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Mes: septiembre 2009

El robo de contenidos web (Content scrapping) no es un buen negocio

Copy & PasteNo es la primera vez que hablo de ello, aunque es una de las cosas que más me enerva como editor web. Como sabréis, el término anglosajón es Content Scrapping, del que se pueden encontrar infinidad de entradas, y en castellano se ha traducido, de forma muy directa, como robo de contenidos. La sindicación de contenidos (RSS), un tanto denostada últimamente gracias a la irrupción del Social Media, fue una de las principales innovaciones que trajo la Blogosfera. La difusión de una nueva forma de recuperar la información de los sitios web sin tener que estar consultándolas constantemente, un buen ejemplo del concepto pull & push, fue una buena oportunidad para mejorar la fidelización de lectores para pequeñas publicaciones electrónicas.

Aparentemente, los grandes medios nunca acabaron de apostar por esta tecnología y prefirieron ofrecer sus RSS capadas con el titular y un pequeño extracto del texto, fundamentalmente, el primer párrafo. Podríamos discutir si se trata realmente de una componente mercantilista, una necesidad para aumentar el número de visitantes de la página web; o de uso, si generas mucho contenido y de diversa índole es mejor ofrecerlo resumido y que el lector decida qué le interesa leer realmente. Pero imagino que se conjugan distintos factores.

Sin embargo, desde aquí siempre invitamos a ofrecer los feeds completos como un premio a la fidelización a los lectores, a pesar de que la tentación de que otras webs “enchufen” nuestros contenidos a través de nuestros feeds sea irrefrenable y los republiquen. Personalmente, aunque es probable que discrepéis, que una web duplique mi contenido no es un halago. Lo fuese si me preguntase y yo le diese mi visto bueno. No me malinterpretéis, está bien que se republique una información, un texto (nosotros lo hacemos), al menos demuestra interés; que se reconvierta y se reelabore, aumenta la difusión de la información, pero redifundir contenidos de forma completa sin ni siquiera consultar, no me parece correcto. No me está bien que el editor web tenga que descubrirlo, que deba solicitar al webmaster o al administrador del sitio que redistribuye los contenidos a que cese su actividad. Esto no debería funcionar así, pero desgraciadamente en la mayoría de los casos lo hace.

Recientemente, El Mundo publicaba una nota muy interesante en la que se afirmaba que se podía redistribuir (Copiar y pegar) un artículo periodístico completo respetando el derecho de cita, pero que si se hacía con todos los contenidos y de una forma constante, si ambas partes buscaban un beneficio económico, la frontera de lo legal era claramente traspasada. Por otra parte, desde el punto de vista tecnológico y de difusión, Google lo tiene claro, no es una buena idea alimentar un sitio web con contenido copiado, así que los afectados que no se preocupen demasiado, que sitúen un enlace hacia el contenido original y el tiempo (en términos de posicionamiento y visitas) les dará la razón.

Sin embargo, para aquellos que no pueda refrenar su indignación sobre el robo de contenidos que puedan sufrir a través de sus feeds pueden hacer varias cosas:

  1. Como señalamos anteriormente, solicitar al webmaster que redifunde los contenidos que cese su actividad.
  2. Situar varios enlaces en sus feeds hacia el contenido original, así como un pequeño aviso de no redistribución de contenidos (Esto ahuyentará a la mayoría y en WordPress tenemos a nuestra disposición algunos buenos plugins para ello).
  3. Acciones tecnológicas concretas para los usuarios más avanzados, como bloqueo de las IPs o dominios de los Scrappers (Aunque hay que meterse en el fichero .htaccess del servidor donde tienes alojada la publicación), aunque para que esto sea efectivo habrá que dejar de utilizar, en la mayoría de los casos, el servicio de Feedburner.
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Evolución de los servicios de redes sociales en internet

Evolución de los servicios de redes sociales en internet

En el número dedicado a la Información científica y técnica de la revista El Profesional de la Información, sus editores han tenido a bien el publicarme el texto «Evolución de los servicios de redes sociales en internet» [Descargar PDF] en el que se intenta resumir las principales características de este tipo de servicios en la Web, así como una breve evolución histórica a lo largo del tiempo. Como siempre, confiamos que el artículo resulte de vuestro interés, así como el resto de los artículos publicados en este número.

  • La ciencia y nosotros – Luis Javier Martínez
  • Las universidades públicas españolas en Google Scholar: presencia y evolución de su publicación académica web – Enrique Orduña-Malea, Jorge Serrano-Cobos y Nuria Lloret-Romero
  • Google Scholar como herramienta para la evaluación científica – Daniel Torres-Salinas, Rafael Ruiz-Pérez y Emilio Delgado-López-Cózar
  • Utilización de las bases de datos de patentes como instrumento de vigilancia tecnológica – Antonio Hidalgo-Nuchera, Santiago Iglesias-Pradas y Ángel Hernández-García
  • La base de datos ISOC como sistema de información y fuente para el análisis de las ciencias humanas y sociales en España – Teresa Abejón-Peña, Angeles Maldonado-Martinez, Luis Rodríguez-Yunta y María-Cruz Rubio-Liniers
  • Retrieval of very large numbers of items in the Web of Science: an exercise to develop accurate search strategies – Ricardo Arencibia-Jorge, Loet Leydesdorff, Zaida Chinchilla-Rodríguez, Ronald Rousseau and Soren W. Paris
  • Estrategia para mejorar la difusión de los resultados de investigación con la Web 2.0 – Daniel Torres-Salinas y Emilio Delgado-López-Cózar
  • Meridià: un portal para la difusión de la ciencia desde una óptica integral y cooperativa – Llorenç Arguimbau, Aldara Cervera, Robert Latorre y Mercè Martí
  • Servicio público de televisión y patrimonio audiovisual: el proyecto VideoActive – David Fernández-Quijada y Montse Fortino
  • Agregación de índices bibliométricos para evaluar la producción científica de los investigadores – Francisco Herrera, Enrique Herrera-Viedma, Sergio Alonso y Francisco-Javier Cabrerizo
  • OSTI-DOE, la fuente de información sobre energía. Entrevista a Karen Spence – Fernanda Peset y Tomàs Baiget
  • Manual de indización: teoría y práctica (Isidoro Gil-Leiva) – Adolfo Alonso-Arroyo
  • Prácticas de las bibliotecas universitarias argentinas (Mercedes Patalano) – L.-Fernando Ramos-Simón
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Citas al libro /35

“La pluma es la lengua del alma”
Miguel de Cervantes Saavedra

“Le debemos tanto a las letras. Yo tengo ese culto del libro. Yo sigo jugando a no ser ciego, sigo llenando mi casa de libros. Pienso que el libro es una de las posibilidades de felicidad”
Jorge Luis Borges

“El arte de preguntar no es tan fácil como se piensa. Es más el arte de los maestros que el de los discípulos; hay que haber aprendido ya muchas cosas para saber preguntar lo que no se sabe”
Jean-Jacques Rousseau

“Publicar un libro, es hablar en la mesa en presencia de los criados”
Henri de Montherlant

“Publicamos para no pasarnos la vida corrigiendo los borradores”
Alfonso Reyes

“Sin bibliotecas, ¿que nos quedaría?; no tendríamos pasado ni futuro”
Ray Bradbury

“Desafortunadamente la vida es corta, los científicos están ocupados y los chiflados tienen la costumbre de escribir montones de libros y artículos”
Martin Gardner

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Google planta cara a Microsoft atacando a su navegador

Google vs MicrosoftEn el albor de Internet como medio de comunicación de consumo  masivo, Bill Gates aseguró en 1995: “Internet no es importante para nuestra estrategia de negocios”. Posteriormente, tuvo que recular e imponer su mastodóntica posición en el mercado de sistemas operativos para acabar con el navegador de Netscape, ofreciendo el suyo, Internet Explorer, gratis. Aunque Netscape Navigator es ya un recuerdo para los internautas más veteranos, la guerra de los navegadores ha proseguido aunque de manera más soterrada. Mientras Mozilla intentaba arrebatarle cuota de mercado a Microsoft innovando (y en ocasiones copiando ideas), aliándose con Google y ofreciendo un producto más versátil; el Explorer durmió el sueño de los justos durante casi 5 años sin que desde Redmond se publicase una nueva versión de actualización.

Pero aquel inmovilismo comienza a pasarle factura a Microsoft de nuevo. La cuota de mercado de Internet Explorer (IE), aunque holgada, languidece lentamente hasta el 58%, mientras que la de Firefox ya sobrepasa ligeramente el 31%. Sin embargo, ese 58% se lo reparten hasta tres versiones distintas del IE la 6, la 7 y la 8 que coexisten repartiéndose similares porcentajes para desesperación de diseñadores y programadores web que no quieren ni ver el IE 6. Desesperación porque desde su posición de fuerza Microsoft ha querido que las cosas se hiciesen a su modo, sin casi respetar los estándares web que se dictan desde el W3C, pero esto parece a punto de cambiar.

Google dispone de un sinfín de servicios web que millones de personas, sean usuarias o no del Explorer, utilizan. Su próximo lanzamiento Google Wave ya se encuentra en el horno y mientras se dora, Google considera que la próxima revolución que nos tiene preparada no va a funcionar bien dependiendo qué navegador se utilice. Inadmisible. Una compañía que tiene especial cuidado en la experiencia de usuario de sus productos, no va a permitir que un tercero le agüe la fiesta y apunta directamente a Microsoft.

Después de desarrollar su propio navegador, Chrome, tras apoyar previamente Mozilla Firefox y decidir ir por su cuenta, Google se siente con fuerza de dar el siguiente paso: Acabar con el Internet Explorer. ¿Cómo? Ofreciendo un plugin que sustituirá el motor (es decir, el corazón del navegador) del IE por el motor de Chrome sea cual sea su versión. De esta manera, tras su instalación el usuario utilizará la interfaz del Explorer aunque realmente se encontrará utilizando a todos los efectos Google Chrome. Todo un disparo en la línea de flotación de Microsoft en la Web y toda una declaración de intenciones. A Google ya no se le puede parar ni desde el sistema operativo, si quieres utilizar algunos de sus productos, tendrá que ser a su manera o carretera.

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Google teje su “web” y caemos como moscas

El debate del pago en la prensa

Asevera Jeff Jarvis, un consultor de medios de comunicación bastante conocido en Estados Unidos por su blog BuzzMachine, en su libro “What Would Google Do” que hace unos años algunos representantes de la compañía de Mountain View le sugirieron que la publicación en la que trabajaba abriese los contenidos, volcase su archivo en la web y confiase en la Larga Cola para rentabilizar su inversión. Jarvis asegura en su libro que, en aquel momento, él se encontraba del lado de Google, pero la visión del editor no se aproximaba a lo sugerido por Google. No podía ofrecer los contenidos gratis a los internautas puesto que había gente que los compraba en papel y no iba a dispararse en el pié.

Desde nuestro lado, aplaudimos cuando The New York Times abrió su archivo y sus artículos de pago, nos felicitamos cuando El País deshizo el camino y pasó de ser de pago a completamente gratuito, sin embargo los medios de comunicación se siguen preguntando dónde está el dinero. La crisis arrecia y los medios consideran que el modelo actual es insostenible, hay que retornar al modelo de pago. La pregunta sigue siendo el cómo, el cuándo y el cuánto.

Hay quien asegura que para finales de año nos volveremos a encontrar con contenidos cerrados en los periódicos. No sería una sorpresa, claro, porque parecemos olvidar que en España hay medios de comunicación con el candado puesto en algunos de sus contenidos. Pero, en este debate global, Google parece querer jugar al despiste. Por un lado, critica la posibilidad de que los medios de comunicación decidan adoptar un modelo de pago, sobretodo al respecto de las ideas de Rupert Murdoch, mientras que por otro trata de crear un modelo de pago para los mismos. Abierto no significa gratis, asevera en una especie de cinismo.

Mientras tanto los internautas y los medios esperan a ver quién se atreve a dar el primer paso. De las encuestas y de las opiniones de los usuarios se desprende que no piensan pagar por una información que consideran que podrían encontrar fácilmente en otro lugar, a la vez que se recuerda lo que sucedió antes y la debilidad de una apuesta del todo cerrado.

El contenido sigue siendo el rey en la Web, las páginas con contenido, más allá de los servicios, todavía disponen una buena tarta de la atención digital, pero Google considera que la Larga Cola es una falacia y además realiza guiños de esa creencia. Recientemente, ha ofrecido un nuevo producto, el felicitado Google FlastFlip, en el que parece dispuesto a dar a una selección de medios una parte de la tarta publicitaria. Tanto tiempo llevan arremetiendo estas empresas contra Google News, a la vez que son acribillados por sus detractores por no entender la economía del enlace, que ahora desde Mountain View les ofrecen una primera página, una selección gourmet de informaciones a los lectores y además la posibilidad de compartir ingresos que siempre parecieron negarles.

Hay quien celebra que Google trate de hacer las paces con la prensa, aunque en realidad extiende una tupida tela de araña. Es un trilero que nos enseña la bolita mientras juega con los cubiletes, ofreciendo un envite. En realidad, la apuesta la ganamos mientras él quiera, después simplemente hará desaparecer la bolita.

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Las redes sociales convergen hacia el microblogging… ¿Campo minado?

Facebook vs TwitterMatthew Robson, el jovencísimo becario de Morgan Stanley, escribió un pequeño ensayo que provocó un pequeño temblor en los medios de comunicación este verano. How Teenagers Consume Media describía fundamentalmente los hábitos de Matthew y de su grupo de amigos frente a las nuevas tecnologías y su modo de consumirlas. Básicamente, según Robson, los jóvenes no leen periódicos, no escuchan la radio (Prefieren el streaming) y ven la televisión cuando están haciendo otras cosas. Por otro lado, Twitter les parece una pérdida de tiempo porque nadie mira su perfil y además encuentra más útil enviar un SMS (texting) a una sola persona que gastarse el dinero en actualizar su cuenta por esa vía. Es decir, encuentran Facebook mucho más rico en posibilidades y opciones que Twitter.

Y, sin embargo, los últimos movimientos de Facebook parecen encaminados en querer convertirse en Twitter. A pesar de que el “Muro” de Facebook es mucho más rico en posibilidades, texto sin la limitación de 140 carácteres de Twitter, además de dar opción de enviar enlaces, vídeos o fotografías, los responsables de Facebook parecen querer obcecarse en limpiar y limpiar su página. Facebook lite, que de momento sólo puede disfrutarse si se cambia la configuración al idioma English, es una vuelta de tuerca hacia la simplicidad, hacia la extracción de elementos “superfluos” de la página de Facebook. Es decir, hacia aquello que a los usuarios les gustaba de un tiempo a esta parte: Las aplicaciones.

El rediseño de la red social ya fue contestado, criticado e incluso provocó un descenso del tráfico del 25% en el sitio de esta popular red social, pero Mark Zuckerberg insistió en que “las compañías innovadoras no escuchan a sus usuarios”. Afortunadamente, Zuckerberg es un hijo de la Web 2.0, los mercados son conversaciones y todo aquello del Manifiesto Cluetrain. Y sigue obcecado en perseguir a Twitter.

Sin embargo, Twitter y Facebook son dos productos distintos, tal vez por ello a Robson no le resulta de su agrado. Por un lado, Twitter es un producto abierto, un usuario puede seguir a otros (following), pero no tiene porqué seguir a los que le siguen (followers). Así, por ejemplo, yo puedo seguir los tuits tweets (o publicaciones) de Manuel Almeida (bloguer de Mangas Verdes) pero él no tiene porqué seguir mis tuits tweets. A mi, me interesa él, pero él no tiene ni porqué saber que existo. En Facebook, por el contrario, tiene que haber un mutuo acuerdo de aceptación de las dos partes (Él me acepta como amigo y yo a él) por lo que el nivel de publicaciones es mucho más personal y el nivel comunicativo es distinto al que se podría desarrollar en Twitter.

Por otro lado, las interacciones también se encuentran a otro nivel. En Facebook, el “¿Qué estás pensando?” es contestado de forma agrupada, de tal manera, que cada comentario dispone de sus comentarios. Por otro lado, los tuits tweets de Twitter no se ordenan, deben ser los usuarios los que especifican el tema que están tratando (con el carácter #) o el usuario que están comentando o contestando (con el carácter @). Además, Twitter se encarga de encontrar las menciones y de mostrarlas.

Ahora, Facebook se propone implementar la @ como sistema de menciones a un usuario tal y como se hace en Twitter, algo que ya se hacía en los comentarios de los blogs o incluso en Facebook cuando éste sobrepasa la cantidad de los mismos a la hora de seguir una conversación. Éste parece que es un intento de captar usuarios, lo cual sorprende teniendo presente los 250 millones que posee Facebook frente a los 10 de Twitter. Sin embargo, el efecto puede ser perverso si prosigue en esa convergencia a la simplificación de un producto que ya funcionaba y era intuitivo frente a otro que había que “entender” para poder ser usado.

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Entrevistan a Maria Elena Mateo en RecBib

Julián Marquina sigue con su ronda de entrevistas a los profesionales de la información hispanos en su sitio web RecBib. En esta ocasión, le toca el turno a Maria Elena Mateo donde se somete al escrutinio de Marquina en la que no ha podido sustraerse a la longitud media de sus textos. Esperemos que os resulte de interés.

Personal

Háganos una pequeña presentación suya

Fue mi pasión por las bibliotecas la que me hizo formarme en Biblioteconomía y Documentación, pero es éste último aspecto de la profesión, la Documentación, el que más ha acabado atrayéndome por su versatilidad y variedad.

Aunque he trabajado en diferentes ámbitos e instituciones, he tenido la suerte de poder desarrollarme profesionalmente como documentalista científico y es la función que desempeño en la actualidad en el Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC).

Soy co-editora del blog El Documentalista Enredado, que ya cumple cinco años de andadura, y aunque mi participación no es tan activa como quisiera y debiera, de vez en cuanto dejo allí mi huella y mi visión personal de la profesión, de mi trabajo.

¿Cómo conoció RecBib? y… ¿qué le parece?

No recuerdo cómo llegué a RecBib, seguramente por la recomendación de algún biblioblog o de Iwetel.

Me parece una plataforma muy ambiciosa y estimulante, ya que trata de aunar recursos que puedan resultar útiles o de interés para nuestra profesión. Esto es algo que en un principio intentamos hacer con El Documentalista Enredado pero que nos superó por falta de tiempo y recursos, por lo que elegimos centrarnos en el blog.

¿Si no se dedicase a este mundo que le hubiese gustado ser?

Hubo un tiempo en el que me planteé estudiar matemáticas, pero luego aterricé en Biblioteconomía y Documentación casi por casualidad, cuando apenas acababa de instaurarse la Diplomatura en Valencia. Si esta carrera no hubiera estado en mi ciudad, como me atrae todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, la informática e Internet, quizá ésta hubiera podido ser una alternativa profesional. Pero tengo cierta facilidad para que llegue a apasionarme casi cualquier tema o profesión, todas tienen un punto interesante, así que podría haber sido… cualquier cosa.

¿Qué es lo que más le gusta de su profesión? y… ¿qué detesta?

Lo que más me gusta es su evolución continua, su variedad, su multidisciplinariedad, que no da pie al aburrimiento… si uno no quiere, claro. Siempre podemos seguir aprendiendo.

Lo que más detesto es el encajonamiento al que a veces nos vemos abocados como bibliotecario/documentalista/archivero. Casi nadie tiene la oportunidad de elegir su camino dentro de la profesión sino que son las oportunidades laborales las que lo dirigen, y el encasillamiento en cualquiera de esas tres vertientes puede llegar a excluirte completamente de poder acceder a cualquiera de las otras.

Algo curioso que le haya pasado dentro de su profesión y que recuerde con una sonrisa.

Más que algo anecdótico es algo que por suerte me ha ocurrido en algunas ocasiones: cuando empiezo a trabajar en una institución o departamento en el que nunca ha habido un documentalista nadie sabe cuál es mi labor realmente, y qué es lo que puedo aportar como documentalista a su trabajo; con el tiempo, a veces han llegado a preguntarse cómo pudieron desempeñar su trabajo sin contar con uno.

¿Cuál fue su primera experiencia en una biblioteca?

Acompañar a mi hermano mayor cuando yo ni siquiera sabía leer y mirar cuentos ilustrados o hablar con la bibliotecaria mientras él escogía sus lecturas.

Recomiende un libro, un disco y una biblioteca.

Más que una gran lectora soy una gran “re-lectora” de libros. Podría elegir muchos clásicos que he releído cientos de veces, pero me quedo con un muy buen libro que descubrí hace poco: ‘Los últimos hechizos’ de Robert Liddell.

Últimamente casi todo lo que oigo es rock de finales de los 60, pero por elegir algo más actual tal vez el disco “Micah P. Hinson and the Opera Circuit”, de Micah P. Hinson (claro).

¿Bibliotecas?, me vale cualquier biblioteca bien surtida de buena literatura y muchos clásicos.

Profesional

¿Cuál es su labor dentro de su puesto de trabajo?

Trabajo en un instituto de investigación biomédica participando en un proyecto europeo sobre enfermedades raras. Mi función consiste en localizar información especializada sobre este área en España (proyectos de investigación, ensayos clínicos, materiales para la investigación…), para ponerla a disposición de enfermos, asociaciones de pacientes o profesionales a través de una base de datos de acceso libre online.

¿Cómo debe ser un buen profesional de la información?

Despierto y abierto a los cambios constantes que se producen en la profesión, con capacidad de análisis y comprensión en un gran abanico de temas, y con mucha adaptabilidad a las diferentes funciones que puede desempeñar. Y contrariamente a lo que pudiera parecer, en muchos trabajos iniciativa, mucha iniciativa. Lo sé, pido demasiado.

¿Sabría decir cuál es y cómo ve el futuro de los bibliotecarios, archiveros y documentalistas?

Con las nuevas tecnologías y el acceso directo del usuario a la información en medios digitales quizá perdamos nuestra presencia “física” pero no creo que nuestro papel de intermediarios termine, sólo tenemos que encontrar nuestro sitio y adaptarnos a todos los cambios que se han producido y seguirán produciéndose.

¿Cree que los archiveros, bibliotecarios y documentalistas pueden ir de la mano?

Desde mi punto de vista, todos somos intermediarios entre la información que disponemos en nuestro centro (sea un archivo, una biblioteca o un centro de documentación) y nuestros usuarios finales. Hay que adaptarse a cada centro, a cada formato, a cada usuario y al uso que van a hacer de la información que les proporcionemos, pero las diferencias entre las tres profesiones son menores que sus semejanzas.

¿Hay “crisis” dentro de nuestro campo?

Por alguna extraña razón tenemos crisis, pero “existencial”. La mayoría de nuevos titulados, de los profesionales de la información, no se ve capaz de enfrentarse a algo distinto a los papeles tradicionales de bibliotecario o archivero, y eso hace que no sepamos aprovechar otras oportunidades laborales.

También está el convencer a los “contratantes” de que esas oportunidades laborales son para nosotros, y eso no es aún más difícil.

¿Qué cree que hace falta para ser reconocidos por la sociedad?

Si consideramos el poco peso que han tenido tradicionalmente las bibliotecas en la sociedad española, lo tenemos crudo.

Yo no creo necesitar que se me reconozca socialmente, me basta con que me dejen hacer mi trabajo.

Bibliotecarios, archivero o documentalista… ¿se nace o se hace?

De pequeña fui una apasionada lectora y gran amante de las bibliotecas y por ello no creo que sea casualidad que haya acabado dedicándome a esta profesión.

Quizá cada uno tenga su camino para llegar a esto pero lo mío seguro que es genético.

Nuevas Tecnologías

¿Qué le parece la incorporación de las Nuevas Tecnologías en las bibliotecas y archivos? ¿Son necesarias o se podría vivir sin ellas?

Me parece uno de los avances más significativos para el acceso a la cultura y a la información desde la invención de la imprenta.

Pero en realidad es cuestión de adaptarse a los medios de que se dispone. En algunos lugares con apenas recursos ofrecen mejores servicios de los que podríamos imaginar, y es engañoso pensar que todo el mundo tiene acceso a las nuevas tecnologías.

Se puede vivir sin casi todo, pero la vida sería mucho más difícil; y en nuestra profesión, sería como volver a la Edad Media.

¿Qué es para usted la web 2.0? y… ¿la Biblioteca 2.0?

Sé que ahora está de moda decir que no nos gusta el término 2.0, pero creo que lo detesté desde que surgió.

En cualquier caso, la idea de una web en la que cualquiera puede aportar información de forma individual o colaborativa, dar un valor añadido a la información de otros mediante comentarios, etiquetas, promoción de enlaces, establecer una comunicación recíproca entre creador y lector… y todo eso sin tener que ser un talento de la informática, me parece estupenda.

En el caso de la Biblioteca 2.0 permite llevar la tradicional relación entre la biblioteca y sus usuarios, o la actividad cultural que se puede establecer en torno a una biblioteca (como los clubes de lectura), más allá de las barreras del tiempo y el espacio. O al menos debería…

¿Qué importancia tienen para usted las Redes Sociales? ¿Cree qué son un avance para las relaciones con otros profesionales?

Reconozco que estoy en varias pero que aún no les he pillado el punto del todo. Supongo que mi concepto de la privacidad choca un poco con la cultura actual del exhibicionismo.

De todas formas, en el terreno profesional, cualquier herramienta que nos ayude a relacionarnos con gente de nuestro medio, con los que de otra forma jamás tendríamos contacto, me parece muy necesaria.

Para terminar…

Un color – Verde

Un número – 8

Una manía – Mis pequeños “comentarios al margen”, apostillas casi siempre con un deje irónico que intento callar la mayoría de las veces por prudencia. Lo cierto es que he tenido que quitar unos cientos de esta entrevista…

Una ciudad – París para visitar, una y otra vez, y otra…

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