Me cuenta una amiga periodista que el día de la dimisión de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, estaba en casa frente al ordenador con Twitter, la Web y las televisiones y la radio puestas sintiendo cierta impotencia puesto que no podía acudir a aquel acto (Desde luego, si eso no es multitarea, no sé exactamente qué es). Eran sobre las 5,30 de la tarde y yo sin estar todavía advertido de los hechos que se iban a producir, estaba delante de la TV.
En mi caso, la televisión falló clamorosamente a la hora de realizar su tarea informativa. Aquel día no hubo una conexión en directo ni a través de la televisión pública valenciana, ni en la televisión pública nacional. Los servicios de la Generalitat Valenciana lo impidieron. Eso sí, pude escuchar en la radio al presidente dimisionario, mientras lanzaba mi indignación en Twitter inquieriendo el porqué las televisiones públicas no estaban retransmitiendo ese momento y dando el parte meteorológico. Inmediatamente después, tras advertirme mi amiga que al Molt Honorable se le podía escuchar en la radio, Twitter retransmitía que una suerte de proceso de censura se había producido en el caso de las televisiones con el criterio de que o retransmitían todas o ninguna.
En aquella tarde, constanté que los periodistas descubren Twitter como la barra del bar donde antaño acudían a recuperar historias e intercambiar impresiones. Es bastante curioso comprobar cómo se cruzan conversaciones y, hasta en ocasiones, acusaciones de diversa índole en la que el resto de los mortales asistimos como sujetos pasivos. No es de extrañar que mi amiga anduviese conectada con Twitter como fuente informativa porque fue en esta plataforma donde los periodistas que asistían al anuncio lanzaban sus apuestas y últimas informaciones sobre la comparecencia que iba a realizar el Presidente.
Los periodistas trasladaban la primicia a Twitter obviando otros medios, puede ser por la falta de un medio instantáneo de transmisión de la noticia (El País dispone de Eskup). El tiempo real del hecho periodístico se convierte en simultáneo y telegráfico, donde al sujeto se le puede interrogar e intercambiar opiniones con él enriqueciendo la transmisión del mensaje con concreciones y con una estructura lineal e instantánea del suceso. Podría considerarse como una suerte de libro de notas desde el que posteriormente se puede recomponer el hecho informativo para la publicación de una noticia mucho más detallada y coherente en el medio de comunicación (Este modo de proceder ya se ha propuesto en el mundo anglosajón). ¿Cambiará Twitter también la manera de trabajar de los periodistas?
Buen simil
Indignante que en pleno s. XXI y con una democracia funcionando desde hace 30 años, un individuo como Camps se permita el censurar, cual dictadura «bananera». INDIGNANTE.
Un abrazo, Marquitos
Me encanta como escribes. Enhorabuena por el post.
Yo diría que, como explicas en el post, twitter y el resto de redes sociales han cambiado ya la manera de trabajar de los periodistas. Algún día, quizás demasiado tarde, reclamaremos todos que los medios vuelvan a tener (¿la han tenido alguna vez?) la independencia y la libertad de expresión que requieren para su labor, que, en mi opinión, es mucho más importante y necesaria de lo que pueda parecer en un principio. Más en estos tiempos.
Un saludo
Leo
Yo creo que muchos periodistas han descubierto en su twitter personal una ventana de libertad informativa por la cual expresar rápidamente sus impresiones acerca de tal o cual hecho (la barra del bar que tu dices), han encontrado una solución al corsé (por no llamarlo de otra manera) que sufren en sus respectivos medios de comunicación, los cuales en casi todos los casos están totalmente movidos por intereses diferentes a la coherencia y objetividad que deberían poseer. Y yo desde luego soy fiel seguidor de un buen número de periodistas en twitter porque es un reducto de la libertad de prensa en nuestro país.
Si Twitter es la nueva bara…pues me quedo en casa este finde! jajaja Saludos de Mallorca