Hace unos días tuvimos la ocasión de acudir a una ilustrativa charla del documentalista Javier Guallar, que nos habló sobre la evolución de la prensa digital desde sus orígenes hasta nuestros días, en el que las características de la Web 2.0 están siendo adoptadas plenamente por ésta. Como Guallar recalcó, es precisamente esta simbiosis entre medios digitales y las herramientas 2.0 la que los convierte en un nuevo medio, con un espacio y un público propio en la Sociedad de la Información actual.
Durante el turno de preguntas, surgió la duda sobre la posibilidad de que las revistas científicas digitales adoptaran el modelo de la prensa generalista (tal y como Guallar comenta en el post de nuestro compañero Dídac). Y aunque las revistas científicas presentan características editoriales y comerciales muy diferentes a las de los diarios, Guallar señaló lo interesante que podría resultar adoptar los modelos de participación de la Web 2.0 en medios científicos. Él apuntó la posible inclusión de blogs, en los que los científicos podrían exponer la evolución de sus investigaciones o su proceso creativo; y yo pensé, a mi vez, en la creación de redes sociales en torno a los principales grupos editoriales en el ámbito científico (por poner sólo otro ejemplo).
La idea de "revistas científicas 2.0", entroncaría con el concepto de Ciencia 2.0, que hace apenas dos meses, Ben Shneiderman utilizaba para expresar un nuevo estado de la investigación científica, en la que se combinaría la investigación convencional con las posibilidades de interconexión a nivel global que se producen gracias a las redes sociales. Esta idea, ya la recogía hace más de un año Antonio Lafuente en un muy interesante artículo, entendiendo el concepto Ciencia 2.0 como un estado de la ciencia en que estuvieran implicadas "todas las tecnologías que favorecen la cultura de lo abierto y de la participación".
Pero aunque el tema está sobre la mesa desde hace tiempo, ¿están preparados los científicos para cambiar su forma de publicación a un medio más abierto y participativo? Creo que, de momento, es pedir demasiado. A pesar de mi limitado conocimiento del ámbito científico, creo no equivocarme al pensar que los investigadores no tienen precisamente una mentalidad divulgativa. Su prioridad es, claro está, la investigación en sí misma y, como un mal menor -pero necesario para su reconocimiento en el ámbito científico y su evaluación curricular-, la publicación en revistas científicas de reconocido prestigio, es decir, las recogidas en la plataforma ISI Web of Knowledge.
En cualquier caso, los primeros pasos en el camino de "la cultura de lo abierto" se están produciendo ya desde hace algunos años con la creación de repositorios institucionales, como pudimos ver en Fesabid 2005. Pero tanto la declaración de Berlín sobre el acceso abierto al conocimiento en ciencias y humanidades (2003), como la reciente campaña para garantizar el acceso público a los resultados de investigaciones financiadas con fondos públicos (dar al pueblo lo que paga el pueblo), todavía no ha calado con suficiente fuerza en el ámbito científico y académico español -si no, comprobad en el reciente ranking mundial de repositorios académicos que apenas podemos encontrar tres repositorios españoles entre los 200 primeros-. Y es que estas iniciativas, apoyadas cada vez más por las instituciones públicas, chocan contra dos muros infranqueables: las restricciones en cuanto a propiedad intelectual de los artículos previamente publicados en revistas científicas; y el yugo de la evaluación científica institucional que, paradójicamente, utiliza indicadores que benefician a los autores que publican en revistas ISI, frente al propio repositorio institucional.
Llegado a este punto, si los investigadores se muestran reticentes a publicar en un repositorio libre y abierto, ¿cuál creéis que puede ser su postura respecto a la publicación en blogs? Antonio Lafuente señala que "alrededor del 80% de los datos de alta calidad que se producen en el laboratorio nunca se hacen públicos", y que los que se publican en revistas científicas son representaciones de una pequeña parte de éstos. Pero, ya que se ha invertido tiempo, esfuerzo y recursos para obtenerlos, ¿por qué no ofrecerlos al público o a la comunidad científica de forma libre? Sería sin duda una buena medida, tanto para favorecer la verificación de un experimento (ya que el rigor de los artículos publicados en revistas científicas es discutible), para evitar duplicaciones en las investigaciones, como para abrir la posibilidad a una verdadera participación entre la comunidad científica a nivel global. Y, ¿qué mejor medio que un blog o un wiki para presentarlos?
Está claro que muchas disciplinas científicas se ven coartadas por el beneficio económico que supone comercializar los resultados de su investigación y también por el secreto de patente, que les impide ofrecer más información sobre sus investigaciones; pero no todas las áreas científicas tienen las mismas limitaciones. Es un hecho que las ciencias sociales y las humanidades presentan características muy diferentes a las de las ciencias aplicadas a la hora de publicar sus resultados; y, quizá por esto, podrían ser las mejores candidatas a la integración de un blog en su "mentalidad" editora. Desconozco la incidencia de los blogs en el ámbito científico, pero quizá Álvaro Cabezas pueda resolvernos esta duda.
Para finalizar, lo que sí considero una más que posible vinculación entre las publicaciones científicas y la Web 2.0 es la creacción de redes sociales en torno a sus principales grupos editoriales. Y esta idea la considero mucho menos utópica (y no porque se me haya ocurrido a mí), porque es una evolución lógica de la comunicación informal que los científicos han mantenido siempre con sus colegas.
Personalmente, creo que sí que se pueden implementar «modelos comunicativos» 2.0, como por ejemplo las redes sociales, pero que la implementación de «modelos divulgativos» 2.0 es mucho más complicado.
No hace falta ir muy lejos para descubrir que los bloguers de la biblioblogosfera comienzan a abandonar sus blogs en el momento que comienzan a publicar en revistas científicas o a posicionarse como expertos en cierta materia, dejando a sus blogs a la deriva en cuanto a contenidos se refiere.
¿Creemos que los científicos van a «perder el tiempo» con blogs? Creo, sinceramente, que no.
El reto del 2.0 puede ser muy positivo al permitir la autopublicación/difusión, pero también hay que decir que plantea el problema de la selección, y la calidad de los mismos, ¿quien valorará tan ingente cantidad de información?
Como apuntas, Marcos, los que publican en blogs, dejan de hacerlo cuando lo hacen en publicaciones «serias». Y el factor «tiempo para publicar» es determinante.
Yo también veo un futuro más comunicativo que divulgativo.
Y respecto al comentario de jmcollado, ya en los repositorios institucionales surge la duda de qué debe cargarse en ellos y qué no.
En universidades, por ejemplo, esa función de criba la realiza en ocasiones el jefe del departamento o se establece una política de qué tipo de documentos (manuales, material educativo, conferencias…) debe publicarse en el repositorio. Desde luego es una decisión difícil.
Pues se supone que el último paso de una investigación es divulgar los hallazgos dentro de la comunidad científica. Y se supone que ese afán por divulgarlos lleva a los científicos a envíar sus artículos (que recogen todo el proceso de la investigación) a las revistas científicas que tienen mayor impacto en la comunidad científica.
La comunidad científica es participativa pero elitista. Es decir, tolera la participación (son habituales las cartas de réplica e incluso los artículos de réplica) pero únicamente de sus pares. La participación social la toleran poco y mal (y en gran medida con razón).
En cuanto a los repositorios, sigo muy crítico con el momento que nos está tocando vivir. Estoy de acuerdo con que hay que romper con el modelo vigente, pero la política institucional con respecto a los repositorios y el Open Access está siendo más de convivencia que de ruptura, lo cual está multiplicando el gasto y aportando bien poco como medida para el cambio de modelo. Estas medidas, tal y como se están tomando las veo más como una palmadita en la espalda, como guiño institucional (como la creación de un Ministerio de la Vivienda), que como conciencia de cambio (como un paso de dictadura a democracia). Igual me he pasado con los ejemplos, pero es como yo lo veo.
La participación de los investigadores en blogs y su presencia en repositorios institucionales (y no es contradictorio lo que voy a decir con lo anterior, lo de antes es a nivel macro y esto a nivel micro) puede aumentar su visibilidad y a mayor visibilidad mayor posibilidad de impacto, o lo que es lo mismo, mayor posibilidad de cita.
Muchos investigadores son reticentes a dar acceso completo a sus resultados por varias razones. La principal es impedir el acceso al «Know-how», a ese conocimiento propio e inaccesible para el resto, a ese conocimiento que le da ventaja frente al competidor. El resto de razones son más oscuras y prefiero no detallarlas.
Ya digo Alvaro que mis conocimientos del mundo de la publicacion científica son limitados. Lo de la divulgación «en teoría» puede que sea cierto, pero me parece que en ámbitos muy muy restrictivos, la divulgacion en un sentido más amplio, a nivel público general, no creo que esté en sus mentes.
Respecto a los repositorios, quizá como comentas, la timidez con la que se está imponiendo, cause más mal que bien, ya que si no se valora o premia la publicación en repositorios, nadie se va a tomar la molestia. Quizá una política más dura como la famosa Universidad de Minho en Portugal, sería la solución.
Repasando las noticias acumuladas para futuras lecturas almacenadas desde tiempos inmemoriales, he descubierto este interesante artículo de hace unos meses de Juan Carlos Argüelles, que habla precisamente de la producción científica.
En él Argüelles, en su conclusión final, cuestiona precisamente si la meta de la ciencia es crear o producir…
«La disyuntiva estriba en decidir si la investigación debe favorecer el conocimiento y progreso de la humanidad o el currículo de los grupos; si se investiga para descubrir o para publicar. Quizá en estos tiempos de pragmatismo rácano, se abuse con exceso del axioma «… publica, que algo queda»
Una de las experiencias en comunicación científica y web 2.0 más enérgicas es la emprendida por el Grupo Nature. Quería compartir con vosotros este artículo, The Web Oportunity, que resume la filosofía y motivaciones de la estrategia web 2.0 de Nature. Se trata de un resumen de un artículo más amplio publicado originalmente por STM News (bajo subscripción), ya en junio de 2007, realizado por el mismo autor, Timo Hanny. El resumen está disponible en uno de los blogs más interesantes sobre tecnología web y ciencia, Nascent (de Nature también).
Creo que lo interesante de este artículo es conocer el punto de vista de un editor científico que cree que el futuro de la comunicación científica pasa por la Web y la Web 2.0, y que las experiencias actuales en Ciencia 2.0 –por ejemplo, blogs (ScienceBlogs), wikis (OpenWetWare), sistemas de voto de noticias (DissectMedicine), archivos abiertos(arXiv and Nature Precedings), marcadores sociales (Connotea), redes sociales (Nature Network) y mercados (InnoCentive), entre otros, como el uso de Second Life por instancias científicas –son la plataforma sobre la que se construirá el negocio de la información científica del futuro, aunque a día de hoy no esté dando dinero, como el autor reconoce.
Un saludo a todos
Hola,
sobre los editores de revistas científicas, yo creo que éstos sí estan echando mano de los blogs, pero no para publicar resultados científicos, sino para dar difusión a sus actividades o servir de foro de debate de temas candentes. En este sentido, los blogs de Nature o del BMJ por ejemplo son muy interesantes, facilitan el contacto con el usuario, proporcionan «imagen de marca», difunden y dan (más) visibilidad a los trabajos, generan «buzz» en la blogosfera,…
Claro, que mantener esta infraestructura necesita muchos recursos, quizá sólo al alcance de estos grandes grupos editoriales. No es lo mismo un blog de una revista en blogger dejado de la mano de dios…
Ahora, las experiencias 2.0 que se han metido de lleno en los procesos esenciales de la ciencia, como el peer review o la publicación de resultados en los blogs se cuentan con los dedos de una mano, y han fracasado de momento. La ciencia es una empresa conservadora, y como comentas, para los autores no ofrece ningún beneficio el arriesgar en estos temas ya que los procesos de evaluación en (casi) todas las disciplinas se basan en la publicación en revistas científicas con revisión por pares.
La verdad es que mis conocimientos sobre el tema son como mera observadora, por lo que leeré con atención el artículo que recomiendas Isabel.
Y Álvaro Cabezas (un mundo tan pequeño y 2 álvaros), echaré también un vistazo, a ver cómo os ha ido por Salamanca.
[…] Mateo, María-Elena. “Las publicaciones científicas y el reto 2.0″. En: El documentalista enredado, 4 de mayo de 2008. Consultado en: 03-06-2008. https://www.documentalistaenredado.net/679/las-publicaciones-cientificas-y-el-reto-20/ […]