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Y si alguien leyese o poseyese libros de herejía o escritos de cualquier autor condenado y prohibido por razón de herejía o sospechoso de falsas enseñanzas, sufrirá inmediatamente la sentencia de excomunión.
Concilio de Trento: Reglas de libros prohibidos
A lo largo de la Historia, muchos han sido los libros que han sido tachados de inmorales o perniciosos tanto para la Fe como para el pensamiento humano. Actualmente, es posible acceder a una lista de estos libros prohibidos, si bien en este caso se nos invita a leerlos. Hablamos de la iniciativa de la ALA (American Library Association) que se celebra la última semana de septiembre en denominada Banned Books Week donde podemos encontrarnos con libros que son objeto de censura por distintas características. Lo curioso es que este año el buscador Google se sumó a la iniciativa a través de su nuevo producto, Google Book Search, desde el cual se nos referenciaba a este tipo de libros censurados.
Para la sociedad occidental, la lista de libros prohibidos más relevante es el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, también conocido como Index Expurgatorius que consistía en una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia Católica consideró como perniciosas para la Fe. Su objetivo principal era prevenir la corrupción de los fieles dictaminando la prohibición de la lectura de libros y trabajos inmorales que contuviesen errores teológicos. Además, en el Index se establecía en una primera parte las normas que la Iglesia adoptaba respecto a la censura de libros. Así, era tarea de los bibliotecarios recortar de los documentos aquellos pasajes que se considerasen censurables como, por ejemplo, el texto del libro el Quijote (2ª parte, capítulo 36) la frase: «…las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.»
El siguiente texto se publicó en la revista Magazine en el número correspondiente al 15 de octubre de 2006. Su autor, Andrés Trapiello, reflexiona sobre el futuro del libro y del cambio tecnológico al que se va a ver sometido.
Suceden con los libros cosas extrañísimas y paradójicas. Según las estadísticas, cada día se editan y se compran más libros y cada día se lee menos, porque los jóvenes prefieren las imágenes, pero al mismo tiempo todo el mundo está fascinado con que desde nuestros ordenadores pueda accederse a las grandes bibliotecas del planeta. Para unos el libro dejará de existir tarde o temprano tal como lo conocemos, o sea, en papel, y acabaremos leyendo en las pantallas de nuestros portátiles cualquier página que se haya escrito no importa por quién ni en qué siglo o país, mientras que otros se empeñan en lo contrario, hasta que llegue ese día, editando millones de libros que nadie leerá. La síntesis de ambas posturas la han encontrado quienes sueñan en implantar en el cerebro humano microchips con todos esos libros, que llegarían así a saberse como por ciencia infusa, sin haberlo leído, decorándonos mucho.
Considero que el personaje Dilbert, que por otro lado es un parecer similar al de muchos, mejora siempre que se encuentra en la oficina acompañado de sus estrambóticos compañeros y con la presencia de su perro Dogbert. Como ejemplo, os podemos recomendar una tira que ya recogió el blog Deakialli cuya acción se realizaba dentro de ella referida a la organización de la información. Sin embargo, muchas de las primeras tiras, en las que simplemente era un ingeniero que permanecía en casa tratando de realizar sus invenciones, se desinflaban completamente.
La tira cómica que recogemos aquí pertenece a las primeras imágenes publicadas de este personaje – que podéis seguir diariamente en la página oficial de Dilbert – en la que su mascota y él mismo llegan a la terrible conclusión que los libros son muy peligrosos. Nosotros ya habíamos llegado a una conclusión semejante, aunque era un poco más de andar por casa.

Ver tira completa.
De todas las bitácoras de la biblioblogosfera, principalmente hay dos que han desarrollado cierto gusto por las citas de y sobre los libros, a pesar de que hay otras que gustan de ofrecer alguna suelta. Una de ellas es este mismo sitio, mientras que el segundo, además de pionero en esto de juntar citas, es Deakialli Documental la que, por lo visto, incluso dispone de algunos colaboradores que se las envían nada más descubrirlas, lo que no está nada mal. La última que han publicado en su weblog tiene cierta gracia, aunque se trate de una cita cinematográfica:
Que el cabrón tenga un carné de la biblioteca no significa que sea Yoda.
Somerset (Seven, 1995)
Por la parte que nos toca, la recolección de nuestras citas se realizó con toda la intención para su aparición de forma aleatoria, primero, dentro de los textos que íbamos publicando, para pasar posteriormente a la portada de este weblog. Por otro lado, las citas recogidas las vamos publicando poco a poco en nuestra sección Citas, mientras que nuestra selección se realizó desde distintas fuentes, aunque las principales fueron algún libro genérico sobre citas y sitios webs especializados como Wikiquote o Frases y Citas.
Forges no tiene muchas esperanzas puestas en que hayamos devorado libros… ¡Hemos estado ocupados en otros menesteres!

Para la promoción cultural de Alemania, aprovechando la celebración el Campeonato Mundial de Fútbol durante este verano que se celebró en aquel país, el Gobierno alemán realizó la campaña Land der Ideen (Tierra de ideas) cuya finalidad era mostrar al mundo cómo los poetas, investigadores, pensadores, inventores, artistas y compositores germanos habían ayudado a hacer de éste un mundo mejor.
En la Bebelplatz de Berlín se instaló un monumento efímero a la literatura alemana que representa una pila de libros con los principales pensadores y escritores de aquel país.

