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Pesadilla antes de Navidad

Lo cierto es que quería titular de una forma incendiaria, sin embargo la frase que había escogido desde un principio me parecía excesiva y por ello había estado postergando una y otra vez la publicación de este envío. Aunque ésta, más suave, también se las trae.

Sencillamente, nos enfrentamos a un momento del año que es crucial para muchas personas. Sí bueno, si nos reducimos al punto de vista consumista, puede que nos percatemos que se acercan las Navidades y sea hora de comprobar el número de familiares y amistades disponibles que vienen en correlación con el número de posibles regalos que vayamos a recibir, y en algún caso cambiar por otro. Sin embargo, como podréis imaginar, mis intenciones no caminan en esa dirección. Mis pensamientos se dirigen hacia el sector laboral español que mira de reojo lo que queda de calendario, conscientes que la espada de Damocles pende sobre ellos y que sus prerrogativas casi siempre caen en saco roto. Los becarios, o precarios según se han rebautizado con cierta justicia, los prácticos e infinidad de trabajadores contratados en contratos basura tipo Salario Joven dentro de la Comunitat Valenciana, que curiosamente suplantaron las becas puesto que su remuneración es en ocasiones menor, que acabarán su período de becas y prácticas, en algunos casos, a lo largo de este mes.

Hace unos años, El País Semanal dedicó un artículo a los becarios / precarios que relataban sus experiencias en el mercado laboral. Allí podíamos encontrarnos con un joven de 30 años, licenciado en Historia, que todavía se encontraba trabajando dentro de una beca. Toda su vida laboral la había desempeñando trabajando como becario, no por gusto propio sino porque su titulación no le daba muchas más opciones, y llegada a cierta edad, casado o no, pero con un niño ya a su cargo, se realizaba una serie de preguntas sobre su futuro. Obviamente, él planteaba su necesidad imperiosa de encontrar un trabajo digno, de ésos que, cada vez más, por lo visto tocan en las rifas.

A veces, no estoy siendo sincero, en muchas ocasiones, me escandalizo por la cantidad de requerimientos y conocimientos que debe poseer un candidato a ocupar una plaza de becario… Curiosamente también me sucede lo contrario, puesto que a veces, me escandalizo de los pocos, ya os imagináis: Plaza de bibliotecario por oposición que no requiere titulación específica de Biblioteconomía ni de Documentación. En cualquier caso, y no quiero extenderme a las oposiciones, si eres becario o práctico, es de suponer que no debes saber a priori cómo funciona tal o cual programa de gestión bibliotecaria. Eres, por a sí decirlo, un educando y los niveles de cualificación técnica deberían ser más laxos en estos casos. Si un empresario o una institución desea un profesional de la información con amplios conocimientos en la utilización de sistema de gestión bibliotecaria Absys, por poner un ejemplo, debería contratar a un documentalista o bibliotecario bajo un contrato digno y pagarle según se establezca dentro de los convenios laborales correspondientes.

De utopías también podemos vivir, si queremos, sin embargo. La realidad se nos antoja otra y cubrir una plaza con un becario es sencillamente una solución muy económica dentro de un sector, el de la gestión de la información, que precisa una alta especialización. Si además añadimos que la situación del mercado laboral actual para los profesionales de la información no es muy boyante, las empresas y las entidades no echan en falta candidatos, así como que los candidatos no se encuentran en la situación de ir rechazando cualquier oferta que reciban.

Publicado en Profesión

8 comentarios

  1. Ante esto, sólo puedo decir lo que dice El Roto: «Queremos fijar las condiciones laborales de los que fijan las nuestras»

  2. Marcos, has estado genial! añadir además a este mes que los becarios, debemos de hacer frente al pago anual del IRPF que si durante el resto del año creo que es del 8% al finalizar al año natural pasa a ser del 15% (necesito comprobar estos porcentajes pero son unas cifras similares). Es justo que en una beca tengamos que hacer frente a eso?

    Tu explicación de lo que es ser becario, con sus requisitos y especificaciones laborales de necesidades de conocimientos de… y lo que son requisitos de un trabajo de profesional, ha estado bordado!!!

    Parece que en España solo somos becarios para cobrar o para no cobrar, ni pagas extras ni derecho a paro ni seguridad social, pero para exigirnos repsonsabilidad, conocimientos, etc, para eso somos profesionales!!!

  3. Maria Elena voto por tu propuesta, los trabajadores deberíamos fijar los salarios de nuestros superiores.

    😉

    Catuxa no sabía que los becarios además tenían que pagar a Hacienda. Imagino que es lo que os faltaba. Desde aquí mi cormprensión y apoyo incondicional, por supuesto.

  4. Pues si Marcos, nos descuentan el IRPF 🙁

  5. Mark, muy bueno 😉

    Desde mi posición como estudiante, optar a una beca cuando termine la carrera es lo mejor que podría pasarme. Sin embargo, una vez terminada esa supuesta beca e inmersa en el mundo laboral, otra beca sería lo peor, y es que los becarios salimos muy baraticos en todos los sentidos 😉

    Un saludo,

Los comentarios están cerrados.