Consideraba Álvaro Cabezas que lo conocido como biblioblogosfera se estaba agotando, que existía un estancamiento en los contenidos que los bibliobloguers podían generar, así como los comentarios que se recibían a esos textos. Así pues se lanzó a obtener datos para confirmar su hipótesis y para ello realizó un miniestudio sobre la caída en la producción de los textos dentro de este sector de la blogosfera, para posteriormente dar el salto y ampliarlo, además de publicarlo, en una revista científica.
Los datos que obtuvo están disponibles para cualquiera que desee consultarlos y quiera llegar a las conclusiones por sí mismo, pero a la percepción de Álvaro debemos añadir que hay bibliobloguers que consideran que el fenómeno blog se ha estancado y que, durante el año 2008, asistiremos a un gran retroceso. Sin embargo, personalmente, considero que este "biblioblogoapocalipsis" no está tan próximo, conduciéndome por el razonamiento de Javier Celaya, creo que durante el año 2007 que acaba se ha producido un proceso de asimilación y, por lo tanto, en el 2008 nos encontraremos ante uno de madurez.
La biblioblogosfera se encuentra dentro de un proceso de ajuste, ya no nos encontramos con una mayoría de estudiantes o profesionales de la información que publican blogs. Las bitácoras han pasado a convertirse en herramientas institucionales y aquellos weblogs que antes se generaban de forma personal por iniciativa propia, ahora se convierten en biblioblogs de organizaciones que obviamente nacen con unos objetivos y se deben que adaptar a ellos. Por otro lado, es cierto que los bibliobloguers veteranos han sufrido ciertos achaques, o desgaste, dentro de su evolución por sus respectivas carreras profesionales. De este modo, aquellos estudiantes que anteriormente podían dedicar sus horas intermedias en actualizar su blog, ya no pueden hacerlo, y sólo aquellos que apostaron decididamente por el formato como reflexión desde un principio, añadiéndole las ganas y el esfuerzo, han llegado a sobrevivir, aunque también se han contemplado ciertas bajas. Por otro lado, cada día es más complicado llegar a la audiencia de un segmento específico debido a que la oferta es ingente y despuntar como bloguer actualmente es realmente complicado. Por ello parece que no se crean nuevos biblioblogs, pero lo que realmente sucede es que no llegan a sobresalir en la sobreoferta actual.
Sobre el descenso de la realización comentarios, habría que señalar que el efecto comunidad se ha ido diluyendo a lo largo del tiempo. Los hábitos de los bloguers se han relajado y cada vez es más difícil obtener un comentario por parte nuestros lectores. Las razones son varias y podríamos aducirlas:
- Tiempo. Si no hay tiempo para leer, cómo lo va a haber para comentar.
- Rigurosidad. Cuanto más rigurosos son los textos, más difícil se hace comentarlos. Ante una persona experimentada e informada, no queremos aparentar torpes lo que nos disuade a la hora de realizar comentarios.
- Olvido. Los bloguers hemos olvidado cómo posicionarnos y promocionarnos dentro de la blogosfera y eso lo conseguíamos a través de los comentarios. Saltar de un agregador de feeds a un post para realizar un comentario no debería suponer mayor esfuerzo.
- Retroalimentación. Todo ello se conjura como una pescadilla que se muerde la cola.
Finalmente, cabe destacar que este año se ha producido un proceso de difusión sobre el mundo de la blogosfera dentro del mundo de la Biblioteconomía y Documentación que puede ser muy positivo para el desarrollo de ésta a medio plazo. De esta forma, podemos encontrarnos que se han publicado especiales en distintas revistas específicas de nuestra área de conocimiento, se han preparado jornadas y mesas de congresos, en las universidades se está difundiendo la labor que se realiza dentro de la biblioblogosfera, etc.
Es por todo ello que confío en que nos encontremos dentro de un proceso de incubación hacia un nuevo estadio dentro de la evolución de los blogs de Biblioteconomía y Documentación. La normalización en su crecimiento, pero no el de su decrepitud. Esto es algo que, personalmente, todavía no llego a contemplar.