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Etiqueta: Profesión

Los bibliotecarios y las bibliotecas en la publicidad

Imagino que en las facultades de información y comunicación social se seguirá utilizando el mismo ejemplo, conocido por todos, para ilustrar la diferencia entre lo que es noticiable de lo que no lo es. El ejemplo, para aquel que lo desconozca, señala que si un perro muerde a un hombre, el hecho en sí no es noticia; pero si sucediese lo contrario, es decir, si el hombre fuese el que mordiese al perro sí que sería reseñable en un medio de comunicación.

Siendo un tanto malévolos, y trasladándolo a nuestro mundo de libros, podríamos aducir que si un bibliotecario se emborrachase podría pasar por noticia, considerando la imagen que este colectivo (de personas planas, serias y aburridas) arrastra desde hace tiempo. La razón de esta equivocada consideración puede que nazca de antaño, cuando los bibliotecarios eran personas que, además de catalogar y organizar la colección, debían preservar fervientemente las colecciones que custodiaban, llegando al extremo de condenar con miradas censoras y disgustadas a todo aquel que tratase de maltratar algún libro o sufriese de cierta tendencia a crear escandaleras innecesarias en uno de los templos del saber y, por ello, del silencio. Una profesión muy sosa, en suma.

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Evolución de la profesión de Bibliotecario

El bibliotecario debe ser instruido, de buena presencia y bien educado; correcto y rápido en su hablar. Debe tener un inventario de los libros y mantenerlos organizados y fácilmente accesibles, sean en latín, griego, hebreo u otro idioma, y debe también mantener las salas en buenas condiciones. Debe cuidar los libros contra la humedad y los insectos y protegerlos de las manos de personas descuidadas, ignorantes, sucias y de mal gusto. A las autoridades y personas letradas les debe mostrar todas las instalaciones y explicarles cortesmente su belleza y notables características, la escritura a mano y las miniaturas, pero debe cuidar que no se sustraigan hojas. Cuando personas ignorantes o meramente curiosas deseen verlos, una mirada será suficiente, a menos que sea alguien de considerable influencia. Cuando se necesiten cerraduras a otros requisitos, debe proveerlas rápidamente. No permitirá que se retire ningún libro a menos que el duque lo ordene y si presta libros debe obtener un recibo escrito y verificar que sean devueltos. Cuando se presenten varios visitantes juntos, debe estar especialmente atento para evitar robos.

Duques de Urbino, reglamentos de la Corte. Siglo XVI

Recuerdo la primera vez que entré en la biblioteca municipal de L’Eliana (Valencia) ya hace muchos años. Aquel lugar consistía en una lánguida serie de estanterías metálicas con algunos libros, mientras el bibliotecario hacía lo que podía con los pocos recursos que tenía. Lo cierto es que aquella imagen era un tanto desangelada por lo escaso en recursos y personal, sin embargo muchas cosas han cambiado. El mes pasado volví a pisar sus instalaciones y descubrí que, además de aquellas estanterías que permanecen e imagino que los mismos libros, se había ampliado la sección infantil, se acababan de instalar ordenadores nuevos, y no se trata de ordenadores reciclados; las suscripciones a revistas eran numerosas, mientras que la plantilla se había triplicado. Desde luego que puedo asegurar que hoy en día el servicio es inmejorable con verdadera pasión por el servicio por parte de sus bibliotecarios y su extrema amabilidad.

Mucho ha cambiado en la profesión de bibliotecario aunque ciertos tópicos permanezcan inamovibles como, por ejemplo, que se trata de una profesión un tanto cómoda y cuya máxima preocupación es censurar a sus usuarios. Pero el hecho es que ésta es profesión que ha existido, con muchos matices, desde la propia invención de la escritura. En los depósitos de textos, sea en el soporte en el que estén escritos y su temática, siempre ha habido una persona encargada de su administración y custodia. Para los egipcios y los babilonios, el cuidado de las bibliotecas era un aspecto más del arte de la escritura, mientras que para los griegos, los romanos, los bizantinos o los árabes la biblioteconomía no podía ser considerada como una rama del conocimiento. Tampoco la gestión libraria era relevante en las universidades medievales de Europa, puesto que ningún profesor impartía los principios de organización y mantenimiento de los fondos librarios, ni existían textos ni teorías sobre la gestión bibliotecaria.

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Bibliotecarios, documentalistas y/o archiveros mileuristas

Eugenia Moreno está que trina y para demostrarlo tan sólo hay que leerse las dos cartas, completamente distintas, que durante este mes se han publicado en dos medios de comunicación impresos. Cartas que abordan la situación de los recién licenciados que se enfrentan al mercado laboral en el que mayoritariamente se oferta empleo en precario y que alguien acertadamente denominó mileurista (Cobrar 1000 € al mes).

Contratos en prácticas 

¿Hay alguna empresa interesada en tener a su servicio un ingeniero técnico de informática de sistemas para realizar tareas de administración de redes, desarrollo de software y aplicaciones, con conocimientos sobre Delphi, COM/DCOM, Activex, SQL Server y mantenimiento de redes, ocho horas al día, durante seis meses por 150 euros al mes? Pues esto, hoy en día, es posible. Concretamente en Valencia la UPV [Universidad Politécnica de Valencia] pone a disposición de sus alumnos 76 contratos en prácticas ofertados por diferentes empresas. Lo positivo: que habrá jóvenes, mantenidos por sus padres, que estarán recibiendo formación en su campo y cobrarán algún dinerito para cenar con los amigos y comprarse algo de ropa. Lo negativo: por un lado, que habrá muchos otros jóvenes, menos afortunados, que viven en pisos compartidos y trabajan como repartidores o camareros para sacarse una carrera, que jamás podrán realizar este tipo de prácticas, por muy formativas que sean, y seguir comiendo regularmente, y, por otro lado, la cantidad de puestos de trabajo potenciales que nunca verán la luz mientras puedan ser cubiertos de esta forma. Queremos equipararnos a Europa… allí esto les parece tercermundista.

Eugenia Moreno. Valencia. El País, 20 de julio de 2006

Consejos a los mileuristas

Casi-mileurista: joven titulado que cobra menos de 1000 euros al mes, sin casa, sin coche, sin hijos, sin contrato estable, sin ahorros… pero con impuestos. Así, tenemos el caso de una joven documentalista que cobra al mes 840 euros netos (pagas extra prorrateadas, por supuesto), es decir, unas 140.000 de las antiguas pesetas, a la que la declaración de la Renta le sale positiva por 665,87 euros, lo que significa que se queda con 11 sueldos al año. ¿La casi-mileurista se pregunta por qué? Hacienda responde: sencillo, ha trabajado para dos empresas distintas y consecutivas en un año, lo que conlleva que el mínimo para declarar se reduzca de 22.000 a 8.000 euros (menos de la mitad).

En nuestra situación no se tiene en cuenta que realmente has cobrado lo mismo que otro que no haya cambiado de empresa en el mismo año: tampoco se tiene en cuenta que uno de los empleos haya sido una beca de formación por la que no se cotiza, no se tiene derecho a paro, ni a vacaciones, ni a baja laboral o maternidad; desde luego, no se valora el hecho de que vivas alquilado en un piso de 50 metros, que no puedas abrir una cuenta vivienda (con la que sí desgravarías) porque sabes que no vas a poder realizar la compra en el plazo estipulado, ni vas a llegar a fin de mes; ni tampoco el hecho de que no puedas acceder al trabajo estable que se suponía te llevaba el estudiar una carrera (y que subiría el mínimo de declaración a 22.000 euros); nada de eso cuenta.

Y este, señores, es un ejemplo práctico de la situación de miles de jóvenes casi-mileuristas que habitamos este país.

Eugenia Moreno. Valencia. Diario Levante-EMV, 29 de julio de 2006

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Declaración de los Derechos de las Bibliotecas

En 1939, Estados Unidos celebraba el 150º Aniversario de su Declaración de Derechos, las diez enmiendas a la Constitución que promulgaron las libertades básicas de sus ciudadanos en la Constitución Federal. Aquel año, la American Library Association (ALA) proclamó The Library Bill of Rights que reflejaba la interpetración que las bibliotecas hacían de la Primer Enmienda de la Constitución en la que se defendía la libertad de expresión y de religión. La Declaración de Derechos fue adoptada el 18 de junio de 1948 y enmendada el 2 de febrero de 1961 y el 23 de enero de 1980.

La ALA afirma que todas las bibliotecas son foros abiertos para la información y las ideas y que las siguientes normas básicas deben dirigir sus servicios.

  1. Con el fin de satisfacer el interés de sus usuarios y darles acceso a todo tipo de información, toda biblioteca debe poner sus libros y otros recursos a la disposición de todos los integrantes de la comunidad a la cual sirve.
  2. Toda biblioteca debe proveer información y materiales que representen todos los puntos de vista sobre temas históricos y de actualidad. Ningún material debe ser prohibido ni retirado de circulación por motivos doctrinarios o partidistas.
  3. En su misión de proveer información sin restricciones, toda biblioteca debe enfrentarse a todo acto y tipo de censura.
  4. Toda biblioteca debe cooperar con todos los individuos y grupos interesados en oponerse a cualquiera restricción a la libre expresión y el libre acceso a las ideas.
  5. No se le debe negar a ninguna persona el derecho de usar la biblioteca por motivos de origen, edad, antecedentes personales o punto de vista.
  6. Toda biblioteca que cuente con espacio disponible para exhibiciones o reuniones públicas, debe ofrecerlo en forma equitativa, sin tener en cuenta la creencia o afiliación de los individuos o grupos que soliciten su uso.
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Ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana

Diari Oficial de la Generalitat Valenciana núm. 5280. Miércoles, 14 de junio de 2006

LEY 6/2006, de 9 de junio, de la Generalitat, de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana. [2006/7120]

Sea notorio y manifiesto a todos los ciudadanos, que Les Corts han aprobado, y yo, de acuerdo con lo establecido por la Constitución y el Estatuto de Autonomía, en nombre del Rey, promulgo la siguiente ley:

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Aprobada en les Corts Valencianes la ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios

Les Corts Valencianes aprobaron hoy, por 75 votos a favor y 6 en contra, el proyecto de ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana, al que deberán adscribirse los diplomados en Biblioteconomía y Documentación y los licenciados en Documentación. […]

La norma también permite que se incorporen al Colegio aquellos profesionales, que sin estar en posesión de las titulaciones citadas, acrediten una experiencia profesional de dos años como bibliotecarios, documentalistas o profesionales de la documentación en bibliotecas, sistemas bibliotecarios o centros de documentación, así como los profesores de biblioteconomía y documentación. […]

[+ Info]

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Y, además, fueron bibliotecarios…

En el blog La Imagen Social del Bibliotecario, que por otro lado ha comenzado su andadura con fuerza, nos ofrecen una serie de textos encuadrados bajo el epígrafe "Célebres, pero por otra cosa". Dentro de ella, nos recogen algunos personajes famosos, sean reales o de ficción, que además fueron o intentaron llegar a ser bibliotecarios.

Una lectura más que recomendable, a la par que curiosa. De momento, el texto está dividido en 8 entregas, aunque es probable que su autor las aumente con el tiempo:

  1. Arlo Guthrie, Lao-Tse, Georges Perec, Mike Tyson, Stephen King
  2. Giacomo Casanova, Papa Pío XI, Mao Tse-tung, Benjamin Franklin, Inmaculada Contreras 
  3. Jorge Luis Borges, Batgirl, Hector Berlioz, Laura Bush, Robert Burton
  4. Gloria Fuertes, August Strindberg, Bud Spencer, David Hume, John Edgar Hoover 
  5. Papa Nicolás V, Anti-Papa Anastasio el Bibliotecario, Abadesa Santa Matilde de Hackeborn, La Puta Bibliotecaria
  6. Jacob Grimm y Wilhelm Grimm, Golda Meir, Alexander Solzhenitsyn, Pío Moa
  7. Johann Wolfgang von Goethe, Bibliotecario de la Universidad Invisible, José Martínez Ruiz "Azorín", Hilda Guevara, Reinaldo Arenas
  8. Benito Arias Montano, Georges Bataille, Johann Christian Friedrich Hölderlin, Marcel Duchamp, Mateo Morral
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