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Categoría: Biblioteconomía

Razones para la infoxicación

Siete razones por las que acabamos infoxicados:

  1. Recogemos más información de la necesaria para apoyar la competencia y nuestras razones a la hora de tomar decisiones.
  2. Recibimos una gran cantidad de información que no hemos solicitado ni nos es útil.
  3. Buscamos más información de la necesaria para tratar de comprobar que la que se tiene es la correcta.
  4. Necesitamos demostrar nuestra justificación de decisiones.
  5. Recogemos información por si pudiese ser útil en un futuro.
  6. Se va a lo seguro y tratamos de obtener toda la información posible sobre un tema.
  7. Nos gusta utilizar la información como moneda de cambio para no quedarnos atrás respecto a nuestros colegas.

EDMUNDS, Angela; MORRIS, Anne. The problem of information overload in business organisations: a review of the literature. International Journal of Information Management Vol. 20 (2000), p. 17-28

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A vueltas con la gestión del conocimiento

Los términos Sociedad del Conocimiento y Gestión del Conocimiento se han convertido en tan habituales que no es infrecuente que nos encontremos incluso con escritores que se atrevan a dar una definición de ellas sin errar el disparo. Por otro lado, los medios de comunicación también han tratado de acercarse a estos conceptos, así, por ejemplo, tenemos que el periódico La Vanguardia ejemplifica el concepto de la gestión del conocimiento con un gráfico.

 

 

Por nuestro lado, los profesionales de la información también aportan su granito de arena aportando una visión crítica. De este modo, Daniel Becerra no tenía ningún problema en asegurar en la lista de distribución Iwetel que "la gestión del conocimiento simplemente es organizar la información y moverla. Sólo que esto no queda demasiado esnob y, por lo tanto, tenemos que sustituir ‘organizar la información’ por ‘gestionar la información’, y ‘mover la información’ por ‘gestionar el conocimiento’".

Lo cierto es que la gestión de intangibles, la gestión de saberes, la gestión de conocimiento, todos aquellos sinónimos que queramos aportar; debe abordarse desde cuatro puntos de vista muy distintos: El empresarial, el humano, el tecnológico y el documental. De hecho, si acudimos a cada una de las disciplinas encontraremos una visión distinta, pero lo importante es ser consciente de que si uno de estos fallase, la gestión del conocimiento fallaría estrepitosamente porque no se entiende una gestión documental sin un soporte informático, una visión de utilidad dentro de la organización y un destinatario que es el trabajador o usuario.

Personalmente, considero que el gráfico de La Vanguardia es incorrecto porque olvida uno de los componentes y es que hay que convencer a las personas de que deben realizar una correcta gestión de la información, pero además es completamente necesaria la evaluación continua del sistema para que, cuando las necesidades de información cambien, el sistema de gestión se transforme con ellas y se adapte al nuevo entorno.

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AENOR no sigue las normas

Según reza en la propia página de AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), entidad dedicada al desarrollo de la normalización y la certificación en todos los sectores industriales y de servicios, las normas son "documentos de aplicación voluntaria que contienen especificaciones técnicas basadas en los resultados de la experiencia y del desarrollo tecnológico. Las normas son el fruto del consenso entre todas las partes interesadas e involucradas en la actividad objeto de la misma. Además, debe aprobarse por un Organismo de Normalización reconocido" – en el caso de España, AENOR-.

Sin embargo, me resulta muy curioso que desde el propio organismo se haga caso omiso a ciertas normas, a pesar de que como ya hayamos señalado anteriormente tengan un carácter voluntario en su aplicación. De esta forma, consultando la norma UNE 166006:2006 EX – Gestión de la I+D+i: Sistema de Vigilancia Tecnológica, de la que se realiza una reseña en la revista El Profesional de la Información,  descubro que se hace caso omiso a la norma UNE 50104:1994 – Referencias bibliográficas. Contenido, forma y estructura. Sólo hay que echarle un vistazo a las referencias bibliográficas de esta norma para percatarse de su irregular redacción:

Bibliografía de la UNE 166006:2006 EX

Sencillamente, desde un punto de vista obvio para cualquier bibliotecario y documentalista, al menos en los documentos de esta organización se debería seguir a las propias normas que publican, aunque se trate de  una aplicación voluntaria.

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Glosario sobre auditorías de información

Actividades de apoyo
Procesos en los que se pueden segmentar las actividades estratégicas de una empresa para facilitar la consecución y seguimiento de éstas.

Actividades primarias
Actividades asociadas a la funciones nucleares, básicas o fundamentales, de una organización. También se denominan core business.

Análisis de necesidades de información
Proceso planificado, sistemático, para determinar las necesidades de información de los diferentes grupos de usuarios o clientes con el objetivo de desarrollar productos de información dirigidos especialmente a cada grupo y necesidad.

Auditoría
A grandes rasgos, conjunto de métodos y técnicas con los que se pretende estudiar, descubrir, identificar y evaluar algo.

Auditoría contable
Proceso de auditoría que consiste en examinar los registros contables de una empresa para revisar irregularidades y asegurarse de que se ofrece una imagen fiel del patrimonio de la empresa. También denominada auditoría financiera o auditoría externa.

Auditoría de gestión
Véase auditoría interna

Auditoría de la calidad
Examen independiente y sistemático para determinar si las actividades de calidad y los resultados relacionados con éstas cumplen las medidas planificadas, y si estas medidas se llevan a la práctica de modo eficaz y son adecuadas para alcanzar los objetivos.

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¿Ley de la termodinámica informacional?

Revisando algunos números atrasados de la revista El profesional de la información, descubro un artículo breve de Alfons Cornella con el sugerente título: Ley de la termodinámica informacional. Como ex – estudiante de Químicas no puedo nada más que levantar la ceja y sonreír imaginando los sudores fríos de los futuros estudiantes de Biblioteconomía y Documentación que tanto sufren con las asignaturas matemáticas como la Estadística.

Porque la Termodinámica (Rama de la física que estudia la energía, la transformación entre sus distintas manifestaciones, como el calor, y su capacidad para producir un trabajo) no es precisamente una de las asignaturas más sencillas de la Física o de la Química, ¿alguna lo es?, aunque sus leyes son bien conocidas por todos:

Ley cero de equilibrio
Si dos objetos A y B están por separado en equilibrio térmico con un tercer objeto C, entonces los objetos A y B están en equilibrio térmico entre sí.

Primera ley
La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

Segunda ley – Enunciado de Clausius
Es imposible construir una máquina cíclica cuyo único efecto sea la transferencia continua de energía de un objeto a otro de mayor temperatura sin la entrada de energía por trabajo.

Tercera ley
No se puede llegar al cero absoluto mediante una serie finita de procesos.

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Los bibliotecarios y las bibliotecas en la publicidad

Imagino que en las facultades de información y comunicación social se seguirá utilizando el mismo ejemplo, conocido por todos, para ilustrar la diferencia entre lo que es noticiable de lo que no lo es. El ejemplo, para aquel que lo desconozca, señala que si un perro muerde a un hombre, el hecho en sí no es noticia; pero si sucediese lo contrario, es decir, si el hombre fuese el que mordiese al perro sí que sería reseñable en un medio de comunicación.

Siendo un tanto malévolos, y trasladándolo a nuestro mundo de libros, podríamos aducir que si un bibliotecario se emborrachase podría pasar por noticia, considerando la imagen que este colectivo (de personas planas, serias y aburridas) arrastra desde hace tiempo. La razón de esta equivocada consideración puede que nazca de antaño, cuando los bibliotecarios eran personas que, además de catalogar y organizar la colección, debían preservar fervientemente las colecciones que custodiaban, llegando al extremo de condenar con miradas censoras y disgustadas a todo aquel que tratase de maltratar algún libro o sufriese de cierta tendencia a crear escandaleras innecesarias en uno de los templos del saber y, por ello, del silencio. Una profesión muy sosa, en suma.

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Crónica de una biblioteca rural

La necesidad agudiza el ingenio: Convertir una pequeña biblioteca en un lugar dónde cada lector encuentra su libro, cada niño su cuento, cada adolescente su película (¿para qué va a leer un adolescente el libro si existe en película?)… es lo que ha logrado Isabel García en la biblioteca municipal de Villagarcía del Llano (Cuenca).
 
Este pequeño pueblo, de unos 1000 habitantes, cuenta desde 2003 con una biblioteca de escasos 40 m., donde los lugareños pueden ocupar su tiempo de ocio ojeando la prensa (un periódico nacional, otro deportivo y una revista para jóvenes); leyendo uno de los cerca de 1500 libros de que dispone; escuchando o visionando alguno de los CD o DVD; o, simplemente, comunicándose con todo el mundo a través de Internet.

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