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Categoría: Biblioteconomía

En la publicidad también hay que documentarse

No me voy a aventurar a definir lo que es exactamente la Documentación Publicitaria cuando puedo echar mano de gente mucho más sesuda y que seguramente habrá escogido unas palabras mucho más doctas de las que yo podría usar jamás. Así que permitidme que os recoja algunas de las definiciones que se han ido realizando a lo largo del tiempo:

Aquella parte de la Documentación que tiene por objeto el estudio del proceso de transmisión de las fuentes publicitarias para la obtención de nuevos conocimientos en la investigación publicitaria.
LOPEZ YEPES, José. La documentación como proceso informativo aplicaba a la enseñanza y al ejercicio profesional del comunicador publicitario. Publitecnia, 51-52 (1979), p. 50.

Es aquella parte de la Documentación General que tiene por objeto el estudio del proceso de recuperación, selección, transcripción, análisis y difusión de las fuentes publicitaras, para la obtención de nuevos conocimientos en la investigación de la Comunicación publicitaria y en el seno de la empresa publicitaria.
MARTÍN MARTÍN, Fernando. La documentación publicitaria. Automatización del centro de documentación. Madrid: Unión Editorial, 1987. p. 68

La documentación publicitaria es un proceso de carácter metodológico, técnico y práctico al servicio de la empresa publicitaria, del investigador y del creativo, mediante la organización y la gestión de las distintas unidades que forman el sistema de información especialmente de los archivos técnicas (…) y de la difusión de las fuentes de información especializada.
MALALANA UREÑA, Antonio. La Documentación en Publicidad. En Teoría y práctica de la documentación informativa. Barcelona: Ariel, 2002. p. 90

Debo de aclarar que la Documentación Publicitaria va mucho más allá de la verificación de datos para la realización de un anuncio, por ejemplo también es importante para obtener información sobre un nicho de mercado y gestionarla. Pero en ocasiones puede resultar un tanto restrictiva para el creativo, aunque esto último no quiere decir que finalmente el creativo disponga de la última palabra a la hora de realizar su trabajo con total libertad.

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Estudia periodismo… y Documentación Informativa

La Universidad Cardenal Herrera-CEU de Valencia promociona a los futuros estudiantes universitarios la posiblidad de estudiar la carrera de Periodismo de una forma muy curiosa. Curiosa porque utiliza, tal vez, una de las asignaturas más complicadas a la que los futuros periodistas tendrán que enfrentarse: Documentación Informativa.

De esta forma, el anuncio de radio comienza con la voz de una profesora dando la bienvenida a la materia de Documentación Informativa para saltar inmediatamente a la explicación de lo que es la CDU (Clasificación Decimal Universal) y mientras su voz se apaga en la lejanía, un locutor comenta que todo parece complicado al principio aunque en esta universidad tienen las mejores instalaciones y los mejores profesores para una correcta formación.

¿La Documentación utilizada para vender una carrera universitaria? ¡Háyase visto!

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Declaración de los Derechos de las Bibliotecas

En 1939, Estados Unidos celebraba el 150º Aniversario de su Declaración de Derechos, las diez enmiendas a la Constitución que promulgaron las libertades básicas de sus ciudadanos en la Constitución Federal. Aquel año, la American Library Association (ALA) proclamó The Library Bill of Rights que reflejaba la interpetración que las bibliotecas hacían de la Primer Enmienda de la Constitución en la que se defendía la libertad de expresión y de religión. La Declaración de Derechos fue adoptada el 18 de junio de 1948 y enmendada el 2 de febrero de 1961 y el 23 de enero de 1980.

La ALA afirma que todas las bibliotecas son foros abiertos para la información y las ideas y que las siguientes normas básicas deben dirigir sus servicios.

  1. Con el fin de satisfacer el interés de sus usuarios y darles acceso a todo tipo de información, toda biblioteca debe poner sus libros y otros recursos a la disposición de todos los integrantes de la comunidad a la cual sirve.
  2. Toda biblioteca debe proveer información y materiales que representen todos los puntos de vista sobre temas históricos y de actualidad. Ningún material debe ser prohibido ni retirado de circulación por motivos doctrinarios o partidistas.
  3. En su misión de proveer información sin restricciones, toda biblioteca debe enfrentarse a todo acto y tipo de censura.
  4. Toda biblioteca debe cooperar con todos los individuos y grupos interesados en oponerse a cualquiera restricción a la libre expresión y el libre acceso a las ideas.
  5. No se le debe negar a ninguna persona el derecho de usar la biblioteca por motivos de origen, edad, antecedentes personales o punto de vista.
  6. Toda biblioteca que cuente con espacio disponible para exhibiciones o reuniones públicas, debe ofrecerlo en forma equitativa, sin tener en cuenta la creencia o afiliación de los individuos o grupos que soliciten su uso.
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Ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana

Diari Oficial de la Generalitat Valenciana núm. 5280. Miércoles, 14 de junio de 2006

LEY 6/2006, de 9 de junio, de la Generalitat, de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana. [2006/7120]

Sea notorio y manifiesto a todos los ciudadanos, que Les Corts han aprobado, y yo, de acuerdo con lo establecido por la Constitución y el Estatuto de Autonomía, en nombre del Rey, promulgo la siguiente ley:

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Aprobada en les Corts Valencianes la ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios

Les Corts Valencianes aprobaron hoy, por 75 votos a favor y 6 en contra, el proyecto de ley de creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de la Comunitat Valenciana, al que deberán adscribirse los diplomados en Biblioteconomía y Documentación y los licenciados en Documentación. […]

La norma también permite que se incorporen al Colegio aquellos profesionales, que sin estar en posesión de las titulaciones citadas, acrediten una experiencia profesional de dos años como bibliotecarios, documentalistas o profesionales de la documentación en bibliotecas, sistemas bibliotecarios o centros de documentación, así como los profesores de biblioteconomía y documentación. […]

[+ Info]

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La conspiración alfabética

De manera inconsciente, cuando nos disponemos a consultar cierto tipo de documentos –diccionarios, enciclopedias, guías telefónicas…–, damos por hecho que el ordenamiento alfabético y, por tanto, la búsqueda alfabética de un determinado concepto, son los más adecuados en obras con información tan variada y amplia como las mencionadas. Pero en el caso de las enciclopedias, la estructuración de sus contenidos mediante entradas ordenadas alfabéticamente no es algo tan innato como pudiéramos pensar y supuso toda una revolución cuando fue utilizada en L’Encyclopédie ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers de Diderot y d’Alembert, en 1758.

Las enciclopedias (del griego enkyklios paideia, "en un círculo de instrucción"), desde la antigüedad, han pretendido dar una determinada visión del mundo recopilando todo el saber humano; pero tras la invención de la imprenta en 1455, en que se desarrolló una industria editorial que impulsó la producción y transmisión del conocimiento, se hicieron cada vez más necesarias para guiar a sus lectores entre el increíble maremágnum de conocimientos ante el que se encontraban.

Hasta el siglo XVII con L’Enciclopédie, el ordenamiento alfabético de los contenidos en las enciclopedias no era habitual, como sí lo es hoy en día, sino un sistema subordinado que servía de apoyo al principal para facilitar la búsqueda. Las enciclopedias en el mundo occidental –ya que otras culturas estructuraban sus conocimientos a veces de forma muy particular–, seguían una organización temática influenciada por su esquema de enseñanza.

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Qué es fuente de información en Internet

Puede llegar a suceder que un profesor de secundaria descubra que los trabajos sobre la lectura del libro Lazarillo de Tormes de sus alumnos son en su mayor parte clones los unos de los otros. Y no es que los estudiantes se hayan lanzado a la desventura de copiarse los unos a los otros, ya se trate mediante a el cada vez más decayente mercadeo de disquetes, correos electrónicos o la más actual puesta en común en el Messenger; simplemente sucedió que teclearon la misma frase en el mismo buscador y acudieron a la misma fuente sin contemplar otras alternativas.

Desde luego que la reiterada torpeza cometida por los jóvenes al no contrastar y enriquecer sus fuentes no es del todo culpa suya, ya que los buscadores de Internet son una herramienta universal, rápida y en muchas ocasiones eficaces; pero en general el ser humano gusta de dejarlo todo para el último momento por lo que la visita a una biblioteca y sus diversas fuentes queda casi descartado cuando el trabajo hay que entregarlo para el día siguiente. Sin embargo, la utilización de Internet como una fuente de información para ciertos trabajos constituye un arma de doble filo y debemos ser cuidadosos a la hora de escoger qué documentos nos son útiles y cuáles no.

Como es bien sabido, la fiabilidad y el rigor de las fuentes de Internet deben ser tenidas en cuenta a la hora de citarlas y la red de redes no es una excepción, así que María Rubio Lacoba nos ofrece en el libro Teoría y Práctica de la Documentación Informativa (ISBN: 84-344-1293-4) algunas pistas para poder identificar lo que puede ser considerado como fuente, o no, en Internet.

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