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El Documentalista Enredado Entradas

Oposiciones: ¿Callejón sin salida?

Como siempre nos recuerdan, Biblioteconomía y Documentación dispone de un amplio abanico de salidas profesionales, pero en realidad la más socorrida y deseada es la de las oposiciones. Por suerte, uno de los aspectos en los que se ha mejorado en los últimos años a la hora de optar a las pocas plazas de empleo público en Archivos, Bibliotecas y Centros de Documentación que se ofertan, es la inclusión de los titulados en Biblioteconomía y Documentación dentro de sus bases. Aunque pueda parecer obvio ya que dichos titulados son los realmente especializados en estas materias, hasta no hace mucho estas plazas eran ofertadas exclusivamente para licenciados en otras carreras como Historia, Geografía, Filología o Filosofía. Ahora, sin embargo, son los Diplomados en Biblioteconomía y Documentación y los Licenciados en Documentación los que realmente tienen más posibilidades de conseguirlas.

Personalmente, nunca me había presentado a unas oposiciones pero, dado el panorama profesional poco halagüeño al que me enfrento, he decidido tratar de presentarme al mayor número posible de ellas. Todos conocemos lo complejo que resulta ser adjudicatario de una plaza, no es algo que se consiga a la primera, sino que es más bien una cuestión de paciencia y perseverancia. Para esta primera vez, la paciencia y la dedicación era lo único que me faltaba, puesto que mi mente se encontraba en otros proyectos. Así que me planteé una meta realista: adquirir cierta experiencia en el mundillo del opositor e intentar, dentro de lo posible, entrar en la bolsa de trabajo.

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La Sociedad del Conocimiento, aquí y ahora

Nadie podrá negar que el modelo económico en España está evolucionando desde los distintos sectores económicos (Agricultura, industria y servicios) debido a la Globalización de los mercados. Los retos a los que nos enfrentamos pasarán por ser traumáticos en algunos de estos sectores debido a que no se ha fomentado convenientemente la transición económica ante el brutal cambio industrial que se avecina. Las grandes inversiones que están realizando algunas compañías nacionales e internacionales en territorio asiático, sumada a la gran capacidad competitiva de estos países (no entramos en consideraciones), que seguramente realizarán su revolución económica durante este siglo XXI; nos abocan sin remedio a una transformación esencial dentro del marco económico en el que vivimos. Ya escribí en otro artículo sobre la necesidad del cambio, que la economía española debía encarar de una vez la transición de la Sociedad Industrial desde la que partimos hacia la Sociedad del Conocimiento. No cabe duda de que si se quiere sobrevivir la transición debe comenzar sin demora y podemos estar seguro que la economía de España puede hacerlo sobre todo porque tiene mano de obra lo suficientemente bien formada para mostrar sus capacidades a la hora de asumir este reto. Pero, debemos de reconocer que lo que se echa en falta son infraestructuras y capacidades materiales para ello.

Los documentalistas somos conscientes que debemos tomar parte de una forma proactiva en este cambio, que seremos el vértice en esa transición, que la Sociedad del Conocimiento será un peldaño más hacia nuestro reconocimiento dentro de la Sociedad como profesionales capaces y útiles para su desarrollo. Sin embargo, todavía tenemos que derrocar algunas estructuras internas del pasado que permanecen, debemos de creer en nosotros y, sobre todo, ser capaces de asumir los retos que actualmente se nos presentan y superarlos.

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Espero leyendo

Recientemente acudí al Hospital Universitario La Fe de Valencia para una revisión rutinaria. Como había cometido el grave error de no ir convenientemente pertrechada de algún libro para pasar el tiempo, mientras esperaba mi turno en la bien llamada “sala de espera” curioseaba a mi alrededor.

En un momento de la espera, aparecieron dos mujeres ataviadas con bata blanca que, teniendo en cuenta su vestuario, lo mismo podrían haber sido celadoras, auxiliares de cualquier tipo o jefas de cirugía: la bata blanca ni discrimina ni distingue de clases. Se acercaron a una consulta y, tras colgar un cartel junto a su puerta, depositaron sobre una mesa una bandeja con un montón de libros. ¡Libros!. Obviamente, no pude contener mi curiosidad y me acerqué presurosa para averiguar de qué se trataba. Estos libros eran volúmenes finos, de pocas páginas y pertenecientes a la colección Alianza Cien. El cartel rezaba

ESPERO LEYENDO

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Maria Elena está en ‘Todas’

Ayer se publicó una entrevista a Maria Elena en el blog Todas con motivo de la nominación de El Documentalista Enredado como mejor bitácora temática 2004. Esto se debe a que Todas está realizando una serie de entrevistas a las bloggers nominadas en los terceros premios anuales de las mejores bitácoras 2004.

En cualquier caso, barrió para casa y creo que no se dejó a casi ninguna blogger bibliodocumental por mentar. Algunas de las otras entrevistas ya publicadas:

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Get Fuzzy: Las «nuevas tecnologías» siempre suponen un reto

Recientemente comentamos que en una charla de presentación de la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación se resaltaba cómo para muchos estudiantes de esta carrera las nuevas tecnologías y la informática suponían un verdadero quebradero de cabeza. Bárbara se sintió muy ofendida por la visión simplista que este comentario implicaba, y que en ocasiones se tiene de nuestra profesión, así como por las aptitudes requeridas para estudiarla. Pero, teniendo en cuenta los índices de lectura de nuestro país (los terceros por la cola en Europa), parece ser que no sólo la informática supone un reto.

Ver tira completa

En Get Fuzzy (a contrapelo) : el perro no es un juguete (4ª norma de la casa), por Darby Conley

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Sobre energúmenos y libros maltratados

Los usuarios que entren a la biblioteca de Ciencias Sociales Gregorio Maians del Campus de Tarongers de la Universitat de València durante este mes de mayo se llevarán una desagradable sorpresa. En el mismo vestíbulo, se puede asistir a una exposición dantesca para lo que se supone que debería ser una biblioteca dentro de un país civilizado. No es la primera vez que se realiza una exposición de estas características, ni seguramente será la última, pero la muestra de ejemplares librarios maltratados por los propios usuarios, en este caso universitarios y profesores lo que es más censurable, es un ejemplo de educación hacia el usuario que todas las bibliotecas deberían comenzar a adoptar. Debemos de tener presente que algunos de estos ejemplares maltratados tienen decenas de años o se trata de ediciones agotadas y por ello imposibles conseguir de nuevo. Sobre su tipología es variada, tenemos ejemplos de manuales, catálogos, obras de referencia, atlas, revistas, resúmenes del BOE y del DOGV (Diari Oficial de la Generalitat Valenciana), repertorios de legislación y jurisprudencia.

En un primer momento, podríamos llegar a considerar que se trata de libros que han sido subrayados y marcados por los estudiantes universitarios, que se desprendiese algún dibujo o alguna frase apasionada, que tal vez les falte alguna hoja desgastada por el uso, pero la realidad siempre supera a la ficción. El deterioro se ha producido por actuaciones de diversa índole que, indeseables todas ellas, incluyen las anteriores y peores actuaciones. Podemos poner algunos ejemplos, como el robo descarado dejando en las estanterías tan sólo las tapas, el lanzamiento de los materiales a través de las ventanas de la biblioteca, algunos cayendo al foso del edificio, el segmentamiento de los libros arrancando escalonadamente capítulos para finalmente llevarse el libro…

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