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Etiqueta: Wordpress

Con Gutenberg, WordPress cambió del todo

Si bien cuando tratas de editar un texto para la web en tu ordenador fuera del sistema de gestión de contenidos, dispones de muchas opciones; en el caso de que lo hagas directamente a través del CMS puede que tus opciones se encuentren más bien limitadas. Si este es el caso, el sistema ha de tratar de convercerte de que sus funcionalidades son las mejores y las más potentes disponibles entre todas las opciones disponibles. Si llevas ya unos años en el mercado y te has posicionado como una de las plataformas más populares en cuanto a distribución de contenidos, un gran cambio puede no satisfacer a tu comunidad.

WordPress decidió en 2008 cambiar su sistema de edición de contenidos y darle un reenfoque. Ya no sólo se trataba de un cambio tan sólo estético, sino que también abordaba cambios en cuanto la filosofía y cómo debería editarse en la Web. El nuevo sistema se denominó Gutenberg en honor al inventor de la imprenta, Johannes Gutenberg (1400-1468), y no faltó la polémica.

Diseñado para favorecer el proceso de edición. Gutenberg transformaba cómo se editaban los textos hasta el momento en WordPress. Si hasta el momento, se seguía una edición lineal como si de un documento en MS Word se tratase, desde Automattic se forzaba a trabajar con los denominados bloques dentro del texto. De esta manera, los textos y las imágenes podían agruparse dentro de ellos favoreciendo la edición, pudiendo trasladar estos bloques con facilidad dentro de la página a publicar. El objetivo era mejorar el proceso de edición tratando que el usuario pudiese ver el resultado mientras está redactando. Además, permitía la mejor implementación de shortcodes, widgets, menús y/o campos personalizados de manera que los usuarios avanzados pudiesen personalizar todavía más las páginas a publicar.

Este movimiento aunque polémico era considerado necesario atendiendo a la creciente competencia que tenía WordPress como producto debido a las nuevas plataformas de publicación de contenidos como Medium, Ghost o Wix. Hay que tener presente que si bien WordPress es un sistema que puedes descargarte e instalar en un servidor libremente, también dispone de un servicio de alojamiento de contenidos con un modelo Freemium que es justo lo que Automattic estaba tratando de hacer frente.

Por desgracia, la implementación se realizó de forma forzada durante la liberación de la versión 5.0, lo que provocó problemas en muchos plugins de amplio uso e incluso la comunidad sintió que se les imponía algo que todavía no estaba preparado para ser lanzado. Gutenberg recibió muchas críticas puesto que no parecía estar lo suficientemente integrado (en otras palabras, maduro) para ser implementado. A esto se añadía que debido a la nueva concepción de edición presentaba mayores barreras de entrada a los usuarios puesto que no todo el mundo encontraba el nuevo sistema como algo cómodo de usar. Se ha llegado al extremo que una parte de la comunidad se ha sentido traicionada y, de hecho, ya ha aparecido un fork de WordPress llamado Classicpress que trata de dejar las cosas como estaban.

De momento, está claro que Gutenberg ha llegado para quedarse y que irá recibiendo mejoras en muchos frentes. Creo que es un sistema es potente, aunque la curva de aprendizaje puede ser alta para algún usuario. Más allá de las resistencias, de hecho uno de los plugins más descargado es Classic Editor con el que puedes revertir el editor a TinyMCE y que será actualizado de forma oficial hasta 2022, creo que hay que darle una oportunidad e irse adaptándose a él y a todas las capacidades que tiene.

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Algunas buenas plantillas (o themes) para WordPress

La elección de una plantilla no es un tema baladí para el bloguer. Más allá de aquellos que se pueden permitir el pago de un diseñador (o que conocen a alguien que les puede hacer el favor), la mayoría de nosotros tenemos que bucear en los repositorios de plantillas hasta encontrar alguna que nos resulte atractiva. Dependiendo de qué se quiere transmitir, la temática más o menos desenfadada, cómo queremos que nuestros visitantes accedan a las distintas secciones del blog, qué es lo queremos destacar de la estructura, la arquitectura de la información del sitio, si queremos una página más o menos limpia para facilitar la lectura, o si al contrario nuestros textos son breves, etcétera; son todos, elementos a considerar como mínimo a la hora de decantarse por una plantilla u otra. Por supuesto que dentro de la ecuación entran criterios y gustos personales, por lo que nunca se puede decir que una plantilla es mala u otra muy buena (Salvo en algunas ocasiones, claro).

Hay que señalar que otro de los factores importantes a la hora de realizar un cambio de plantilla sobre una anterior, son las actualizaciones del sofware, por lo que el funcionamiento interno del blog cambia; las evoluciones en las hojas de estilo (CSS), así como las modas dentro de la blogosfera y la necesidad de imprimir cierto dinamismo y frescura a un blog también resultan cruciales a la hora de plantearse un cambio.

Personalmente, hemos pasado por varios cambios de plantilla y lo cierto es que el proceso no resulta sencillo. Los principales problemas surgen cuando se quiere o se pretende mejorar lo que ya está hecho, con cambios en las hojas de estilo y en la estructura propia de la plantilla. Al final, siempre son pocas las plantillas elegidas y muchas las desechadas, y esto es algo que queremos recoger aquí hoy.

Así pues, os dejamos el listado de algunas plantillas que se convirtieron en candidatas a representar este blog y que, desgraciadamente, por alguna razón no alcanzaron el corte. Esperemos que os sean de utilidad e interés:

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WordPress cuánto nos has cambiado

No acostumbramos a loar las excelencias del CMS (Content Management System) que solemos usar para el mantenimiento de este blog, pero acercándonos a los preparativos del lanzamiento de su próxima versión –la 2.7 ya– considero que va siendo hora de recapitular de nuevo sobre el mismo. Porque no vamos a negar que estamos encantados con WordPress, y le hemos dedicado algunos textos –Nueva actualización de WordPress. ¡Malditos geeks! o Algunos buenos plugins de WordPress -, pero el hecho es que según se avanza en su desarrollo mejora su experiencia a nivel usuario, a pesar de las distintas pegas que puedan atribuirle.

Sí, puede que el sistema sea un mastodonte a la hora de acaparar recursos de los servidores en los que se instala, sí puede que sus usuarios (y entre ellos algunos reconocidos bloguers) echen pestes cuando tienen que actualizarlos, sí puede que la interfaz a la hora de gestionarlo no sea la mejor diseñable; pero si se trata de lo que les prometieron, escribir y darle al botón de «Publicar», no se puede negar que WordPress alcanza con creces sus objetivos. Porque este sistema para la gestión de blogs nació en el momento justo y supo adoptar una filosofía muy propia de la Web para la Web 2.0. De esta manera, su principal cabeza visible, Matt Mullenweg, decidió desarrollar de forma paralela un sistema de gestión de contenidos ya establecido, b2evolution, hacia lo que sería WordPress justo cuando la blogosfera comenzaba a arrancar de forma masiva. Nos encontrábamos en tiempos en los que Google adquiría Blogger y el CMS más popular, Movable Type, se pegaba un tiro en el pie al pasar ser de pago si queríamos que el blog fuese para distintos autores.

Frente a esto la comunidad WordPress apuntó hacia el usuario pro, aquel que iba a instalarse un blog en un servidor, ofreciéndole sencillez en la instalación y posibilidades de desarrollar el CMS con nuevas funcionalidades en forma de plugins. Su aceptación fue tan grande que el éxito de WordPress invitó a sus desarrolladores a lanzarse al ámbito empresarial, naciendo de esta forma Auttomatic, así como el desarrollo de su propia plataforma de mantenimiento de blogs conocida como WordPress.com.

La sencillez y la seguridad en la gestión fueron el caballo de batalla que WordPress indujo en el desarrollo de plugins que facilitase la tarea a los administradores. Así, por ejemplo, se desarrollaron el plugin para la lucha contra el spam, Akismet, la posibilidad de realizar copias de bases de datos con unos pocos clics, WP-DB-Backup, o el reciente plugin para la actualización de todo el sistema que va a integrarse dentro de WordPress, WordPress Automatic Upgrade.

Atrás quedaban las horas de revisión de los comentarios y de su borrado, la preocupación de que los spammers contaminasen con sus enlaces y sus mensajes textos a los que habíamos dedicados algunas horas, las tribulaciones respecto a las copias de seguridad que mantendrían a buen recaudo nuestro esfuerzo o las horas de lucha ante una actualización fallida, o incluso errónea, de algunos ficheros borrados por error. El automatismo en su gestión y en su actualización, hacia donde camina WordPress en su nueva versión, ya se trate en los plugins (ya implementado) o en todo el sistema puede ser peligroso por inseguro a aquellos confiados que no realizan copias de seguridad de sus blogs, pero facilita tremendamente la tarea que fundamentalmente preocupa a los bloguers: Escribir y transmitir el mensaje. Atrás quedará el uso del FTP, de la selección de los ficheros a borrar, de la lentitud del proceso… Se trata, sin lugar a dudas, de un gran paso.

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Pero, ¿por qué cambiar la plantilla de un blog? (y 2) – Aspectos internos

Una de las características de los blogs, una de las razones por las que tienen que agradecer su popularización durante los últimos años, es su fácil eidición y publicación, ya que el usuario sólo tiene que darle al botón de PUBLICAR para que sus ideas y opiniones se vean reflejadas en las otrora denominadas Autopistas de la información sin tener la necesidad de saber de HTML. Es cierto, los blogs son terriblemente sencillos de actualizar, si obviamos ciertos fallas psicológicas que pueden acechar al bloguer, sin embargo esto es completamente falso cuando hablamos de gestionar un blog.

Y es que no sólo debemos enfrentarnos a trolls y spammers, es que también debemos lidiar con otros aspectos inherentes al tipo de alojamiento que hemos escogido para nuestro sitio web. Puesto que no es lo mismo utilizar una plataforma de publicación como Blogger o el sistema de alojamiento de WordPress, que uno mismo deba de gestionarse el servidor y los ficheros, así como tener que actualizar a las nuevas versiones del CMS escogido con los riesgos que esto conlleva.

Porque si bien, en general, los desarrolladores de WordPress tratan que la actualización e instalación del sistema sea lo más sencilla posible; esto no quiere decir que en ocasiones no resulte traumática. De hecho, nos sucedió que de un salto de una versión a otra de WordPress, la actualización de la base de datos para el sistema de categorías y de gestión del blogroll no funcionó correctamente y el sistema daba error produciendo un fallo en la base de datos (Nuestro blog dejó de funcionar literalmente). Esto nos obligó a retornar a las copias de seguridad de las que disponíamos, perdón, las copias de seguridad que el servicio de alojamiento automáticamente producía. Este hecho que, más o menos los experimentados solventamos con mayor o menor dificultad, se me antoja imposible para aquellos que simplemente le dan al botón de PUBLICAR y se olvidan del resto, aunque tampoco ellos se aventurarán a autogestionarse sus sitios de publicación web, ni mucho menos a cambiar de plantilla.

Dicho esto, aquellos que nos aventuramos a tener un dominio propio en un servicio de alojamiento web nos enfrentamos frecuentemente a la inseguridad de si todo funcionará como se espera, ya que obviamente no tiene porqué siempre suceder así. Las actualizaciones de versiones del CMS son completamente necesarias, no podemos pasarlo por alto, ya que en las versiones antiguas suelen aparecer agujeros de seguridad que no sólo afectan al blog, sino que incluso pueden llegar a afectar otros sistemas anejos. Así, por ejemplo, Technorati anunciaba recientemente que iba a dejar de actualizar blogs que no hubiesen actualizado a versiones recientes de WordPress, su razón principal eran cuestiones de seguridad por lo que no es algo que deba dejarse aparcado durante mucho tiempo. Otras de las cuestiones que nos obligan a actualizarnos es el desarrollo de nuevos plugins, pequeñas funcionalidades que añadimos a nuestros weblogs según vamos descubriendo nuestras nuevas necesidades, y es que los plugins no se suelen diseñar pensando en versiones antiguas de WordPress.

Por supuesto que hay algunos que defienden a ultranza la no-actualización de los CMS aduciendo la depuración de las nuevas versiones – hasta que no salga la X.X.1 de la versión X.X no actualizo – o simplemente porque WordPress va creciendo y haciéndose más pesado, consumiendo recursos de los servidores, por lo que la decisión de actualizarse se aplaza. Pero, siempre llega, para fortuna o desgracia de los bloguers.

Pero, ¿qué tiene que ver lo anteriormente afirmado con la plantilla de un blog? Fundamentalmente que, al evolucionar el CMS, aparecen nuevas formas de hacer las cosas, nuevos comandos y obviamente una etiqueta que anteriormente nos servía para mostrar el blogroll puede caer en desuso y desaparecer. Por supuesto que esto también es aplicable a otros aspectos del blog como las etiquetas o los códigos en PHP que insertamos cada vez que instalamos un plugin y que dejan de funcionar porque la base de datos interna ha cambiado en su estructura. Sobre esto último señalar que, cuando se va a producir una actualización importante de WordPress, aparecen en distintas webs listas de plugins populares que funcionan y que no funcionan con la nueva versión del sistema. Por un lado, esto sirve para que los autores de los plugins actualicen sus creaciones, pero por otro nos ponen sobreaviso de que una funcionalidad específica que teníamos disponible en nuestro blog va a dejar de funcionar o puede dejar de hacerlo.

Así pues, el cambio de plantilla nos ofrece la posibilidad de limpiar los códigos de nuestros themes y, de esta manera, poder añadirles nuevas funcionalidades que antes no ofrecíamos. Por ejemplo, buscar un plugin que haga mejor las cosas (Esto nos sucedió con el plugin para la muestra de los últimos comentarios), así como rebuscar dentro de nuestro servidor y borrar antiguos plugins que utilizábamos, pero que por distintas circunstancias están obsoletos y ya hemos dejado de usar. En nuestro caso, uno que realizaba un conteo de las visitas que había recibido un post determinado.

Pero, aquí llega la puntualización, al igual que limpiamos nuestro código debemos tener presente que una nueva plantilla puede ensuciar nuestro blog si no somos cautos. Por ejemplo, una plantilla que consideramos gratuita puede llegar a salirnos cara, puesto que puede incluir enlaces que el diseñador ha introducido deliveradamente para mejorar el posicionamiento de otras webs que no tienen ninguna relación con nosotros. Estas son las plantillas denominadas Sponsored Themes que provocaron una honda controversia dentro de la blogosfera cuando Matt Mullenweg decidió eliminarlas del sitio WordPress Theme Viewer. Obviamente, estas plantillas tenían como objetivo que fuesen instaladas en el mayor número de blogs posibles para que, de esta forma, los enlaces incluidos dentro de ellas, señalasen a distintas webs que habían pagado al diseñador por su inclusión y mejorar su posicionamiento dentro de Google. Obviamente, esto puede convertirse en un arma de doble filo porque los buscadores pueden llegar a penalizarnos por ello.

Y es que el blogging nunca fue sencillo en ninguno de sus aspectos.

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Pero, ¿por qué cambiar la plantilla de un blog? (1) – Aspectos externos

Hace ya casi cuatro años que esta bitácora permanece activa y cuatro han sido las plantillas que hemos usado durante su mantenimiento. Concretamente, se ha tratado de versiones más o menos modificadas de los themes Gutenberg, Shaded Grey y, el actual, Blog Oh Blog; mientras que también hemos utilizado una plantilla concebida por nosotros mismos que llevaba por nombre Ars Nigra. Os confesaremos que, como no somos en ningún caso diseñadores, Ars Nigra se trató más bien de un “corta y pega” del código de otras plantillas para WordPress adoptando algunas ideas que nos gustaban – una nueva razón para no liberarla y permitir su descarga – tomando como base Shaded Grey. Curiosamente, la plantilla de trabajo de Ars Nigra se denominaba Fronkonsteen, en claro homenaje a estas circunstancias, y su desarrollo ha marcado sobremanera el cómo queremos que se lea nuestro blog para futuros cambios de diseño. Fruto de aquel esfuerzo, Ars Nigra estuvo con nosotros durante dos años y no fue fácil encontrar un theme sustituto que fuese digno de ella y puede que, por eso, nunca parecía que nos decidiésemos en cambiarla.

Debido a esa búsqueda de una plantilla sustituta, ya escribí el pasado mes de octubre un texto refiriéndome a algunas consideraciones que había que tomarse a la hora de escoger el diseño de un blog. Pero más allá de los colores y la disposión del texto que se adopta dentro de una plantilla, debemos tener presente algunos aspectos al instalar un nuevo theme dentro de nuestra bitácora, así como realizar algunas tareas de acomodación y limpieza del código que llevan incluido.

La razón principal del cambio de una plantilla en una bitácora es que un blog no es inamovible en el tiempo. Obviamente, sufre ciertos picos de actividad, popularidad, puede cambiar de dominio, del sistema de gestión de contenidos, puede comenzar a variar su temática, pueden incluso agregarse autores y editores, mientras que otros lo abandonan, etc. Por otro lado, los diseños web varían, los gustos evolucionan y nuestro blog también debe ser reflejo de esto. Debemos de tener presente que el diseño de un blog es lo primero que entra por los ojos de nuestros lectores y, por lo tanto, no debe de ser descuidado. Ninguna plantilla es suficiente, ni es excesiva; los bloguers mantienen un blog fijándose ciertos objetivos y aspiraciones, por lo que el diseño debe ser reflejo de todo ello.

Así pues, a continuación os ofrecemos un compendio de lo que nosotros tenemos en cuenta cuando realizamos un cambio de un theme en el blog. Tened presente que no somos diseñadores web, somos simples bloguers que realizan el trabajo que actualmente realizan miles de profesionales. Por lo que estas reflexiones no son, ni mucho menos, verdades absolutas ni hay que seguirlas a pies juntillas, son simples recomendaciones para usuarios de apié como nosotros. Por supuesto que la riqueza de la blogosfera no puede ceñirse a criterios de unos, así que simplemente os contamos lo que nosotros creemos y hacemos cuando cambiamos una plantilla.

Al no ser diseñadores, ni poder permitirnos la contratación de uno para que nos diseñe la plantilla, opción que tampoco estaría mal; realizamos nuestra búsqueda de una nueva plantilla dentro de nuestros intereses y gustos dentro de los distintos directorios web de themes para WordPress gratuitos (Por ejemplo, el oficial Theme Viewer o WordPress Themes), siguiendo siempre dos criterios:

  1. Diseño sencillo y claro. Nuestros contenidos suelen tener un enfoque serio, por lo que los colores estridentes están completamente descartados.

  2. Que la hoja de estilos (CSS) sea fácilmente editable. Después de una selección de varias plantillas y su sometimiento a votación, comprobamos cual de ellas es más facil de editar. A nosotros, nos encanta cambiar los colores, los tipos de letra, los espacios entre bloques de texto, las disposiciones de las columnas… Pero no sabemos mucho de CSS, así que si comprobamos que la edición de la hoja de estilo es complicada, solemos darnos por vencidos y pasamos a otra.

Hay que recalcar que una plantilla que nos parece atractiva, puede no serlo cuando la instalamos en nuestro blog. De hecho, acomodar continente con contenido no siempre es una tarea sencilla, por lo que puede darse el caso que instalemos un theme que puede parecernos sugerente y después decepcionarnos completamente. Un apunte, una recomendación de usabilidad es que siempre se use letra negra sobre fondo blanco para facilitar la lectura, así pues si el theme no usa letra de color negro en el texto lo deberíamos cambiar siempre. Esto último puede parecer algo obvio, pero hay gente que le atrae jugar con los colores hacia combinaciones insospechadas. Lo que me lleva a los colores de los enlaces. Otro aspecto básico es que los enlaces se distingan del texto. Puede parecer una perogrullada, pero lo cierto es que esta misma plantilla tenía el texto y los enlaces bajo el mismo color (gris), aunque los enlaces eran visibles, puesto que estaban subrayados, era muy difícil distinguir qué texto estaba enlazado y cual no.

Sobre los tipos de letras, comentar que actualmente la web está completamente ceñida a un puñado de tipografías. Es triste que sea así, ya que en el papel coexisten millones de ellas, pero que en la Red nos tengamos que conformar con muy pocas es completamente descorazonador. Así pues, personalmente nos decantamos frecuentemente por la Verdana, Georgia y Trebuchet MS, aunque no son las únicas disponibles, claro.

La composición y el número de las columnas también es interesante. Indicar que desde hace tiempo que nos gusta que el diseño del blog disponga de tres. Una, la principal, para contenido, mientras que las otras dos se repartirían el resto de elementos (Archivos, Categorías, Últimos comentarios, Últimos posts, etcétera). Mi recomendación es que se sitúen los elementos convenientemente agrupados para facilitar la navegación. Por ejemplo, yo situaría el buscador siempre en la parte más alta, porque es un elemento completamente necesario tanto para nosotros como para nuestros visitantes, después colocaría los Archivos y Categorías juntos, mientras que los Últimos Comentarios y los posts estarían unidos. El blogroll es otro de los elementos indispensables que jamás apartaría de la página principal de un blog, aunque parece que se trata de un elemento en decadencia dentro de los weblogs.

Finalmente, habría que revisar cómo están situados ciertos elementos característicos de los posts, los consabidos campos de Autor, Fecha, Categorías y Etiquetas, puesto que puede que el autor de la plantilla no haya contado con ciertos elementos que pueden parecernos atractivos o su disposición no nos interese, como por ejemplo situarlos al final del texto y nosotros queramos tenerlos al principio.

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¿Debería poner un calendario en mi blog?

En ocasiones, algún neófito dentro del mundillo de los blogs se me ha acercado y preguntado cómo podían incluir dentro de su sitio web un calendario. Siguiendo mi costumbre de responder lanzando una pregunta, les inquiría sobre su sistema de publicación y, posteriormente, les interrogaba sobre la frecuencia de publicación en sus bitácoras.

En WordPress, la etiqueta para la generación del calendario es la siguiente:

<?php get_calendar(); ?>

Y, para aquellos que quieran gestionar su agenda, también disponen de un buen montón de plugins dentro del Codex de WordPress.

No voy a negar que el calendario es un elemento de las bitácoras que me encanta, no puedo evitarlo, porque el blog es, además de un cúmulo de pensamientos, un conjunto de experiencias y malos tragos. Esta bitácora no es personal, pero eso no le resta valor a la hora de releer lo escrito en distintos momentos de mi vida en los que las dificultades parecen capaces de hundirte, aunque al final consigas sobrevivirte.

Sinceramente y desde un punto de vista meramente técnico, el calendario, a pesar de bonito, no es algo recomendable para aquellos que escriben poco; es un recurso no demasiado útil a la hora de buscar textos anteriores, para eso ya están los archivos, las nubes de tags o el propio buscador; pero que me resulta atractivo cuando me paseo por este blog, cuando visito las distintas constelaciones de posts perdidas en la infrecuencia y en el caos más absoluto, en la añoranza de un tiempo pasado que no volverá pero que siempre estará ahí.

Es cierto, el calendario puede que sea uno de los elementos más personales de un blog y, por ello, no dejaría de mostrarlo, a pesar de que no deja de sacarme los colores cuando fui inconstante o simplemente descuidado.

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Nueva actualización de WordPress. ¡Malditos geeks!

Hacía meses que no nos referíamos a una actualización del CMS con el que mantenemos este blog, WordPress, pero considero que esta ocasión lo merece. Este mes está prevista la liberación de su versión 2.3 y aunque muchos bloguers ya tienen los dientes largos ante esta actualización, nosotros somos un poco más tranquilos y no nos actualizaremos hasta que las aguas estén un poco más calmadas. Como ya sabréis, es infrecuente que nos refiramos a la forma que gestionamos las actualizaciones de este blog, nuestra última entrada al respecto se refiere a la versión 1.2, aunque también hemos publicado los plugins que utilizábamos en una ocasión anterior.

Lo cierto es que no podemos, ni debemos, tener queja de toda la comunidad que dedica su tiempo y esfuerzo para mantener actualizado y libre de fallas y bugs WordPress. Por supuesto que nada es perfecto, de hecho, ha sido calificado en alguna ocasión como Mamut, debido a la cantidad de recursos del servidor que necesitaba para funcionar, esto favoreció una versión optimizada denominada Lightpress para aquellos sitios web que preveyesen una cantidad importante de tráfico. Desde luego que no va a ser nuestro caso, sin embargo para aquellos que utilizamos WordPress disponemos de una serie de plugins que pueden facilitar que nuestros servicios de alojamiento no protesten por consumo de la CPU como WP-Cache o el más reciente 1blogcacher.

El caso es que cada vez se nos hace más complicado renovarse de una versión a otra. No vamos a negar que la actualización es sencilla de realizar, pero el ritmo de desarrollo es constante y la corrección de errores obliga a estar atento a su publicación o arriesgarse a convivir con un agujero en tu blog. Como siempre se ha dicho, el día que se idee un sistema para la actualización automática de WordPress, muchos estaremos más felices y tan sólo nos tendremos que preocupar de escribir. Mientras este sistema se perfecciona, la actualización es manual, al igual que las copias de seguridad de las bases de datos, los ficheros, etc. Dura vida la del bloguer que, en ocasiones, se despista y descubre que todo su esfuerzo ha desaparecido de un plumazo.

Pero no siempre es dejadez, en ocasiones, la propia marcha de la bitácora obliga a ir ampliando las tablas de la base de datos, la instalación de plugins con funcionalidades es otro de los aspectos a tener presente a la hora de cambiar de versión, puesto que algunos de estos añadidos dejan de funcionar o lo hacen incorrectamente. Uno de los peores momentos que vivimos fue cuando actualizamos de la versión 2.0.x a la 2.1. Simplemente, las categorías de nuestra bitácora desaparecieron ya que los desarrolladores de WordPress consideraron que no era necesario mantener una tabla para los enlaces y categorías de los posts por separado, así que las fusionaron. Nuestro resultado fue que el sistema no se actualizó correctamente y tuvimos que echar mano de nuestras copias de seguridad. Finalmente, hasta la versión 2.1.2, no conseguimos que todo funcionase correctamente, lo que entronca con otro problema, si se descubre un agujero de seguridad sólo hay una manera de taparlo y es actualizándose a la versión más reciente, lo cual a veces no es sencillo.

Nuestra próxima amenaza es la versión 2.3 que ofrece muchas novedades, por ejemplo, el cambio del sistema de categorías por Tags. Además de tener que realizar algunos cambios en las plantillas, el nuevo sistema entra en conflicto con el plugin de etiquetado que nosotros utilizamos en este blog (Ultimate Tag Warrior) y aunque las etiquetas generadas a través de este plugin se pueden exportar, creo que vamos a esperar a que mejoren el sistema no sea que nos encontremos a las 3 de la madrugada tratando de restaurar toda la bitácora mientras nos preguntamos qué puede haber sucedido y cómo solucionarlo.

En fin, que esto de bloguear es muy duro, además de encontrar tiempo para escribir, saber qué decir y cómo decirlo, tienes que preocuparte por el alojamiento y mantenerlo limpio y sin vulnerabilidades. Algo, esto último, que no sería posible gracias al esfuerzo, la dedicación y las ganas que desinteresadamente le pone infinidad de personas para que el planeta WordPress siga girando y nosotros tengamos un hueco para seguir argumentando y discutiendo. Pensando, en definitiva. Gran trabajo.

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