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Privacidad de la lectura

[…] Leer de una manera anónima no parece ser algo anómalo todavía, pero las cosas cambiarán a medida que evitemos entrar en las bibliotecas públicas y empecemos a tomar prestados los libros a través de Amazon y de Barnes & Noble. Aquellas nunca pensarían en vender nuestros datos a terceros; estos últimos no se lo pensarían dos veces. Es más, nos darían cupones para compartir nuestros hábitos de lectura. Todo ello es parte del gran envite de Silicon Valley por un consumo lo más «conectado» y transparente posible. Y que funciona: demasiado a menudo compramos cosas que amigos nuestros nos han recomendado online -e inmediatamente les contamos qué hemos comprado, creando circuitos de realimentación que hacen que conceptos como el de «consumo ostentoso» parezcan inadecuados. En esta nueva economía rica en datos, servicios como Facebook emergen como poderosos intermediarios que siguen la pista de nuestros más íntimos pensamientos, inquietudes y aspiraciones, desde la cuna a la tumba, y que van a sacar provecho de tales intimidades mediante la publicidad dirigida. […]

MOROZOV, Evgeny. El anonimato en la Red. [En línea] Madrid, Diario El País: Domingo, 27 de noviembre de 2011 < http://www.elpais.com/articulo/opinion/anonimato/Red/elpepiopi/20111127elpepiopi_11/Tes > [Última consulta: 28 de noviembre de 2011]

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