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El Documentalista Enredado Entradas

Ahora que ya no nos encontráis… ¿Penalizados por Google?

You think you’re lovely, I know that you’re wrong.
God made me ugly, so don’t string me along.
Give me the good stuff, I’ll leave you the rest,
Send me the good stuff and I’ll put you to the test,
I’m going to

Stop messing around, cos what have you found
On the dirty ground.

Stop de I am Kloot

Hace tres años que andamos por aquí, publicando, hablando, reflexionando y tratando de comprender un poco de cómo funciona esto de la blogosfera y de Internet. Creímos que lo conocíamos un poquito todo, las escaladas de visitas, de comentarios, nuestras bajadas creativas, algunas alegrías, de gente que venía y se iba; pero durante todo este tiempo, cumplimos 1146 días en la Red, sólo nos faltaba una cosa: Que Google se olvidase de nosotros.

La situación en la que nos encontramos es nueva y extraña. Hasta ayer, crees que estás en cierta posición, que tendrás cierta audiencia todos los días, una media lo llaman, y de repente no sabes bien a santo de qué, Google decide que en realidad no vales tanto, que tus contenidos no son mejores que otros. Entonces descubres qué es volver al pasado y ser un desconocido, de nuevo.

Si este sitio web viviese de las esperanzas de ciertas ganancias derivadas de la publicidad, francamente, nos habríamos llevado las manos a la cabeza, habríamos tratado de ser buenos, revisado el sitio de arriba abajo y tratar de hacer las paces con los Googlebots y el algoritmo para que nos devolviesen a la situación en la que nos encontrábamos. Pero, no nos gusta eso, Google es al fin y al cabo un algoritmo frío, matemático y calclulador, que ha considerado que no somos lo suficiente relevantes; así que nos gusta más comentarlo y argumentarlo. Es cierto, puede que tengamos algún enlace roto, es probable que hayamos cometido el pecado de tener la información duplicada (Versión normal – Versión Texto), pero lo cierto es que no hemos cometido ningún pecado nuevo, seremos reincidentes, mas no nos merecemos el purgatorio o el Sandbox de Google.

Desenchufados a las 10 de la noche

Nuestras estadísticas son públicas, así que sabréis que el 80% de nuestras visitas provienen de los resultados que genera Google ante una cadena de búsqueda. Esto no es de extrañar, ya que el buscador posee el 90% del mercado en España, así que deja poco margen para la competencia. Si el 80% de nuestras visitas provienen de Google, es sencillo detectar cuándo se produjo su cambio de consideración del buscador respecto a nosotros. Comprobamos nuestras estadísticas y las cosas nos marcharon bien hasta ayer, 26 de junio, a las 22h que se produjo un bajón considerable en nuestros visitantes.

Si comparamos las estadísticas de ayer con las de hoy, comprobaréis que la escabechina ha sido realmente importante disponiendo hoy de sólo el 33% del tráfico que tuvimos ayer.

Penalizaciones en Google

No somos los primeros ni vamos a ser los últimos, pero obviamente no podemos hacer otra cosa que esperar a que las cosas se vayan arreglando y poniendo en su sitio. Nuestro Pagerank sigue siendo el que era, es decir 5, y no creemos que debamos tener razones para que la situación varíe, puesto que no hemos realizado ningún cambio en la web ni ninguna acción para mejorar nuestra valoración. Por lo tanto, seguiremos tal y como estamos, esperando que esto dure una semana y no un mes y que en breve se solucione.

Actualización (29/6/2007) – Aparentemente, las cosas han vuelto a la normalidad y volvemos a estar en las posiciones en las que nos encontrábamos antes del incidente. Gracias a todos por vuestro interés en nuestros desvelos.

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Una nueva forma de organizar los libros en la biblioteca según Bok

El personaje de las tiras cómicas universitarias Bok ya os lo presentamos convenientemente hace aproximadamente un año. Ahora, el que visita la biblioteca es realmente nuestro verde amiguito, aunque la bibliotecaria ya está bastante entrada en años en comparación a la precedente. Imaginamos que la experiencia es un grado y ello le permite sugerir una nueva forma de clasificar los libros en las bibliotecas universitarias que, a buen seguro, a algunos ya se les habría ocurrido.

Bok visita una biblioteca

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¡Es la información, estúpido! Desastres de la información

Desastres de la informaciónRecibíamos, en el último número de la revista El Profesional de la Información, una reseña del libro Pequeños y Grandes Desastres de la Información de Josep Corbasí, coordinador del Postgrado de Gestión del Conocimientos en las Organizaciones de la UOC, editado por Infonomía del que Véase Además ya publicó una nota. Por otro lado, al profesor Corbasí lo pudimos ver en el Fesabid 2005 de Madrid donde presentó una ponencia sobre los desastres informacionales que me llamó poderosamente la atención sobre cómo la información mal gestionada, desde cualquier punto de vista, puede llevar a equívocos o situaciones tremendamente complejas desde un accidente nuclear hasta la desestructuración completa de una sociedad.

El libro Pequeños y Grandes Desastres de la Información [ISBN: 84-609-7770-6] es una recopilación de algunos de los textos que Corbasí fue publicando en la sección i-desastres dentro del sitio web de Infonomía desde septiembre de 2003. Actualmente, 25 capítulos de los desastres de la información pueden ser recuperados en Wikilearning, aunque el libro dispone de 29, todos ellos son interesantes y atractivos pero que pecan de falta de profundidad. Obviamente, debemos tener en cuenta que los textos fueron redactados dentro de un contexto muy específico, su difusión vía internet para su consumo rápido y ameno. De hecho, ya sobre el papel, son muy sencillos de leer, pero obviamente, un desastre informativo no puede ser lo suficientemente presentado y estudiado en tres páginas, que es lo que dispone cada capítulo de media, para poder llegar a una conclusión clara de los problemas, desarrollo y posibles soluciones a aportar sobre ellos.

El libro se estructura en tres bloques: Información y decisiones: Una pareja difícil; La información, estúpido; y Desastres cotidianos. En ellos, podemos encontrarnos desde erupciones volcánicas, el desastre del transbordador Columbia, el referéndum de la Constitución Europea o los problemas con los tableros de control de las centrales nucleares. Puede que el que más me haya llamado la atención, aunque ya lo conocía, es el fenómeno de condensación de la información en forma de Power Point que Corbasí lo denomina aquí la Powerpointcracia. Y no es que el autor tenga nada contra las presentaciones digitales, sino más bien, y es una frase que puede resumir todo el problema, en algunas conferencias se llega a los extremos de preguntar: ¿Tú tienes algo que decir o tienes un Power Point?

En resumen, un libro ameno y curioso que tampoco tiene mayor ambición que presentar algunos problemas informacionales de forma suscinta y que, desde luego, puede llegar a dar para mucho más que un libro de estas características. De recomendable lectura, sin lugar a dudas.

CORBASÍ MORALES, Josep. Pequeños y grandes desastres de la información. Barcelona: Infonomía, 2006

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«El más alto erotismo» de Gioconda Belli

Es la hora de la idea.
La hora del más alto erotismo,
del cuerpo reflexivo
meditando los trasiegos:
la materia hecha elixir
el sexo vertiendo olor a biblioteca
olor a libro antiguo
y delicioso.
Lees mi piel ahora
como una Biblia leída y vuelta a releer
que contuviera todas las posibles oraciones
necesarias para la humana salvación.
Con los ojos cerrados
sabes llega al capítulo del clímax
al fragmento más lírico
o a las aún indescifrables profecías.

Es la hora del sabio escriba
que con la pluma de tinta húmeda y
la mano sin temblores
traza el placer
con la caligrafía exacta.

BELLI, Gioconda. Fuego soy, apartado y espada puesta lejos. Madrid: Visor, 2007. P. 9

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Bob Dylan at a library… burning books

Bob DylanA Bob Dylan le conceden el premio Príncipe de Asturias de las Artes sin saber muy bien si visitará España a recoger su galardón. Al cantante, una de las personalidades del siglo XX, los años le van pesando tanto en aspecto como en voz castigada, pero no así a su música que, además de soportar el paso de los años de una forma magnífica, sigue demostrando una categoría que muchos quisieran para sí en sus últimos discos. Claro que está hablando un fan incondicional por si no os habíais percatado.

Tenéis en Bob Dylan Minoic un tratamiento exhaustivo e intensivo de la noticia. Desde aquí, nuestro pequeño homenaje al genio de Minnesota.

Talkin’ John Birch Paranoid Blues

Well, I was feelin’ sad and feelin’ blue,
I didn’t know what in the world I was gonna do,
Them Communists they wus comin’ around,
They wus in the air,
They wus on the ground.
They wouldn’t gimme no peace…

So I run down most hurriedly
And joined up with the John Birch Society,
I got me a secret membership card
And started off a-walkin’ down the road.
Yee-hoo, I’m a real John Bircher now!
Look out you Commies!

Now we all agree with Hitlers’ views,
Although he killed six million Jews.
It don’t matter too much that he was a Fascist,
At least you can’t say he was a Communist!
That’s to say like if you got a cold you take a shot of malaria.

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A su lado, los libros de bolsillo son gigantes

En los años treinta llegó el libro de bolsillo. Los lectores en Alemania, Reino Unido y Estados Unidos respondieron magníficamente a la idea de poder leer en el tren o el autobús un libro de reducido formato fácilmente transportable. Parecía algo novedoso: un producto de ocio diseñado y adaptado a la era científica.

Pero la realidad es que el libro en miniatura existía desde hacía ya casi cinco siglos. Los primeros fueron los manuscritos iluminados que podían llevarse suspendidos de la cintura con una cadena, previos a la invención de la imprenta. Si se compara con ellos, un libro de bolsillo parece gigantesco. Los más grandes miden ocho centímetros por cada lado a lo sumo. A medida que se mejoraban las técnicas de fabricación de libros, los más pequeños se hacían más pequeños aún. Algunos encuadernadores rusos y japoneses han publicado libros del tamaño de cualquier letra "a".

Libros en miniatura: 4000 años de tesoros diminutos es el título de una exposición que se celebra hasta el 28 de julio en el Grolier Club de Nueva York y cuyo tema es la reducción de la página llevada al límite. Anne C. Bromer y Julian I. Edison han preparado un libro con el mismo título que la exposición publicado por Harry N. Abrams y el Grolier Club.

Aunque los libros son diminutos, el tema es enorme. Abarca desde las tablas mesopotámicas con escritura cuneiforme del tamaño de la uña de un pulgar, a las primeras Biblias infantiles en miniatura publicadas en el siglo XVII, así como la primera publicación en forma de libro de la Proclamación de la Emancipación de Abraham Lincoln, volumen de ocho centímetros que se distribuyó entre los soldados de la Unión y los esclavos durante la Guerra Civil estadounidense.

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Privacidad e Internet (1): Te he visto en otro lugar, pero no sé dónde

Aunque hoy en día disponemos de servicios como Flickr, el acto de publicar una fotografía en Internet no debería ser un acto sencillo. Por ejemplo, en este blog no encontraréis ninguna fotografía mía; en su momento, creí que era algo completamente innecesario para tener cierta representatividad en la blogosfera. Aunque es obvio de que fui consciente de que en cuanto participase en la mesa de blogs, el misterio desaparecería y yo pasaría a ser fácilmente identificable por cualquiera, si se dedicaba un poco de esfuerzo para localizar alguna fotografía mía en la Red, considero que cuantas menos imágenes hayan en la Red mías mucho mejor.

Esto se debe a que, desde mi punto de vista, considero que el anonimato es algo deseable y más si eres un bloguer curioso. Claro que dudo mucho que alguien gustase de buscar una fotografía de un documentalista en un mundo con cosas más interesantes que ver. Pero, desgraciadamente, nunca se sabe, a veces no hacemos nada especial para dar el salto a la fama, o simplemente, la fama se trata de un desgraciado accidente.

Allison Stokke descubrió que aún llevando una vida completamente normal, una pequeña espita puede desencadenar un alud de acontecimientos para los que pocos estaríamos preparados o sabríamos enfrentarnos convenientemente. Podríamos creer que se trata de una consecuencia de la Web 2.0, uno puede ser considerado una persona más o menos normal, poseyendo las pequeñas aspiraciones que buscamos a lo largo de nuestra existencia; pero puedes descubrir que el mundo digital no se comporta así, es demasiado pequeño, y demasiado vasto al mismo tiempo. ¿Y si miles de personas tuvieran tu foto en su ordenador sin que tú lo hubieses buscado? ¿Y si, interesados por el fenómeno, los medios de comunicación se acercasen hasta a tí y provocasen el efecto contrario que tú deseas? Es decir, en vez de detenerlo amplificarlo. ¿No sería aterrador? ¿Cómo podríamos enfrentarnos al hecho de que paseando por la calle la gente nos mirase con interés a pesar de no haberlo buscado?

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