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¿Punto y aparte?

Como la mayoría sabéis, hace un tiempo que venía diciendo que no podría dedicarle mucho tiempo a la bitácora, que quedaría un tanto olvidada y, por lo tanto, abandonada. Sin embargo, hoy quiero ser sincero y os quiero contar que desde hace un tiempo que ando agotado, puede que un tanto desilusionado. Siento que literalmente me arrastro por la blogosfera, escribiendo contenidos como si esto fuese una obligación, no lo que es realmente, un divertimento. Me he percatado que últimamente no puedo escribir ningún tema para esta bitácora, como si no me alcanzasen las fuerzas para seguir publicando, como si la escritura se tratase más de una losa, de una imposición propia, que de un intento de comunicación. Desde luego que no se trata de falta de temas e ideas para abordar, tengo desde hace tiempo guardados muchos y variados, esperando ser desarrollados y publicados; pero, hoy no puedo. El trabajo me parece tan titánico que tan sólo con la idea de enfrentarme a él, trato de evitarlo.

Muchos ya sabéis lo difícil que es mantener un blog, sabéis que requiere mucho esfuerzo y dedicación, pero éste se me hace especialmente trabajoso. Por ejemplo, para ilustrar este punto, os confesaré que el tiempo medio dedicado a la publicación de un texto de calidad media en esta bitácora puede llegar a ser de dos días. Es probable que se trate precisamente de eso, de que la tarea de escribir un texto para El Documentalista Enredado no es nada sencillo por lo auto-exigentes que a veces nos tornamos. Esencialmente, cuando publicamos o redactamos algo para este blog, lo primero que hacemos es tener una idea sobre un tema relacionado con la información y/o la Documentación; posteriormente tratamos de desarrollar la idea o el tema en un texto de, al menos, un folio. En general, estos textos incluyen una gran cantidad de enlaces que apoyan nuestras argumentaciones, lo cual, como imaginaréis, proviene de una documentación previa (Las ideas todavía no vienen solas, por desgracia). La redacción de los textos, salvo en alguna excepción, requiere de distintas versiones, relecturas y correcciones (individuales o colectivas) para ser finalmente editados en HTML y, finalmente, publicados en el blog.

El caso de cada bitácora es distinto, desde luego, hay bitácoras y bitácoras y yo tan sólo expongo este caso en particular, así que nadie se desanime. El enfoque que le da cada uno a su espacio de publicación es propio. Por ejemplo, yo jamás publicaría algunas de las historias que he leído en la misma biblioblogosfera, se lo hice comunicar a su autora y aquel me dijo que iba a dejar las cosas como estaban. Tiene todo el derecho, claro, yo tan sólo le di mi opinión personal. Y es que las bitácoras son nuestras pero también de nuestros lectores, por lo que lo que uno ofrece depende de la manera que la aborda. Nosotros lo abordamos de una forma singular, lo reconocemos, puede que la más compleja de todas, pero es que no comprendíamos otra manera de hacerlo.

Porqué este texto

Hasta hace poco, la cadencia de publicación de este weblog era de una media de tres a cuatro artículos a la semana, pero ante la situación de la mengua de informaciones y de publicacines de nuevos textos que preveo, creo de justicia que al menos sepáis de algunas de nuestras razones.

Personalmente, tengo que ocupar el tiempo en dos trabajos que abarcan casi 10 horas diarias, por lo que apenas me quedan fuerzas para escribir algo de interés, mientras que la co-autora de este blog, Maria Elena, arrastra una serie de problemas físicos que le impiden dedicarle todo el tiempo que desearía al mismo. Seguramente será ella, mi compañera de andanzas bitacoriles, a la que por cierto no veo desde hace tres meses, imperdonable, la primera que se sorprenda con este texto.

Por mis trabajos, me veo limitado primero por el tiempo del que dispongo y después porque los campos temáticos que a mí me gusta abordar están cercenados por ellos mismos, sí es más importante el trabajo que la posibilidad de que te llamen la atención en él, y finalmente está el campo personal. Todo proyecto tiene un principio y un final, mi problema es que no sé si a éste se le está acabando el tiempo. El Documentalista Enredado nació como un portal, devinió en una bitácora por las razones que ya explicamos en su momento y finalmente ganó un premio. Personalmente, siempre he considerado que, ante el trabajo bien hecho, es mejor dejarlo estar antes de que muera agónicamente y te andes preguntando el porqué de las razones que te llevaron a malograrlo. Os seré sincero, no puedo dejar de ser blogger, mantengo otras bitácoras además de ésta de temáticas diferentes, lo que no sé es si puedo seguir siendo biblioblogger.

¿Y ahora?

Así pues, resumiendo, me quiero auto-imponer un tiempo de reflexión, un breve lapso de tiempo en el que se publicará, o no, algún tema; pero que este blog permanecerá en el limbo de las actualizaciones. Desde luego que todavía hay trabajo que quiero hacer (Biblogsfera) y que considero necesario. No sé si este texto es de abandono, de retirada, si se trata de una pataleta, de hastío o de cansancio, simplemente me quiero apartar a un rincón a observaros. Vaya por delante que aún no me quiero ir, sin embargo necesito tiempo para reflexionar y descansar.

Sí, todavía no es un punto final, es un punto y aparte.

Publicado en Enredando

18 comentarios

  1. Una pena, pero espero que sea para bien.

    Un abrazo.

  2. Es un ritmo muy alto, descansa unos días y seguro que te vuelven las fuerzas. En todo caso, no te preocupes, no tienes por qué dar explicaciones a nadie.

    Ánimo!

  3. zirus zirus

    A descansar, compañero!

  4. Ánimo y suerte con todo. Es plenamente comprensible todo lo que pones, y es normal, un lugar de calidad requiere mucho tiempo y esfuerzo, cosas que casi nunca tenemos disponibles. Espero leer pronto nuevos comentarios, llenos de ideas relacionada con el mundo de la documentación. Yo seguiré pasando por aquí por si acaso vuelves/volveis a las andadas. Saludos y larga vida al Documentalista Enredado.

  5. Tristes de leer estas palabras. No obstante descansa, seguro que encuentras fuerzas renovadas después de un tiempo.

    Ante todo y sobre todo. Muchas suerte Marcos!!!

  6. Gracias a tod@s

    Y no os preocupéis, seguro que tan sólo es un poco de estres y la necesidad de tomar vacaciones.

    Seguramente queda Enredado para rato.

  7. ¿ein? ¡Que no pánico el cunda! tómate vacaciones.

    Maldad: leeremos a Maria Elena (ea, ya sabes lo que te toca).

  8. Jejeje, por supuesto, Maria Elena seguirá publicando, creo y espero.

  9. Jon Jon

    No me lo creo…

    🙂

  10. Paco Paco

    Buenas marcos, ya hacia tiempo q no entraba, y q pena q cada vez q pasa un tiempo y me reconesto a leeros, me llevo una mala noticia… Bueno ahora unas vacaciones y si quieres pos ya sabes por donde paro, nos vemos…

  11. Mina Mina

    Lo que egoístamente deseo es que recuperes pronto el ánimo, y que milagrosamente se te conceda una nueva repartición del tiempo para que vuelvas al tajo documentalistaenredado sin excluir días de asueto, pero creo que un largo descanso-desconexión lo tienes más que merecido.

    Me encanta ir descubriendo el mundo de la bibliogosfera de vuestra mano, y espero seguir haciéndolo durante este lapsus gracias al material que habéis posteado.

    Un fuerte abrazo para ti y Maria Elena, y ojalá os den una subvención a vosotros y no a otras cosas… en mi próxima declaración de la renta incluiré una casilla de destinación de fondos a este blog.

  12. Arriba el ánimo Marcos!! un buen descanzo y verás como las cosas cambian.. y después esperamos que la inspiración inunde tu alma 🙂

  13. Aquí quiero reconocer mi parte de culpa en el agotamiento y decaimiento de Marcos.
    Debido a su gran nivel de escritura (que siempre me ha costado alcanzar) y a su infinidad de ideas (que competían con las pocas que yo tenía), he dejado demasiadas veces todo el peso del blog sobre sus hombros y, ahora que mi salud me está jugando una mala pasada, ha tenido que llevar adelante este proyecto él solo.

    No sé que decirle a él ni que deciros a vosotros, sólo espero que tanto sus problemas como los míos se solucionen pronto y podamos seguir con este blog con la ilusión con la que empezamos. Quizá sólo sea una pausa necesaria para la reflexión y el redireccionamiento de este proyecto, como cuando decidimos dejar el Portal.

    Gracias por vuestro apoyo y ánimo Marcos, tenemos que vernos un día a ver si nos desahogamos un poco y superamos este bache.

    Un abrazo

  14. Mina… tampoco hay que pasarse.

    Pero ¡gracias!

    😉

  15. Nos pasa a todos en algún momento, Marcos. Deja que pase el tiempo necesario y sigue escribiendo aunque sea con menos frecuencia. Te queremos seguir leyendo… aunque sea menos a menudo.

  16. […] Cayendo reiteradamente en mis contradicciones, hace una semana escribía un texto un tanto pesimista sobre mi situación como biblioblogger, que no como blogger, considerando que tal vez no volvería a escribir en esta bitácora. Es curioso que ahora me vea delante del editor de textos escribiendo de nuevo para un sitio sobre el que dije que me tomaría un tiempo antes de volver a publicar. Puede mi caso sea el de un blogoadicto, pero dejaré esa sintomatología para otro texto, si alguien no se aventura antes, centrándome en este caso en otro de los síndromes de la blogosfera: El blogger quemado. […]

  17. […] Desgraciadamente, suele suceder que, uno es humano, comete errores, sufre despistes y no se percata ni de si tiene controladas todas las fuentes, ni siquiera todos los puntos de vista, que uno no puede detenerse a leer atentamente todos los posts que se publican, ni todos los artículos, ni sigue todos los enlaces, ni mucho todos los comentarios. Que sí, es cierto que uno trata estar al día, pero no dispone del tiempo suficiente para leerlo todo, a veces ni siquiera para postear, ni mucho menos comentarlo, que uno puede pasar de soslayo por una noticia que no le parece interesante, pero a lo largo del tiempo descubre que esto es muy bueno. En definitiva, como dice el graffiti universitario, que la sabiduría parece perseguirme, pero desafortunadamente para mí, yo soy más rápido. […]

  18. […] Cayendo reiteradamente en mis contradicciones, hace una semana escribía un texto un tanto pesimista sobre mi situación como biblioblogger, que no como blogger, considerando que tal vez no volvería a escribir en esta bitácora. Es curioso que ahora me vea delante del editor de textos escribiendo de nuevo para un sitio sobre el que dije que me tomaría un tiempo antes de volver a publicar. Puede mi caso sea el de un blogoadicto, pero dejaré esa sintomatología para otro texto, si alguien no se aventura antes, centrándome en este caso en otro de los síndromes de la blogosfera: El blogger quemado. […]

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