Después de la tormenta, la calma. Nuestro objetivo es la denuncia, poner la situación que conocemos sobre la mesa. No deseamos acongojar a los nuevos estudiantes que van a comenzar el curso en octubre, ni a las personas que se van a iniciar en el mundo de la Documentación, ni a los que ya están inmersos en ella. Estos textos tan sólo pueden describir y circunscribirse a la situación existente hoy.
Seguramente, una vez detallados y analizados los distintos hechos, se podrán añadir muchos más, positivos y negativos, pero no es éste el mejor lugar para realizar una recopilación de todos ellos. Los profesionales de la información debemos realizar una reflexión profunda hacia dónde queremos dirigirnos. Podemos seguir ladrando en las esquinas, como dijo alguien no hace tanto tiempo, lamentándonos por lo que debería ser y no es, o podemos comenzar a realizar acciones efectivas.
Desde mi punto de vista y es justo lo que he tratado de transmitir aquí, es necesario un debate profundo hacia dónde se quiere marchar y en qué marco se desea hacerlo. Las asociaciones profesionales, que reunen a bibliotecarios, documentalistas y archiveros, se instrumentalizaron como herramientas útiles para el aglutinamiento de profesionales que hasta ese momento provenían de formaciones muy distintas y necesitaban compartir experiencias para mejorar. Hoy en día, se debe revisar el modelo de comunicación que se quiere otorgar a la Documentación, se debe evaluar completamente lo que se imparte en las universidades y los contenidos que atañen a esta profesión, se debe producir un acercamiento desde todos los sectores implicados en la gestión de la información hacia la sociedad y reindinvicar el trabajo que se ha realizado desde la Documentación y la Biblioteconomía durante los últimos años.
Desde mi convencimiento de que es una necesidad de los bibliotecarios y de los documentalistas el planteamiento en distintos ámbitos geográficos y administrativos de la conveniencia, por su efectividad y posible desarrollo por su beneficio, de la creación de distintos Colegios Profesionales. Estos reunirían a los distintos profesionales de la información, velarían por sus derechos, vigilarían sus deberes y observarían el cumplimiento de los parámetros en los distintos centros informativos.
Por otro lado, las universidades ya han comenzando a virar hacia la integración de contenidos. Se han creado y se ofertan nuevas titulaciones duales, tal y como se recogió en su momento en El Documentalista Enredado, como Documentación – Derecho o Documentación – Informática. Puede que dentro de unos años la carrera retorne a convertirse en una especialidad, puede que nunca debería haber abandonado ese campo. ¿Quién sabe?