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Etiqueta: Microsoft

La herida de Google

La herida de Google

Empezó, como suelen suceder las grandes cosas, con pequeños toques de atención. El pasado mes de diciembre, The New York Times publicaba que algunas empresas utilizaban las malas críticas realizadas por internautas como un factor para subir escalones dentro del algoritmo de relevancia de Google. ¿Cómo? Sencillamente porque el algoritmo no penaliza las malas críticas, los comentarios negativos incluidos dentro de los enlaces, por lo que más enlaces, aunque sean malos, son puntos para aparecer en las primeras posiciones del buscador. El escándalo fue mayúsculo, con el autor de esta “manipulación” detenido y con la reacción de la empresa de Mountain View tratando de tranquilizar a los internautas sugiriendo que penalizaría a aquellas empresas que tratasen mal a sus clientes.

Sin embargo, que algo está pasando con Google va más allá de rumor. Los síntomas de que algo está pasando son cada vez más palpables. Desde innumerables foros, se denunciaba que el buscador, su algoritmo, no se encuentra en su mejor momento. De hace un tiempo a esta parte, los internautas aseguran que los resultados que devuelven son de peor calidad, que hay que realizar un esfuerzo extra para encontrar la información que buscamos. Si se preconizó que Google acabaría con el SEO, es bastante probable que el SEO acabe antes con Google, vencido por la gran colmena de mentes tratando de “colar” sus páginas web en lo más alto de la página de resultados. El problema de Google es Google, el gran ecosistema que ha creado entorno a su buscador, su modelo de negocio y, no olvidemos, el de otros que se alimentan del mismo.

Hasta no hace mucho, los internautas creían que Internet es meramente Google, aunque cada vez más el ecosistema se convierte en más cerrado con plataformas como Facebook o más participativo, más rápido, como Twitter, pero propietario al fin y al cabo. Algunos consideran que la marca Google es intocable, intachable y denunciarla, acusarla de malos resultados, una ofensa y abrir una brecha para la competencia (La omnipotente Microsoft) ante la que podríamos sucumbir.

Recientemente, Google denunció que Microsoft (Bing) copiaba sus resultados, utilizando precisamente su algoritmo para demostrar que ante una ecuación de búsqueda que no podía devolver resultados, Bing devolvía los mismos resultados que Google, alimentándose de él. De nuevo, los cimientos de la Web se vieron sacudidos, con cruce de acusaciones incluido. Sin embargo que el gigante se revuelva acusando a otra empresa que comienza a comerle terreno justo donde hasta entonces Google había reinado, es todo un síntoma. Es bien sabido que Bing siempre ha sido superior al algoritmo de Google a la hora de buscar imágenes, aunque parece que todo apunta hacia que Bing le sigue comiendo terreno a Google.

Este estrenado año promete ser apasionante, no sólo por el asentamiento del Social Media, si no por la vuelta a la quinta esencia de la Web, los buscadores. Todo dependerá por las decisiones que adopte Larry Page tras su vuelta a la dirección del gigante y que puede que cambie esta tendencia.

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Google planta cara a Microsoft atacando a su navegador

Google vs MicrosoftEn el albor de Internet como medio de comunicación de consumo  masivo, Bill Gates aseguró en 1995: “Internet no es importante para nuestra estrategia de negocios”. Posteriormente, tuvo que recular e imponer su mastodóntica posición en el mercado de sistemas operativos para acabar con el navegador de Netscape, ofreciendo el suyo, Internet Explorer, gratis. Aunque Netscape Navigator es ya un recuerdo para los internautas más veteranos, la guerra de los navegadores ha proseguido aunque de manera más soterrada. Mientras Mozilla intentaba arrebatarle cuota de mercado a Microsoft innovando (y en ocasiones copiando ideas), aliándose con Google y ofreciendo un producto más versátil; el Explorer durmió el sueño de los justos durante casi 5 años sin que desde Redmond se publicase una nueva versión de actualización.

Pero aquel inmovilismo comienza a pasarle factura a Microsoft de nuevo. La cuota de mercado de Internet Explorer (IE), aunque holgada, languidece lentamente hasta el 58%, mientras que la de Firefox ya sobrepasa ligeramente el 31%. Sin embargo, ese 58% se lo reparten hasta tres versiones distintas del IE la 6, la 7 y la 8 que coexisten repartiéndose similares porcentajes para desesperación de diseñadores y programadores web que no quieren ni ver el IE 6. Desesperación porque desde su posición de fuerza Microsoft ha querido que las cosas se hiciesen a su modo, sin casi respetar los estándares web que se dictan desde el W3C, pero esto parece a punto de cambiar.

Google dispone de un sinfín de servicios web que millones de personas, sean usuarias o no del Explorer, utilizan. Su próximo lanzamiento Google Wave ya se encuentra en el horno y mientras se dora, Google considera que la próxima revolución que nos tiene preparada no va a funcionar bien dependiendo qué navegador se utilice. Inadmisible. Una compañía que tiene especial cuidado en la experiencia de usuario de sus productos, no va a permitir que un tercero le agüe la fiesta y apunta directamente a Microsoft.

Después de desarrollar su propio navegador, Chrome, tras apoyar previamente Mozilla Firefox y decidir ir por su cuenta, Google se siente con fuerza de dar el siguiente paso: Acabar con el Internet Explorer. ¿Cómo? Ofreciendo un plugin que sustituirá el motor (es decir, el corazón del navegador) del IE por el motor de Chrome sea cual sea su versión. De esta manera, tras su instalación el usuario utilizará la interfaz del Explorer aunque realmente se encontrará utilizando a todos los efectos Google Chrome. Todo un disparo en la línea de flotación de Microsoft en la Web y toda una declaración de intenciones. A Google ya no se le puede parar ni desde el sistema operativo, si quieres utilizar algunos de sus productos, tendrá que ser a su manera o carretera.

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Windows 7 para perder a Vista

Si acabaste cansado de Windows Vista, si creíste que el nuevo sistema Aero era muy bonito pero trabajar con tu ordenador un infierno (Demasiadas veces te preguntaba si realmente querías hacer algo que ya le habías dicho que querías hacer), si te decepcionó que Vista no funcionase con tu antigua impresora o tu escáner, no te preocupes no fuiste el único. Hace ya un tiempo que Windows Vista ya fue considerado un fracaso por Microsoft, comparado y vilipendiado como el segundo Windows Me, puede que las razones de ello pudiesen reducirse a: Sus diversas versiones hasta siete con distintas funcionalidades cada una, a la falta de compatibilidad y los grandes requisitos de hardware que solicitaba para cuando fue lanzado, el excesivo celo a la hora de gestionar la seguridad y las acciones de los usuarios o su falta de impacto mediático (!).

En esta ocasión, no le funcionó el rodillo a Microsoft, no resultó suficiente con controlar el 90% del mercado de los PCs destinados al hogar, mientras que antes de lanzar su nuevo sistema operativo, en julio de 2005, trataba de vender ordenadores preparados para Vista que nunca pudieron moverlo. Microsoft comprobó que el mercado no se movía al ritmo que marcaban desde Redmond. Sus usuarios se mantenían alejados de Vista forzando a la compañía de Redmond a seguir extendiendo las licencias y el soporte para el viejo XP.

Además, los usuarios comenzaron a contemplar otras alternativas. Por un lado, Apple aprovechaba el efecto Halo de su producto estrella de la última década, el iPod, y comenzaba a atraer a un público más heterogéneo que veía en los productos de la manzana una marca de distinción, fiabilidad y diseño, mientras que, por otro, las compañías de hardware lanzaban un nuevo producto informático no concebido para el trabajo continuo, pero que permitía a su usuario facilidad de transporte y conectividad allá donde se encontrase: Los netbooks o ultraportátiles.

Los netbooks comenzaron a comercializarse con bajas prestaciones técnicas a principios de 2007. Procesadores pequeños y discos duros flash de 4 Gb parecían suficientes para estos productos destinados a la navegación y la consulta del correo electrónico. Sin embargo, su evolución ha sido muy agresiva hacia casi la canibalización del mercado de sus hermanos mayores, los portátiles, aumentando sus prestaciones y tamaños en muy poco tiempo. Concebidos como ordenadores de muy bajo costo (250$), los primeros modelos fueron lanzados bajo un sistema operativo que requería menos prestaciones que Vista y cuya licencia era casi despreciable: Linux.

En cualquier caso, la aceptación de este producto fue tal que Redmond tuvo que moverse rápido de no perder a los usuarios y a las empresas fabricantes, el resultado ha sido que la mayoría de estas máquinas actualmente funcionan bajo XP a pesar de que Microsoft decidió retirar la extensión de licencias en junio de 2008 para el resto de equipos. Por otra parte, otra de las amenazas para Windows proviene de Google que se encuentra trabajando en Android un sistema operativo desarrollado en código abierto y que ya se encuentra presente en algunos teléfonos móviles del mercado, por lo que el salto hacia ordenadores ultraportátiles puede considerarse como un paso lógico.

En definitiva, en 2008, Microsoft se encontraba frente a un mercado renuente a la utilización de su nuevo sistema operativo que a pesar de su posición dominante en el mercado no había conseguido llevar a entornos corporativos. 22 meses después del lanzamiento de Vista, decidía dejar de otorgar licencias a fabricantes de hardware de su viejo XP lanzado en 2001, pero debía desdecirse en el mercado de los ultraportátiles donde Linux podía sacarle ventaja. Finalmente, Windows Vista quedaba un tanto desprestigiado al no funcionar en condiciones óptimas en algunos de los equipos más avanzados tecnológicamente manchando la imagen de Windows, por lo que el mercado, cada vez más volcado a la Web 2.0 y al trabajo en la nube, decidía moverse hacia la gama alta de la informática: Los Macintosh. Tampoco debemos olvidar que desde Cupertino se facilitó el tránsito, cambiando los procesadores de PowerPC desarrollados por IBM hacia los Intel que facilitaban la instalación y ejecución de software diseñado para PC en lo que se denominó Boot camp.

¿Era ésta una situación sostenible? Ante el empuje de Google y la reciente popularidad de Apple por parte del usuario medio, los de Redmond se han movido rápido y han decidido escuchar a sus usuarios, a la vez que les invitaban ayudarles a mejorar y poner a punto el nuevo sistema operativo -Además de allanar el terreno para su comercialización, volcando a los medios para la publicitación de su terreno y a los early adopters para que utilicen el Social Media-. Otro de los cambios significativos fue el cambio en el sistema a la hora de denominar los nuevos sistemas operativos, por años (98, 2000) y otras fórmulas (XP o Vista), Windows vuelve a la numeración tradicional que abandonó en su versión 3.1. En esta ocasión, el nuevo sistema operativo de Microsoft llevará la denominación Windows 7.

Un sistema operativo que se asegura que puede funcionar perfectamente con los equipos actuales, que no necesitará unas máquinas muy potentes, y que podrá funcionar incluso en los ultraportátiles sin excesiva dificultad (Aunque habrá hasta seis versiones comerciales del mismo sistema operativo). De hecho, por primera vez, nos encontramos frente un movimiento audaz en la búsqueda de la máxima aceptación y transición desde Vista a Windows 7. Actualmente, cualquier persona que lo desee puede descargarse una versión candidata (Release Candidate, es decir, una versión lo suficientemente avanzada en su desarrollo sin que podamos encontrarnos con problemas importantes) del nuevo sistema operativo de forma gratuita totalmente operativa y tras comprobar el éxito, 3 millones de descargas, 90% de software compatible y 2’7 millones de drivers compatibles, que había supuesto la política de descargas de la versión beta.

De momento, las críticas han sido positivas, aunque se mantiene la prudencia, así que si todo marcha según lo establecido Windows 7 será distribuida de forma comercial a partir de octubre de 2009. Por otra parte, aquellos que comiencen a utilizar la Release Candidate podrán disfrutar de ella hasta marzo de 2010 sin ninguna restricción, fecha a partir de la cual el sistema se apagará cada dos horas hasta que el 1 de junio de 2010 dejará de funcionar completamente.

Mucha suerte a los intrépidos.

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Google se descubre en la guerra de los navegadores presentando ‘Chrome’

Es posible que uno de los mayores errores estratégicos de Microsoft durante la década de los años 90 fuese no percatarse de las posibilidades que podía ofrecer Internet como canal comunicativo, de negocios y de distribución de contenidos y productos que llegaría a ser a finales del siglo XX. Fruto de esa falta de perspectiva inicial, se desarrolló lo que se ha denominado como primera batalla dentro de la guerra de navegadores que dispuso de dos contendientes: Netscape, cuyo navegador era casi un estándar de facto en 1995, y la compañía de Redmond que no dudó en utilizar todas sus herramientas y sus posibilidades para acabar hundiendo el modelo de negocio de su competidora, ofreciendo su navegador Internet Explorer de forma gratuita y configurando su página inicio para que señalase a Microsoft, lo que derivó en que el Netscape Navigator fuese barrido y que languideciese durante algunos años.

De aquella primera batalla, Microsoft salió relativamente airosa. Su navegador Internet Explorer 6 disponía de una cuota de mercado superior al 80%, mientras que el Navigator, junto a Netscape, era adquirido por AOL, para finalmente desaparecer el pasado 1 de marzo de 2008. Sin embargo, el trabajo realizado por Netscape no acabó abandonado en su totalidad puesto que el motor del navegador de Netscape renacería para acabar presentando batalla al Explorer que, por otro lado, durante un lustro permaneció estanco y sin mejoras importantes. Estamos hablando de Mozilla Firefox.

Firefox, basándose en la filosofía Software Libre, tomó el testigo para intentar hacerle sombra al dominio aplastante del Explorer bajo la tutela de la Fundación Mozilla encargada de desarrollarlo, mientras que paralelamente surgían otros navegadores – Opera desarrollado por Opera Software y Safari desarrollado por Apple Inc.- que estarían dispuestos a presentar armas en lo que se ha considerado como la segunda batalla de la guerra de los navegadores. Sin embargo, no podemos olvidar que dentro de esta pugna tras el deceso de Netscape falta señalar puede que el actor más importante de todos los citados hasta el momento: Google.

La Fundacion Mozilla, cuyo navegador ha conseguido arañar cuota hasta alcanzar el 20% del mercado, reconocía hace pocas semanas que su dependencia respecto a los ingresos que le aportaba el acuerdo de colaboración con Google era excesivo. De hecho, los aportes de Google se acercan al 85% del total de los ingresos de la Fundación y, aunque los tienen asegurados hasta el año 2011, desde la propia Fundación reconocen que es completamente necesario diversificar sus ingresos para evitar suspicacias entre usuarios y desarrolladores, además de evitar que Google tome cartas sobre lo que se debe y lo que no se debe desarrollar para el producto estrella de la Fundación, Firefox.

Desgraciadamente, los recelos hacia la estrecha relación entre el gigante de Mountain View y Firefox ya se han producido en la utilización del ‘Google Safe Browsing’ que se trata de un sistema anti-phising desarrollado por Google que necesita de algunos datos privados de los internautas para ser efectivos comprometiendo la privacidad de los usuarios del navegador.

Pero, ¿por qué necesita Google de un producto como Firefox? En primer lugar, para evitar que los usuarios del buscador tengan que pasar por un producto desarrollado por la competencia directa de Google -Microsoft y su navegador Explorer- que podría comprometer la experiencia de usuario de los productos de Google en caso de que Microsoft lo desease. Así, por ejemplo, es conocido que Hotmail, uno de los servicios de correo electrónico más populares y propiedad de Microsoft, no funcionaba demasiado bien en las primeras versiones de Firefox, y además en la nueva versión del Explorer, la octava, está planteado que el internauta disponga de modo de navegación, denominado InPrivate, cuyo objetivo es la navegación anónima. En segundo lugar, teniendo presente que cada vez más tareas se realizan a través de los navegadores, en mayor medida los internautas comienzan a trabajar de forma completamente distribuida, en la Web, alejándose cada vez más del escritorio de su ordenador y de su disco duro, por lo que es el propio navegador una de las herramientas que más se utilizarán y con mayores fines en un futuro.

Por lo tanto, a lo que estamos asistiendo no es a una batalla sobre software, sino a una guerra sobre cómo en el futuro se accederá a la Web, cómo se procesará la información y qué características técnicas dispondremos para ello. Los pasos de Google ya no se encaminan hacia organizar la información del mundo como nos anunciaba cuando daba sus primeros pasos, sino que está dispuesto a avanzar un poco más su propia herramienta para acceder a la Web y a toda la información que ésta contiene: El navegador Google Chrome. De esta manera, Google está dando un golpe sobre la mesa, presentando su candidatura formal en el desarrollo de software, preparando al usuario a utilizar su interfaz, dispuesto a crear una comunidad en torno a él, además de dar el salto a otros terminales más allá del ordenador sobremesa, puesto que el futuro de Internet es la ubicuidad y la movilidad.

De momento, el navegador no ha decepcionado a los early adopters y más allá de los fallos de programación y de seguridad que se detecten en esta versión 0.6 (Beta), la compañía está dispuesta a apostar fuerte por crear un producto que favorezca completamente a sus intereses corporativos y de sus productos desde cualquier plataforma, permitiendo a sus usuarios que Google Gears, una aplicación que nos permite trabajar off-line con los servicios de Google, se encuentre implementada en nuestro navegador y que los fallos a la hora de la utilización de los servicios de Google sean los menores posibles.

No, esto no va a ser una guerra contra un software, esto es una guerra total por el futuro del acceso a la información, donde podríamos estar vendiendo nuestra alma al diablo pervirtiendo nuestra privacidad si no andamos con tiento. No, esto no es guerra por un software para situarse en un rincón de nuestros escritorios, es una guerra por la Web como Sistema Operativo donde el mejor posicionado se llevará el gato al agua y donde no dejaremos de ver zancadillas e incomodidades entre las empresas desarrolladoras. Desde luego que esto es sólo es el principio.

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Incapaz de usar Windows Vista

Incapaz de usar Windows VistaHace ya unos meses, os comentaba que, ante la compra de un nuevo ordenador portátil, había abandonado Microsoft Office para darle una oportunidad a la iniciativa de código abierto OpenOffice. Sinceramente, mi conclusión después de haberla estado utilizando durante un tiempo es que tengo que admitir que a la suite ofimática abierta todavía le queda un buen camino por recorrer antes de poder hacerle sombra al Office que todos conocemos. Pero, desde luego, es una iniciativa muy interesante y que seguiré apoyando porque dispone de algunas funcionalidades que me parecen muy interesantes.

Mas hoy quería relataros mi experiencia con Windows Vista que no ha podido ser más decepcionante. Tampoco es de extrañar que yo haya encontrado dificultades a la hora de utilizarlo de forma más o menos intensiva, los propios ejecutivos de Microsoft se desesperaban a la hora de configurar una simple impresora y el propio Steve Baller (Chief Executive Officer de Microsoft Corporation) reconocía que Windows Vista no era un producto acabado. Por mi parte, empecé con Vista en febrero de este año, casi un año después de su lanzamiento, y no me podía creer que un ordenador nuevo, no uno de esos testeados que decían que eran capaces de ejecutar Vista aunque después se demostrara que eso era un engaño, tardase hasta 5 segundos en tirar un icono del escritorio a la Papelera del sistema.

Que sí, que Aero, una de las funcionalidades más destacadas del nuevo sistema operativo, era muy atractivo, pero un ordenador no se compra para admirarlo por su belleza, sino para usarlo sin problemas, enchufarlo y ponerse a trabajar. Y precisamente eso de ponerse a trabajar es otro cantar, porque el inicio era deseperadamente lento, muchísimo, y ejecutar un programa era una sarta de preguntas de si estabas seguro que querías hacer precisamente lo que querías hacer. La UAC (User Control Acces) fue lo primero que desactivé porque era exasperante, de hecho, no me permitía ni organizar el menú Inicio. De esta manera, habiendo creado un único usuario, no me permitía organizar las carpetas de los programas porque no disponía de los «suficientes privilegios». Obviamente, yo conozco que hay un super-usuario creado por el sistema, o root, pero un usuario medio que ejecuta por primera vez el sistema operativo y se instala, otra espera interminable, desconoce que el usuario que primero crea aunque sea administrador no es super-usuario.

Lo cierto es que me arrepentí de haber comprado el ordenador a la semana de estar utilizándolo. Lento, aparatoso, ocupaba un espacio en el disco duro excesivo (50 gigabytes sólo con los programas básicos y sistema operativo y aumentando), y andaba harto esperando que el círculo de Espere, anduviese girando. Asimismo, aparecían problemas de incompatibilidades de programas que habían funcionando estupendamente en Windows XP y que Vista simplemente no quería instalar. Pero no sólo eso, el programa a medio instalar no había forma de desinstalarlo y debías estar pegándole vueltas hasta que mediante un software externo (Revo Uninstaller) lo conseguías.

Por otro lado, teniendo en cuenta que las aplicaciones están trasladándose del escritorio a la Web, el uso que puedo hacer en local de software ofimático es bastante reducido en comparación con el uso que podía darle antes, por lo que me planteé seriamente el hecho de si debería haberme comprado un MacBook Pro antes que aquello que funcionaba «a pedales». Sí, es cierto que Apple es una plataforma demasiado cerrada para mi gusto, pero sé que si compro un producto Mac funcionará perfectamente nada más sacarlo de la caja y sin tantos quebraderos de cabeza.

El caso es que sorprendiéndome de la poca usabilidad y prestaciones que daba Vista, confié en el lanzamiento cercano del Service Pack 1 del producto (Más o menos un mes después de la compra del portátil). El hecho es que Microsoft fue lanzando parches que aceleraron el rendimiento del ordenador, ¡un año después de su lanzamiento!, pero desde luego que el resultado final a la hora de instalar el Service Pack, y éste tampoco estuvo libre de problemas, me convencieron muy poco de la necesidad y utilidad de trabajar con Vista.

Así pues, mi recomendación es que, tras mi decepcionante experiencia, huyáis de él, no merece la pena y acabaréis hartos por muy bonito que os pueda resultar. Si con el nuevo Windows 7, con el que Microsoft quiere pasar página rápidamente tras el gran fiasco que ha supuesto Vista (los desarrolladores de software también lo obvian), no se realiza un salto cualitativo en cuanto a fiabilidad y compatibilidad, la compañia de Redmond va a tener serios problemas de canibalización de productos, o peor, podríamos contemplar otras posibilidades además de los lanzamientos de Microsoft. En mi caso, fundamentalmente, Linux.

Un futuro oscuro para la compañía de Redmond que encuentra dificultades allí donde triunfó en el pasado: El escritorio.

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</Microsoft Office> <OpenOffice>

Ésta es mi manera (un poco techie) de decirle a Microsoft Office que hemos acabado, que de forma particular, la laboral es otro cantar, le dejo por otra suite ofimática, que me paso a OpenOffice que Word será a partir de ahora Writer, que Excel ya no calculará mis datos lo hará Calc.

Podría decirse que no ha sido una decisión fácil, he trabajado con Office durante más de diez años, susurrándole mis secretos, desbordando mis ilusiones, plasmando mis ideas; pero no es una decisión que tomo por vez primera, antes de Office hubieron otras. Al principio, trabajé con Microsoft Works (1991-1994), aunque pasé posteriormente a WordPerfect (1994-1996), pero después caí en sus garras y ya no pude dejarle durante mucho tiempo. Pero ironías de la vida, una parte de culpa de mi abandono la tiene Apple y sus Mac que me han mostrado el camino con NeoOffice.

Mi paso a Firefox parece marcar el principio de mi abandono por los productos de la compañía de Redmond, puede que una pequeña muestra de su letanía, el cambio de un mundo que se mueve demasiado rápido para sus pasos de elefante. Hoy en día todo está en Internet, piensa en qué necesitas y alguien lo habrá pensado antes y, además, lo habrá programado y casi, casi publicado de forma gratuita y abierta. Es el caso de Firefox, es el caso de OpenOffice.

El hecho es que recientemente he adquirido un ordenador portátil que lleva Windows Vista preinstalado, sí uno de los productos más decepcionantes de 2007 dicen, pero que todavía respeto por cuestiones de garantía. Pero si Internet Explorer sólo lo utilicé para bajarme Firefox, la versión de evaluación de Microsoft Office 2007 con la posibilidad de utilizarlo 60 veces sólo la utilicé una vez. La abrí, miré, curioseé y la desinstalé, fuera la basura que viene preinstalada con el ordenador. Fundamentalmente, porque este software no es del todo compatible con las anteriores versiones de Office, crea documentos que no pueden ser abiertos por éstas a no ser que se instale un determinado complemento. De hecho, ya me he encontrado con personas que, desconocedoras de esto, envían currículums vitae en formato Word 2007 que son desechados por no ser compatibles (No se pueden abrir). Y qué decir del torticero intento por parte de Microsoft de que la ISO le apruebe un estándar de documentos electrónicos de forma propietaria, monopolística e impositiva (El famoso OOXML).

Siendo un usuario intensivo de Google Docs, o existiendo Zoho que es mucho más potente que éste, ¿por qué debería encadenarme a un software propietario? Porqué obcecarme en el .DOC cuando el futuro es abierto y en línea y los movimientos de Microsoft tan sólo corroboran su fracaso en una política errónea que lo encuentra con la marcha cambiada. De hecho, los hechos demuestran su fracaso la bajada de un 95% del precio de Office 2007 para estudiantes y profesores (una muestra de debilidad y que una versión anterior de Office es la mayor competencia de cada nueva actualización de Office), que se recojan firmas para que Microsoft siga dando soporte a Windows XP, junto a las políticas de downgrade ante el rechazo de Vista; sólo hacen presagiar un futuro un tanto negro a una compañía cuyo último movimiento en Internet, la compra de Yahoo, no le ha salido bien.

Mientras tanto OpenOffice entra en mi vida para el trabajo off-line, siendo consciente de que a pesar de sus diferencias, el producto abierto me ofrece justo lo necesito como un usuario medio de este tipo de software y que Microsoft Office lo tiene difícil para volver a entrar en mi ordenador. Quién sabe si en el futuro una amplia gama de portátiles vendrán con Linux preinstalado y me despida de Microsoft Windows para siempre. Ya veremos.

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¿A MSN no le gusta ‘libertad’ o ‘democracia’?

Durante diciembre de 2003, se produjeron una serie de manifestaciones civiles en Bagdad como protesta contra la ola de atentados que realizaban los insurgentes. Estos atentados tienen el objetivo principal de hostigar las tropas militares que están destacadas en Iraq para normalizar la situación después de la guerra que había defendido George Bush junto con el apoyo de Tony Blair y José María Aznar como principales valedores del conflicto bélico. Aunque los grandes medios, no supieron comprender el alcance real de estas manifestaciones prodemocráticas en un país que había estado sometido a un régimen dictatorial durante más de dos décadas, la blogosfera sí supo baremar convenientemente que lo que se relataba en distintos blogs iraquíes era un síntoma inequívoco del deseo del cambio.

De esta forma, el blog Healing Iraq se convirtió en una fuente indispensable para comprender el alcance de lo que se respira en las calles de Iraq. Zeyad, blogger iraquí y dentista, se mostraba sorprendido ante las aseveraciones que alguno de sus visitantes realizaba afirmando que consultaba su blog para informarse sobre las nuevas noticias que se producían del país y del ambiente de cambio que se respiraba en las calles antes que consultar los grandes medios de comunicación como la CNN que apenas cubrían lo que se producía en la sociedad iraquí.

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