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Recuperar la biblioteca del desastre

La biblioteca de la Duquesa Ana Amalia en Weimar (Alemania) fue fundada en 1691 en una de las alas del denominado Castillo Verde. Sus fondos se fueron ampliando a lo largo del tiempo hasta alcanzar la cifra del millón de ejemplares. En ella, han trabajado bibliotecaros tan ilustres como Johann Wolfgang von Goethe, que la dirigió a partir 1797, y mantenía una amplia muestra de originales del autor inglés William Shakespeare, además de la mayor colección de ediciones del libro Fausto, unos 2.000 manuscritos medievales y alrededor de 8.400 mapas históricos.

Incendio en la Biblioteca de la Duquesa Ana Amalia

El 2 de septiembre de 2004, la biblioteca sufrió un pavoroso incendio en el que se quemaron 30.000 libros, mientras que 40.000 sufrieron daños de distinta consideración. Una cadena humana de unas 500 personas ayudó a la evacuación de muchos ejemplares que de otro modo hubiesen sido dañados por el agua, el humo o el fuego. Entre los ejemplares que fueron salvados, destacan la colección de Biblias y los informes de viajes de Alexander von Humboldt, aunque también se sufrieron pérdidas como la colección de partituras de la Duquesa Ana Amalia y los libros del primer bibliotecario de Weimar, Daniel Schurzfleisch. Por otro lado, los materiales dañados fueron congelados a la espera de su restauración, mientras que los que se perdieron han tenido que ser reemplazados.

Una tarea que no es para nada sencilla teniendo en cuenta los fondos de los que disponía la biblioteca. El texto que sigue es una explicación del trabajo de restauración que se está realizando actualmente en la biblioteca que trata de rehabilitar el esplendor que una vez tuvo esta biblioteca histórica.

Libro a libro, una biblioteca se recupera de un incendio

Sería difícil decir si, en su trabajo de compra de antiguos tesoros literarios, Katja Lorenz experimenta más emociones o más desilusiones. Porque su trabajo es invertir el dinero ajeno en la compra de primeras ediciones de clásicos del Renacimiento tardío y de la Ilustración.

Desde luego, tuvo un éxito maravilloso hace unos meses cuando por sólo 5.900 euros compró un ejemplar original de la Historie de la nature des oyseaux [Historia natural de las aves], escrito por Pierre Belon du Mans, publicado en París en 1555 y con 160 grabados en madera, que representa una de las primeras grandes obras de este tipo basadas en la observación.

Pero hace sólo unas semanas no disponía del dinero suficiente para la compra de todo un clásico del siglo XVII, el Systema Saturnium del astrónomo holandés Christian Huygens (sobre los anillos de Saturno), subastado por 12.600 euros, 8.000 más de los que ella podía gastar.

Lo que Lorenz hace es una parte fundamental aunque un tanto invisible de un proyecto más amplio que ocupa a esta joya de ciudad, rica en tesoros, de Alemania Oriental desde que un incendio daó o destruyó hace un año y medio 72.000 volúmenes de la biblioteca de la Duquesa Ana Amalia, una de las mayores colecciones de libros antiguos y manuscritos de todo el mundo.

“La situación que tenemos es única: 72.000 pacientes al mismo tiempo”, dice Helmut Seemann director de la Fundación Cultural de Weimar. Seemann desea un nuevo futuro para Weimar, después de todos los años en los que el Gobierno comunista de Alemania Oriental la mantuvo en una especie de aislamiento. Y su sueño es utilizar las colecciones y el lugar que la ciudad ocupa en la historia – hogar de Goethe, la figura más destacada de la Ilustración en Alemania – y su situación en el núcleo de una Europa ampliada, para convertirla en centro de debate e investigación sobre el futuro europeo.

Y eso explica la ambición de devolver la Biblioteca de Ana Amalia a su condición anterior, aunque se prevé que la reparación y la restauración de los libros cueste unos 80 millones de euros y unos 20 años.

“No hay que sustituir todos los libros”, aclara Seemann en su despacho, situado en el antiguo palacio del archiduque Carlos Augusto, hijo de los fundadores de la biblioteca, la duquesa de Ana Amalia, y el hombre que llevó a Goethe a vivir a Weimar a finales del siglo XVIII.

“Pero la biblioteca tiene que servir de invitación para cualquier interesado por la emancipación de la cultura civil europea”, prosigue. “Tenemos que ofrecer una biblioteca completa de los siglos XVII a XIX”, continúa. “Ése es el concepto de la biblioteca, ofrecer un lugar para la comunidad investigadora internacional en este campo”.

Unos 37.000 libros dañados han sido devueltos de un almacén especial en Leipzig, donde los mantuvieron congelados durante más de un año para impedir que se deterioraran más. Los libros – por ejemplo, una historia de Luis XIV en volúmenes, impresa en Rótterdam en 1722 – ocupan las estanterías de las dos plantas superiores de un almacén de alta seguridad de Weimar, y llenan el espacio de un acre olor a humo rancio. Cada libro está siendo examinado y, cuando es posible, restaurado por especialista que trabajan en un laboratorio de una nueva sucursal de la biblioteca.

Pero eso supondrá la reposición de entre 22.000 y 25.000 libros (muchos en ediciones de varios volúmenes), si es posible, y ahí es donde entran Lorenz y su equipo.

Hasta ahora han conseguido 5.000 libros; 2.000 comprados y 3.000 donados.

La acción se desarrolla en las múltiples subastas de libros antiguos, principalmente en Europa. Lorenz dice que a menudo pierde ante coleccionistas privados, que “tienen mucho más dinero que nosotros”. Muchos coleccionistas de libros, sabiendo que la biblioteca está en el mercado, envían catálogos de sus colecciones, con libros no lo suficientemente raros como para interesarles.

Pero también hay satisfacciones. Las últimas semanas, el personal ha pujado por libros en seis subastas, con la intención de adquirir 258 libros de una vez y consiguiendo 199. En cuanto a los libros, como los preciosos ejemplares de Huygens, que no se pudieron obtener, el personal de la biblioteca adopta una perspectiva a largo plazo. “La gente quiere ver resultados, así que es mejor que compremos 1.200 libros por 100.000 euros que tres libros por 100.000 euros”, dice Michael Knoche, director de la biblioteca. ¿Y el Systema Saturnium? “Tal vez dentro de unos cinco años”, dice, “si no hemos podido conseguirlo más barato, tengamos que pagar más”.

BERNSTEIN, Richard. Libro a libro, una biblioteca se recupera de un incendio. En: Diario El País, selección de textos de ‘The New York Times’. Jueves, 1 de junio de 2006. Pág. 2, Madrid

Publicado en Visto/Leído