idea de que el mundo de la Documentación vive completamente a espaldas de los avances tecnológicos o metodológicos que, en cambio, el mundo empresarial ha sabido aprovechar tan bien. Como exhortó un asistente a las Jornadas, es necesario aplicar todos estos principios al diseño de OPACs, por poner un solo ejemplo.

Y yo aún diría más: ¡Documentalistas, despertad ya!

Publicado en Biblioteconomía

3 comentarios

  1. Antes de nada gracias por informarnos a los que no pudimos asistir, de lo que se discutió en las jornadas.

    Cuando Manchón habla de estudiar el comprotamiento del usuario y extraer parte de esa información de los «metadata no implicita» está hablando de tener en cuenta para ello el análisis de los logs?

    Y sobre lo que tnatas veces hemos hablado: ¿por que las bibliotecas no adoptan las tácticas y prácticas que tan bien funcionan en la industria editorial, en la empresa…? pues creo que se trata de lo mismo de siempre, mientras éstas no sean consideras industrias culturales, seguirán viviendo de espalda a las necesidades demandadas por la sociedad!

    P.D. Es la 4ª vez que en una semana oigo eso de «diseñar para lo más probable no para todo lo posible»

  2. La verdad es que fueron unas jornadas muy interesantes. Más de uno salió escandalizado y otros esperanzados.

    Sobre este texto, tan sólo comentaré que lo que describe Mª Elena es interesante, pero un problemático ya que se deberían registrar todos los pasos que da un usuario. Obviamente, existen registros de los libros que hemos tomado prestados en las bibliotecas, pero con Internet también se registrarían las búsquedas y los registros bibliográficos que el usuario ha consultado.

    Aunque es esta una política de Amazon para sus clientes, no sé hasta qué punto es interesante para la generalización a todas bibliotecas. Obviamente, sería interesante para las bibliotecas universitarias, ya que sus usuarios están muy acostumbrados a la utilización de Internet, sin embargo para el caso de las bibliotecas públicas no sé hasta qué punto es aplicable.

  3. Catuxa, cuando Manchón hablaba de «metadata no implícita» que se obtenía del «comportamiento» de los usuarios efectivamente se refería al análisis de los logs
    (por si alguien no sabe de qué hablamos: información estadística sobre las visitas a un sitio web a partir de los ficheros «log» que registran los servidores web)

    Y es cierto, como también pude comprobar cuando asistí a las Jornadas de Fesabid, que es descorazonador comprobar cómo el mundo bibliotecario/documental no adopta medidas que podrían beneficiarle cuando ya existen y se ha comprobado su eficacia.

    Respecto al comentario de Marcos, sobre registrar todos los pasos de un usuario, quizá nos encontraríamos con algún problema legal de confidencialidad de datos (la consabida polémica de EEUU) y dichos datos no deberían relacionarse con un usuario con nombre y apellidos, sino más bien a nivel estadístico de uso.

    Quizá el beneficio de este modelo imitando a Amazon no tuviera más utilidad que realizar tareas de «bibliotecario virtual» que recomienda artículos o libros al usuario. Pero sí que me parece interesante, porque además podría ayudar a tomar decisiones sobre la política de compra de una biblioteca basándose en los intereses de sus usuarios.

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