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Categoría: Enredando

Ahora que me voy poco a poco sin quererlo

“Esto ya no es como lo conociste”, me dijo el redactor mirándome a los ojos y con un gesto circunspecto. Sólo pude darle la razón, una parte de mi, se había ido lentamente, en el transcurso de los días, más bien de los meses. Tan despacio, tan sin quererlo, que la pérdida la había hecho mía, demasiado mía. Cuando me paseé por última vez, los pasillos me parecieron vulgares, como si el peso de las vivencias que se encaramaban por cada rincón ya no tuviesen importancia. Como si ya fuese terriblemente tarde.

Nos gustaría que las cosas acabasen justo cuando queremos. Como si nuestra voluntad pudiese sellar los hechos que en ocasiones desean andar solos. Imagino que no nos gusta permitir que el tiempo desgaste las situaciones o los lugares, tratando de fijar en mis recuerdos esas últimas veces que todos conocemos y otros, por fortuna, puede que no.

Pero, como todos bien sabemos, hay cosas inevitables, que el tiempo dobla aunque se fundan con el acero más fuerte. El devenir de los días, las responsabilidades, las ocupaciones, los intereses, los silencios, los olvidos, los quiero y no puedo, los estoy vacío, los lo haré luego, los qué dirán, los no me importa ya…

En ocasiones creo que ya no puedo escribir más, que ya no soy aquel que empezó con un proyecto web, que acabó escribiendo un blog y que el blog le enseñó que nunca hay que darse por vencido. Nunca lo hice. Sólo que me perdí creyendo que podría escribir como entonces, que sería el primero en reflexionarlo, en contarlo, en creerlo. Ya no hay necesidad de eso. Todo está escrito ya, todo está machacado y digerido antes de que me pueda sentar enfrente del ordenador y ponerme a corregir las letras que me señalan como un redactor torpe y presuroso.

Ya no puedo sorprenderos, sólo sorprenderos cuando presiono el botón “publicar” y recordaros que una vez estuve aquí, que una vez estuve dispuesto a darlo todo por aprender, por construir, por disfrutar con la reflexión, con los cambios y con los terribles retos que nos aguardaban frente al cambio tecnológico. ¿Qué será de esos libros? ¿Qué será de esos redactores ocupados y disgustados por hallar aquello que ya fue dicho?

Me hubiese gustado habéroslo contado, pero puede que ya no sea ocupación mía hacerlo. Si éste es mi adiós, al menos decido que así lo sea, si no lo es, será estupendo seguir con ello. Al menos hoy, puedo decir que me fui lentamente, sin querer haberlo hecho del todo.

Sí, ésta es una nueva etapa y, desde luego, que va a ser apasionante.

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Incertidumbre

Si los años no empezasen en Enero, seguramente deberían hacerlo en Septiembre. Después de un largo descanso para algunos, de ciudades desiertas e inactividad general provocada por el tórrido verano; recuperamos la realidad más cruda apartada, puede con sabiduría, por la necesidad de oxigenar nuestras ideas. El proverbio chino Te deseo que vivas tiempos interesantes parece dar una vuelta de tuerca en nuestra sociedad interconectada y globalizada, cada paso del camino se hace más rápido que el anterior abocándonos sin remedio a la duda más absoluta.

Se nos ha insistido que el término Crisis no tiene porqué conjugarse como algo negativo, que la definición de Crisis está más entrelazada con el concepto del cambio. Puede que sea un punto de vista necesario tras tantos años de «cambios» que no nos han conducido hacia un horizonte más soleado. En mi caso, siempre me han considerado un pesimista. Desgraciadamente, por mi forma de ser, siempre he sentido la necesidad de comprender cómo funcionan las cosas, es decir, informarme para poder formarme una opinión del asunto a abordar. Un pesimista es un optimista informado, reitero y si se me permite.

En cada conversación, sobre todo lo demás, flota la amargura de la incertidumbre. «Lo peor es la incertidumbre» consideraron en una de esas charlas estivales. No existe un cruce de caminos cercano, un oasis en el mar de arena, una isla que nos salve de la inmensidad del naufragio… O al menos eso parece. Aquello que se nos aseguró como inmutable, cambia en su definición, aquello que parecía seguro parece escurrírsenos entre las manos, aquello que parecía expandirse hacia el futuro se contrae lentamente, ahogándonos. Puede que nos lamentemos por nuestra desgraciada suerte, que tras estos años de Pax Americana nuestra Sociedad se convierta en algo impensable hasta hace poco, el declinar definitivo de Occidente como garante del Estado del Bienestar. Sin embargo, la geopolítica siempre ha evolucionado cambiando los pesos de influencia, desarrollándose conflictos militares y económicos. Nuestros tiempos, los de mayores prosperidad repartida socialmente, parecen fundirse en negro para nuestro desconcierto.

La incertidumbre no tiene porqué estar engarzada con el miedo. Es de hecho el miedo el que nos provoca la zozobra, no la incertidumbre. La incertidumbre invita al cambio, el avance hacia adelante; el miedo por el contrario invita contraerse, plegarse en uno mismo. Y sin duda alguna los dos juntos el caos.

Este año promete ser apasionante informativamente por lo que no deberíamos perderle el ojo. Si Facebook se derrumba definitivamente, ¿dónde quedarán los gurús del social media? Si Apple gana a Samsung, con ya serias dudas del veredicto, ¿dónde quedará la innovación? Si las bibliotecas públicas se desangran, ¿dónde quedará el acceso a la cultura universal? Si la I+D desaparece de las inversiones del Gobierno, ¿dónde quedará el futuro? Estas incertidumbres se irán desvelando en el día a día de un año muy duro, pero a la vez que se presenta apasionante en demasiados frentes. Mucha suerte.

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Spammers contra bloguers, la batalla continua

Es posible que si has asistido a un curso de Community Manager/Social Media/Web 2.0 te hayan urgido en la posibilidad de que te abrieses un blog. Ese blog, o tu espacio personal profesional en la web, serviría para ofrecerte visibilidad, interactuar con otros profesionales, demostrar tus conocimientos sobre una manteria de tal manera que pudieses diferenciarte respecto a otros. Seguramente te sugirieron que lo mejor era poseer un dominio propio y un servicio de hosting. Esto sí que reforzaría definitivamente tu “marca personal” en la Red.

Estoy seguro que esto es lo que te contaron, la parte positiva. Probablemente, lo que no te contaron es que después de un año de actividad seguramente tus publicaciones descenderían, que las modas probablemente te harían abandonar el proyecto y que encontrarías otras formas de interactuar con el resto de profesionales sin necesidad de dedicarle un gran esfuerzo a la Red.

Si te lo advirtieron, enhorabuena, fueron sinceros contigo. Sin embargo, hay otra parte que no te contaron, ni que yo pensaba que me ocurriría a mi, pero la Red también tiene sus zonas oscuras. He visto muchísimos blogs simplemente destrozados por los spammers en los comentarios. Imagino que ante tal avalancha de comentarios, el propietario del blog simplemente desistió. Recibir 500 comentarios de spam al día no debe de ser plato de gusto de nadie. Afortunadamente, las herramientas contra estos spammers son actualmente efectivas e incluso una conjunción de ellas. A pesar de el peligro que tienen de saturar nuestros servidores, merece la pena.

Sin embargo, cuando crackean tu sitio web los disgustos crecen de forma exponencial. Hace unas semanas, os relataba mi periplo a la hora de tratar de limpiar completamente este blog de un asalto de estas características. Lo peor fue que a la semana siguiente el problema había cambiado, mutado más bien. Otro de los crackers había conseguido situar backlinks hacia sitios tipo “Viagra & Cialis” en este sitio web. Para enredar más la cosa, estos enlaces sólo se mostraban a los robots de los navegadores, siendo invisible para los usuarios y por ende a mi. El efecto fue un descenso del Pagerank y del tráfico derivado de los buscadores.

Me percaté del problema de forma casual, pero fue realmente descorazonador descubrir que tal vez la base de datos del blog se encontrase comprometida. Tener que buscar una línea en un maremágnum de datos no iba a ser sencillo. En ese momento, pensé realmente en cerrar el blog o migrarlo a otra plataforma. El éxito de un CMS favorece que suframos los ataques de los crackers, no hay vuelta de hoja.

Finalmente, encontré el problema y lo solucioné -En realidad, había que modificar un fichero y borrar otro- no sin antes descubrir que el cracker había señalado que había peligro mortal si borraba su archivo. Por supuesto que tuve la misma clemencia que él a la hora de manipular mi sitio web. Imagino que hasta la próxima.

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De troyanos y sitios web

Desde hace unas semanas, me he encontrado con la desagradable sorpresa que algunos blogs que administro se encontraban infectados por un virus troyano. Este troyano sólo parecía afectar al navegador Internet Explorer directamente intentando instalarse engañando al internauta mediante una interfaz que aparentaba estar escaneando su disco duro y anunciando una serie de problemas, mientras que Chrome o Firefox parecían estar seguros. Tras tratar de intentar aplicar varios remedios, sin que resultasen efectivos, la única salida que me restaba era el formateo completo y reinstalación de todo el sitio con todo lo que ello implicaba. Este trabajo, dependiendo de la antigüedad del sitio y de cómo esté configurado, puede ser más o menos costoso, pero en el caso de este blog fue titánica.

En primer lugar, realicé una copia de seguridad de todo el sitio infectado. Como sabéis, WordPress funciona con la combinación de ficheros en PHP junto con una base de datos en mySQL, y en este caso el troyano se insertaba en todos y en cada uno de los ficheros PHP del sitio. La única solución pasaba por hacer una copia de seguridad en local, volver a subir una instalación limpia del mismo, cambiar todas las contraseñas (FTP, bases de datos y usuarios). Sin embargo, en el caso de “El Documentalista Enredado”, utilizaba un plugin de caché que multiplicó exponencialmente el número de páginas a bajar. Mis prisas por desactivar el sitio y tratar de ponerle remedio de la forma más rápida posible, no me permitieron percatarme que debería haber limpiado la caché antes de ello. Para entonces el mal ya estaba hecho y aunque el proceso de borrado fue más o menos rápido, me encontré con directorios que disponían de hasta 50 niveles por un error del plugin que cacheaba las páginas. Imagináos tener que ir entrando en 50 carpetas consecutivamente, simplemente el sistema se colapsaba anunciando que el número de conexiones simultáneas se había excedido.

El blog desapareció durante cinco días. No fue accesible excepto la navegación de ciertas carpetas aunque no era de mi agrado. Sin embargo, durante este proceso, me pude dar cuenta de la cantidad de “basura” que se ha generado durante el transcurso de los ocho años que este sitio web ha estado activo. Por otro lado, dentro de las carpetas de las imágenes también existían ficheros creados por el troyano ex professo para infectar de nuevo el sitio por lo que tuve que revisar las carpetas una a una.

Ahora mismo todo parece estar bien, el blog vuelve a estar limpio y funcionando, y más allá de la incomodidad de regenerar contraseñas (aunque siempre es recomendable cambiarlas cada seis meses), me percato de que antes algo que habría sido un reto se convirtió en un fastidio absoluto. Imagino que las cosas han cambiado.

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Números 2010

Este año empezamos de nuevo. Abrimos una nueva etapa y cerramos otra. El mes pasado acabamos con la colaboración con la red de blogs del diario Levante-EMV. Las razones son la caída en la dedicación en este blog mientras se abren otros frentes, pero no seguiremos con nuestro compromiso con esta publicación que tantas satisfacciones nos ha dado y en la que tan buenos ratos hemos pasado.

Mientras andamos el nuevo camino, con nuevo diseño incluido, este mes nos corresponde hacer recuento y lo cierto que nos resentimos de la caída en la frecuencia de actualización de contenidos. Nunca nos planteamos llegar a ningún lugar en concreto, por lo que lo perdido se puede dar por asumido. En cualquier caso, como todos los años, os dejamos los datos. Para que saquéis vuestras propias conclusiones si os apetece.

Y muchas gracias por estar ahí como siempre.

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Colaborando en el superblog “Neumattic”

Blogs y medios, territorio salvaje es el segundo texto que publico en Neumattic, un blog fruto de los fundadores del anillo de blogs Minoic. Neumattic, que comenzó a estar on-line a principios de noviembre, publicó mi primera colaboración bajo el título La búsqueda se hace social y dispone de un elenco de colaboradores bastante impresionante. De hecho, en ocasiones, me he sentido abrumado por el peso específico que tienen en la blogosfera los mismos.

Este superblog, tal y como lo describen sus administradores, tiene como fin:

El objetivo principal es elaborar un producto ‘blog’ integral que aune las opiniones de un amplio abanico de la blogosfera española en torno a temas esenciales: blogging, wordpress, programación, copyleft, aplicaciones web, iphone, ipad…y en general cualquier tema relacionado o tangente con estos, siempre que se aborde desde la originalidad en los contenidos y la estricta opinión personal.

Con esto se pretende posicionar el nuevo ‘producto blog’ como referente y punto de encuentro de la blogosfera española especializada, y destacar a Minoic como ente/producto de referencia en su campo.

Nos vemos aquí, de vez en cuando, y en Neumattic, una vez al mes.

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Conectarse a Internet, sea como fuere

Aún me recuerdo como un joven barbilampiño, una noche justo antes de cenar, temblando de inseguridad cuando rellenaba un formulario web sus datos de contacto y bancarios. ¿Funcionará? ¿Quién se tragará esa información? ¿Me podré conectar? Eran tiempos en los que a Internet accedía mediante un módem telefónico V.90. (Transmisión a 56’6 kbps de descarga y hasta 33.600 bps de subida), pero, en aquel momento, estaba realizando un paso importante, dándome de alta en Terra y su tarifa plana. El acceso a la Red dejaba de ser parte de elitistas y se democratizaba, más o menos, en España.

Buena parte de mis compañeros de generación conocimos Internet en pequeños lapsos entre clase y clase en la universidad. Entonces, tener una cuenta de correo electrónico universitaria era casi una odisea, esperando en las largas colas que se formaban para acceder a las aulas de informática, a aquello que se abría como un mundo de posibilidades en la comunicación.

La Tarifa Plana no era una tarifa plana (no os engañéis) porque sólo podías conectarte de 18h a 8h, así que en los tiempos del apogeo de Napster, debías sincronizarte con el ordenador puesto que 3 megabytes no se descargaban rápidamente. En la evolución de la conectividad a Internet, pronto podrías conectarte a través de cualquier línea telefónica, es decir, desde cualquier ordenador con un módem a su lado, lo que te permitía cierta «movilidad» intelectual, no de equipos. En aquellos tiempos, los portátiles eran un objeto casi de lujo y muchos nos dábamos por satisfechos con gastarnos los casi 900€ en un ordenador de sobremesa.

La Tarifa Plana capada se convertiría a lo largo del tiempo en una de verdad, mientras que el ADSL comenzaba a cobrar protagonismo. Los internautas esperaban con avidez que otras compañías de comunicaciones comenzasen a tender sus redes de fibra óptica levantando calles y ofreciendo una alternativa a aquellos desgastados por el monopolio de Telefónica.

El debate sobre el futuro de las comunicaciones se centraba en la derrota del cobre sobre la fibra óptica, aunque el paso del tiempo y las mejoras tecnológicas han demostrado que las añejas redes telefónicas podían aguantar el envite de los tubitos de colores. Ha sido a posteriori cuando me he percatado de que mis profesores universitarios no andaban desencaminados cuando aseguraban que «el cobre vivirá».

A mi casa no llegaron los obreros que se encargaban de levantar las calles para instalar los nuevos tendidos telefónicos, así que me tuve que conformar con el ADSL de Terra al principio, de Telefónica después. Obviamente, esta tarifa plana ya no podía moverse, pero fue compensado puesto que el cambio de una tecnología a otra fue espectacular. Eso sí, con unos paupérrimos todavía 256 kbps de bajada, pero con la ventaja de que no se colgaba, el servicio era bastante estable y entonces todo parecía ir a velocidad sideral. Posteriormente, la velocidad fue duplicándose lentamente, siempre con el beneplácito de la CNMT (Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones) que en sus intentos de gestionar la libre competencia debía de dar permiso a Telefónica para que sus competidores pudiesen adecuar sus ofertas a la nueva velocidad de la operadora.

Así que pasamos de 256kbps a 1Mb/s tras unos cuantos meses, sintiéndonos un poco estafados porque para tener conexión a Internet, debías pagar una suerte de impuesto revolucionario del teléfono fijo que cada vez más caía en desuso por otra de las tecnologías que entraron en nuestras vidas (El teléfono móvil). Actualmente disponemos del ADSL libre sin línea telefónica, esta vez por una imposición de la CNMT a Telefónica, pero ONO llegó a mi puerta y di el cambiazo por 3Mb/s, sin ser consciente de que si algo funciona es mejor no cambiarlo.

Pero con varios ordenadores ya en casa, Internet entró en nuestras vidas y ya no es posible entender un computador sin esa ventana al mundo. Se trataría un huérfano sin sentido ni interés para nadie. Y aunque esa conexión estática permanece, actualmente he dado una vuelta de tuerca y me conecto de otra manera.

Vodafone me ofreció la posibilidad de conectarme a la Red mediante un módem USB 3G y ante las dudas iniciales (hay que comprobar la cobertura), me lancé a la aventura no sin antes analizar foros y blogs sin grandes resultados sobre su estabilidad o velocidad. Pero, de momento, sin realizar un uso excesivamente intensivo, aguanto medio convencido de que el cable ni el cobre son imprescindibles, y sin poder creer que vuelva a estar enchufado para conectarme a la otra parte del mundo, en este caso, virtual.

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