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Categoría: Infonomía

La economía de la información

Cualquier infonomista que se precie no puede obviar la creación de una nueva disciplina dentro de la Ciencia Económica que se dedica precisamente al estudio del efecto de la Información sobre la toma de decisiones. La Economía de la Información tiene una relación intrínseca con el desarrollo de la una sociedad post-industrial o del conocimiento. Fritz Machlup en 1962 fue el primero en considerar un nuevo paso de la economía ya que las ocupaciones que generaban conocimiento habían superado en número a las demás, de esta forma desarrolló la idea de una industria basada en el conocimiento. Pero sería en 1977 cuando Marc Uri Porat midió y estimó el alcance de esta economía, y describió este sector emergente como economía de la información. Finalmente, cuando la tecnología posibilitó la producción sin límites de copias exactas de textos, imágenes, sonido, video y otros materiales de información, esta economía de la información creció rápidamente.

Porat clasifica el sector de la información en dos sectores, el sector primario de la información y el sector secundario de la información. Los trabajadores del sector primario de la información son aquellos que se relacionan casi totalmente con la creación o gestión de la información como los científicos, escritores, bibliotecarios, etc. Por otro lado, los trabajadores del sector secundario de la información serían aquellos que trabajan principalmente en cuestiones no relacionadas con la información, pero cuya labor implica un trabajo de información como aspecto secundario. Estos últimos son los trabajadores de empresas e industrias que no son de la información, pero generan información para uso interno en la producción de mercancías agrícolas o industriales.

Finalmente, la economía de la información enfoca tres áreas :

  1. El estudio de la asimetría de la información.
  2. Economía de bienes de información.
  3. Economía de tecnología de la información.
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Bien Informacional

El bien informacional es un bien de experiencia particular que se caracteriza porque los consumidores tienen que pasar por la experiencia de probarlo para poder evaluarlo. Por ejemplo, desconocemos si el periódico que hemos adquirido hoy o la última película de nuestro director favorito merecerán su precio hasta después de haberlos disfrutado. Además, un bien informacional es un bien de experiencia continuo ya que lo es en todas las ocasiones en que es consumido.

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Infoxicación (intoxicación de información)

Esta idea de la infoxicación (information overload) se refiere a la sobresaturación de información, ruido-interferencia, la cual incluso puede llegar a generar angustia en el usuario por no sentirse en condiciones de encontrar la información buscada. «Todo este fenómeno de multiplicación de la cantidad de información que exite en el mundo se ha venido a llamar la ‘explosión de la información’, aunque más bien debería llamarse la ‘explosión de la desinformación’, indigerible y confundidora»

COBO ROMANÍ, Cristóbal; PARDO KUKLINSKI, Hugo. Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food. Barcelona: Universitat de Vic, 2007. p. 74

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«De la Vigilancia Tecnológica a la Inteligencia Competitiva» de Pere Escorsa y Ramón Maspons

Pere Escorsa  es un profesional bien conocido en el mundo de la Vigilancia Tecnológica en España, es consultor y profesor en la Universitat de Barcelona, fundador de la empresa Iale Tecnología. Por otro lado, Ramon Maspons es consultor y profesor de la asignatura de Inteligencia competitiva de la licenciatura en Documentación de la Universitat Oberta de Catalunya.  Este libro De la Vigilancia Tecnológica a la Inteligencia Competitiva [ISBN: 84-205-3057-3] está considerado como la "Biblia" dentro de este campo en España, así que poco podría añadir sobre él salvo que cualquier documentalista que quiera ampliar sus conocimientos dentro de esta ciencia debería, al menos, echarle un vistazo.

Porque como se descubrirá según se avance en la lectura del libro, se trata de dos ingenieros que están hablando de hacer Documentación enfocándose en el sector empresarial. Obviamente, van un poco más allá de las tareas tradicionalistas de los documentalistas, pero básicamente abordan tareas que los profesionales de la información conocen y son, en teoría, expertos. Así, los autores en distintos capítulos del texto nos explican el funcionamiento del mercado de las bases de datos de artículos científicos, lo que es la bibliometría y la cienciometría, el diseño de mapas tecnológicos o análisis de patentes. Tareas, en definitiva, que bien podrían desempeñarlas los documentalistas que debido a su poca inserción en el mundo empresarial pasan completamente desapercibidos.

Por otra parte, nos hallamos ante un documento ameno e introductorio, que aborda los principales conceptos que pasan de la Vigilancia Tecnológica eaInteligencia Competitiva sin excesivos tecnicismos, pero que guían y clarifican qué es y qué no es una cosa y la otra, cómo y cuándo se deben desempeñar estas actividades y cuál es su fin. Algo que es de agradecer puesto que algunos confunden Vigilancia con espionaje, algo que ni se le acerca, por supuesto, ya que no se trata de eso. Así pues es un libro que defiende que las empresas se preocupen de recabar, procesar y analizar la información desde todas las fuentes que puedan hallarse disponibles, algo que no siempre se hace ni se considera necesario realizar, aunque es necesario para su superviviencia a medio y largo plazo dentro de la Sociedad Post-Industrial en la que nos hallamos.

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Inteligencia Competitiva & Gestión del Conocimiento

La Inteligencia (Competitiva) se ocupa de captar la información estratégica del exterior de la empresa, con un propósito anticipativo. La Gestión del Conocimiento se orienta, sobre todo, a inventariar y organizar los conocimientos acumulados en el pasado de forma que puedan ser compartidos. Ambos enfoques son complementarios por lo que su fusión es inminente.

ESCORSA, Pere; MASPONS, Ramón. De la Vigilancia Tecnológica a la Inteligencia Competitiva. Madrid: Prentice Hall, 2001.

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Las Power Laws de la Bibliometría

En este blog, no vamos a negarlo, no somos expertos en Bibliometría (parte de la cienciometría que aplica métodos matemáticos y estadísticos a toda la literatura de carácter científico y a los autores que la producen, con el objetivo de estudiar y analizar la actividad científica), para eso ya está la troupe de Álvaro Roldán, sin embargo queremos señalaros, como curiosidad nada más, las leyes bibliométricas que reflejan, de nuevo, la existencia de leyes de potencia dentro de esta área de conocimiento. Las leyes de las que vamos a hablar son las leyes de Bradford y la de Lotka, bien conocidas por los bibliómetras pero que pueden pasar desapercibidas para el resto de los bibliotecarios e incluso para los documentalistas.

La ley de Lotka o de la productividad de los autores (1926) afirma que en una determinada especialidad unos pocos autores publican un gran número de artículos mientras que el gran número de autores restantes publica muy poco. Lotka comprobó que el 50% de los trabajos de un área sean publicados por cerca del 10% de los autores totales, un 25% por un 15% de autores y el restante 25% de textos por un 75% de autores.

Mientras que la Ley de Bradford o de dispersión de la literatura científica (1934) exponía que un pequeño número de revista sobre una determinada disciplina reunía la mayor parte de los artículos. De esta manera, una pequeña parte de las publicaciones aunarían la mayor parte del prestigio, concentrando una gran parte de los trabajos más interesantes, mientras que el resto de textos se encontrarían dispersos en publicaciones de diversa índole.

Finalmente, como apunte y cerrar este texto, señalaros  la tercera ley sobre la que se fundamenta la bibliometría es la Ley de Price o del crecimiento exponencial. Según esta ley, el número de publicaciones científicas que hay en el mundo crece de manera exponencial. Dicho crecimiento es tal, que cada 10-15 años la información existente se duplica con un crecimiento exponencial, aunque esto depende en gran medida del área de conocimiento de la que se trate.  Sin embargo, no sólo la literatura científica crece de forma exponencial, sino también lo hace el número de investigadores, por lo que la primera conclusión que obtuvo Price del crecimiento exponencial fue la contemporaneidad de la ciencia. Esto es un porcentaje que nos dice cómo se encuentra la ciencia actual respecto del conjunto de las demás épocas.

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Once pecados en la Gestión del Conocimiento

  1. No definir suficentemente lo que se entiende por conocimiento o no explicar de forma clara el propósito de la empresa.
  2. Poner énfasis en el almacenamiento de conocimientos en detrimento de su flujo.
  3. Considerar el conocimiento como algo externo a las mentes de los miembros de la organización.
  4. No comprender que el propósito de la Gestión del Conocimiento es conseguir que éste sea compartido.
  5. Prestar poca atención al conocimiento tácito
  6. Separar los conocimientos de su uso.
  7. Menospreciar el pensamiento.
  8. Dar más importancia al pasado y al presente que al futuro.
  9. No dar la suficiente importancia a la experimentación.
  10. Sustituir el contacto humano por el contacto tecnológico.
  11. Intentar desarrollar medidas directas del conocimiento.

FAHEY, L. PRUSAK, L. The eleven deadliest sins of Knowledge Management. California Management Review, Vol.40, Nº 3 1996.

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