Mi primer ordenador (IBM PS2) tenía un teclado estupendo. Era de dos colores, el color blanco que era predominante de los teclados de antaño y que se ha ido sustituyendo por colores más sobrios como el negro y el gris; y un color grisáceo por ciertas teclas auxiliares. Hoy, aquel teclado (IBM model M) ha quedado en la memoria colectiva de muchos como un referente y los coleccionistas lo buscan como uno de los mejores teclados que se hicieron nunca.
Aquel teclado pasó a mejor vida dentro de la evolución acelerada informática. A mediados de los años 90, era más importante la memoria RAM y el disco duro, la velocidad en herzios del procesador que los periféricos. Durante un tiempo, no me importó demasiado qué teclado usaba y aquel tacto mecánico fue sustituido por varios teclados de membrana, más modernos, más silenciosos, incluso inalámbricos, y que iban disminuyendo paulatinamente el perfil de las teclas, achatándolas.
Los teclados gaming trajeron de vuelta esas sensaciones de clic de los teclados porque permitían dar cierto control sobre la presión de las acciones de los jugadores. Tengo que confesar que para mí el recorrido de las teclas gracias a los pequeños muelles que tienen internamente y el sonido de liberación me resulta bastante agradable a la hora de escribir… Pero, también tengo que decir que a la hora de tomar notas en un reunión tus pensamientos pueden ser difuminados y sepultados por ese ruido.
Sí, utilizo un teclado mecánico en casa, aunque en la oficina que han tendido a hacerse más silenciosas utilizar ese tipo de teclado podría considerarse una falta de respeto y llegar a molestar a los compañeros.
Pero más allá de la sensación del tacto a la hora de utilizar un teclado, hay una tendencia dentro del sector de la informática que me comienza a molestar. Los teclados ISO, aquellos que tenían como rasgo distintivo esa L invertida en la tecla de «Intro», están siendo sustituidos poco a poco por los teclados que siguen la norma americana ANSI.
Los teclados americanos tienen menos letras y la disposición de algunos símbolos se tienen que recolocar. Por ejemplo, la cedilla -Ç- se sitúa encima de la tecla del intro, mientras que la tecla del intro se convierte en una barra como si fuese un «Shift». Mientras que los símbolos «menor que – < -» o «mayor que – > – » se situarían en la letra L. El teclado ISO se comercializa fundamentalmente en el ámbito europeo y de ahí parten otros alfabetos de otros idiomas, pero lo cierto es que el teclado ISO español se encuentra en franco retroceso. Me he percatado que marcas tan relevantes como Asus o HP prácticamente han dejado de comercializar sus portátiles más populares en ISO para priorizar los teclados americanos.
He tratado de encontrar razones para esta situación. En primer lugar, que son portátiles pensados para un mercado latinoamericano global. No tiene sentido tener dos configuraciones de teclado si nos encontramos con el mismo idioma y la utilización de un solo formato de teclado reduce los costes de forma significativa. Otro de los argumentos que me he encontrado se centra en el ámbito de la programación, puesto que el teclado ANSI es más efectivo a la hora de programar. Y finalmente dentro del ámbito del gaming el teclado ANSI es más competitivo porque las teclas están más juntas.
En cualquier caso, a pesar de las razones expuestas más arriba, confieso que me siento un tanto huérfano hoy en día. Buscando un portátil que respete la disposición de teclas que para mí es más cómoda y mejor y que evita errores sobre todo en el retorno de línea, carro o intro. Pero admito que empiezo a ser consciente de que la falta de oferta me lanzará a máquinas más caras que todavía respetan esa L invertida.

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