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Etiqueta: Destrucción

No nos extraña que el Infierno sea una biblioteca

Parafraseando una vez más a Véase Además, descubro un artículo publicado hoy en el diario El País que refleja la situación cercana al caos y la guerra civil que sufre Irak hoy día. Ya contaba Fernando Báez en su libro Historia universal de la destrucción de libros el saqueo que había sufrido la Biblioteca Nacional de Bagdad, el texto que sigue es sólo una triste continuación de aquello sin visos de mejora.

Bibliotecario: oficio de alto riesgo en Bagdad

Por fin Saad Eskander, director de la Biblioteca y el Archivo Nacionales de Irak, en Bagdad, sacó tiempo para poner al día su ciberdiario tras un par de semanas muy ajetreadas. Cuando escribía la última entrada, tuvo problemas para reparar la conexión a la Red: el Laboratorio de Restauración "fue alcanzado por cinco balas"; y "otro bibliotecario, que trabajaba en la hemeroteca, fue amenazado de muerte. Tiene que abandonar su casa y buscar otra cuanto antes; si no, le asesinarán".

Hace ahora un mes que las entradas de Eskander en el diario aparecen en la ciberpágina de la Biblioteca Británica Diary of Saad Eskander y en ellas se detallan los obstáculos a los que se enfrenta para mantener abierta la biblioteca central de Irak, conservar los archivos y libros supervivientes y, cómo no, para seguir con vida.

"Pensamos que era una buena oportunidad para poner de relieve las condiciones a las que Eskander y su plantilla se enfrentan y el hecho de que arriesgan su vida por ello", explica Catriona Finlayson, portavoz de la Biblioteca Británica.

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El día de mañana buscadme en una biblioteca

Imaginemos que el cambio climático ha comenzado, aceptemos que funciona con efecto dominó que no necesita de años para mostrarse, sino que en un breve lapso de tiempo la naturaleza es capaz de mostrar todo su poder destructor y puede llegar a congelar todo el hemisferio norte en el plazo de tres semanas (El Sur, como siempre, tiene poca importancia y aquí no se le dedica tiempo). La película apocalíptica El día de mañana nos trata de ilustrar sobre los efectos catastróficos que, supuestamente, podrían llegar a darse si el Hombre no comienza a preocuparse por el medio ambiente, la contaminación, el efecto invernadero y la descongelación de los polos, sobre todo el del norte que es regula las corrientes marinas.

He de admitir que esta película no la hubiese visto si no me hubieran advertido que salía una biblioteca en ella; por lo que con un poco de paciencia y esperando una aparición breve de la biblioteca, la visioné  entera. El resultado es un tanto hilarante, ¿Los Ángeles (California) barrida literalmente por cinco tornados?, pero dispone de su fondo moralizante para los estadounidenses (Público objetivo en este caso). Del resto de la humanidad poco se sabe, excepto los amigos japoneses al principio, que sufren una severa granizada que es capaz de matar a un hombre poco avispado, los indios, porque los norteamericanos hacen una conferencia allí, y los mexicanos que son los encargados de acoger a los americanos que huyen hacia el sur para escapar del frío atroz. La vieja Europa tiene un pequeño papel con una estación meteorológica perdida al norte de las islas británicas en la que todos sus componentes mueren, al igual que un escuadrón de helicópteros que son congelados durante la misión de evacuar a la Familia Real Británica (Que suponemos que también mueren, Dios salve a la Reina).

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Recuperar la biblioteca del desastre

La biblioteca de la Duquesa Ana Amalia en Weimar (Alemania) fue fundada en 1691 en una de las alas del denominado Castillo Verde. Sus fondos se fueron ampliando a lo largo del tiempo hasta alcanzar la cifra del millón de ejemplares. En ella, han trabajado bibliotecaros tan ilustres como Johann Wolfgang von Goethe, que la dirigió a partir 1797, y mantenía una amplia muestra de originales del autor inglés William Shakespeare, además de la mayor colección de ediciones del libro Fausto, unos 2.000 manuscritos medievales y alrededor de 8.400 mapas históricos.

Incendio en la Biblioteca de la Duquesa Ana Amalia

El 2 de septiembre de 2004, la biblioteca sufrió un pavoroso incendio en el que se quemaron 30.000 libros, mientras que 40.000 sufrieron daños de distinta consideración. Una cadena humana de unas 500 personas ayudó a la evacuación de muchos ejemplares que de otro modo hubiesen sido dañados por el agua, el humo o el fuego. Entre los ejemplares que fueron salvados, destacan la colección de Biblias y los informes de viajes de Alexander von Humboldt, aunque también se sufrieron pérdidas como la colección de partituras de la Duquesa Ana Amalia y los libros del primer bibliotecario de Weimar, Daniel Schurzfleisch. Por otro lado, los materiales dañados fueron congelados a la espera de su restauración, mientras que los que se perdieron han tenido que ser reemplazados.

Una tarea que no es para nada sencilla teniendo en cuenta los fondos de los que disponía la biblioteca. El texto que sigue es una explicación del trabajo de restauración que se está realizando actualmente en la biblioteca que trata de rehabilitar el esplendor que una vez tuvo esta biblioteca histórica.

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Charles Bukowski: El incendio de una biblioteca

Charles Bukowski (1920 – 1994) fue poeta y novelista que residió la mayor parte de su vida en Los Ángeles (EEUU). A Bukowski generalmente se le asocia con la Generación Beat debido a su estilo informal y a su actitud literaria inconformista, aunque hay que decir que él nunca se identificó dentro de ese movimiento literario. Su literatura está muy vinculada a la ciudad donde vivióy escribió más de cincuenta libros antes de su muerte.

El 29 de abril de 1986 se incendió el depósito de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, la tercera más grande de Estados Unidos. La desidia, la falta de previsión y un exceso de confianza provocaron que el incendio se prolongase durante más de siete horas. El 20% de los fondos de la biblioteca fueron dañados, con un resultado de 400.000 libros quemados y otros tantos quedaron afectados en distinto grado. Al día siguiente, 1400 voluntarios comenzaron las tareas de traslado de los libros que habían sobrevivido al fuego. Un millón de volúmenes fueron colocados en 100.000 cajas, en una tarea que se prolongó durante cuatro días, para su preservación. Aproximadamente la mitad de los volúmenes que no habían resultado quemados se encontraban mojados y se inició un protocolo para su congelación, posterior secado y recuperación. Los daños superaron los 20 millones de dólares.

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