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Oposiciones: ¿Callejón sin salida?

Como siempre nos recuerdan, Biblioteconomía y Documentación dispone de un amplio abanico de salidas profesionales, pero en realidad la más socorrida y deseada es la de las oposiciones. Por suerte, uno de los aspectos en los que se ha mejorado en los últimos años a la hora de optar a las pocas plazas de empleo público en Archivos, Bibliotecas y Centros de Documentación que se ofertan, es la inclusión de los titulados en Biblioteconomía y Documentación dentro de sus bases. Aunque pueda parecer obvio ya que dichos titulados son los realmente especializados en estas materias, hasta no hace mucho estas plazas eran ofertadas exclusivamente para licenciados en otras carreras como Historia, Geografía, Filología o Filosofía. Ahora, sin embargo, son los Diplomados en Biblioteconomía y Documentación y los Licenciados en Documentación los que realmente tienen más posibilidades de conseguirlas.

Personalmente, nunca me había presentado a unas oposiciones pero, dado el panorama profesional poco halagüeño al que me enfrento, he decidido tratar de presentarme al mayor número posible de ellas. Todos conocemos lo complejo que resulta ser adjudicatario de una plaza, no es algo que se consiga a la primera, sino que es más bien una cuestión de paciencia y perseverancia. Para esta primera vez, la paciencia y la dedicación era lo único que me faltaba, puesto que mi mente se encontraba en otros proyectos. Así que me planteé una meta realista: adquirir cierta experiencia en el mundillo del opositor e intentar, dentro de lo posible, entrar en la bolsa de trabajo.

Como imaginaréis, la preparación para una oposición es una tarea ardua y compleja, en la que el factor tiempo es muy importante, y la recopilación y el estudio de los materiales se llevan gran parte de ese tiempo. Hay muchas formas de obtener ese material: Por Internet, mediante academias que se dedican a ello o acudiendo a librerías especializadas. En mi caso, con sólo dos semanas para preparar el temario (sí, sólo dos), decidí centrarme en la parte correspondiente a legislación. Su contenido giraba en torno a la Constitución Española, estatutos de la institución convocante, leyes varias, etc. Y, a pesar de que conseguí algo por Internet, la verdad es que gracias a maravillosos compañeros que me prestaron el temario dispuse de la legislación que necesitaba. Respecto al temario propio de la carrera, decidí utilizar los diversos manuales de los que disponía. En realidad, a la hora de estudiar, debido a la escasez de tiempo sólo pude leerme la legislación (el bloque menos grato para el estudio y el tema que más desconozco).

Afortunadamente, parece ser que los sábados por la mañana son los días idóneos para realizar oposiciones. De esta forma las personas que trabajan no deben pedir permiso para poder realizar los exámenes y se evitan el hecho embarazoso de decir a sus preciados jefes que no están muy felices con el puesto que ocupan y que van a opositar. En mi caso, desgraciadamente eso no constituía un problema, y me dispuse a realizar el primer examen de la oposición una hermosa mañana de sábado.

Llego al edificio donde tengo que examinarme y, entre un cúmulo de gentes de diversas edades, comienzo a ver caras conocidas: compañeros de fatiga en la carrera, gente con la que he coincidido al presentarme a becas y entrevistas de trabajo. Curiosamente, siempre se repiten las mismas caras. Mientras esperamos, nos ponemos al día, nos contamos cómo nos va: algunos pocos trabajan pero necesitan algo mejor y por eso se presentan a la oposición, otros simplemente no tienen nada. Poco a poco, se van formando corros en torno a temas como el trabajo y las salidas de las que disponemos. Mientras hablamos de los elementos comunes de desdicha, me doy cuenta de la poca oferta laboral existente en la ciudad de Valencia, con lo cual la sensación de estancamiento laboral que ya sentía se afianza en mi mente.

Se acerca la hora y, mientras acaban las conversaciones, nos vamos situando para ser llamados a las aulas y poder realizar el examen. Muchas caras nerviosas y con ilusiones esperan pacientes ser llamadas. ¿Os habéis presentado al examen teórico del carnet de conducir? Pues sentía la sensación de estar en la misma situación, el procedimiento es el mismo: llaman uno a uno, pronuncian tu nombre y una vez enseñado el DNI, ya puedes entrar en el aula y tomar asiento.

Una vez en mi sitio, cierta sensación de pesimismo se apodera de mí por las conversaciones que acabo de oír y el panorama actual que hace que las oposiciones se vean como la «tabla de salvación» del profesional de Documentación. Pero poco a poco mi mente se centra en lo que va diciendo la funcionaría que nos da los exámenes: el examen debe realizarse obligatoriamente en lápiz, así que, si no dispones de uno, ellos te entregarán el adecuado (justo un tubo de pigmentación lineal del numero 2); se da la opción de poseer el examen en valenciano o castellano; se revisan las hojas y el numero de preguntas de cada hoja (para solventar errores). Y una vez acabada esta metódica preparación previa, me enfrasco en el examen.

En el examen hay preguntas de todo tipo: preguntas estándar de documentación que sí parecen dispuestas para los que han cursado la carrera, preguntas propias de la institución y su funcionamiento, preguntas de legislación que a mi pesar son las más difíciles de contestar, etc. En definitiva, un torbellino de ochenta preguntas de distintos niveles de dificultad. También, como en el examen de conducir, son preguntas de tipo test, con opciones de respuesta múltiple y, aunque sé que las respuestas erróneas penalizan, me arriesgo cual kamikaze y contesto a todas las preguntas.

Finaliza el examen, todos vamos saliendo y escucho comentarios de diversa índole: sobre la dificultad o no de las preguntas, sobre la falta de preparación para el examen… Algunos están contentos y creen que tienen posibilidades de aprobar, incluso con nota; otros, como yo, ni siquiera estamos seguros de poder entrar en bolsa y confiamos en las próximas oposiciones, mejor estudiadas, con más experiencia y con la lección aprendida: «No contestes a lo que no sepas». Veo que muchos seguirán todavía en el aparente callejón sin salida de la falta de trabajo, el mismo en el que yo me muevo.

En definitiva, no veo que el tráfico avance…

Publicado en Biblioteconomía

12 comentarios

  1. Julio se estrena con un post sincero sobre la situación del mercado laboral de los documentalistas/Bibliotecarios en Valencia y especialmente sobre las oposiciones.

    Después de éste, ¡a ver cuántos posts más nos dejas!

  2. Julio Ruiz Julio Ruiz

    Ya veremos, ya veremos… 🙂

  3. Bueno espero que tengas suerte 😀

    Yo por mi parte, en un principio no tenía para nada pensado opositar… y ahora aquí estoy, esperando que salgan de una maldita vez las oposiciones a la complutense… (esto me recuerda a Asterix: Verás mundo me decían… o lo que es lo mismo: Tiene salidas profesionales me decían….)

  4. Julio Ruiz Julio Ruiz

    Gracias Yavanna, espero que las oposiciones de la complutense salgan pronto y puedas presentarte.

  5. Paco Paco

    Julio creo q has aprendio la leccion, eso de no contestar lo q no se sabe, parece logico. Pero te recuerdo q no es todo entrar en una bolsa de trabajo, y ademas a una de esas q somos 300 personas, si ya lo se, direis, q egoista encima se queja, pero en serio, si nos planteamos un poco el futuro, de q sirve estar en una bolsa, para cubrir enfermedades de 2 o 3 semanas, eso es un futuro…
    Para eso hemos estudiao una licenciatura…

    Ademas eso no es todo, si tienes la suerte de pasar los examenes, despues viene el maldito concurso, que esa es otra; si hay te vale la experiencia que has adquirido en la bolsa, pero no debemos de olvidar q el mundo del opositor es largo y hay verdaderos profesionales (en el buen sentido) y a esos no se les gana tan facilmente.

    Y bueno, q Julio no te desanimes y ya sabes, es cuestion de suerte y a estudiar…

  6. Julio Ruiz Julio Ruiz

    si Paco, es todo una serie de dificultades: primero intentar entrar en bolsa para poder tener «experiencia» en los concursos, y después de varios años de tira y afloja, ser un «profesional» de las oposiciones y tener suerte en ellas.
    Saludos

  7. Ánimo Julio todo irá mejor en el siguiente examen. Pero ya sabes si vas en plan kamikaze, respondiendo a todas las preguntas, lo normal es no acabar muy bien.

    🙂

  8. […] En el sector público las expectativas no son mucho mejores: tan sólo somos una cantera casi inagotable de auxiliares de biblioteca altamente cualificados. Sí, hay que ser realistas, nuestras mejores opciones laborales, o al menos las más numerosas, son optar a un puesto de auxiliar de biblioteca, de documentación o de archivo, a través por supuesto de la pertinente oposición. […]

  9. ¡Hola Julio!

    Tienes una manera de escribir fantástica.
    Empecé a leer lo que escribiste y no queria parar…
    Espero que no te desanimes y confies en tu potencial…

    Un abrazo

  10. Julio Ruiz Julio Ruiz

    Muchas gracias Fily por tu comentario, pero vamos la situación sigue igual…
    también volveré a escribir otro post un día de estos, pero vamos no me prodigo mucho en el blog como ves. Pero comentarios como el tuyo ayudan a tener ganas de hacerlo.

Los comentarios están cerrados.