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Etiqueta: Blogging

El blog y su discontinuidad

A aquellos que hemos estudiado la lengua inglesa, los profesores nos suelen advertir de la existencia de determinadas palabras que pueden ser consideradas false friends (falsos amigos) o cognates (cognados) y son términos que por escribirse de la misma forma (o parecida) en español son confundidas, pero que en realidad en inglés significan otra cosa, y que nos pueden llevar a disgusto cuando realizamos un examen.

To discontinue es una de ellas y últimamente me la encuentro sobre todo cuando los blogs hacen referencia a servicios o programas que las empresas desarrolladoras abandonan. Según la Real Academia de la Lengua Española, discontinuo significa “interrumpido, intermitente o no continuo”, dejando la puerta abierta al restablecimiento de aquello que ha perdido su continuidad. Sin embargo, To discontinue significa "Interrumpir o suspender" de forma literal lo que no priva a los bloguers a trasladar el término a sus textos sin tener en cuenta el cognado.

Así, por ejemplo, una persona que haya leído las últimas noticias sobre Microsoft le habrá parecido que últimamente se encuentra en un estado completamente discontinuo, ya que además de abandonar su servicio de digitalización y consulta de libros, Live Search Books, también interrumpe el servicio de distribución de música digital, MSN Music, dejando a más de uno con cara de pardillo porque las canciones que compró a Redmond, tienen fecha de caducidad.

Hecha esta aclaración, anunciaros que los blogs también disponen de períodos de discontinuidad, en ocasiones por la propia incomparecencia de sus autores o simplemente por la dejadez de los alojamientos donde se hallan. Qué decir cuando un bloguer trata de publicar un texto intentando acceder a su bitácora pero ésta se encuentra caída aumentando su frustración. Dependiendo del hosting, esto puede ser usual o muy extraño, pero a todos se nos pasa por la cabeza la desazón sobre cuál habrá sido la suerte de la bitácora o, peor y posible, de la empresa que lo aloja (Que de todo hay).

En la mayoría de las ocasiones, no se suele pasar a mayores y el servicio se reestablece tras unas horas, sin embargo no hay mayor frustración para un bloguer que un post interruptus, cuando lo tienes todo listo para publicar pero por una razón u otra, no puedes hacerlo o pierdes todo tu texto. En nuestro caso, a veces, aunque cada vez menos, nuestro blog ha llegado a estar inaccesible durante horas, o incluso durante fines de semana completos, lo cual nos molesta soberanamente puesto que pagamos por que se nos ofrezca un servicio, aunque las comodidades sean muchas y las incomodidades discontinuas.

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Cuando perdemos un suscriptor

Seamos sinceros, lo primero que hace un bloguer cuando enciende su ordenador y abre su navegador es consultar sus estadísticas para empezar el día. Ummm. De acuerdo, puede que me equivoque, puede que lo primero sea mirar el correo, pero entonces estoy seguro que el ego lo deja en un segundo lugar. Sin embargo, las estadísticas de accesos son, en ocasiones, un tanto injustas en cuanto a los seguidores que un sitio web pueda llegar a tener. De hecho, los blogs, que tienen configurados los feeds de una forma correcta (según nuestro punto de vista), disponen de una masa latente de fieles lectores que no caen de forma accidental dentro del saco de resultados que ofrece Google, sino que decidieron en su momento seguir las evoluciones de un sitio y, tal vez, leerlo de vez en cuando.

Feedburner, a la espera de que el futuro lo alcance, nos permite seguir el comportamiento de nuestros lectores y conocer qué textos son los más sugerentes en cada momento. También podemos averiguar cuántos lectores disponemos en cada momento y, al mismo tiempo, cuántos hemos dejado de tener mediante un histórico. En ocasiones, se producen caídas bruscas del número de lectores de feeds y, claro, no podemos achacarlo a las penalizaciones de Google, por lo que encogiéndonos de hombros debemos aceptar la realidad de que hemos dejado de ser interesantes (Esto si es que la caída no se debe a que uno de los agregadores de feeds se encuentra en mantenimiento o inaccesible o ha dejado de mostrar el número de suscriptores durante unas horas). De vez en cuando, Feedburner también hace limpieza ante cifras de acumulados un poco abultados y después de esto te encuentras con que “donde dije digo, dije Diego” y no tienes a tantas personas siguiéndote, sino un número inferior, por lo que una vez más sufres una punzada en el ego al descubrir que en realidad no interesas a mucha gente.

Pero, al fin y al cabo, los bailes de suscriptores son sólo números. Un servicio agregador mediante web informa a Feedburner que dispone de tantos lectores apuntado a nuestro feed y debemos creérnoslo. Sin embargo, al disponer de la opción de la suscripción por correo electrónico, sentimos que los lectores se nos hacen un poco más cercanos, como si un suscriptor por email fuese una persona decidida que nos ofrece una oportunidad cuando publicamos contenidos y no debemos defraudarle.

La pregunta es si lo hacemos. Como das la opción de darte de alta, también debes ofrecerla para darse de baja. Y el hecho es que las bajas se producen con cierta frecuencia. Cuando descubres que un suscriptor por correo se desinscribe piensas que le has fallado a alguien, que realmente lo que escribes, lo que publicas no tiene mayor relevancia para esa persona y huye de la infoxicación como de la peste. Así que andas preguntándote qué es lo que hiciste mal para que esa persona, que te había ofrecido su voto de confianza, se marche para no volver más.

Puede ser que el suscriptor por correo haya, simplemente, descubierto el maravilloso mundo de los feeds y que se dé de baja para no recibir información redundante. Sinceramente puede que esto sea lo mejor que puedas llegar pensar. Pero también puede ser que simplemente ya no esté interesado en los vaivenes normales que sufre un blog, que tu evolución personal e inquietudes ya no le atraigan lo más mínimo, que tu prosa caiga en la reiteración más absoluta o que simplemente le aburras.

Cuando los lectores se marchan, ¿deberíamos volver sobre nuestros pasos? ¿Deberíamos ser los de antes, aunque ya no lo seamos? En definitiva, a final de cuentas, ¿escribimos para nosotros o para vosotros?

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Pero, ¿por qué cambiar la plantilla de un blog? (y 2) – Aspectos internos

Una de las características de los blogs, una de las razones por las que tienen que agradecer su popularización durante los últimos años, es su fácil eidición y publicación, ya que el usuario sólo tiene que darle al botón de PUBLICAR para que sus ideas y opiniones se vean reflejadas en las otrora denominadas Autopistas de la información sin tener la necesidad de saber de HTML. Es cierto, los blogs son terriblemente sencillos de actualizar, si obviamos ciertos fallas psicológicas que pueden acechar al bloguer, sin embargo esto es completamente falso cuando hablamos de gestionar un blog.

Y es que no sólo debemos enfrentarnos a trolls y spammers, es que también debemos lidiar con otros aspectos inherentes al tipo de alojamiento que hemos escogido para nuestro sitio web. Puesto que no es lo mismo utilizar una plataforma de publicación como Blogger o el sistema de alojamiento de WordPress, que uno mismo deba de gestionarse el servidor y los ficheros, así como tener que actualizar a las nuevas versiones del CMS escogido con los riesgos que esto conlleva.

Porque si bien, en general, los desarrolladores de WordPress tratan que la actualización e instalación del sistema sea lo más sencilla posible; esto no quiere decir que en ocasiones no resulte traumática. De hecho, nos sucedió que de un salto de una versión a otra de WordPress, la actualización de la base de datos para el sistema de categorías y de gestión del blogroll no funcionó correctamente y el sistema daba error produciendo un fallo en la base de datos (Nuestro blog dejó de funcionar literalmente). Esto nos obligó a retornar a las copias de seguridad de las que disponíamos, perdón, las copias de seguridad que el servicio de alojamiento automáticamente producía. Este hecho que, más o menos los experimentados solventamos con mayor o menor dificultad, se me antoja imposible para aquellos que simplemente le dan al botón de PUBLICAR y se olvidan del resto, aunque tampoco ellos se aventurarán a autogestionarse sus sitios de publicación web, ni mucho menos a cambiar de plantilla.

Dicho esto, aquellos que nos aventuramos a tener un dominio propio en un servicio de alojamiento web nos enfrentamos frecuentemente a la inseguridad de si todo funcionará como se espera, ya que obviamente no tiene porqué siempre suceder así. Las actualizaciones de versiones del CMS son completamente necesarias, no podemos pasarlo por alto, ya que en las versiones antiguas suelen aparecer agujeros de seguridad que no sólo afectan al blog, sino que incluso pueden llegar a afectar otros sistemas anejos. Así, por ejemplo, Technorati anunciaba recientemente que iba a dejar de actualizar blogs que no hubiesen actualizado a versiones recientes de WordPress, su razón principal eran cuestiones de seguridad por lo que no es algo que deba dejarse aparcado durante mucho tiempo. Otras de las cuestiones que nos obligan a actualizarnos es el desarrollo de nuevos plugins, pequeñas funcionalidades que añadimos a nuestros weblogs según vamos descubriendo nuestras nuevas necesidades, y es que los plugins no se suelen diseñar pensando en versiones antiguas de WordPress.

Por supuesto que hay algunos que defienden a ultranza la no-actualización de los CMS aduciendo la depuración de las nuevas versiones – hasta que no salga la X.X.1 de la versión X.X no actualizo – o simplemente porque WordPress va creciendo y haciéndose más pesado, consumiendo recursos de los servidores, por lo que la decisión de actualizarse se aplaza. Pero, siempre llega, para fortuna o desgracia de los bloguers.

Pero, ¿qué tiene que ver lo anteriormente afirmado con la plantilla de un blog? Fundamentalmente que, al evolucionar el CMS, aparecen nuevas formas de hacer las cosas, nuevos comandos y obviamente una etiqueta que anteriormente nos servía para mostrar el blogroll puede caer en desuso y desaparecer. Por supuesto que esto también es aplicable a otros aspectos del blog como las etiquetas o los códigos en PHP que insertamos cada vez que instalamos un plugin y que dejan de funcionar porque la base de datos interna ha cambiado en su estructura. Sobre esto último señalar que, cuando se va a producir una actualización importante de WordPress, aparecen en distintas webs listas de plugins populares que funcionan y que no funcionan con la nueva versión del sistema. Por un lado, esto sirve para que los autores de los plugins actualicen sus creaciones, pero por otro nos ponen sobreaviso de que una funcionalidad específica que teníamos disponible en nuestro blog va a dejar de funcionar o puede dejar de hacerlo.

Así pues, el cambio de plantilla nos ofrece la posibilidad de limpiar los códigos de nuestros themes y, de esta manera, poder añadirles nuevas funcionalidades que antes no ofrecíamos. Por ejemplo, buscar un plugin que haga mejor las cosas (Esto nos sucedió con el plugin para la muestra de los últimos comentarios), así como rebuscar dentro de nuestro servidor y borrar antiguos plugins que utilizábamos, pero que por distintas circunstancias están obsoletos y ya hemos dejado de usar. En nuestro caso, uno que realizaba un conteo de las visitas que había recibido un post determinado.

Pero, aquí llega la puntualización, al igual que limpiamos nuestro código debemos tener presente que una nueva plantilla puede ensuciar nuestro blog si no somos cautos. Por ejemplo, una plantilla que consideramos gratuita puede llegar a salirnos cara, puesto que puede incluir enlaces que el diseñador ha introducido deliveradamente para mejorar el posicionamiento de otras webs que no tienen ninguna relación con nosotros. Estas son las plantillas denominadas Sponsored Themes que provocaron una honda controversia dentro de la blogosfera cuando Matt Mullenweg decidió eliminarlas del sitio WordPress Theme Viewer. Obviamente, estas plantillas tenían como objetivo que fuesen instaladas en el mayor número de blogs posibles para que, de esta forma, los enlaces incluidos dentro de ellas, señalasen a distintas webs que habían pagado al diseñador por su inclusión y mejorar su posicionamiento dentro de Google. Obviamente, esto puede convertirse en un arma de doble filo porque los buscadores pueden llegar a penalizarnos por ello.

Y es que el blogging nunca fue sencillo en ninguno de sus aspectos.

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Pero, ¿por qué cambiar la plantilla de un blog? (1) – Aspectos externos

Hace ya casi cuatro años que esta bitácora permanece activa y cuatro han sido las plantillas que hemos usado durante su mantenimiento. Concretamente, se ha tratado de versiones más o menos modificadas de los themes Gutenberg, Shaded Grey y, el actual, Blog Oh Blog; mientras que también hemos utilizado una plantilla concebida por nosotros mismos que llevaba por nombre Ars Nigra. Os confesaremos que, como no somos en ningún caso diseñadores, Ars Nigra se trató más bien de un “corta y pega” del código de otras plantillas para WordPress adoptando algunas ideas que nos gustaban – una nueva razón para no liberarla y permitir su descarga – tomando como base Shaded Grey. Curiosamente, la plantilla de trabajo de Ars Nigra se denominaba Fronkonsteen, en claro homenaje a estas circunstancias, y su desarrollo ha marcado sobremanera el cómo queremos que se lea nuestro blog para futuros cambios de diseño. Fruto de aquel esfuerzo, Ars Nigra estuvo con nosotros durante dos años y no fue fácil encontrar un theme sustituto que fuese digno de ella y puede que, por eso, nunca parecía que nos decidiésemos en cambiarla.

Debido a esa búsqueda de una plantilla sustituta, ya escribí el pasado mes de octubre un texto refiriéndome a algunas consideraciones que había que tomarse a la hora de escoger el diseño de un blog. Pero más allá de los colores y la disposión del texto que se adopta dentro de una plantilla, debemos tener presente algunos aspectos al instalar un nuevo theme dentro de nuestra bitácora, así como realizar algunas tareas de acomodación y limpieza del código que llevan incluido.

La razón principal del cambio de una plantilla en una bitácora es que un blog no es inamovible en el tiempo. Obviamente, sufre ciertos picos de actividad, popularidad, puede cambiar de dominio, del sistema de gestión de contenidos, puede comenzar a variar su temática, pueden incluso agregarse autores y editores, mientras que otros lo abandonan, etc. Por otro lado, los diseños web varían, los gustos evolucionan y nuestro blog también debe ser reflejo de esto. Debemos de tener presente que el diseño de un blog es lo primero que entra por los ojos de nuestros lectores y, por lo tanto, no debe de ser descuidado. Ninguna plantilla es suficiente, ni es excesiva; los bloguers mantienen un blog fijándose ciertos objetivos y aspiraciones, por lo que el diseño debe ser reflejo de todo ello.

Así pues, a continuación os ofrecemos un compendio de lo que nosotros tenemos en cuenta cuando realizamos un cambio de un theme en el blog. Tened presente que no somos diseñadores web, somos simples bloguers que realizan el trabajo que actualmente realizan miles de profesionales. Por lo que estas reflexiones no son, ni mucho menos, verdades absolutas ni hay que seguirlas a pies juntillas, son simples recomendaciones para usuarios de apié como nosotros. Por supuesto que la riqueza de la blogosfera no puede ceñirse a criterios de unos, así que simplemente os contamos lo que nosotros creemos y hacemos cuando cambiamos una plantilla.

Al no ser diseñadores, ni poder permitirnos la contratación de uno para que nos diseñe la plantilla, opción que tampoco estaría mal; realizamos nuestra búsqueda de una nueva plantilla dentro de nuestros intereses y gustos dentro de los distintos directorios web de themes para WordPress gratuitos (Por ejemplo, el oficial Theme Viewer o WordPress Themes), siguiendo siempre dos criterios:

  1. Diseño sencillo y claro. Nuestros contenidos suelen tener un enfoque serio, por lo que los colores estridentes están completamente descartados.

  2. Que la hoja de estilos (CSS) sea fácilmente editable. Después de una selección de varias plantillas y su sometimiento a votación, comprobamos cual de ellas es más facil de editar. A nosotros, nos encanta cambiar los colores, los tipos de letra, los espacios entre bloques de texto, las disposiciones de las columnas… Pero no sabemos mucho de CSS, así que si comprobamos que la edición de la hoja de estilo es complicada, solemos darnos por vencidos y pasamos a otra.

Hay que recalcar que una plantilla que nos parece atractiva, puede no serlo cuando la instalamos en nuestro blog. De hecho, acomodar continente con contenido no siempre es una tarea sencilla, por lo que puede darse el caso que instalemos un theme que puede parecernos sugerente y después decepcionarnos completamente. Un apunte, una recomendación de usabilidad es que siempre se use letra negra sobre fondo blanco para facilitar la lectura, así pues si el theme no usa letra de color negro en el texto lo deberíamos cambiar siempre. Esto último puede parecer algo obvio, pero hay gente que le atrae jugar con los colores hacia combinaciones insospechadas. Lo que me lleva a los colores de los enlaces. Otro aspecto básico es que los enlaces se distingan del texto. Puede parecer una perogrullada, pero lo cierto es que esta misma plantilla tenía el texto y los enlaces bajo el mismo color (gris), aunque los enlaces eran visibles, puesto que estaban subrayados, era muy difícil distinguir qué texto estaba enlazado y cual no.

Sobre los tipos de letras, comentar que actualmente la web está completamente ceñida a un puñado de tipografías. Es triste que sea así, ya que en el papel coexisten millones de ellas, pero que en la Red nos tengamos que conformar con muy pocas es completamente descorazonador. Así pues, personalmente nos decantamos frecuentemente por la Verdana, Georgia y Trebuchet MS, aunque no son las únicas disponibles, claro.

La composición y el número de las columnas también es interesante. Indicar que desde hace tiempo que nos gusta que el diseño del blog disponga de tres. Una, la principal, para contenido, mientras que las otras dos se repartirían el resto de elementos (Archivos, Categorías, Últimos comentarios, Últimos posts, etcétera). Mi recomendación es que se sitúen los elementos convenientemente agrupados para facilitar la navegación. Por ejemplo, yo situaría el buscador siempre en la parte más alta, porque es un elemento completamente necesario tanto para nosotros como para nuestros visitantes, después colocaría los Archivos y Categorías juntos, mientras que los Últimos Comentarios y los posts estarían unidos. El blogroll es otro de los elementos indispensables que jamás apartaría de la página principal de un blog, aunque parece que se trata de un elemento en decadencia dentro de los weblogs.

Finalmente, habría que revisar cómo están situados ciertos elementos característicos de los posts, los consabidos campos de Autor, Fecha, Categorías y Etiquetas, puesto que puede que el autor de la plantilla no haya contado con ciertos elementos que pueden parecernos atractivos o su disposición no nos interese, como por ejemplo situarlos al final del texto y nosotros queramos tenerlos al principio.

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El bloqueo del bloguer

Usualmente, no soy de aquellos que sufre el miedo al papel en blanco. Ese mal que alguna vez atiere a los escritores profesionales (o no) que se descubren faltos de imaginación, mientras aguardan que su anhelada musa les haga una visita y les permita idear – junto con transmitir – mediante las palabras escritas una historia, una situación, una descripción… No, mi problema no es ese, puesto que hallo relativamente fácil llenar unas líneas, pero me ha sucedido que según voy avanzando en la redacción me invade el miedo y la inseguridad de los advenedizos, asustado de que a nadie le pueda interesar lo que tengo escrito o, mucho peor, que lo que diga sea algo completamente alejado a la realidad.

Comento esto porque ayer comencé dos textos bajo lo que yo denomino escritura automática que, por otro lado, es una forma de la que disponen los escritores bloqueados a la hora de iniciar un texto. La idea es sencilla, coges un papel y comienzas a escribir una sola frase o unos garabatos o unas líneas, con el firme propósito de escribir cualquier otra cosa. A partir de ahí, el solo acto de blandir el bolígrafo y el papel permite el surgimiento de la necesidad de transmitir ideas y de forma simple, pero automática, tu cerebro comienza a trabajar y por ende a escribir. Como bloguer, no puedo permitirme el lujo de escribir en lápiz y papel, puesto que posteriormente hay que transcribirlo absolutamente todo, lo que es una tarea tediosa, y desde luego que en la tarea de composición no se puede enlazar artículos de referencia; por lo que utilizo mi propia técnica para iniciar la escritura que se basa en tratar de lanzar las ideas sobre la pantalla en blanco hasta que, milagrosamente, se reorganizan y engarzan unas con otras otorgándose sentido por sí mismas. Desgraciadamente, esto no sucedió.

Ayer, tenía el firme propósito de escribir un texto sobre Google, no importaba cual de los dos temas que tengo en mente tratase, debía escribir mis ideas sobre ese buscador sucediese lo que sucediese. Pero, a pesar de lanzarme a la redacción de los dos textos, la tarea se me constituyó como imposible, porque las ideas no se enlazaban y el estilo me parecía completamente execrable. En fin que aquellos dos textos acabaron sepultados, borrados y olvidados, mientras me preguntaba porqué mis técnicas, aquellas que me habían servido durante los cuatro años que he publicado frecuentemente en este blog, no me habían servido en esa ocasión. ¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso marcaría mi ocaso como bloguer? ¿Estaría viviendo mi decrepitud siendo plenamente consciente de ello?

En aquel momento, la desazón me inundó. Disponía de ideas y deseaba transmitirlas como en cualquier otro momento, pero me resultaba una tarea imposible. De hecho, interiormente creía que, tal como afirmo al principio del texto, lo más probable resutlase que las personas que las leyesen no les encontrarían ni el sentido ni el interés, ¿por qué debería preocuparme de ello? ¿Debería perseguirlas hasta extraerlas y conseguir plasmarlas hasta quedarme exhausto?

¿O más bien debería publicar un texto reflexivo cuando un bloguer se queda bloqueado y descubre que ha sufrido un gatillazo creativo?

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«Guest blogging», también en la Biblioblogosfera es posible

Hubo un tiempo que los bloguers apasionados por el mundo de la Biblioteconomía y la Documentación participaban en cada descubrimiento que se realizaba dentro Internet. Cada nuevo blog, cada nuevo proyecto, cada nueva referencia era tomada como un síntoma de madurez, un avance dentro de la precariedad de aquellos tiempos; cuando los bloguers, bien entendidos, podían contarse con los dedos de una mano. Por aquel entonces todo parecía posible y la oportunidad de saltar de una bitácora a otra como autor invitado también. A esto se le denomina Guest Blogging.

El Guest Blogging (GB) consiste en invitar a otro bloguer, no tiene porqué ser ni referente ni especialmente conocido dentro de la blogosfera, a compartir ideas dentro de tu blog como invitado, por supuesto que tú, como bloguer, también puedes intentar realizar una relación recíproca. Lo positivo de este tipo de actividad es que, en general, el que invita suele devolver el favor por lo que de esto resulta una de las actividades más curiosas, estimulantes e interesantes de la blogosfera.

Porque, de hecho, las ventajas son muchas. Es cierto que al publicar un texto fuera de tu blog estás perdiendo una idea propia (si lo quieres ver así), pero sólo por las ventajas que se pueden obtener por el simple hecho de realizar GB merecen la pena. Porque sí, pierdes un texto, un tiempo, pero ganas varios enlaces, te expones a una audiencia que puede que no te conozca, comienzas una relación de cooperación con una persona que tal vez no conocías (A esto se le llama hacer Networking), te das la oportunidad de desperezarte, quitarte las telarañas y escribir con nuevos enfoques y de distinta forma de la que estás acostumbrado; cooperas y ayudas a los demás para darse a conocer y, por supuesto, sigues blogueando.

En la Biblioblogosfera, además de mis actividades como Guest Bloguer:

También se han dado otros casos, como la participación que tiene Catuxa Seoane en eCuaderno o la de Javier Leiva en Véase Además hasta su desaparición.O la cooperación entre estos dos bloguers o la de Fernando Siles. Si nos fijamos en las fechas, nos percataremos que esta es una actividad en franco declive, por no decir que actualmente es inexistente en la Biblioblogosfera. ¿Qué ha sucedido para que las hayamos abandonado? ¿Es que tampoco encontramos tiempo para esta actividad?

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Moderación de los comentarios en los blogs: ¿Precaución o censura?

¿Sabes cómo se suicidaría un bloguer?
Se subiría a su ego y se lanzaría al vacío.

Hace ya un tiempo que escribimos un texto reclamando el desarrollo de la tarea que en blogging se denomina Comment Gardening que se trata ni más ni menos de cuidar los comentarios que recibes en tu blog. Hasta este momento, nunca habíamos borrado un comentario "serio", o pasarlo en moderación, aunque sí que habíamos hecho lo procedente con el spam o los hoygan que nada aportan. Sin embargo, ayer recibimos una denuncia y consideramos procedente tener que abandonarla en moderación no permitiendo su visionado.

Ya son varios los distintos biblioblogs que han considerado la publicación de una nota legal sobre su uso por parte de los visitantes para evitarse estos malos tragos y, en ocasiones, sorprenden por la contundencia de ello (Por ejemplo, en Deakialli o en Documentación). Cuando una persona mantiene un blog, no cree que vaya a tener ningún problema fuera de la Red si es un poco cauto y publica con tiento, pero los comentarios recibidos ante un texto publicado son harina de otro costal y, aunque no los publiquemos nosotros, tenemos cierta responsabilidad subsidiaria sobre ellos y, para evitar algunos líos innecesarios, aquellos que consideremos incorrectos o no procedentes debemos evitar su publicación dentro de este sitio web. Por supuesto que todo lector está advertido de esta posibilidad justo debajo de las cajas de texto del formulario para publicar un comentario presente en todos los posts:

ATENCION – En ocasiones, los comentarios se moderan, lo que significa que si tu comentario no se publica inmediatamente, aunque lo normal es que sí que lo haga, es que es sospechoso de ser Spam. Pero no te preocupes, no hace falta que lo reenvíes, ni que escribas desconsolado por la pérdida de tu texto, seguramente aparecerá publicado en breve, en cuanto hayamos tenido tiempo de revisarlo.

Los autores de este blog no se responsabilizan de las opiniones y comentarios vertidos por los usuarios. Cualquier sugerencia será bien recibida.

Aunque advertimos que no nos responsabilizamos de vuestras opiniones, no podemos asegurar que la Justicia lo considere así y, por ello, a pesar de almacenar vuestras direcciones IPs, aquello que consideremos improcedente o incorrecto por su naturaleza deberá de ser necesariamente moderado.

Decimos esto porque recientemente un visitante dejó una denuncia en un texto que habíamos recogido sobre las deficiencias de la Biblioteca Valenciana. Esta noticia no era nuestra, se publicaba dentro de un medio de comunicación de la Comunidad Valenciana, pero por su interés la publicamos en esta bitácora. Lo que sucedió es que este visitante publicó un comentario refiriéndose a una situación de la que tenía conocimiento sobre un caso de mobbing, como él definió, en una biblioteca municipal cuyo municipio identificó claramente y que, según su versión, era un caso de favoritismo y enchufismo.

Por descontado que no dudamos de que el hecho sea verídico, pero no tenemos ni la capacidad ni los recursos para contrastar esa información que tal vez debería dirigir hacia otras instituciones u organismos. Desde nuestra posición es tremendamente complicado mantener publicada la denuncia que este visitante, que ni siquiera se identificó y publicó su comentario bajo seudónimo; y por ello debemos moderar el comentario y no publicarlo en este blog.

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