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Web sociabiliza tu vida (hasta el extremo)

No hace mucho, una amiga me preguntaba si podía darse de baja de Facebook horrorizada por la potencialidad de la herramienta. No es algo que debería sorprendernos, algunos podemos abrazarla sin muchos miramientos, sin detenernos en lo que hacemos o lo que hacen por nosotros, pero lo cierto es que ella no se sentía muy cómoda con ese descontrol de datos y, lo peor de todo, la falta de criterio de algunas personas a la hora de publicar y compartir información dentro de ella.

Sin embargo, mi amiga no puede huir de sólo de Facebook y considerar que los bits no la alcanzarán algún día, que la memoria digital se puede estirar hasta el infinito sin que nosotros podamos hacer gran cosa para evitarlo. No cabe duda, cada día somos más digitales y nos exponemos queriendo o sin ser conscientes a la curiosidad de los demás. Es probable que desnudemos nuestros pensamientos en una falsa privacidad como si los datos volcados no fuesen a ir más allá de los lugares donde se alojan o no se encontrasen bajo el escrutinio público. Es curioso, pero en la sociedad actual la exposición se busca y casi es necesaria de formas completamente insospechadas en contraposición de la privacidad tan anhelada y defendida durante el siglo XX. Las nuevas generaciones quieren ser analizadas y diseccionadas, aceptadas por los demás en una sociedad terriblemente competitiva. Así, por ejemplo, en Estados Unidos se ha detectado una moda entre adolescentes denominada Sexting en la que se fotografías semidesnudos y se envían la imagen los unos a los otros. Obviamente, algunas de estas imágenes llegan a un destinatario no deseado o simplemente acaban en la Red para mayor sonrojo de los incautos y alarma de las autoridades.

Pero es que este comportamiento expositivo está llegando a límites difícilmente imaginables hasta hace bien poco. Un reflejo de ello lo encontramos en el uso que hacen los famosos estadounidenses de Twitter. Así, no es difícil encontrar a Lindsay Lohan (aka LiLo) tratando de desahogarse por una ruptura sentimental o que Jennifer Aniston decida abandonar a su novio porque está enganchado a este microblogging. A este ritmo, las revistas rosas de EEUU van a tener difícil lanzar exclusivas sobre sus famosos.

Aunque no cabe duda de que la pareja Twitter más popular actualmente son Demi Moore y Ashton Kutcher y por diversos motivos. El primero es que Kutcher publicó en la Red una fotografía de su mujer planchando (¿Quién podría habérselo imaginado?) y ante el enfado monumental de ésta, Kutcher solicitó ayuda a su red de seguidores (Followers) para que Moore le perdonase. Dicho y hecho, la democracia Twitter funcionó y la pareja consiguió hacer las paces por referéndum. Así que no os extrañéis que en un futuro vuestras parejas, o vosotros mismos, tengáis que someteros a la voluntad popular, más allá del círculo más íntimo de amigos, para decidir sobre estas lindeces en Twitter o en Facebook, quién sabe.

Finalmente, el segundo motivo consiste en que la actriz consiguió atajar un intento de suicidio de una fan que así lo twitteó en su cuenta. De esta forma, Moore se convirtió en la heroína del día, aunque confiamos en que los fans, porque los hay de todos los tipos, no empiecen a asediar con sus peticiones a sus adorados ídolos, porque de lo contrario abandonarán esa proximidad que actualmente están demostrando. En fin, parece ser que en Internet una persona está a menos de Seis Grados de Separación de otra, sólo a dos clics para que alguien le preste un poco de atención.

Publicado en Homo Digitalis

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